Mi compañero de trabajo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Wilson, soy uruguayo y esto que voy a contar es totalmente verídico, de hecho todavía hoy lo sigo haciendo.
Yo trabajo en una empresa en el turno de la noche, en la parte de computación.
Básicamente hago la liquidación de las horas de trabajo del personal y mantengo el stock al día.
En la recepción hay un vigilante que se llama Gilberto, un hombre de unos 60 años.
Siempre que hace sus rondas va a mi oficina y se queda hablando conmigo casi toda la noche mientras yo trabajo.
Siempre me habla de mujeres, que se cogió a la mujer de fulanos de tal, o a la mujer de sultano, toda mujeres de alto vuelo y yo conozco a su mujer y es lo mas feo que hay sobre la tierra.
Yo le sigo la corriente, a todo le digo que sí, cuando salimos del trabajo, siempre me invita a tomar un par de copas con él y después cada uno a su casa.
Una noche viene y me pregunta que edad tengo, 25 le digo, y si era casado, a lo que le dije que no, que soy soltero.
Ya dejamos de hablar de mujeres y él me empezó a preguntar si había tenido relaciones con otros hombres, y le dije que cuando era bastante mas joven, había un botija de mi barrio que era el clásico mariquita y que lo había cogido un par de veces, "y que sentiste, te gustó?", me dijo, "si, bueno para sacarme la leche daba", le respondí, "yo nunca tuve relaciones con un hombre, ni cogí, ni me cogieron", me dijo, "tengo virgen el culo", me terminó de decir, "bueno, a mi tampoco me cogieron, también tengo virgen el culo", le dije, pasando unos apuntes a la computadora, "que se sentirá que te cojan, sentir como la pija te va entrando en la cola rompiendo el ojete", me decía, "mira Gilberto, ni se, ni me interesa saberlo, ya que no piensa hacerme coger", le dije.
Así paso la noche y nos fuimos al bar a tomar unas copas, yo me fui a mi casa y él a la de él.
A la noche otra vez el mismo tema, hasta que me pregunta como era mi pija, yo lo miré y le dije que era como todas, "me la mostrás?", me dijo, yo me reí, "pero es que la tengo dormida", le dije, "no querés pasarla por mi pierna para que se te ponga dura o por mis nalgas?", me dijo, empezando a bajarse el pantalón.
En la empresa a la noche solo trabajamos él, el equipo de mantenimiento y yo.
Lo miro a Gilberto y estaba con su pantalón en las rodillas y se estaba bajando el calzoncillo, quedando con la cola al aire, "dale Wilson, metela entre mis nalgas así se te pone dura y la veo", me dijo, mostrándome la cola.
Yo e la empecé a pasar por raja de la cola y se empezó a poner dura, "dale, entre las nalgas metela", me dijo, apoyando su pecho contra uno de los escritorios que había en la oficina y levantando bien la cola, "para meterla entre tus nalgas te la meto por el ojete", le dije, pasando saliva por la cabeza de mi pija y Gilberto se abre un poco las nalgas y se apoyo contra el ojete haciendo fuerza y escuchando como Gilberto gritaba cuando mi pija le empezó a entrar en la cola, otro empujón y se la había metido toda, "haaaa, me rompiste el ojete, haaaaaaa, como me rompiste la cola", me dijo gimiendo pero no me decía que se la saque, "si, pero ya traías la cola con vaselina", le dije agarrando su cintura y metiendo y sacando mi pija de su cola mientras él se hacía la paja, "si, hace días que venía con la cola con vaselina por si me querías coger", me dijo gimiendo y siguiendo con su paja mientras yo lo seguía cogiendo, "que tremenda pija que tenés, me estas rompiendo bien la cola, me vas a dejar el ojete super abierto", me decía, siempre apoyado contra el escritorio y seguía metiendo y sacando mi pija de su cola, "y no era eso lo que estabas buscando, que te rompa bien el ojete?", le decía cogiendo a Gilberto mas fuerte, "si, quería que me cogieras como me estas cogiendo ahora", me dijo empezando a suspirar, a gemir fuerte, "Wilson, me voy a acabar, acabate en mi cola", me dijo y él empezó a acabarse en el suelo de la oficina y yo dentro de su cola, se la estaba llenando de leche.
Cuando termine de acabarme, le saque la pija y vi que estaba sucia de sangre, agarré un pedazo de papel higiénico y me limpié y Gilberto se limpió la cola, sacando el papel lleno de sangre, "vez, mira la sangre, vos fuiste el que me rompió el ojete", me dijo, limpiando bien su cola, y se fue.
Como a la hora vuelve y me dijo que había ido al baño, que se sentó en el inodoro y que sentía como le salía mi leche de la cola, como si estuviera orinando por ahí, "me llenaste literalmente la cola de leche", me dijo, sacando un cigarrillo y nos pusimos a fumar.
Al otro día, cuando estaba trabajando, entra Gilberto y me dijo que le salía sangre del ojete, "no me habrás lastimado con semejante pija", me dijo, "no Gilberto, solo te rompí el ojete, vas a ver que en un par de días vas a estar bien", le dije y seguí con lo mío, "pero es que yo quiero que me vuelvas a coger", me dijo, empezando a bajarse los pantalones de nuevo, "para Gilberto, hagamos una cosa, dejemos la cogida para mañana, ahora chupame la pija", le dije, "ta, si tenes razón", me dijo, volviendo a subirse el pantalón y yo saque mi pija y él la empezó a chupr como si en eso le fuera la vida, "para, despacio, chupa despacio que nadie te la va a sacar", le dije, haciendo que me la chupe mas despacio, hasta que me acabe en su boca, "ya está, ahora soy tu mujer, me rompiste la cola, ahora te trague la leche, te hago todo lo que una mujer le hace al marido", me dijo, después de dejar mi pija.
"bueno, si sos mi mujer, mañana me traes algo para picar en la noche", le dije, "si mi amor, y no me digas mas Gilberto, ahora decíme cuando estemos en la oficina Ramona, ya que soy tu mujer", me dijo.
Yo lo miré pensando que este viejo le faltaba algún jugador en la cabeza pero le seguí la corriente, "perfecto Ramona", le dije.
Fueron pasando los días y él siempre me traía medias lunas rellenas de jamón y queso, coca cola, me hacía regalos, me daba plata.
"Hola Ramona, a que venís?", le decía, "a que mi maridito me meta su pija por la cola y se coja a su mujer", me decía bajando sus pantalones y poniendo la cola para que le meta la pija, "he Ramona, que abierto tenés el ojete, que te pasó", le digo metiendo y sacando mi pija de su cola, "es que a mi marido le gusta que lo tenga así de abierto y él me lo rompe todos los días y yo feliz de que lo haga", me decía siempre haciéndose la paja mientras yo lo estoy cogiendo, "te gusta que tu mujer tenga así de roto el ojete?", me dice, y se queja a medida que lo cojo mas fuerte cuando me estoy por acabar.
Todavía hoy lo sigo cogiendo a Gilberto, ahora no solo me da regalos, me da plata, él tiene una casa en las afueras de Montevideo, en el departamento de Canelones, en un pueblo que se llama Progreso, y le estoy diciendo que me regale esa casa, que así podemos ir ahí y lo puedo coger mejor.
Por ahora lo estoy trabajando, está en duda de darme la casa, pero no me dijo que no, así que por ahora lo voy a seguir cogiendo a ver si me regala esa casa.
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