Mi cuñado, mi primer hombre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Ziniestro.
Sucediò en el año 2005, yo tenía 10 años cuando esto pasò.
Mi hermana y yo vivíamos a unas dos ciudades de distancia, por lo que para ir a visitarla debía tomarme dos colectivos que me dejaran cerca, para volver también debía hacer lo mismo, por eso muchas veces cuando se hacìa tarde tenía que quedarme a dormir en su casa.
Desde temprano supe de mi orientación sexual, me atraían muchos compañeros de colegio de lo cual ni cuenta se daban, siempre fui de closet, he intentado ser un poco afemniado pero no me sale, digamos, no me nace. Es obvio que siendo de closet nunca me le había tirado a nadie, asi que demás està decir que con 10 años, era virgen.
Siempre fui muy unido a mi hermana, su marido, Franco y a su hijo que en ese momento habrá tenido unos 3 años, me divertía mucho con mi sobrinito, siempre jugàbamos juntos y nunca por separado, y cada vez que podía me quedaba a dormir para pasar la noche mirando películas junto a èl y mi cuñado, su padre. Franco era un hombre muy joven, tenía recién 25 años, era delgado, piel clara y pelo negro con ojos cafès, siempre tenía una barba como de 1 semana y tenía siempre esa mirada de cansado que lo hacìa muy lindo.
También me gustaba mirarlo cuando salìa de la ducha con una sola toalla que le cubrìa de la cintura a las rodillas, llevaba un tatuaje en el hombro y otro en el pecho que en ese momento era reciente, no tenía abdominales y tampoco mucho pectoral, pero tenía brazos muy fuertes por cargar tantos fierros en su trabajo, trabajaba en una empresa metalúrgica. Describiendolo asì no quiere decir que estaba enamorado ni nada, solo para que vallan teniendo una imagen de còmo era en ese momento.
Un dìa viernes por la tarde, cuando salìa de la escuela me avisan que habìa llamado Franco màs temprano para decirme que Fabi (nombre de mi sobrino) me extrañaba y me querìa ver. Con mucho entusiasmo y alegría voy corriendo a la habitación de mi madre para pedirle permiso, cuando me dio el si, seguido de muchas indicaciones para que me porte bien, voy corriendo a la parada del colectivo.
Al llegar allà me encuentro con que ni mi sobrino ni mi hermana estaban, sòlo Franco estaba en casa, me atendió y me dijo que pasara y los esperara que se habían ido al mèdico por que mi sobrinito estaba enfermo hace varios días. Era invierno y llovìa demasiado, las calles estaban inundadas por la ciudad.
Me hizo entrar y me dijo que los esperara viendo la tele, mientras èl se iba a bañar, la habitaciónen la que yo estaba quedaba enfrente del baño. Despuès de unos quince minutos sale y obvio que yo no podía no mirar ese cuerpo y esos tatuajes, pero esta vez èl se dio cuenta y se me quedó mirando también, me pregunta: ¿Què pasa Santi (mi sobrenombre), te gusta el tatuaje que me hice?, yo sin mirarlo a la cara de la vergüenza le dije està muy bueno, (en realidad no me gustaba tanto, no estaba terminado, era un unicornio blanco con alas en la parte del corazón), me responde: Ya lo voy a terminar y te va a gustar màs-con una sonrisa pìcara me miraba mientras se iba a cambiar a su habitación.
En la tele solo veìa dibujitos, los que solìa ver con mi sobrinito. Cuando mi cuñado se termina de cambiar se para enfrente de la puerta para invitarme a su habitación: Santi ¿no querès venir a mi pieza a ver los dibujitos? Esta muy fría esta pieza y no quiero que te vayas a enfermar. Yo aceptè y le dije: Està bien porque acà me tengo tapar mucho y me incomoda (mentira no sentía frìo, querìa estar con èl y listo)
Nos acostamos los dos en la cama matrimonial de su cuarto, pero antes sentía que mientras me sacaba el pantalón para cambiarme no me quitaba la vista de encima, y su cara había cambiado mientras me veìa, era màs de morbo que otra cosa, pero no me asustaba, èl nunca me harìa algo que me lastime.
En una de esas que nos movìamos dentro de la colcha viendo tele, quedamos en pose “cucharita”, en realidad pareciò casualidad, pero después pensándolo bien Franco era el buscaba quedar en esa posición, pero al estar bien calentito pegado a su cuerpo no me quejaba, lo incòmodo vino después, cuando sentí su cosa dura en mis nalgas, èl estaba con un shot puesto, muy fino, por lo que hasta podía sentir la tibies de su cosa. Yo trataba de alejarme pero èl màs se me acercaba y lo apretaba contra mi culito, y empiezo a sentir una de sus manos sobre mi cintura que me la pasaba de arriba hacia abajo por el costado de mi torso, eso me empezó a gustar, pero nunca había sentido algo asì asique me sentía raro, era una sensación nueva.
Mientras hacìa eso con su mano al ratito empezó a besarme en la cabeza, mientras me decía cosas como:- me encanta verte jugar con Fabi, lo hacès tan feliz al mocoso- yo solo sonreía y no respondìa. Y en una de esas aprovechando el momento me dijo: -làstima que estàs creciendo bebè y te vas a olvidar de Fabi, te van a empezar a interesar las chicas y cosas màs de grandes-, y yo ahí respondì: -pero hasta ahora no me han interesado no creo que vaya a pasar eso-, y me volteò boca arriba y me preguntò ¿Còmo hasta ahora no? ¿Acaso ni un beso has dado? Y yo dije que no con la cabeza.Despuès de unos segundos en silencio y sobandome con una mano en el pecho y el cuello me dijo:- Dejame mostrarte còmo se hace-, me acercò mi cara a la de èl con la otra mano en la nuca y reaccionè mal: -No! Parà (lo alejè con una mano) no quiero mi primer beso con un hombre- Y con cara triste me decía: Pero bebè es lo mismo, es la boca de otra persona(me acariciaba una mejilla con su mano fría) no tiene que importar eso, dejame enseñarte. Me quedè callado unos segundos y terminè accediendo: Està bien, pero no quiero que se entere nadie porque después me vana decir maricon y eso. Y dijo: Santi esto de acà no sale, tranquilo.
Volvì a apoyar mi cabeza en la almohada y esta vez no me la levantò sino que se acercò èl, rozaba sus labios frìos sobre los mios de arriba abajo, muy suave, suspiraba por la narìz(se estaba exitando) volvió a apoyar su mano entre mi pecho y cuello, rodeándolo con sus manos grandes, y me empezó a besar, se sentía rico, aunque por un rato porque empezó a hacer presión con su lengua para hacerla entrar en mi boca, hasta que accedì, me empezò a gustar de nuevo, ya pasaba mi mano que estaba debajo de èl por su espalda, tan fibrosa y lampiña como siempre, despegò sus labios un segundo para mirarme a los ojos y sonreir, lo estaba disfrutando el señor, acomodò sus brazos debajo de mi espalda y entrelazò sus manos bajo mi nuca para levantarme màs la cabeza, acomodò sus piernas entre las mìas, (todo esto mientras me besaba), yo pasè mis manos por detrás de su nuca, volvì a sentir esa cosa dura pero esta sobre mi cosit, y hacìa movimientos de vaivén pero muy suaves, como si estuviera con su mujer, me trataba como a mi hermana o eso yo pensaba, esto me estaba encantando, su lengua pasaba cada vez màs adentro, suspiraba màs fuerte.
Se despegò, me mirò y me dijo : Y si nos quitamos la ropa? Es màs cómodo.
Se quitò la remera (parte de arriba de mangas cortas) màs rápido que yo, y el short quedando solo en bóxers, que eran negros. Yo no había alcanzado a quitarme nada, mientras me estaba sacando la remera me dijo: Tranquilo, dejame hacerlo a mi-, y con toda la suavidad del mundo me quitò la remera y el calzoncillo, al principio quise negarme a quitarme el calzoncillo, pero insistió hasta que me lo quitò. Me dijo despacio mirándome a los ojos: Lo que viene ahora es mucho màs rico que lo de ahora, sòlo relájate Santi te va a gustar.
Me besò un poco màs con lengua y empezó a bajar, me besaba el cuello, el pecho, llegando hasta mi ombligo, se detuve un ratito y me lo chupaba, al mismo tiempo me acariciaba la cintura pero esta vez ya no era suave sino màs alzado, querìa hacerme suyo a cualquier precio, se desesperaba cuando llegó a mi cosita y lo succionaba; yo me asustaba y a la vcez disfrutaba, era muy raro todo eso para mi, decía: Bebè que rico sabor que tenès me encantarìa poder probarte siempre ricura, yo le acariciaba la cabeza pero fuerte, me enloquecía, me estaba haciendo gozar de lo lindo.
Todo estaba siendo perfecto hasta que llegó a mi culito, nunca nadie me lo había manoseado tanto, y empezaba a pasar la lengua por la rayita, como decía se estaba transformando, no estaba siendo suave, me lo mordía, pero eso me hacìa retorcer, no podía evitar gozar de lo que me hacìa, me tenía las piernas levantadas y por entre las piernas me miraba fijo, con su cara de lujuria, como si me estuviera devorando. Chuapaba mi agujerito y trataba de meter la lengua lo màs que podía. A esto yo ya estaba emitiendo gemidos fuertes: Oooh me encanta fran, tenìas razón, esto està muy rico, ooh
Se apartò, y se empezó a sacar el bóxer que estaba totalmente mojado por el preseminal que le salìa, en todo ese momento que se lo quitaba no me sacaba la vista de los ojos, estaba como poseído, le encantaba tenerme asì, con las piernas levantadas y con mi cara de gozo increíble, pude ver gracias a la luz de la tele que mi cuñado cargaba con una verga como de20cms, no menos, y era gruesa pero no exageradamente, volvió hacia mi, se puso entre mis piernas y se inclinò hace mi, su cuerpo ardìa, literalmente estaba muy caliente, lo comprobè por que me agarrè de su cintura, me besaba y hacìa que le chupara los dedos, yo de exitado lo hice sin dudar ni interrogar nada, me levantaba una pierna con una mano y con la otra trataba de meterme un dedo, yo me quejaba sus dedos eran gruesos, hasta que lo metió- Ay parà que duele- le dije-Santi es obvio que te va a doler, pero en un rato vas a ver como se te va a pasar el dolor y lo vas a gozar- contestò.
Me mordía los labios y me quejè màs aùn, tenía 3 dedos metidos y ya por la mitad y no me había dado cuenta del segundo, sus suspiros eran cada vez màs fuertes, yo estaba en las nubes, se corrìa la pielcita de su cosa para atrás y adelante con una mano,(me había soltado la pierna), :se apartò y con sus dedos adentro me dijo: Bebè quiero que hagàs algo por mi, quiero que me chupès el pitito asi hacemos las cosas màs fácil-, me acomodò en un 69(yo arriba) y empecè a chupar la cabeza de su cosa, despacio, lo agarraba con mi mano derecha y lo llevaba a mi boca, no sabìa hacerlo, mientras tanto el seguía metiendo sus dedos en mi culito que ya no me dolìa, como podía el me agarraba la cabeza con su mano libre y me empujaba hacia abajo y se metia en lo mas profundo de mi garganta, yo tocìa, hacìa arcadas, sobaba sus bolitas que eran mucho mas grandes que las mìas, sacò sus dedos, se apartò me mirò el agujerito y me mirò a la cara : Ya estàs listo bebè-, Yo no tenía idea de què hablaba.
Me puso en la pose del “misionero” llevò mis rodillas a mi pecho y con la cabeza de su cosa en la entrada de mi agujerito me mirò y me dijo: Santi por favor no vallas a gritar, lo voy a a hacer lo mas despacio que pueda, al principio te va a doler pero te va a encantar lo prometo.
Yo tenía mucho miedo, no querìa que me doliera nada de lo que me iba a hacer
Se acomodò y empezó a enterrar su cabeza y le cosataba mucho. A mi me dolìa tanto que me empezaban a correr las làgrimas, èl no veìa mi cara, sabìa que lño iba a sufrir. Siguiò haciendo presión y entrò la cabeza, acomodò mis piernas en sus hombros y me agarrò los hombros por detrás de la espalda: Aguantà santi ya estamos.
Seguìa empujando y sentí milímetro a milímetro como entraba todo ese mástil. –Sii bebè te la aguantaste falta un poquito-sentìa que me ahogaba, algo me molestaba en mi interior y lo sentía en la garganta, sentí sus bolas calientes chocar con mis calgas. –Bebè ya està toda, te amo, me estàs haciendo muy feliz ricura- mientras me besaba con su lengua bien adentro comenzaba un vaivén delicioso, yo estaba en las estrellas, suspiraba suave, me penetraba con muchísimo cuidado, pasaba su lengua por mis labios, yo mantenía mis ojos cerrados, era el paraíso, entraba toda y salìa, yo lo sentía todo, gemìa: aaah que rico fran, me encanta, aah.. ah, -Te dije que lo ibas a gozar mi amor-.
-Santi cambiemos- dijo, y me la sacò, sentía un viento frìo por mis entrañas, me puso de costado y mientras me metìa su cosa me acariciaba de arriba abajo con sus manos fuertes, una vez adentro comenzó sus embestidas fuertes, brutas, se le había pasado lo suave, me quería gozar como loco, yo gemìa aùn mas fuerte, porque también lo gozaba, ya no dolìa nada, era solo placer. Empezò a embestir mucho mas fuerte – Bebè no quiero terminar- dijo, como lamentándolo. Gimiò como loco, gritaba: Aaah que rico que està tu culito mi amor, hace cuanto no gozaba asì. Se escuchaba como chocaban sus bolas en mis nalgas. Me agarrò fuerte con su antebrazo en mi cuello, haciendo presión contra su pecho, sentía algo tibio dentro de mi, había acabado. –gracias mi vida-, lo único que dijo, y me besaba en mi mejilla, yo estaba relajándome, instantáneamente, pero estaba como agitado.
La dejó adentro, por un rato, la sacò y mirò revisando mi agujerito, dijo: tenemos que ir al baño santi, me levantè y me llevò, lo que me salìa era una cosa blanca que no la conocìa, baba y sangre, lo vi en el papel que me había pasado por la rayita,- Bebè no te asustès no pasa nada-, y me llevò a la cama donde me puso una pomada fresca que me dolió al pasármela. Sonò el teléfono, era mi hermana que decía que no se podía ir por lo inundadas que estaban las calles, que irìa con el auto a lo de la mamà de Fran que quedaba cerca de la clínica.
Comimos y nos echamos a dormir, con mi culito adolorido haciendo cucharita con mi cuñado, mi primer hombre, que me hizo conocer el placer desde chiquito.
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