Mi cuñado, segunda parte
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por LeumasPrimate.
Tarde de lunes. Hoy traje parte del trabajo para mi casa, por comodidad, más que nada, pues trabajo mejor desde mi laptop, en todo lo que es online.
Levanté la cabeza a eso de las 7:00 PM, cuando sonó el timbre de la puerta, una, dos, tres veces. “Extraño”, pensé. Mi cuñado anda llave de la puerta. Y reparé entonces en que éste aun no llegaba. Usualmente llegamos 6, 6 y 30, y preparamos algo ligero para cenar, o salimos al lugar de comida rápida cercano, pero hoy, por estar imbuido en mi trabajo, no me percaté del paso del tiempo.
Fui a abrir la puerta, y me topé con el tipo de las pizzas. “Raro”, pensé. Nunca pedimos pizza y menos por la noche. “Ya está pagada… Tengo instrucciones de entregarla en esta dirección, personalmente” Me dijo, mientras clavaba en mi su mirada. Prácticamente, me escaneó. Con sus ojos me recorrió de cabeza a pies, de pies a cabeza. En ese momento reparé que estaba trabajando solo, y que solamente estaba cubierto con un bóxer amplio, bastante caído en la parte de enfrente, descalzo, y que así salí a abrir la puerta… No digo mentira cuando digo que no lo hice a propósito, aunque a decir verdad, no me arrepiento.
Titubeé un poco, no sabía qué hacer, qué decir, me dio un poco de miedo, pero ver la motocicleta estacionada al frente con el logo de la pizzería, el uniforme, la caja de la pizza, todo coincidía. “No puede ser que me estén asaltando”, me dije.
Esa mirada inquisidora empezó a provocar excitación en mi cuerpo, instantáneamente. Mi pene empezó a tomar consistencia casi de inmediato, pues mi cerebro empezó a funcionar a mil por hora. “Aun no comprendo, pero pasa, pasa, deja la pizza sobre la mesa” le invité a pasar. Y en gesto más que amable, le di una pequeña nalgada mientras el tipo cruzaba el umbral de la puerta.
La pizza apenas pudo llegar a la mesa. El tipo de las pizzas estaba más que dispuesto a cobrar su propina en especies. Se lanzó casi de inmediato de rodillas frente a mí, y mi pene ya liberado de mi bóxer, estaba rozando sus labios, entrando en su boca, sintiendo la tibieza de su saliva en todo mi erecto miembro. Quedé desnudo. Mi bóxer estaba en mis tobillos, y lo lancé suavemente a un rincón. Esa locura apasionada, no me permitió reparar en que la puerta había quedado semi abierta, y debido a ese pequeño detalle, no me percaté de la entrada sigilosa de mi cuñado, seguido en silencio por su compañero de trabajo, el del fin de semana.
Ambos estaban viéndonos, absortos, maletines de trabajo en la mano aun, y yo, con los ojos cerrados, parado en medio del salón, disfrutando del más delicioso sexo oral brindado por el repartidor de pizzas, quien ni siquiera se había quitado la gorra, solo se la dio vuelta para atrás. Mi cuñado y su compañero pusieron suavemente lo que tenían en sus manos en el piso, y comenzaron a tocarse, pues cuando el repartidor al fin pudo verlos, se separó de mi con un poco de sorpresa, y fue entonces cuando me volví y vi a mi cuñado tocándose con su compañero, divirtiéndose con el espectáculo que estábamos brindando el repartidor y yo.
“Continúen, por favor, no paren” fue su saludo, y a partir de ese momento, tuvimos un par de horas de diversión completa entre 4 machos, ya todos rápidamente despojándose de su indumentaria, lamiéndonos, tocándonos, mordiéndonos, besándonos, acariciándonos, dando y recibiendo, dos penes en la boca, otro en el ano, tres penes intentando entrar en una sola boca, inventando posiciones, intentando doble penetración, cóctel de semen, y la innovación del cuarteto nos sugirió salir al pequeño patiecito privado, donde aprovechamos para desatar la fantasía de la lluvia dorada, el repartidor de pizzas quería que entre los tres nos orináramos sobre él, mientras él se orinaba sobre sí mismo, y terminamos mojándonos entre los cuatro, riendo felices, locos, calientes, excitados, hasta el agotamiento…
¿Y la pizza? La pizza no sé. Si sé que este fue otro plan malévolo de mi cuñado. “Te estoy pagando el alojamiento. Pero no en efectivo, en especies”, me dijo. Y con esos pagos, creo que le voy a subir la renta. Me fascina que me pague así.
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