Mi desfloración comenzó en la sauna.
Todo comenzó en la sauna a la que iba, luego de terminar los entrenamientos de atletismo, era el deporte que practicaba. Lo hacía en la escuela donde estudiaba el último año de secundaria. .
Todo comenzó en la sauna a la que iba, luego de terminar los entrenamientos de atletismo, era el deporte que practicaba. Lo hacía en la escuela donde estudiaba el último año de secundaria. Además de la escuela, tenía un gran centro deportivo donde además de vestuarios, teníamos una sauna. Había incluso viviendas para algún directivo que no fuese de la ciudad, pues no solo era escuela como he dicho, es que era un gran centro deportivo, que a partir de las 7 de la tarde, quedaba completamente vacío. Solamente solíamos quedar algunos como yo que era cuando terminaba de entrenar, practicaba atletismo, y alguna otra persona como era aquel hombre que conocí en la sauna.
Se llamaba Esteban, como luego supe, era alto, 1,87 centímetros de altura, de complexión fuerte, rubio, vamos todo un portento de hombre. Yo era todo lo contrario, un escuálido adolescente de último año de secundaria, que, aunque era muy delgadito, físicamente estaba muy bien, pues el atletismo me tenía en muy buena forma. No era tan alto, medía 1,75 centímetros de altura. Joan, me llamaba todo el mundo excepto mi mamá, que siempre me decía, Juancito. Sí, sí ya sé lo que estáis pensando, y tenéis razón, era un niño de mamá, era un poco protectora con su bebé, como me decía en ocasiones, siempre procuraba traerme y llevar a todos los sitios que iba.
Aquella tarde luego de terminar con los entrenamientos de Atletismo, fui como siempre a la sauna. Al contrario de lo que solía encontrarme, aquel día solo estaba yo y aquel hombre que luego supe se llamaba Esteban. Solíamos ser 4 los que siempre nos quedábamos a última hora, pero aquel día solo éramos Esteban y yo.
Estando los 2 solos, cuando a falta de unos minutos para cerrar la sauna, veo con estupor como Esteban que estaba frente a mí, deja caer la toalla con la que se cubría, dejándome ver una tremenda verga y unos huevos enormes, al menos así fue como los veía yo en aquellos momentos.
Esteban no decía nada, me miraba fijamente, viendo mi nerviosismo a la vez que toda mi cara se enrojecía. Yo no podía dejar de mirar para aquella tremenda verga que medio morcillona le colgaba del medio de las piernas, veía como a cada paso se le iba poniendo más dura, o así al menos era lo que yo me estaba imaginando. Yo no podía apartar la vista de aquella verga mientras Esteban me miraba fijamente, hasta que escuchamos ruido de alguien que venía, cuando yo sin poder aguantar más, nervioso como estaba, me levanté para marchar, ya no faltaba nada para cerrar. Cuando quise abrir la puerta de la sauna, no se si fue por lo nervioso que estaba, pero no la daba abierto, se me había quedado trabada. Al momento ya veo que se levanta Esteban, echa la mano a la puerta pegándose completamente a mí, me dice, espera que te ayudo, lindo, y abre la puerta tirando de ella hacia dentro.
Bufff, yo estaba que me temblaban las piernas, pude notar claramente aquella tremenda verga pegada a mi espalda, cuando Esteban tratando de ayudarme, se pegó a mí, abriendo la puerta. Sentir aquel cuerpo sudoroso y aquella verga pegada a mí, me había puesto aún mucho más nervioso, y luego cuando una vez la puerta ya abierta, noto su mano pegada a mi vientre y como me dice pegándose más a mí, mañana vuelvo, a la vez que me da un beso en la oreja.
Al momento quise apartarlo y al echar la mano para separarlo de mí, mi mano fue a parar a su polla la cual toqué, bufff, que estremecimiento recorrió todo mi cuerpo, la tenía dura, no eran imaginaciones lo que había visto, el cabrón se había puesto cachondo y tenía la polla tiesa y dura.
Quedé algo aturdido y muy pero que muy nervioso, vi como aparecían unas personas, eran los encargados de cerrar la sauna, cuando reacciono y temblándome las piernas, me marcho al vestuario, terminando por marcharme para casa.
Esa noche me costó mucho coger el sueño, no paraba de darle vueltas a lo que me había pasado esa tarde en la sauna, tenía en mi cabeza la imagen de aquella polla y lo que me había dicho aquel fornido hombretón, del que desconocía todo, cuando me ayudó a destrabar la puerta, saliendo delante mía; me había llamado lindo, luego me había dado un beso en la oreja y dicho que mañana volvía, mañana vuelvo, me dijo besándome la oreja; bufff, y aquel cuerpo sudoroso, pegado a mi espalda. Todo eso me daba vueltas en la cabeza, hasta me volvía a estremecer al recordar cuando había querido apartarlo con la mano y lo que hice fue tocarle aquella dura polla. Así estuve parte de la noche hasta que el sueño me venció.
Al día siguiente, al llegar a la escuela, traté de averiguar algo de aquel fornido hombretón, no quería que se notase el interés que me había levantado, y la verdad es que no me costó apenas trabajo. Supe que se llamaba Esteban, que era un directivo de la institución, que vivía en una de las casas de la institución ya que además de directivo era un alto cargo en la parte deportiva.
El día fue pasando como siempre, al llegar la tarde y terminar el entrenamiento de atletismo, fui para la sauna como todos los días, iba nervioso, había estado todo el día dándole vueltas en si ir o no, pero al final decidí ir.
Al llegar a la sauna, estaban 3 personas, uno de ellos era Esteban, los 3 estaban hablando cuando yo llegué. No fui capaz ni de saludar, era y soy muy tímido y al ver allí a Esteban, me puso más nervioso de lo que yo ya estaba. Vi como me había mirado y aquello me había hecho estremecer, las piernas me temblaban y hasta el estómago se me había encogido.
Los 3 estaban justo sentados frente a mí, pues yo fui a sentarme al banco que solía y que era justo el que estaba frente a donde estaban ellos 3 hablando. Al entrar yo dejaron de hablar quedando en un silencio total, cosa que aún me ponía más nervioso, no sabía ni siquiera para donde mirar.
Faltarían unos 15 minutos cuando 2 de aquellos hombres se levantan y marchan despidiéndose hasta mañana y diciéndonos que ya se encargan ellos de cerrar el portón.
Nada más marchar los 2 hombres, Esteban, levantándose deja caer su toalla, viniendo hacia mí. Dios mío, que pedazo de polla, fue verla y recorrer por todo mi cuerpo un escalofrío que me hizo estremecer.
Se acerca a mí, inclinándose pone sus manos en mis muslos a la vez que acercaba su cara a la mía, que hasta pensé que me iba a besar. Pero no, no me besó, acercó su boca a mi oreja diciéndome:
Estoy seguro de que ayer no pudiste dormir pensando en mí, se que estás nervioso y lo que estás deseando. Al momento me sujeta por mis brazos, haciéndome que me levante y vaya con él a donde estaba sentado y donde había caído su toalla. Se agachó a recogerla mientras me sujetaba de un brazo, se sentó en el banco a la vez que llevaba sus manos a mis hombros, diciéndome, anda aprovecha ahora que estamos solos, pruébala que se que lo estás deseando, me decía empujándome para que me agachase.
Bufff, yo no sabía que hacer, todo el cuerpo me temblaba, pero tenía razón, deseaba tocar y chupar aquella enorme pija. Era una polla grande, mucho más grande que la mía y algunas que había visto, ver como le asomaba el glande por el prepucio me excitaba y ponía muy cachondo, miré para ella, viendo como el glande enrojecido se empezaba a asomar por el prepucio y no lo pensé más, como si fuese un zombi, me incliné a la vez que apoyaba mis manos en sus piernas, abrí la boca empezando a chupar aquel enrojecido glande.
Vi como se estremecía a la vez que soltaba un gemido y llevaba sus manos a mi cabeza.
¡Ohhh bebé! ¡ooohhh que boquita! Así bebé así, chúpala, chúpala que lo estabas deseando. Trágatela que es toda para ti, mi bebé, me animaba empujándome la cabeza para que tragase más.
Yo que seguía nervioso y medio aturdido, empecé poco a poco a chupar aquella tremenda pija, trataba de meterme todo lo que podía, pero aquello era algo imposible, era la primera vez que chupaba una polla. Nunca había hecho nada igual, solo había tenido fantasías y había visto vídeos de gais teniendo sexo, pero era la primera vez que tocaba una polla que no fuese la mía y que tremenda pija que estaba chupando por primera vez en mi vida.
Así bebé así, abre bien la boquita, ten cuidado con los dientes, chupa cariño chupa que es toda para ti. Ya sabía yo que te gustaba la verga, te veía como mirabas para mi pija, se veía que la estabas deseando, la devorabas con tus ojitos.
Ya llevábamos un buen rato, cuando escuchamos como venían a cerrar la sauna, ya era la hora, por lo que nada más escuchar los ruidos acercándose, Esteban se levantó a la vez que me apartaba, diciéndome a la vez que recogía su toalla tapándose, vivo atrás de la escuela, se acerca mordiéndome el cuello a la vez que me susurra, ven que te estaré esperando, y salió sin esperar a que yo dijera nada.
Yo me quedé pensando, no sabía que hacer, mi cabeza era un torbellino, estaba muy excitado y caliente, aquello me había puesto muy cachondo, me había revolucionado las hormonas.
Una vez ya vestido, iba saliendo, estaba todo en silencio y a oscuras, mi mamá me iba venir a recoger y no sabía que hacer, como ví que como era costumbre todavía no estaba, tomé la decisión de ir a la casa donde me esperaba Esteban, cuando llegase mi mamá a recogerme, ya me llamaría al teléfono como solía hacer cuando no me veía esperándola.
Cuando nervioso llegué a la casa, temblándome las piernas, toqué a la puerta. Al momento ya me abrió Esteban, venía recién duchado, con una bata a medio poner, pues venía con ella abierta, ya nada más ver aquella estampa, todo mi cuerpo se estremeció de nuevo, verlo así me excitaba y ponía muy caliente, pero a la vez estaba asustado, yo nunca había tenido relación sexual alguna, todavía era virgen y todo aquello me asustaba un poco. Nada más abrir la puerta y ver que era yo, abriendo la puerta de todo me dijo. Ven, no tengas miedo, pasa, me decía tirando de mi brazo a la vez que cerraba la puerta.
Ven bebé, me decía mientras apagaba las luces para que pareciera que no había nadie. Me abrazó a él a la vez que me acariciaba la espalda. Tranquilo bebé, no tengas miedo, me decía mientras me iba metiendo mano.
¿Es tu primera vez? Me preguntó al verme tan nervioso y ver cómo temblaba.
Sí le contesté, a la vez que movía la cabeza en señal de afirmación, viendo cómo se quitaba la bata quedando completamente desnudo delante mía, no creo que tarde mucho mi mamá en llamarme, siempre me viene a buscar, le dije, al verlo completamente en pelotas delante de mis narices.
Sin que pudiera hablar más, me abrazó a él a la vez que llevaba su boca a la mía, metiendo su lengua en mi boca que me llegó a las amígdalas. Dios, aquel beso me había dejado casi sin respiración, miraba para él con la boca medio abierta y las piernas temblándome, cuando dejó de besarme, notaba su polla pegada a mi ombligo, como su mano apoyada en mi culo me pegaba a él y como se quedaba mirándome con aquellos ojos que me devoraban.
El veía perfectamente mi nerviosismo, sabía muy bien que yo estaba muy excitado y caliente, pero veía lo asustado que estaba, por eso supo que aquella era mi primera vez, cosa que no iba a desaprovechar, aquella ocasión no la iba a dejar pasar, aquel bebé iba a ser suyo, iba a ser su hembrita, lo iba a hacer suyo.
Viendo lo asustado que estaba, me cogió de la mano llevándome con él. Ven cariño, no tengas miedo, no te asustes mi lindo bebé, me decía metiéndome en el baño.
Allí ya me empezó a quitar la ropa, empezó aflojándome la correa del pantalón, mientras me miraba fijamente a los ojos. Yo nervioso y cada vez más excitado, sujetándome a sus brazos, dejaba que me fuera quitando la ropa, se escuchaba mi fuerte respiración que más bien parecían jadeos, el corazón me bombeaba que parecía que se me iba a salir del pecho.
¡Ohhh bebé que lindo eres! Me decía una vez me tuvo completamente desnudo, quedándose, contemplándome.
Justo en ese momento, empezó a sonar mi teléfono. Es mi mamá, le dije agachándome para coger del bolsillo del pantalón el teléfono y contestar.
Ponlo en altavoz y dile que estás con tu profesor, me dice antes que coja la llamada.
Pongo el teléfono en manos libre y cuando le voy a contestar a mi mamá, ya se escucha la voz de ella diciéndome que tiene una reunión y va a tardar algo. Le digo que estoy con mi profesor y le paso el teléfono a Esteban, estoy muy nervioso y no sé qué más decirle.
Esteban cogiendo el teléfono, se puso a hablar con mi mamá, yo no escuchaba lo que decían, mis nervios no me dejaban escuchar, veo que Esteban con el teléfono pegado a la oreja, me agarra por un brazo haciéndome sentar sobre la tapa del inodoro y mientras ríe y habla con mi mamá, acerca su polla tiesa y dura a mi boca. Quería que le chupase la polla mientras el hablaba con mi mamá.
Yo que seguía muy nervioso, excitado y caliente como estaba, agarré con mi mano aquella enorme y tiesa polla, llevándola a mi boca, empezando a chuparla como si no hubiera un mañana. Allí estaba desnudo sentado sobre la tapa del inodoro, chupándole la polla a Esteban, mientras este sonreía y hablaba por teléfono con mi mamá, bufff, que diría mi mamá si viera como su bebé, estaba desnudo chupándole la enorme polla al que le estaba hablando por teléfono, haciéndose pasar por su profesor. Ella que tan protectora era con su bebé como me llamaba en ocasiones, que me diría si supiera lo que estaba haciendo.
Cuando Esteban colgó, me dijo, disfruta, tenemos hora y media, dejando que le siguiera chupando aquella verga como si se me fuera la vida en ello, tenía las hormonas revolucionadas y aquello me estaba volviendo loco, me estaba desatando, aquella polla me gustaba, me gustaba cada vez más.
Ya las babas me caían por todo el pecho y barbilla, ya la tenía bien pringada de babas, cuando Esteban me hizo levantar, me puso contra el lavabo, y haciendo que me mirase al espejo, me abrió de piernas, y mientras me levantaba una, empezó a comerme el culito.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí al notar como pasaba su lengua por mi anito. Dios que gusto me estaba dando, jamás sospeché que se pudiera sentir tanto placer, aquella lengua me estaba haciendo retorcer de gusto, notaba rozar su barba en los cachetes de mi culito, como su lengua hurgaba en mi hoyito haciendo que este se fuese abriendo, como mordía los cachetes de mi culito y así que me tuvo listo, colocando la punta de su enorme verga, mientras me mantenía sujetado con sus manos manteniéndome una pierna levantada, me dijo:
Mírate al espejo, mira tu carita cuando te la meta por el culo.
Y eso fue lo que hice, vi como movía su pelvis a la vez que tiraba por mi hacia él mientras su polla empezaba a abrir mi hoyito.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que sentía su polla entrando por hasta ese momento virgen culito. Dios que dolor, aquello quemaba, que tremendo dolor estaba sintiendo.
sácala sácala, duele, sácala, me duele mucho, le gritaba yo tratando de zafarme.
Pero Esteban no aflojó, sujetándome aún más fuerte, dejó su polla allí metida mientras me decía:
Ya bebé ya, ya te entró, ya la tienes dentro, la primera vez duele, pero ya verás como va pasando el dolor, vamos a esperar a que tu culito se vaya acostumbrando, ya verás como poco a poco va pasando el dolor, ya verás como luego no quieres que te la saque, verás como luego me pides que te dé más pija.
Yo seguía pidiéndole que me la sacase, aquello me quemaba y dolía cada vez que Esteban se movía un poco, hasta que poco a poco aquel dolor y aquella quemazón que sentía fue pasando.
Mientras tanto, Esteban, tratando de calmarme y que mi esfínter se fuese dilatando, con su boca mordía mi nuca e iba lamiendo mi espalda, a la vez que me iba susurrando cosas.
Ya mi lindo bebé ya, relájate y deja que tu culito se vaya dilatando y acostumbrando a la polla que lo va a follar y preñar a partir de ahora, ya verás como te va a gustar y no vas a querer que te la saque nunca, me iba diciendo a la vez que con su boca me iba mordisqueando la nuca para que me fuese relajando y entregando a él.
Cuando Esteban vio que mi cuerpo se relajaba y yo ya había dejado de llorar, manteniéndome pegado a él, llevándome prácticamente en el aire, así ensartado como me tenía, me llevó para el dormitorio.
Dios, así que vi la enorme cama que tenía, era una cama gigante, era una cama King Size, de por lo menos 2 metros de ancho por otros tantos de largo. Allí me iba a ensartar por completo, allí era donde me iba a meter la enorme polla por el culo, me la iba a terminar de meter, aquella pija me iba a llegar al estómago, me iba a dejar el hoyito bien abierto.
Nada más llegar ya me tumbó sobre la cama, me puso boca abajo y así echado sobre mi espalda, mientras me mordía la nuca y lamía la oreja, terminó de ensartarme la enorme pija por el culo. Ahora sí, ahora me la había metido hasta la empuñadura, notaba mi culo completamente abierto y sus pelotas pegadas a la entrada de mi anito. Teniéndome así empezó con el mete y saca, bufaba y gruñía insertándome una y otra vez la enorme pija por el culo mientras me decía de todo.
Así bebé así, dame el culito y deja que entre en ti, deja que te lo abra bien, ya verás como luego no vas a querer que te la saque, voy a hacer de ti todo un vicioso de verga, ya verás como luego ya me la vas a pedir tú, ya verás cómo te hago mío, te voy a sacar todo lo zorrita que eres, me decía una y otra vez mientras me estaba dando por el culo, haciéndome que dejase de ser virgen.
Yo que todavía me quejaba, lloriqueaba diciéndole que me dolía, duele, duele, le decía en un constante lloriqueo. Ya llevaba un buen rato cogiéndome, cuando me hizo poner a 4 patas, estando así, hizo que tumbase la cara y pecho sobre el colchón, y así con mi culito bien empinado y las piernas bien abiertas, volvió a meterme la enorme polla por el culo.
Ahora sí, ahora me había entrado por el culo como si nada, me la había clavado hasta los huevos y ya no me había dolido, ya mi culito estaba super abierto, ya mi anito era un tremendo boquete. Gemí al notar como me entraba la polla por el culo, ¡ooohhh!¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que todo mi cuerpo se estremecía, dándome un tremendo gustazo. Ahora sí, ahora estaba disfrutando como jamás había soñado, jamás había pensado que una polla podía darte tanto gusto.
Esteban al ver como me había estremecido de gusto cuando su polla me entraba por el culo, empezó con un frenético y endiablado mete y saca, Dios sus bombeos eran rápidos y seguidos, su polla se clavaba en lo más profundo de mis entrañas una y otra vez, su pelvis golpeaba mi culito escuchándose un plof, plof plof plof plof, plof, plof plof plof plof, los gemidos que yo soltaba tratando de sujetarme a las cobijas de la cama, y los gruñidos y alaridos que Esteban daba.
Así bebé así, deja que se abra bien el culito, ves como ahora te gusta, ves como disfrutas de mi polla. Si tienes un culito muy tragón, sabía que eras toda una zorrita, sabía que te iba encantar la verga. Las zorritas como tú, necesitan de un buen macho que las monte y le den verga, es lo que necesitáis, nacisteis para dar el culito y ser folladas. Sí bebé sí, tu ya tienes macho a partir de ahora, ya tienes quien te de verga todos los días, ya eres mi hembrita, eres mi zorrita a partir de ahora, ya tienes un macho que te monte y de verga, me decía sin dejar de meterme la polla por el culo una y otra vez.
Ya llevaba un buen rato sodomizándome salvajemente, cuando noto como su polla se empieza a hinchar más y de repente esta empieza a soltar trallazos de semen dentro de mi culito.
Me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba Esteban a la vez que clavaba sus dedos en mis caderas y sus arremetidas eran mucho más profundas.
¡Ay bebé que gusto! ¡Ay que gusto me has dado! Gritaba terminando de eyacular dentro de mi culito. Los 2 estábamos sudando como si estuviéramos en la sauna, sudábamos y estábamos completamente agotados.
A mí, las piernas me temblaban, el culo lo tenía que me ardía de calor, lo notaba abierto como si me hubieran empalado, y la verdad es que realmente había sido empalado por una enorme pija.
Aún me tenía la polla metida por el culo, cuando escuchamos sonar el teléfono, era mi mamá que volvía a llamar. Esteban sacando su verga de mi abierto culito, fue en busca del teléfono, descolgó y habló con ella, poniendo la llamada en altavoz; no se preocupe, Tómese su tiempo, ya estamos acabando, solo me falta enseñarle una cosa y ya me encargo yo de llevarlo a casa, escuchó que mi mamá decía al saber que la llamada estaba puesta para que saliera por el altavoz, Juancito, hazle caso al profe, besos; y con la misma finalizó la llamada. Esteban nada más finalizar la llamada, tiró el teléfono a la cama, vio como mi polla se erguía tiesa y dura, como yo no dejaba de mirar para su enorme polla la que acariciaba con mis manos, adoraba aquella polla, que tremendo gusto me había dado aquella enorme verga, como era posible que aquello me hubiese entrado toda por el culo, Dios que tremendo agujero me debía haber hecho, en eso pensaba, cuando Esteban agarrándome por las piernas, las levantó a la vez que me las juntaba, las colocó sobre su hombro izquierdo, y mientras con una mano las sujetaba, con la otra llevó su polla de nuevo a mi hoyito, la colocó en la entrada y de un empellón me la volvió a meter por el culo. Ahora si que me había entrado como si nada, me había vuelto a estremecer todo el cuerpo cuando sentí como me entraba por el culo.
Vamos, ahora agarra la polla y pajéate, quiero ver como eyaculas, quiero verte correr, quiero que te saques toda la lechita.
No hizo falta que me pajeara mucho, a las 3 meneadas, ya mi polla empezó a escupir semen, haciendo que todo mi cuerpo convulsionara.
Me retorcía de gusto mientras chillaba, me corro, me corro, ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! chillaba soltando una corrida como nunca había tenido. El semen me había llegado hasta la cara, tenía todo el pecho y abdomen pringada con mi corrida y varios trallazos que habían ido a parar a mi cara.
Una vez me hube corrido y descargada toda mi lechita, Esteban sacó su polla de mi abierto culito, se echó sobre mi volviéndome a comer la boca y luego de revolcarnos quedando los 2 pringados con mi semen, nos fuimos a lavar, nos vestimos y me llevó en su auto a casa.
Cuando nos íbamos a despedir, fue cuando me dijo, ¿sabes dónde está tu mamá?
No, le contesté, en una reunión fue lo que dijo…
A tu mamá la están cogiendo, en un motel, se escuchaba como llenaban el jacuzzi y de fondo se escuchaban los jadeos de una película. Así que hoy los 2 vais estar iguales.
Me encogí de hombros y marché para casa, no me importaba que a mi mamá la estuvieran cogiendo, también tenía derecho a disfrutar del sexo, yo también acababa de disfrutar, iba muy relajado, notaba el culito muy abierto, parecía que llevara todavía metida aquella enorme pija, lo llevaba algo dolorido, pero iba muy contento, ya no era virgen, ya había tenido sexo, y me había gustado, me había gustado mucho.
Los siguientes días volvimos a vernos, siempre al llegar la tarde cuando acababa de entrenar atletismo e iba para la sauna, allí me encontraba con Esteban, así que nos quedábamos solos, ya comenzábamos. Yo quería que me metiese siempre aquella enorme polla por el culo, ya mi culito se había acostumbrado a aquella enorme pija, ya al día siguiente de ser desvirgado por Esteban, así que quedamos solos, al momento me fui para junto él, me subía al banco y así sentado como estaba Esteban, yo me iba agachando hasta quedar ensartado en su enorme verga. Cuando no conseguíamos terminar, siempre nos íbamos a su casa donde allí remataba la faena.
Como me había dicho él, ya era su hembrita, era toda una zorrita a la que le encantaba ser montada por su macho.
Esteban sabía lo mucho que me gustaba la polla, sabía muy bien lo zorrita y puta que llegaba a ser, yo nunca me cansaba de ser follado, para mi culito era siempre una tremenda fiesta, incluso me gustaba chuparle la polla y que se corriera en ella, me gustaba como sabía su semen.
De vez en cuando me decía si me gustaría hacer un trio, cosa a la que yo siempre le contestaba igual, que no sabía, pues nunca había hecho nada con otro que no fuese él. Lo que Esteban iba haciendo, era irme preparando para seguir avanzando en el sexo, y todo sucedió cuando me dijo de quedar un domingo, sabía muy bien que todo lo que él le pedía a mi mamá, ella estaba conforme, lo tenía en muy buena consideración; menos mal que no sabía lo que Esteban le hacía a su bebé, ni se lo imaginaba; tanto lo tenía en consideración, que fue ella misma la que me dijo de ir el domingo a la tarde al colegio, pensaba que tenía una competencia deportiva, así que me dijo que quedase con Esteban, que me daba permiso para quedar con él.
Aquello al principio me extrañó un poco, quedar un domingo a la tarde era algo raro, pues ese día el colegio estaba completamente cerrado, no había nadie. Pero claro que acudiría a la cita, yo ya creía que lo nuestro, era amor más que sexo, estaba enamorado de Esteban, era mi hombre, cuando estaba con él yo era tremendamente feliz.
Cuando el domingo por la tarde llegué al complejo deportivo, me extrañó ver un auto, el de Esteban no era, además el lo tenía siempre en el parquin del colegio, y se suponía que a estas horas un domingo por la tarde, no tenía que haber nadie, así que algo extrañado, me recibió Esteban, yo no le pregunté nada, fuimos directos a la sauna, donde antes de meternos a la sala de calor, nos desnudamos y allí mismo nos empezamos a meter mano, yo estaba algo nervioso, no sabía porque, pero notaba algo raro. Esteban no me decía nada, solo me acariciaba como siempre, me susurraba cosas guarras mientras me iba metiendo mano. Metía sus dedos en mi culito, para irlo dilatando. Cuando nos metimos a la sala de calor, ya Esteban se sentó y yo me puse de rodillas a chuparle la polla, cada vez lo hacía mejor, ya casi me la tragaba toda, cada día era más experto.
Mientras yo le chupaba la polla, Esteban iba acariciándome y metiendo mano, me decía guarradas como de costumbre, cuando le escucho que me dice, hoy te vamos a dar una fiesta bebé, hoy vas a ser el regalo de la fiesta.
Escuchar aquello me puso más nervioso, si ya estaba algo intranquilo, el escuchar te vamos y que iba a ser el regalo de la fiesta, me había dejado algo intranquilo, pero como Esteban no decía nada más, yo seguí chupándole la polla.
Una vez ya bien pringada con mis babas, subiéndome al banco como de costumbre, me fui agachando hasta quedar completamente empalado en la enorme verga de mi novio, como creía que era, Esteban, al menos así lo consideraba yo.
Esteban al tenerme completamente empalado, abrazándome me acariciaba y daba besos, mientras impulsaba sus caderas para que su pija me fuese sodomizando, cuando de repente escuchamos ruidos y al girar yo la cabeza veo a un morocho de unos 50 años, si Esteban era fornido, aquel hombre aún era más que Esteban. Venía completamente desnudo, Dios, ver lo que le colgaba del medio de las piernas, asustaba, era una enorme polla negra y unos enormes huevos que le colgaban.
Esteban al ver como me había quedado, trató de tranquilizarme diciéndome, tranquila mi amor, es solo un amigo, es un amigo al que he invitado a nuestra fiesta.
Al escuchar decir aquello a Esteban, ya los nervios se me calmaron, por un momento creí que era algún otro directivo del colegio, pero al decirme que era amigo y no pasárseme por alto el que me había tratado en femenino al decirme que estuviera tranquila, aquello, me hizo estremecer, me gustaba que me tratase así, yo deseaba ser su mujercita, quería darle placer a mi macho y que viviéramos juntos. Pero entonces que era lo que me tenía preparado Esteban, seguía mirando para aquel morocho estando empalado por la polla de Esteban, veía lo que le colgaba del medio de las piernas y ver aquello me hacía estremecer. Mira que tremenda verga que tiene el negro, ya verás cómo te va a gustar mi amor, ya verás lo que te va a hacer disfrutar esa enorme pija, me decía Esteban.
Cuando ya estuvo a nuestra altura, Esteban me dice que abra la boca y pruebe aquella enorme pija.
Anda cariño, abre la boquita y chúpale la polla a mi amigo Iván.
Dios, si la polla de Esteban ya me parecía enorme, ver aquella polla negra, me parecía monstruosa, abrí la boca y traté de meterme la enorme verga, pero era incapaz de meter poco más que el glande, no solo era grande de lo larga que era, es que además era muy gorda, apenas me cabía en la boca.
Como pude empecé a chuparle lo que me cabía en la boca, mientras estaba siendo enculado por Esteban.
Iván que así era como se llamaba el amigo de Esteban, mientras yo chupaba lo que podía aquella negra verga, él me decía, así bebé, así, chupa el caramelito que tengo para ti, me decía mientras me separaba el pelo de la frente. Ya verás como este caramelito te va a encantar, ya verás como vas a disfrutar con él cuando lo tengas todo dentro tuya.
Tal y como me tenían, era algo incómodo, sobre todo para mí, pues estaba sentado a horcajadas cara a Esteban, tenía los pies sobre el banco, pues así era como siempre me sentaba metiéndome la polla de Esteban por el culo, pero ahora para poder chuparle la polla al morocho, Esteban sujetándome por la cintura, casi me tenía la espalda apoyada sobre sus piernas quedando mi cabeza colgando para que así pudiera meterme el morocho la enorme pija que se gastaba en la boca, por lo que era una posición incómoda y algo complicada, por lo que Esteban dijo de irnos para la casa que estaríamos mejor.
El primero en marchar fue su amigo el morocho, dijo luego de sacarme la polla de la boca, voy yendo para allá, así que luego de coger la bata con la que había venido, se fue para la casa. Detrás fuimos nosotros, Esteban delante y yo detrás del.
Nada más llegar a la casa, fuimos para la sala donde ya estaba sentado esperándonos Iván.
Bufff, cuando lo vi allí sentado con la enorme verga en su mano, Dios, aquello era monstruoso, verla me daba escalofríos. Temblándome las piernas, me acerqué quedándome frente a él, veía como se acariciaba la polla a todo lo largo, ver aquello no solo me hacía temblar las piernas, pensar en que me la metiera por el culo, me daba escalofríos, me ponía la carne de gallina haciéndome estremecer.
Anda bebé, ven y Agáchate y chupa este rico caramelito, ya verás como te va a gustar, ya verás cuando te lo meta todo por ese culito tan lindo que tienes, ya verás como vas a chillar de alegría, ya verás como lo vas a disfrutar, me decía apoyándome la mano sobre la cabeza cuando yo me agachaba para intentar meterme aquella enorme verga en la boca.
Apenas me cabía en la boca semejante pollón, apenas me entraba el glande y poco más, aún quedaba fuera más de la mitad de aquella verga. Empecé a chupar lo que podía, mientras el morocho me acariciaba la cabeza, me revolvía el pelo mientras me iba diciendo cositas.
Estando así, noto como Esteban empieza a echarme crema en el culito, me estaba lubricando, eso era porque me iban a meter aquella enorme verga que yo chupaba. Estaba claro que Esteban quería verme empalado por aquella negra y monstruosa polla de su amigo Iván. Yo la verdad es que también deseaba sentir como aquella polla me iba entrando por el culo, solo de pensarlo ya todo mi cuerpo se estremecía, quería verme empalado en aquella monstruosa verga, quería saber que se sentía.
Así que Esteban tuvo bien lubricado mi agujerito, haciendo que le dejase de chupar la polla al morocho, me hizo dar la vuelta y mientras me abrazaba y besaba metiéndome mano, me dijo que me fuese sentando sobre su amigo, mientras me iba metiendo la polla por el culo.
Me pegué al morocho y mientras Esteban me abrazaba besándome, me fui agachando, sintiendo como aquella monstruosidad de polla, me empezaba a abrir el culito. Dios, notaba como mi culo se iba abriendo cada vez más, ya creía que aquella verga me partía en 2, cuando noto como el morocho que me sujetaba por las caderas, tira de ellas hacia abajo, como impulsaba su pelvis, encajándome por completo aquella monstruosidad de polla por el culo.
¿ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillé al sentir como aquella polla me entraba por el culo abriéndome por completo. Dios me había dolido cuando el gordo glande traspasaba mi esfínter, luego ya aquel dolor había pasado, pero ahora me sentía completamente lleno, ahora si que podía decir que me tenían empalado, ahora era como si me hubieran clavado en una estaca.
Yo no dejaba de gimotear, las piernas me temblaban, mientras sentía como los 2 me acariciaban y esteban me besaba.
Así cariño así, tranquila, tranquila que ya la tienes toda dentro tuya, tu culito ya se la a tragado toda, ya eres toda una reina, ya tu culito a partir de ahora no habrá polla que se le resista, después de la cogida que te vamos a dar hoy, tu culito va a quedar abierto para cualquier tamaño de polla, me decía Esteban mientras me mordía y besaba los labios.
En aquellos momentos yo no entendía nada, o al menos no lo quería entender, yo no quería más pollas, yo quería a Esteban, quería a mi novio y por él haría lo que fuese, no me importaba hacer tríos y que otros me follaran siempre que estuviese delante Esteban.
Poco a poco el morocho, amigo de Esteban, empezó a subir y bajarme teniéndome sujetado por las caderas, a la vez que yo ya con mi culito acostumbrado a aquella enorme polla, empezaba a mover, haciendo que la polla que tenía insertada en mi culito empezase a salir y entrar, cada vez a mayor velocidad.
Mientras su amigo el morocho me estaba dando por el culo, Esteban, sujetándose su polla con una mano y poniendo la otra en mi cabeza, llevaba su verga a mi boca para que la fuese chupando, mientras yo estaba siendo follado por su amigo. Aquello ya parecía un concierto de jadeos y gemidos, el morocho no paraba de jadear diciéndome de todo, decía que tenía un lindo culito, que estaba hecho para follarlo, que se sentía más rico que cogerse una panochita, que mi culito se notaba muy apretadito.
Mientras Esteban, me susurraba así bebé así, ahora ya eres toda una reinita, mi amor, ya verás lo bien que lo vamos a pasar esta noche.
Yo estaba que me derretía de gusto, tenía mi pollita que no dejaba de soltar gotas de semen, era como si tuviera un orgasmo contino, me sentía completamente abierto y aquella enorme polla cada vez que me llegaba al fondo de mis entrañas, me daba como si fueran calambrazos, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera de gusto, y las piernas no dejaran de temblarme, aquellos 2 machos iban a acabar conmigo, cuando de repente Esteban grita que se va a correr.
Ya mi amor, ya me vengo, abre bien la boquita y trágate toda la lechita, trágatela toda mi reina.
Me corro, me corro, ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba soltando chorros de semen que yo intentaba tragar. Veía como de la polla de Esteban iba saliendo el semen a borbotones, que yo ansiosamente me iba tragando. Una vez dejaron de salir los chorros de semen, yo seguí chupándole la polla hasta dejársela limpita y reluciente.
¡Ay mi bebé que linda eres! Me decía acariciándome la cara Esteban, cuando de pronto su amigo Iván el morocho, me levanta en vilo, y empalado como me tenía, abrazándome a él, me lleva al dormitorio, me tumba sobre la cama y así como me tiene ensartado, me muerde la nuca, empieza a darme besos por la espalda a la vez que impulsaba su pelvis, clavándome bien profundo su enorme verga.
Al poco de tenerme así dando verga por el culo, mientras me mordía la nuca y orejas, me hizo girar quedándome boca arriba, me llevó al inicio de la cama pegándome contra la pared, me levanta las piernas y así inmovilizado como me tenía, lleva de nuevo aquella monstruosidad de polla y empieza a metérmela por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Grité yo viendo como aquella negra verga me entraba por el culo otra vez.
Así bebé así, mira como se abre tu lindo culito, mira como se traga toda mi verga, me decía echándose sobre mí a la vez que me mordía los labios apoderándose de mi boca.
Yo que tenía los ojos abiertos como platos, saboreaba su lengua dejando que me comiese la boca, Dios aquello era demasiado, estaba que me derretía de gusto.
Esteban mientras tanto, miraba como su amigo Iván me cogía y hacía suyo, no perdía detalle, era como si quisiera participar, pero tal y como me tenía su amigo, solo podía acariciarme el pelo, contemplando como el morocho de su amigo me follaba.
Aquella enorme polla, salía y entraba por mi culo una y otra vez, notaba como llegaba a lo más profundo de mis entrañas y como me abría por completo, Dios si parecía que aquella polla me llegaba al estómago. Notaba como sus enormes pelotas golpeaban una y otra vez mi abierto anito, y como cada vez que aquella verga me llegaba al fondo, me daban unos calambrazos, que me hacían chillar de gusto.
Yo con mis brazos trataba de abrazarme fuertemente a él, notaba como sudaba entrando una y otra vez en mí, aquel morocho me estaba dando una cogida endiablada.
Así bebé así, quédate así, quédate así que ya me vengo, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ooohhh me corro! Me corro, ¡ay maricón que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba una y otra vez soltando unos largos chorros de semen que iban llenando mi culito, dejándome preñado con su esperma.
Dios, yo no podía creerlo, no había dejado de lloriquear gimoteando de continuo, viendo como aquella negra verga entraba una y otra vez en mí, pude notar como el glande se hinchaba más cuando aquella polla empezó a soltar chorros y chorros de semen, joder, parecía que se estaba meando.
Así que acabó de soltar todo el semen dentro de mi abierto culito, aun me tuvo metida aquella monstruosidad de verga, mientras me besaba y mordía los labios a la vez que me iba susurrando lo mucho que le gustaba.
Así mi reina, así, que culito más divino que tienes, vas a ser toda una zorrita, no va a ver polla que se te resista, me susurraba el morocho amigo de Esteban.
Antes de que sacara su verga de mi abierto y follado culito, mientras me miraba fijamente a los ojos, empezó a pajearme.
Dios, así que su mano empezó a menear mi polla, creí que me moría de gusto, al momento ya mi cuerpo empezó a convulsionar y mientras yo no dejaba de gemir, mi polla empezó a soltar trallazos de semen.
¡Ohhh! ¡ooohhh! Me corro, me corro, ¡ooohhh ohhh! Gritaba yo soltando trallazos de semen que iban a parar a mi pecho y abdomen.
Cuando ya mi polla dejó de escupir semen, mientras me recuperaba de aquella tremenda follada que me acababan de dar, tumbado y sudoroso como estaba, vi como el morocho luego de sacar su enorme polla de mi culito, se levanta, ¡Dios! Tremenda polla que le colgaba, toda aquella polla había estado dentro de mí, ver semejante verga me hizo estremecer, no podía creer que aquella verga hubiera podido haberme entrado por mi culito. Eché instintivamente mi mano a mi agujerito, pudiendo comprobar el enorme agujero que tenía, mis dedos entraban pudiendo tragarse casi mi mano sin ninguna dificultad.
Quedé así mirando como el morocho amigo de Esteban, luego de levantarse de aquella enorme cama, dejándome allí recuperándome de la tremenda follada que me acababa de dar, hablaba con Esteban e iba al baño.
Vi como Esteban revolvía mi pelo y luego de hablar con su amigo Iván, me decía si me había gustado el regalito.
¿Que mi bebé, que te ha parecido el regalito que te tenía preparado?
¿Te gustó?
Yo que todavía temblaba de gusto, moví la cabeza en señal de afirmación. Sí, sí me había gustado, todavía mi cabeza seguía procesando la tremenda follada que me acababan de dar.
Esa noche cuando me acosté en mi cama, no dejaba de pensar en todo lo que me había pasado aquel día, Ahí empecé a darme cuenta de que Esteban, no solo me había desvirgado, Esteban había dado el siguiente paso iniciando lo que, desde ese día, iba a ser mi prostitución, y la verdad es que aquello me gustaba, me gustaba demasiado.
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@danisampedro91
wow hermoso relato bro uff linda vivencias eh
Me alegro de que te haya gustado el relato, es una historia real de mi vida, espero que te haya puesto bien cachondo y te haya hecho disfrutar.