MI DOCTOR FAVORITO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SantiVic95.
Aún recuerdo aquel día en el que regresaba del gimnasio con, en aquel entonces el amor de mi vida, el tan famoso “Manuel”, conocido por sus negocios ilícitos que manejaba en el centro de la ciudad, cosa que él pensaba yo ignoraba, pero era todo lo contrario, aunque por respeto guardaba silencio, bueno la verdad no por respeto mantenía aquel dato, solo lo callaba porque sabía que más adelante lo podría utilizar para algún beneficio.
Pero bueno regresando al inicio, esa noche “12 de Abril de 2016” ya daban las 22:00 hrs y apenas iba llegando a mi casa del gimnasio, presionado por la cantidad de deberes que aún tenía pendiente, pero todo eso podía esperar, yo estaba en el carro de “Manuel” y obvio no iba a desperdiciar la oportunidad de comérmelo a besos y darme unos sentones en su verga.
Así que todo empezó a las 22:10 hrs, Manuel se estacionó en una calle, con los faros de luz descompuestos, a la vuelta de mi casa; rápidamente puso el freno de mano y tan pronto lo soltó, con mis manos agarre su rostro, lo mire directamente a sus ojos cafés y profundos, él tenía una mirada cansada, misteriosa y llena de lujuria.
Esperaba a que él me besara primero, pero la verdad no aguante, así que no me di cuenta a qué hora metí mi lengua al interior de su boca, el sabor de sus besos eran frescos, supongo por la pastilla de menta que él ya venía chupando desde hace rato; de repente siento que lentamente introduce sus manos por debajo de mi playera, acariciando mi espalada de arriba hacia abajo, tratando de meter sus manos al interior de mi bóxer y así estar en contacto con mis nalgas, que en aquel momento estaban paraditas y bien duras, bueno en realidad siguen igual; yo no lo dejaba ir más allá por miedo a ser agarrados por una patrulla, pero mi calentura fue más grande que mi miedo, así que de un segundo a otro ya tenía mi pants y mi bóxer por los suelos del carro, solo restaba mi playera, por lo tanto decidí quitármela y estar desnudo ante él.
Yo solo veía como Manuel me comía con su mirada, podía sentir su calentura, sus ganas de tocar mi cuerpo, saborear cada rincón de mi piel, tener nuestros cuerpos en contacto, compartiendo nuestro sudor y placer.
La verdad era muy incómodo estar fajando en los asientos delanteros, así que decidimos pasarnos a la parte posterior de su carro, oportunidad que aproveché para arrancarle toda la ropa y una vez desnudos y cómodos me senté en él, acomodé mi pene encima del suyo y con un movimiento lento empecé a desplazarme de atrás hacia adelante, para que nuestros testículos hicieran fricción, y poco a poco sentí como el pene de Manuel iba creciendo, era una erección impresionante, fácilmente unos 19 cm, yo moría por sentir ese pedazo de carne entres mis piernas.
De repente Manuel me toma entre sus brazos y me recuesta a lo largo del asiento, me besa y con su lengua recorre mi cuello, lentamente baja a mi pecho y mordisquea cada uno de mis pezones, me dolía, a lo cual grité – No mames wey bájale, ¡me duele!-, él solo rio y me sonrió, posteriormente con la punta de su lengua recorrió todo mi abdomen plano y duro hasta bajar a mi pelvis y por último se colocó frente a mi pene totalmente erecto alcanzando unos 17 cm, el cual no se la pensó dos veces y lo introdujo al interior de su boca, el placer era extremo y más por el hecho de poder ser descubiertos por alguien teniendo relaciones sexuales en el carro, yo solo sentía como la lengua de Manuel humedecía y recorría cada parte de mi pene, -¿Te gusta pequeño?.
– preguntó, solo sonreí dándole a entender que sí; de rato sentí como chupaba cada uno de mis testículos y como los metía dentro de su boca hasta bajar a mi ano, su lengua recorría la superficie de éste, trataba de lubricarme bien, se comía mis nalgas como si no hubiera un mañana, mientras con su mano derecha masturbaba mi miembro erecto; yo jugaba con su cabello, haciéndole saber que no parara; y de repente introduce uno de sus dedos de la mano izquierda, el dolor era insoportable, pero al ver su mirada y su sonría picarona el dolor cedía, él me hace una señal para que me parara y se pudiera recostar, y me dice: -Pequeño, ponte al contrario para poder jugar con tu culito mientras tú me la mamas, ¿Te late?.
– , -Va.
– Le respondí, lo más rápido posible me acomode frente a su verga, y mis nalgas apuntando a su cara; uno, dos tres dedos fueron los que entraban y salían de mi culo, una, otra y otra vez, yo solo me retorcía de placer mientras le hacia una de las mejores mamadas que hubiera hecho en mi vida, el tener ese enorme pene en mi boca saboreando su líquido preseminal me ponía al top del placer, lentamente con mi lengua acariciaba su glande y trataba de introducir todo su miembro hasta llegar a sentir la punta de sus vellos depilados en mis labios, así que empecé a masturbarlo al mismo tiempo que se la chupaba, y de repente siento como me detiene la cabeza –Bonito, espera que no me quiero venir aún.
– me dice con una sonrisa en su rostro; posteriormente se sienta y de la bolsa de su pants, que se encontraba tirado, saca un condón y me pregunta –Pequeño, ¿me lo pones?.
-, No lo podía creer, por semanas esperé ese momento, el día en que Manuel me penetrará, admito que me sentía nervioso porque quería que fuera un día inolvidable tanto para Manuel como para mí; tan rápido se lo puse, él agarro su pene y empezó a buscar mi ano, el cual se encontraba ya dilatado y humectado por su saliva, así que no batallamos en que entrará al interior de mi culo porque de un solo movimiento la introdujo, era una sensación de placer, de excitación, de morbo que nunca nadie antes me había hecho sentir; una de sus manos la coloco en una de mis nalgas y con su otro brazo me abrazaba por la cintura, es así que él tomo el ritmo del acto sexual, solo sentía como subía y bajaba de su pene erecto durante la penetración anal, cada vez más y más rápido, yo no aguataba el sentir tanto placer, mi pene estaba por explotar, y de repente lo abrazo por su cuello y lo beso, no tardamos en empezar a sudar y sentir que la temperatura de nuestros cuerpos aumentaba con cada embestida, mi pene hacia fricción con su abdomen, lo cual me estimulaba y dejaba salir chorros de semen sobre su cuerpo, eso lo prendía para realizar movimientos un poco más bruscos; ya no me reconocía, parecíamos un par de animales salvajes peleando por sobrevivir, de repente Manuel me deja de besar, toma mi cuerpo sudado y lo coloca sobre el suyo y me abraza con tal fuerza que escuché como tronaron mis vertebras, él me pide que lo abrace también y siento como la última penetración es más dura que las otras dejando su pene dentro de mi ano y quedando él paralizado; sin sacar su pene de mi ano Manuel masturba mi pene erecto por un par de minutos más hasta hacerme eyacular por todo su abdomen, pecho y creo lo salpique hasta su boca, él como siempre solo me sonríe, toma mi cara y me besa, al último solo nos reímos ya que los vidrios quedaron totalmente empañados como en el Titanic.
Ya vestidos me lleva hasta las puertas de mi cerrada y antes de bajar me agarra del brazo, yo lo volteo a ver y él acaricia mi mano para posteriormente darme un beso en los labios, un beso tierno, rápido y de piquito, como dos adolescentes enamorados.
Antes de bajar del carro me dice –Oye Santi, ya no estés triste, por algo pasan las cosas y siempre para bien, tu tranquilo.
– Yo le respondo con un simple gracias y una sonrisa, -Una última cosa pequeño, mañana no podré ir al gym, es que tengo que ir a Guadalajara a resolver unos asuntos y regreso hasta jueves, pero no dejes de ir a hacer ejercicio, nos vemos el viernes.
– Me dice Manuel.
(Quien diría que esas fueron las últimas palabras que le escuche decir).
“MIERCOLES, 13 DE ABRIL DE 2016”
7:40 hrs Fuck!, ya se me había hecho tarde para ir a las prácticas clínicas; rápidamente me doy un baño con el agua fría para despertar, me pongo el uniforme y salgo volando al hospital sin calentar el carro.
-Qué raro, ya son las 8:15 hrs y no veo por ningún lado a mis compañeros de rotación, eso es raro ya que por lo general yo soy el que llega al último.
– Me dije
-Dr.
Santiago, ¿Qué hace por aquí hoy?, Se le olvido que hoy tenían el día libre.
– Escuché
-¡Fuck!, lo olvide- dije.
Al momento que me doy la vuelta para ver quien me hablaba, me doy cuenta que era el Dr.
Adrián Herrera, trate de no ponerme nervioso, ya que, ese doctor me imponía, mejor dicho lo admiraba por ser una persona inteligente, preparado y muy lindo con sus pacientes, a parte estaba guapo y mamado, y por eso me ponía nervioso el estar frente a él, y se le notaba lo gay a kilómetros (Aclaro nunca me gusto).
El Dr.
Herrera no tenía ni un mes de haber terminado su residencia, así que le calculaba unos 28 años.
-¡Pero qué bueno que veniste!, así me ayudas con los pacientes.
– Me dijo
Estando ya en el consultorio entra la primera paciente, era una niña con no más de 14 años, la cual presentaba maculas acrómicas en diferentes partes de su cuerpo.
-Dr.
Santiago podrías ir por la luz de Wood, en lo que yo apago la luz del consultorio, para que analicemos mejor las maculas de la paciente.
– Me dice
-Claro Doctor.
– Respondí
Una vez que le entregué la luz de Wood al doctor, decido colocarme a lado de él, esperando que el Doctor termine de revisar a la paciente para que posteriormente yo lo hiciera.
-Dr.
Santiago, ¿Qué haces tan lejos?, ven acércate, ponte junto a mí para que veamos juntos las manchas de la paciente.
– dice el Dr.
Herrera
Más nervioso no podría estar, mi mejilla estaba literalmente rosando la mejilla del doctor, mientras tratábamos de ver la dermatosis del paciente a través de un vidrio con aumento y luz ultravioleta (Luz de Wood).
-Dr.
Santiago ya vio, un nevo de Sutton- Me dice mirándome fijamente a los ojos, estando a unos centímetros de darnos un beso.
-Sí, ya lo vi.
– respondí
-Lo vamos a tener que retirar para mandarlo a analizar, ¿o usted que opina doctor?.
– Me pregunta.
Yo solo sentía como el doctor se acerca cada vez más y más, apunto de darnos un beso.
-Si está bien, para descartar la posibilidad de un melanoma.
– respondo, sin prestar atención a lo que digo, ya que me encontraba perdido en las grandes pestañas del Doctor Herrera.
Ya era inevitable sentir sobre mis labios la respiración del Doctor; uno de los dos tenía que dar el siguiente paso, y como el Doctor tenia cara de que no lo iba a hacer, fui yo quien trato de besarlo.
“Toc, toc, toc”.
Se escucha que tocan a la puerta, la cual se abre segundos después, era Fátima la enfermera.
-Hay doctores, porque tan románticos con la luz apagada.
– nos dice Fátima
-Jajaja- risa incomoda del Doctor Herrera y mía.
Me sentía morir, porque pensé que Fátima me había visto tratando de darle un beso al doctor pero por la cara que traía la enfermera deduje que no se dio cuenta, a parte la luz estaba apagada.
Decido retirarme del consultorio y me voy al lobby para tranquilizarme un poco, y para calmar mis nervios me pongo a leer un pequeño libro, el cual siempre cargaba conmigo, para la interpretación de electrocardiogramas.
A los pocos minutos escucho una risa, volteo y es el Doctor Herrera, quien pregunta que estaba leyendo, a lo que yo le enseño la portada del libro.
-¡Ahh! Electro, sabes, yo aprendí cardiología hasta llegar al internado, de hecho aún conservo mi libro de electro, si quieres mañana te lo traigo, igual y te sirve, ¿Qué otras materias llevas?- Pregunta
-Mmmm, pues Cardio, Neumo, Derma, Nefro, Salud Ambiental y Estadística.
– Respondo
-Tengo unos libros que te van a ayudar, mañana sin falta te los traigo.
– Me dice
No podía creer lo buena onda del Doctor, creo que eso fue punto clave para encariñarme con él en forma de amistad y admiración.
Antes de irme del hospital, entro a la oficina de mi adscrito para despedirme, para lo cual interrumpo su plática con el Dr.
Herrera.
Para mi sorpresa me doy cuenta que mi adscrito estaba revisando unos exámenes de la Universidad Huitzilopochtli, a la cual yo asistí mis primeros 5 semestres de la carrera.
-Jajaja, no puedo creer que el menso de Zamarripa sacara un 4 en el examen.
– Me burlo.
Mí adscrito con cara de admiración.
– ¿Lo conoces?- Pregunta
-Sí, es que yo hasta el semestre pasado estuve en esa Universidad.
– Respondí
-Mañana tengo clase con ellos a las 20:00 hrs, ¿no quieres ir?- Me pregunta
-La verdad no sé, es que aún se burlan por el hecho de cambiarme de universidad, no me sacan de Judas.
–
-Anda vamos, yo daré la clase.
– Me dice el doctor Herrera
No me lo tuvo que decir dos veces para aceptar, la sonrisa nadie me la quitaba, creí haber encontrado a ese amigo en quien confiar para hablarle de mi sexualidad, ya que era un tema que quería sacarlo, pero no sabía con quién.
“JUEVES, 14 DE ABRIL DE 2016”
Llegue al Hospital unos 15 minutos antes de las 8:00 hrs.
, la emoción de volver a ver al Dr.
Herrera era inmensa, así que no me le separe durante las siguientes 3 hrs.
, sin darme cuenta dieron las 11:00 de la mañana, ya era hora de irme a la universidad, así que me despido de mi adscrito, las enfermeras, la interna y dejo al último al Doctor Herrera, tratando de darle a entender que él no tenía ninguna relevancia en mi vida, pero la verdad era todo lo contrario, la admiración era grande y el querer ser como él en un futuro invadían mi cabeza.
Dr.
Herrera: – Santiago, espera, vamos rápido a mi camioneta para entregarte los libros.
–
La verdad no quería que me los diera en ese momento, porque mis compañeros de rotación iban a ver y también iban a querer los libros, y la verdad no los quería compartir con ellos.
Yo: – Mira, la verdad ya vamos tarde a clase, pero hoy en la noche que nos veamos me los das, va.
–
Para eso una de mis compañeras, de nombre Cometa, escuchó mis palabras.
Saliendo del hospital, Cometa me pregunta: – Santi, a donde vas a ir con el Dr.
Herrera en la noche.
–
Fuck! No sabía ni que inventarle para que no fueran en la noche a la clase del doctor, pero como no se mentir, les dije la verdad, cosa que no les intereso y quede un poco más tranquilo.
Saliendo de la Universidad me fui un rato al gym, me duche en las regaderas del club y me aliste, trate de ponerme lo mejor presentable y me fui directo a la Universidad Huitzilopochtli.
La clase terminó a las 22:00 hrs.
, Posteriormente nos dirigimos al estacionamiento para que el doctor me hiciera entrega de los libros, era increíble la cantidad que me regaló.
Dr.
Herrera: -Oye no te asustes si encuentras entre los libros una cartita o una note de amor, ya tengo rato que no los reviso.
–
Yo: -Jaja no te preocupes, fíjate que hace unos meses una amiga descubrió una carta de amor entre las páginas de un libro que tenía.
– Le inventé, para tocar el tema de mi sexualidad.
Dr.
Herrera: -¿y eso que tiene de malo?-
Yo: -Pues, que la carta era para un chico.
–
El Dr.
Herrera puso cara de sorprendido (Pero yo sospecho que él ya sabía que yo era gay, solo se hizo wey en el momento).
Dr.
Herrera: (Con cara picarona) –Entonces te gusta la verga Dr.
Santiago.
–
Yo: -May be, jaja.
–
El Dr.
Herrera se acerca a mí, me agarra de la cintura y me dice: -Vamos a mi casa para platicar más agusto.
–
No me la creía, las piernas me temblaban de la emoción, la idea de estar en la casa de mi Doctor favorito me prendía full, trate de disimular la emoción, pero la verdad mis ojos me delataban, por lo tanto cada quien se subió a su carro y nos pusimos en marcha a la casa del Doc.
Una vez que llegamos, entramos a su casa, él enciende la luz y me pregunta si quería algo de tomar, a lo que yo desisto.
-Vamos a mi cuarto para estar más agusto- Me dice
Inmediatamente entrando a su cuarto, me siento en la esquina de su cama, mientras observo como el Doctor se quita el saco negro que traía puesto ese día.
De repente volteo y con una cara llena de lujuria, agarra mi mano y hace que me pare de su cama, para quedar frente a él, nos miramos por unos segundos imaginando todo lo que íbamos a hacer en unos instantes.
Él lentamente empieza a acariciar mi cuerpo, desde mi cuello hasta mis nalgas, mientras me besa con tal fuerza que no me deja respirar, ni tomar algún suspiro; yo lo empiezo a tocar del pecho, su abdomen y bajo mis manos para poder disfrutar de sus nalgas, por unos minutos estamos así, hasta que al doctor se le ocurre meter su mano en mi playera y trata de quitármela, a lo que no me deje, solo por hacerlo enojar, y soy yo quien le quita primero la camisa y así poder chupar su cuello, bajar a sus pectorales y chupar sus pezones, mientras le desabrocho el pantalón y lo dejo solo en bóxer.
Él no se queda atrás y me arranca la playera para quedar en contacto piel con piel, nos seguimos acariciando y besando, como si por días hubiésemos esperado ese día.
Yo no aguante más y me quité el pantalón para quedar también en bóxer y así sentir las piernas peludas del Doctor Herrera sobre las mías.
Lo sigo besando al mismo tiempo que meto mi mano dentro de su bóxer y juego con su pene erecto, wow me sorprende lo grande que era, nunca imagine que el Doctor calzara ese miembro, fácilmente eran 20 cm., era inevitable el querer ver esa verga, por lo tanto le bajo su bóxer, a lo que él me responde igual.
Por fin estamos completamente desnudos uno frente al otro, acariciando cada parte de nuestra piel, no podía dejar de chupar el pecho con vellos del Doctor, era tan excitante, a lo que él agarra mi cara y me planta un beso para que posteriormente bajara hasta su pelvis y empezara a mamársela, de un solo movimiento me la meto toda a la boca y la chupo como si fuera el mejor caramelo de mi infancia, a él le gustaba, por lo que agarro mi cabeza para ponerla fija y mientras él hacía embestidas en mi boca hasta un punto que paro porque no quería venirse tan rápido; sin soltar mi cabeza, él se agacha y me planta un beso y me la empieza a mamar, uff nunca nadie me había hecho una mamada tan rica, profunda y húmeda, hasta lo podía comparar con Manuel, el placer era extremo mi glande era tan sensible a lo húmedo de su boca y mis testículos a su lengua; ahora el que quería eyacular era yo, a lo que lo detengo con un beso y hago que se pare para seguir besándolo.
Duramos otros 10 minutos haciéndonos sexo oral turnándonos uno y uno, pero la verdad era algo cansado el estar parado, de repente el doctor me toma de mis nalgas y me carga directo a su cama, para que posteriormente cayéramos los dos en ella, los besos eran apasionados y las caricias aumentaban como la temperatura de nuestros cuerpos al estar rosándose.
No tardamos mucho en querer hacer un 69, nos posicionamos, él agarro mi miembro erecto y yo el suyo, y continuamos con las mamadas por otros 10 minutos, jugueteando con su pene, sus testículos y su ano, quería disfrutar ese momento al 100 % porque no sabía si se volvería a repetir.
De repente el Doctor me dice al oído: -Dr.
Santiago ya está listo para penetrarme.
–
Mi cara de sorprendido fue inmensa, esa no me la esperaba, ser yo el activo, Dios no lo podía creer jaja, la última vez que trate de ser activo fue cuando le inventé a Martín que ese era mi rol y todo por querer participar en un trio con su novio, y todo fue un fiasco.
-Ehh! Si doctor, ya estoy listo.
– respondo nervioso
El doctor se posiciona y deja sus nalgas expuestas para que yo empezara a estimular su ano, lo primero que se me vino a la mente fue hacerle un beso negro, así que con mi lengua inicio a chuparle ese culito, metiendo cada vez más mi lengua dentro de su ano, una vez húmedo trato de meter uno de mis dedos de la mano derecha mientras masturbo el miembro del doctor con mi mano izquierda, mi dedo entra y sale con facilidad, por lo tanto meto otro dedo y por ultimo meto otro jaja, ya eran tres dedo en su ano, él solo gemía de placer, eso me ponía cada vez más cachondo.
Dr.
Herrera: -¡Santiago! Ya métemela, ya te quiero sentir dentro de mí.
–
Agarro el condón y lubricante que estaban en la mesita a lado de la cama y me preparo para penetrarlo.
El Doctor se pone como perrito, yo agarro mi verga erecta y busco su ano, a lo que fue muy fácil de encontrar, ya que el wey estaba completamente abierto.
La sensación era increíble, el sentir como su culo apretaba mi verga mientras lo penetraba era inexplicable, era un placer diferente al de ser pasivo, todo se concentraba en mi verga, mis testículos y piernas rebotaban con las nalgas del doctor con cada embestida que le daba, el solo gritaba mientras me lo cogía; cada vez íbamos más rápido, de repente cambiamos de posición haciendo la del misionero para poder ver la cara de excitado del doctor mientras me lo echaba.
Él colocó sus piernas sobre mis hombros y de un movimiento se la metí completa, trato de acercarme a su cuerpo sudado para besarlo y él me responde con un beso mientras me abrazo por el cuello, y me dice que no me separe de su cuerpo, así que sin dejar de abrazarlo, sintiendo su rostro y barba sobre mi mejilla me lo sigo cogiendo, las penetraciones cada vez son más rápidas y duras, pero lo mejor era el sentir el pene del doctor que rosaba con mi abdomen, hasta que de repente escucho un orgasmo que provenía del Doctor, en pocos segundos me percato que mi abdomen estaba húmedo, y siento como el ano del Doctor se cierra con mucha fuerza con mi pene adentro, uff me encantó como apretó su culito cuando se vino, eso me estímulo a penetrarlo aún más fuerte, la cama se movía y hacia mucho ruido, pero eso no nos importaba, estábamos entregados completamente el uno con el otro en un deseo carnal, el sexo era lo único que nos importaba en ese momento, a los pocos minutos siento que ya no puedo y saco mi verga del interior del culo de Herrera y me la empiezo a jalar hasta venirme a chorros en el abdomen del Doctor.
Por último me recuesto encima de él para descansar un poco y terminar por darnos una ducha juntos, riéndonos de lo ocurrido y prometiendo que nadie se enteraría de tal hecho.
17 DE JUNIO DE 2016
Fuck! Revisando mis calificaciones finales del semestre, me doy cuenta que me lleve una a extra, por lo tanto me dirijo a caja a pagar el examen extraordinario, pero en eso llega una chica de semestres más arriba y me menciona que se abriría un grupo en vacaciones para recusar la materia que había reprobado a lo que me decidí a entrar.
20 DE JUNIO DE 2016 “INICIO DEL CURSO”
15:10 hrs.
No puedo creer que hasta en vacaciones llegue tarde a mis clases, jaja pero bueno, era el primer día y nada pasaba si llegaba 10 minutos tarde.
Entrando al salón de clase me llega un mensaje y lo reviso sin poner atención quien estaba dentro de éste y de repente escuchó:
-Dr.
Santiago, que sorpresa verlo aquí.
–
La voz se me hizo conocida y lentamente subo la mirada para ver quién era el que me hablaba.
Esta vez no lo podía creer, mis sospechas se confirmaban, el Dr.
Herrera sería el profesor del curso de vacaciones ….
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