¡Mi dulce violador!
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Kagamine-Len.
Hace algunos años yo era un chico muy popular entre las chicas del colegio, siempre me dejaban cartas de amor y regalos tontos en mi casillero, pero desafortunadamente en ese entonces me consideraba asexual, no me interesaba nada ni nadie, la verdad siempre fui un chico muy reservado casi antisocial, talvez eso era lo que mas les atraía de mi, nunca me e considerado una persona fea sinceramente soy muy atractivo, soy delgado, de ojos verdes, mi piel es blanca, muy fina y delicada, mi cabello es rubio, corto y ondulado, podría decirse que soy un poco femenino, o al menos eso es lo que se rumoraba por la escuela.
Todo marchaba muy bien para mí, nada me salía mal y todo lo que quería lo conseguía con mi esfuerzo, pero un día se me ocurrió comentarle en son de broma a uno de mis compañeros que estaba pensando en conseguirme una novia ya que comenzaba a expandirse el rumor de que me atraían los chicos, jamás hubiera abierto la boca ya que desde ese día mi ¨ amigo ¨ se dio a la tarea de buscarme una compañera anunciándole a todas las chicas que yo por fin estaba disponible, interminables filas de chicas (y lo digo sin exagerar) me esperaban afuera de cada clase, me acosaron durante días. Mi casillero estaba al borde de reventar con tantas notitas de amor, ya no sabia donde esconderme del acoso de esas niñas, un día después de verme salir de la práctica de natación un grupo de unas cinco chicas me siguieron por todos los pasillos, si no hubiera sido yo el perseguido habría muerto de risa al ver tal escena, sin saber que hacer aproveche un momento de descuido por parte de ellas y Salí corriendo asía el tejado de la escuela
Una vez arriba cerré la puerta tras de mi y suspire aliviado, -No deberías estar aquí- dijo una suave voz, rápidamente busque su origen el cual localice en un chico que se encontraba de espaldas contra la reja, -¿te escondes de esas chicas locas verdad?- me dijo sonriente al volverse a mi, (wow esa sonrisa tan fresca y alegre me encanto) yo le asentí con la cabeza y camine asta el, no fue asta que lo tuve frente a mi que me di cuenta de quien era, -¿eres diego, no?- le pregunte, la verdad es que si sabia quien era pero solo se lo pregunte para romper ese silencio tan incomodo, el me miro y me dijo que si, diego era un estudiante del mismo grado que yo pero de diferente clase, ya habia escuchado de el por mis compañeros los cuales decían que aunque tenia poco tiempo estudiando en este colegio ya se habia convertido en un chico bastante popular inclusive mas que yo. -¿tu debes de ser miguel?- me dijo sonriente, -¿eres algo así como mi rival?- añadió unos segundos después, yo le negué efusivamente pero el solo río y me dijo que era una broma lo cual me tranquilizo un poco, diego parecía un chico tan tranquilo como yo, usaba unas gafas de niño intelectual muy lindas que lo hacían ver verdaderamente adorable, llevaba su cabello negro azulado con un corte que le cubría un poco el rostro con el flequillo el cual entre pequeños espacios que ondulaban gentilmente con la suave brisa permitían ver una suave coloración añil en su mirada, su piel un poco mas delicada y pálida que la mía brillaba tenuemente con el sudor que provocaba un día tan caluroso como ese, sin darme cuenta me habia quedado embelesado con su belleza ya que tenia varios minutos sin decir nada y solo me dedicaba a mirarlo, finalmente mi silencio pareció incomodarlo y se volvió rápidamente asía la reja dándome la espalda, -es difícil ser acosado por tantas chicas ¿no es así?- dijo después de un rato, – es mas difícil cuando ninguna de ellas te interesa-le respondí de inmediato, finalmente después de otro momento en silencio me despedí de el no sin antes quedar en volver a vernos en el tejado algún otro día.
Los días continuaron normalmente, pero esta vez las chicas ya no me acosaban, ahora seguían a diego a donde quiera que fuese, echo que inconcientemente me tenia muy celoso, no sabia si era porque ya no era tan popular o porque me enfadaba verlo rodeado de tantas chicas, después de verlo disfrutar tanto de la compañía femenina (porque el era verdaderamente cortes con todas esas fastidiosas niñas) mi actitud cambio radicalmente ya no era ese chico tranquilo y amable que solía ser, ahora siempre estaba de mal humor y me molestaba por cualquier cosa, todo estaba muy mal, no podía dejar de pensar en el, me sentía muy confundido por toda esa situación, no tenia idea de que era lo que pasaba conmigo y mas aun me molestaba que una chica seguía acosándome, solo una de todas las que ahora seguían a diego, me seguía buscando a mi, Maria se llamaba esa niña, realmente era muy linda pero nunca me llamo la atención, después de mucho sufrir llego la temporada de exámenes pero como yo estaba enfocado en mis celos reprobé todas las materias lo cual me llevo a ser reprendido por ello, pase de ser un alumno de dieses a uno reprobado, estaba tan avergonzado y molesto que lo único que quería era irme a mi casa, camine asta el casillero y al abrirlo de el callo una hoja de papel, *te espero en el tejado* decía, esa fue la gota que derramo el vaso, estaba tan furioso por todo lo que me ocurría que corrí al tejado para encontrarme con Maria y ponerle un alto a todo ese tonto acoso, cuando llegue no habia nadie así que camine asta la reja y me recargue en ella
Después de unos minutos escuche como alguien subía las escaleras y abría la puerta, sin volverme a verla escuche como se acercaba a mi, -Tienes que entenderlo, no me interesan las personas como tu…me das asco- le grite sin mirarla, realmente no deseba decir eso pero mi ira nublaba mi juicio, al darme cuenta de lo que habia dicho me volvía rápidamente asía ella para disculparme pero mi sorpresa fue tan grande que casi me muero, parado frente a mi estaba diego, su rostro y su mirada eran diferentes parecía verdaderamente molesto y lastimado, -ni siquiera me das la oportunidad de decir nada y así sin mas me rechazas…que cruel-dijo mientras me tomaba de la playera, en ese momento pensé que estaba jugando y que solo bromeaba con el mal entendido, pero sin darme la oportunidad de reaccionar me jalo asía el y me beso, ese beso despertó algo en mi, algo que jamás habia sentido, sentir su lengua jugueteando en mi interior hizo que mi corazón comenzara a latir a mil por hora como cuando lo vi la primera vez, pero algo dentro de mi mente me impidió sucumbir ante mi deseo e inmediatamente intente apartarlo de mi, -¿Qué estas haciendo? Déjame- le grite desesperado y algo atemorizado de que alguien nos fuera a ver, -¿Que te deje?…¡No! imposible tienes que pagar por lo cruel que as sido- respondió, su voz parecía normal pero su mirada era algo que me daba mucho miedo, seguía pidiéndole que parara mientras sus manos tocaban todo mi cuerpo, mi piel parecía arder con cada rose de sus dedos, rápidamente me recargo contra la reja y levanto mi playera, sentir su aliento soplando en mi pecho me estremeció, cuando sentí su lengua recorriendo mi cuerpo no pude evitar comenzar a gemir y solo puse mis manos en la reja y lo deje hacer todo aquello que quiso conmigo, de pronto metió su mano en mi pantalón y toco mi pene el cual estaba muy duro por todo lo que me hacia, -¿esto de verdad te gusta?- me pregunto sonriente, completamente avergonzado negué con la cabeza, -entonces haré que te guste- respondió ante mi negativa y metió mi pene de una sola vez en su boca, nunca habia sentido algo tan delicioso en toda mi vida, -Un chico…Un chico me la esta mamando- fue todo lo que alcanzase a decir pero justo en ese momento perdí la razón y me deje llevar, puedo recordar como sostuve su cabeza y comencé a embestirlo con fuerza asta que termine en su boca, una vez que termine me recargue de nuevo en la reja y cerré los ojos, fue entonces cuando el aprovecho para bajarme por completo el pantalón y darme la vuelta, – ya disfrutaste tu, ahora aquí va tu castigo- cuando termino de decirlo me embistió con fuerza y sin ninguna contemplación lo metió por completo de una sola vez, un dolor indescriptible recorrió mi ser mientras el seguía embistiéndome sin piedad perforando asta lo mas profundo de mi frágil cuerpo, era como si quisiera llegar asta mis entrañas, de pronto se detuvo y me pregunto si estaba bien, pero no pude responderle ya que el intenso dolor que sentía me lo impedía pero al parecer esto solo lo motivo a seguir ya que sin detenerse a pensar en mi volvió a la suyo, ya para ese momento yo gritaba y lloraba pidiéndole que se detuviera, jamás en toda mi vida creí pasar un sufrimiento como aquel, mientras el seguía arremetiendo contra mi lastimado orificio, mi pene volvió a pararse, todo aquello comenzaba a excitarme, rápidamente quise tomarlo y masturbarme mientras el me penetraba pero no me lo permitió, me tomo de los brazos y comenzó a utilizarlos para darle mas fuerza a sus embestidas, yo estaba a cien ya no podía soportar tanto castigo, -estas tan bueno y apretado que no creo poder aguantar mas- me dijo lascivamente al oído, sus palabras obscenas siguieron, -tu que parecías tan serio mira nada mas que cuerpecito tan sucio tienes- no podía soportar sus palabras por alguna razón me excitaban mas, asta llegar al punto en el que le suplicaba que lo hiciera mas fuerte y mas rápido, pero lejos de escucharme se quedo quieto mirándome y lo saco de mi cuerpo, rápidamente me volvió asía el y pude ver aquel enorme pedazo de carne que habia estado en mi interior, de el escurría un poco de sangre y restos de excremento lo cual me dio muchísimo asco pero a el no le importo y con las manos abrazo mis muslos y me levanto un poco yo pensé que iba a caerme y me abrase de su cuello
Me recargo por completo en la reja y me penetro de nuevo pero ahora con mas fuerza, estando en esa posición sentía como su pene llegaba asta el fondo de mi ser, -¡ahhhg por favor no pares!- le suplique entre gemidos, esta vez me escucho y siguió haciéndolo con mas fuerza, -¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡MI CULO, MI CULO ESTA ARDIENDO!- le grite buscando mas placer, después de unos minutos pude sentir como sus movimientos se hacían mas rápidos, -estoy en mi limite ya no aguanto- me dijo, al escucharlo solo pude pensar *hazlo dentro de mi quiero sentir tu calor*, pero no lo pensé si no que ¡lo grite a todo pulmón!, el sonrió y acelero asta donde pudo sus embestidas y finalmente pude sentir como todo su caliente semen llenaba mi pobre culito y resbalaba por mis nalgas, cuando termino se quedo un momento dentro de mi y luego me dejo caer, se subió los pantalones y me miro, -estuvo muy bien hay que repetir en alguna otra ocasión- me dijo mientras sonreía, su sonrisa y su mirada habían regresado a ser las mismas, pero ahora yo estaba muy molesto, -eres un maldito violador- fue todo lo que pude decirle, el me miro sorprendido pero de inmediato volvió a reírse, – no te rías fue mi primera vez maldito cerdo- le grite furioso, -¿enserio?…pues parecía que ya lo habías echo antes, incluso me pediste mas- me respondió aun sonriente, luego al ver mi enfado y el daño tan grande que me habia hecho se acerco y me abrazo, -desde que me transfirieron siempre me as gustado pero nunca pensé tener la oportunidad de hablar contigo y el otro día cuando finalmente hablamos creí que podíamos ser amigos o algo mas porque me dijiste que ninguna de las chicas te gustaba entonces pensé que tal vez tendría el camino libre, así que me arme de valor y te deje una nota en tu casillero, pero cuando me dijiste que te daba asco me moleste muchísimo y perdí la razón, realmente no deseba tratarte así,- yo solo escuchaba atento todo lo que me decía y me di cuenta de que no éramos diferentes ya que yo también sentía algo por el, sin decir nada lo abrase y lo bese.
Se que para algunos sonara extraño pero increíblemente desde ese día comenzamos a salir y somos muy felices ya que nuestra relación a durado ya mucho tiempo incluso estamos pensando en casarnos y formar una familia cuando terminemos los estudios, yo estoy muy enamorado de el y se que el lo esta de mi sin importar nada ni nadie seguiremos juntos asta que el cuerpo aguante.
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