MI EXILIO EN EL CAMPO, EL CAPATAZ
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Tiago (Santiago) mido un 1,65 m. de estatura, soy delgado, con una linda colita dura y bien parada, mi cabello es largo y de color castaño claro, todos dicen que soy bastante lindo, mi historia comienza a mis 14 años, estaban terminando las vacaciones y le dije a mis padres que no quería seguir estudiando, digamos que estaba en una etapa de rebeldía en la que realmente no sabia lo que quería hacer con mi vida, por mi edad tampoco podía trabajar así que me pasaba el día en la compu o jugando a la play con Marcelo, un muy querido amigo y vecino, tenia 16 años, alto, morocho, buen físico, cabello corto de color negro, con Marcelo nos conocíamos desde chicos y hacia poco mas de un año que secretamente teníamos relaciones casi a diario en la cual yo era el puto pasivo y sumiso, el mi macho activo y ardiente, estaba tremendamente embelesado con el, fue mi primer hombre, a quien le entregue mi virginidad, era el amor de mi vida.
Una tarde mis padres me dieron la infausta noticia de que habían decidido mandarme a vivir al campo con mi abuelo Jose (el padrastro de mi madre) quien vivía solo desde que enviudo hacia ya 10 años, me dijeron que lo hacían para que no anduviera de vago mientras ellos iban a trabajar, con mucha tristeza me despedí de mi amado Marcelo y partí rumbo a la provincia, llegue a la estación de tren casi al anochecer me estaba esperando don Pedro el capataz, un hombre de unos 60 años, de aspecto bruto, era muy alto 1.80 m.,robusto, medio pelado, T: – ¡hola que tal, mi nombre es Tiago soy el nieto de don Jose!…, luego de presentarnos nos subimos en la camioneta rumbo a la casa, no hubo ningún dialogo durante el viaje don Pedro era un tipo serio y muy callado, al llegar en la puerta estaba mi abuelo, un hombre de unos 70 años, 1,75 m. de altura, robusto, pelo y barba blanca , desde chico yo siempre lo vi parecido a Papa Noel, luego de acomodar mis cosas cenamos y nos fuimos a dormir.
Al otro dia bien temprano el abuelo me despertó para desayunar, al terminar me dijo que era muy chico para trabajar en el campo, que por ahora dedicaría a las tareas de la casa y a preparar la comida,, como hacia mucho calor me puse una remera fina ajustada al cuerpo y un short bien apretado que resaltaba mi prominente cola estaba tan entretenido en mis cosas que no me di cuenta que alguien había entrado, cuando me doy vuelta y veo que el capataz estaba detrás mio observándome detenidamente, T: – ¿hola don Pedro, que anda buscando, precisa algo?… P: – ¡su abuelo me envió a buscar agua fresca y lo que ando buscando no creo que usted me lo pueda dar!… se fue dejándome con la duda de que quiso decir con eso, era un hombre raro y enigmático, siempre serio y con respuestas sarcásticas, cada vez que lo encontraba me decía algo que me dejaba pensando, empece a sentir que estaba interesado en mi, pero creí que eran locuras mías a consecuencia de mi abstinencia sexual, aparte no se me ocurría como comprobar si quería algo conmigo, habían ya pasado varios días y no aguantaba mas estar sin sexo, tenia que hacer algo o me volvería loco, hacia ya mas de un mes cuando una mañana mi abuelo me llevo a recorrer el campo, al llegar a la orilla del rio me dijo si quería bañarme en el, yo dude un poco pues llevaba puesto unos pantalones vaquero y calzoncillos debajo, entonces el abuelo me propuso que me bañara desnudo total nadie me vería, me desnude tranquilo y me disponía a meterme en el agua, pero antes de entrar me aviso que se iba por que tenia muchas cosas que hacer, que luego me vendría a buscar que disfrutara tranquilo, así lo hice me encantaba estar en bolas en el agua, que me puse tan cachondo que debí echarme una paja (me masturbe) para aliviarme la calentura que tenia, al rato salí y me recosté en la orilla a tomar sol, estaba tan cómodo que me quede dormido boca abajo, de repente escuche una voz decir que me levantara que ya era tarde, era el capataz que venia a buscarme por orden de mi abuelo, pude notar que observaba mi desnudez con ojos de lujuria
Se notaba que me tenia ganas así que decidí ponerlo a prueba, tarde en pararme fingiendo que me desperezaba contoneaba todo mi cuerpo, acaricie mis nalgas como ofreciéndome, el viejo no aguanto mas y como una fiera se abalanzo sobre mi, tomándome por la cintura empezó a refregar su cuerpo con el mio, pude notar por el bulto que estaba al palo, luego con una mano acaricio mi trasero como queriendo llegar al agujero de mi cola, haciéndome el indignado le dije T: – ¿nooo, por favor don Pedro déjeme, que me va a hacer?… P: – ¡usted muchacho que anda por ahí ofreciéndose como una puta, ahora me pide que lo deje, no me importa que sea el nieto del patrón, me tiene recaliente y le voy a romper el culo!…., luego sentí que se desabrochaba el cinturón seguido el ruido del cierre de su bragueta, haciendo caer al suelo su pantalón junto con sus calzones, apoyo fuertemente su mano en mi espalda para inclinarme hacia adelante abruptamente quedando con mi trasero bien parado y listo para ser penetrado,, apoyo la cabeza caliente de su verga en el agujero de mi ano y con fuerza sin decir nada me la enterró por completo, era como si el tronco de un árbol entrara por mi culo, pegue un grito de door que creo que asusto hasta a los pájaros, fue tremendo pues me la mando en seco sin lubricante alguno, entre lagrimas le suplique que se detuviera pero al bruto poco le importo el continuo como si nada, estuvo cojiendome como una fiera largo rato, jadeaba y bufaba de placer como una bestia, transcurrió mucho tiempo hasta que acabo dentro mio llenando de semen mis entrañas, luego como pude me vestí mis piernas estaban todas chorreadas de leche que salia por mi cola y mi cuerpo se sentía totalmente adolorido como si me hubieran dado una paliza, volvimos para la casa sin palabra alguna de lo sucedido.
Había pasado ya una semana desde aquel día en el rió cuando el bruto del capataz abuso de mi, nunca hablamos del tema era como si nunca hubiera sucedido, una tarde de domingo mi abuelo se tenia que ir a la ciudad por unos tramites y tardaría dos días en volver, entonces aproveche para ir hasta la casa del capataz para pedirle una explicación sobre lo que me habia hecho, en realidad lo que buscaba era que volviera a suceder, por que pese a la forma salvaje en que me había poseído me gusto, al llegar el no se extraño de verme y dijo P:- ¡mira que había sido vicioso el maricón viene para que le de mas!… entonces me agarro de un brazo y me metió adentro, de mala manera me ordeno que me desvistiera mientras el hacia lo mismo, ya estábamos en pelotas ambos P: – ; parece que le agarro cariño a mi pinga, bueno aqui la tiene dese el gusto, venga y mamela como ternero guacho!…me tomo de los cabellos haciéndome agachar a la altura de su miembro, entonces agarre y me la introduje en la boca ansiosamente, esta vez pude ver que era de buen tamaño y grosor (unos 18 X 5 cm.), nada que ver con la pijita mediana de Marcelo a la que yo estaba acostumbrado, estuve largo rato chupándosela, el jadeaba de placer P: – ¡que bien muchacho, mamas la verga mejor que puta de pueblo y eso me gusta!… tomando mi cabeza con sus manos comenzó a cojerme por la boca, metia y sacaba con fuerza, una y otra vez produciéndome arcadas de a ratos, hasta que en un momento me la introdujo casi por completo y comenzó acabar haciéndome tragar hasta la ultima gota de semen que despidió P: – ¡ siii así muy bien traguesela toda, saboree mi rica leche!…me levanto con sus enormes brazos y me tiro sobre la cama, ordenándome cocar en cuatro patas mirando hacia la pared P: – ¿ póngase así bien con la cola en alto que su macho lo va a montar como a una yegua en celo, le gusta que le de por el culo con mi tripa gorda muchacho?… T: – ¡siii don pedro me encanta su tripa y por eso vine para que me la de por la cola, quiero que me haga gozar como la otra vez en el rió, pero por favor me gustaria que fuese un poco mas suave por que me dejo el culo a la miseria!… P: – ¡no me ande llorando ni haciendo berrinches de nena, banquesela sin chistar como buen maricón que es!…me la volvió a enterrar de golpe hasta los huevos como la primera vezhaciendome ver las estrellas
Era un animal pero me gustaba mucho, nunca me habían tratado así, pero veía algo en el que me calentaba a mil, estuvimos cojiendo hasta caer la noche, perdi la cuenta de los polvos que me hecho, era un semental terrible, antes de irme le dije T: – gracias don Pedro por cojerme, me gusto mucho, pero por favor no le diga nada a mi abuelo por que el no sabe de esto, no quiero que se entere que yo soy un puto!… P: – quedes tranquilo muchacho y cuando usted quiera le voy a seguir dando verga, tiene una boquita viciosa y un culito muy bancador eso me gusta, y no le diré nada al patrón si ese es su deseo, aunque pienso que si se entera no creo que le importe mucho, como si no le habrá dado a mas de un peón el viejo zorro!… T: – ¿ como…usted quiere decir que mi abuelo …?… no quiso continuar la conversación dejándome como siempre con la espina de la duda, me abrió la puerta para que me fuera, a partir de ese momento continuamos cojiendo casi a diario, mi cola se fue acostumbrando a sus brusquedades,lo hacíamos cuando nos venia en gana y en cualquier lugar,en su casa, en el campo,en el rió, en el granero, donde se daba la ocasión el me ensartaba, nunca creí conocer un bruto así, que me haría sentir tan bien, pero mi historia no termina aquí, mas adelante les seguiré contando como pase con felicidad mi exilio en el campo….
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