Mi experiencia inolvidable
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Pasaron varios años y un buen día nos encontramos, y me hizo de nuevo la invitación de estar juntos en su casa.
Sentí esa sensación por descubrir algo nuevo; nunca había tenido sexo con un hombre; solo con mujeres.
Pero ahora puedo decir que estar con un hombre es algo distinto; es una sensación diferente; es un placer excitante.
Así que cierto día le marqué, nos pusimos de acuerdo y me presenté en su casa; vive solo.
Me sentía muy nervioso, y me pidió que me tranquilizara.
Me empezó a besar; yo como que no quería aceptar sus besos, me picaban sus bigotes.
Pero ya estaba allí y solo me dejé llevar por él.
Me empezó a desnudar y el hizo lo mismo.
Al quedar complemente desnudos, vi su pene bien grueso; creo que al doble del mío.
Me pidió que nos bañáramos; nos fuimos a la regadera.
Allí siguió besándome y acariciándome todo el cuerpo; y yo haciendo lo mismo, y de vez en cuando le tomaba su pene entre mis manos, y le dije que la tenía muy gruesa.
La verdad se me antojaba tenerla adentro.
Le empecé a pegar mis nalgas en su pene y él me abrazaba.
Sin decir más, me puse bastante jabón en el ano y le tomé su pene y lo acerqué a mi ano; me la empujó suavemente, pero yo grité de dolor, le pedí que me la sacara, le dije que no lo aguantaba.
La mera verdad, me dolió mucho.
Pero seguimos insistiendo; me puse más jabón y de nuevo me la empujó, y poco a poco se fue metiendo.
Sentía mucho dolor; así que le pedí que me la sacara y metiera repetidamente.
Así fue que pude sentirla toda adentro; me tenía agarrado de la cintura y yo me movía en círculos con el pene adentro.
Qué delicia, qué ricura, es algo especial lo que yo estaba sintiendo.
En seguida me pide que nos vayamos a la cama; nos secamos rápidamente y nos fuimos a la recámara.
Allí me pidió que me acostara boja arriba.
Empezó a chupármela, y a besarme todo el cuerpo.
Me levantó las piernas y me besó el ano bien lavadito; me metió su lengua.
Mmmmm, aquí sí que me excitó más.
Sentir su lengua adentro de mi ano es algo muy sabroso; casi me hace venirme.
Y así bien excitados ambos, me empezó a follar tan rico que yo solo le decía que me gustaba, que me la metiera hasta dentro.
Que a pesar de que me había dolido, ahora me gustaba más y más.
Él me besaba, me chupaba mis tetas y me masturbaba.
Eran momentos de gran placer para mí.
Nunca había sentido algo tan rico y tan sabroso como ese día.
Después de un buen rato, se acostó él boca arriba y me pidió que me sentara en su pene ben erecto, baboseante de placer.
Antes de subirme, sentí ganas de chupárselo; se lo chupé con muchas ganas y luego me fui sentando en él.
Qué delicia, nos besamos, nos dijimos cosas excitantes; hasta que terminamos ambos: él adentro de mí, y yo en su pecho.
Me vine como nunca antes lo había hecho; sentí que descargué todas mis tensiones; quedamos cansados pero bien relajados.
Todavía le chupé su pene grueso para limpiar todo su semen y me los tragué; no sé a sepa el semen pero a mí me gustó tanto la cogida bien rica que me dio, como el semen que tragué.
Después de un rato, nos volvimos a meter a la regadera para bañarnos.
Nos despedimos con besos y caricias.
Quedamos de vernos en otra ocasión.
Al siguiente día cuando me bañé, sentía mi ano un poco rozado, pero satisfecho.
Es una experiencia que no la había vivido nunca, y deseo repetirla.
¿Te animas?
Que conste, no soy gay.
Sólo deseo disfrutar algo diferente de vez en cuando.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!