Mi Familia con Dos Papas 14@ Sigue relato de mi Hermano.
Mi hermano Ismael me sigue contando sus aventuras con su colega en el trabajo minero.
Y seguiré con el relato de mi hermano en primera persona, pero es lo que él disfrutó.
Y así seguimos estrechando lazos con mi compañero de labores Marcelo, y ya hablando abiertamente de nuestro gusto por los chicos y comentando nuestra primera experiencia con el chico caribeño. Me contó que ya había estado con él antes, que una tarde que andaba solo buscando algún encuentro se cruzó con el padre en un bar y a poco charlar el padre le ofreció a su hijo por cierta cantidad de dinero, pero con la condición de estar presente por seguridad y tranquilidad de todos, lo que Marcelo aceptó.
Así pues, fueron a un motel como ya explique antes y se lo cogió deliciosamente comprobando que el niño lo disfrutaba por lo que concluyó que el padre lo había iniciado de pequeño (y sí, el niño le confirmó que era su padre) y ello se manifestaba en la versatilidad que mostraba en las posiciones que asumía y los gestos de gozo que mostraba.
Y así fue que, en otra ocasión, Marcelo me pidió que no viajara inmediatamente cuando correspondía el descanso y que saliéramos a buscar alguna “movida” de las que a ambos nos gusta, lo que entendí claramente a que se refería.
Apenas llegamos a Calama, dejamos nuestras cosas en un hotel y alquilamos un auto, una vez hecho Marcelo empezó a revisar su libreta y me preguntó si he cogido algún chico de raza negra, a lo que respondí negativamente y me dijo buscaría un haitiano que tenia el contacto por ahí.
Buscó en su libreta e hizo varias llamadas hasta que sonriente me dijo estaba listo, que había conseguido un chico de 10 años haitiano y que nos reuniríamos por la tarde así que nos dedicamos a descansar esperando la ansiada hora.
Ya empezando a oscurecer nos dirigimos al mall y en cierto lado del estacionamiento apareció un negro grande acompañado de un jovencito, tan negro como él, delgado, alto para la edad, pero con la natural cara de niño que era de esperar para sus 10 u 11 años. Marcelo le hizo un gesto y le dijo un nombre a lo que el negro asintió y se subieron ambos al auto en asiento posterior y enfilamos nuevamente a la zona de moteles, donde como la vez anterior, solicitamos una cabaña por 3 horas a la que ingresamos los 4 en medio de la oscuridad que ya reinaba.
Mientras entrábamos a la cabaña, mi amigo le agarró el culo al muchacho, exclamando ¡wow, que rico! A lo que me sumé y efectivamente su culo se sentía muy bien formado y duro, algo que no se notaba en sus amplios pantalones.
Como en la vez anterior, apenas entrar nos empezamos a desnudar y la solicitud de una ducha previa al muchacho, quien lo hizo de inmediato. Su acompañante (no podría asegurar fuera su padre) observaba desde la puerta dándole instrucciones en su idioma seguramente diciéndole que se aseara bien en especial su culito.
Ya saliendo del baño le pude observar bien, el chico alto quizás de 1,70 mts. Delgado, pelo ensortijado corto, y un culo bien parado. Me llamó atención su pene bastante grande para la edad, lo que parece ser una cualidad de haitianos como raza negra que son.
Nosotros de pie desnudos con nuestros miembros a full, le hicimos arrodillarse y mamarnos alternadamente, mientras le agarrábamos la cabeza haciéndole atorarse con nuestras folladas orales, las que el chico toleraba sin esfuerzo. El negro adulto se ubicó en una esquina a observar, al lado de una silla donde luego se sentaría.
Levante el mentón del niño para observarle la cara y extrañamente tenia los ojos claros, me sonrió cuando lo hice mientras se saboreaba, seguramente el sabor del precum que nos estaba humedeciendo. Lo llevamos a la cama y de nuevo al medio entre Marcelo y yo lo empezamos a acariciar, agarrarle el culo, meterle los dedos reconociendo el fruto que estaba dispuesto para saciar nuestros bajos instintos. El negro mayor ya sentado tenía sus pantalones a la altura de las rodillas y se agarraba aquella tremenda verga que parecía manguera de jardín, pero negra, y que seguramente era la que entrenaba al chico para los encuentros pagados que tenía, esa herramienta al menos media 25 cms, ¡wow!.
Esta vez fui yo quien inició todo, que, dada mi primera vez con un chico negro, y sabiendo que estaba bien aseado, le puse boca abajo y empecé a comerle el culo, mientras Marcelo le llenaba la boca con su blanco pene. Me lengua llegaba hasta lo mas profundo del aquel negro túnel produciéndole sensaciones placenteras al chico que se mostraban en como se retorcía y a ratos soltaba exclamaciones calientes cuando el pene de mi amigo se lo permitía. Luego de un tiempo, me levanté, me arrodille entre sus piernas, levanté un poco su culo para dejarlo en posición, y sin compasión le introduje mis 20 cms hasta que mis huevos tocaron su carne.
Claro que, pensándolo bien, para el chico ello no fue ningún sacrificio ya que como antes mencioné la verga del negro adulto andaría por los 25 cms y de seguro era su “sparring” para estar a punto para clientes como nosotros. Como sea mi verga se enterró por completo sintiendo ese calorcito que un culo recién penetrado emana, y junto a ello lo ajustado que sentía mi verga.
Empecé pues con mi mete y saca profundo, casi violento y que al moverme hacía que la verga de Marcelo se incrustara mas a fondo en la garganta del joven. llegando a pensar que en algún momento nuestros miembros llegaran a tocarse por el interior del chico.
Esta vez fui yo quien luego de una gran culiada terminara llenando de semen la profunda abertura anal del haitiano, lo que hice gimiendo y acostándome para recargar todo mi peso en el cuerpo del chico, quien también temblaba dándome a entender que el disfrute fue mutuo. Mi amigo me hizo salirme, para previo secado del agujero inundado, clavar sus 18 cms de blanca carne en el niño, dándome una imagen hermosa del contraste entre la carne prieta y la blancura de Marcelo.
Me acomodé a pocos centímetros de la acción para observar en primera línea como aquel émbolo blanco taladraba una y otra vez al jovencito que gemía a cada clavada. Fue en ese instante que miré hacia el rincón donde el negro adulto se encontraba, y lo vi parado, con los pantalones en los tobillos y aquel verdadero misil de carne, que ya dije al menos 25 cms en su mano, subiendo y bajando su piel para dejar a la vista su roja cabeza, quedé verdaderamente impresionado mas aún al imaginar al chico ensartado por ese monstruo en lo que imagino sería todo un espectáculo.
Mientras yo cavilaba aquello fue Marcelo quien empezó a gruñir y acelerar su ritmo hasta por fin acabar, lo que se manifestó en el cambio de sonido de la follada ya que, al ser inundado el culo del niño, el sonido cambió, así como el aroma del ambiente, sexo, nada más que sexo.
Debo reconocer que el morbo como nunca me invadió, no se si fue el hecho de tener ese negrito dispuesto a todo, el tocar su suave piel, apretar su duro culito que apenas mi amigo se bajó, lo puse de lado al medio de ambos y lo empecé a acariciar, a besarle, chuparle las tetillas, meter mi lengua hasta su campanilla y ahí me di cuenta que su pene estaba completamente duro, grande considerando su edad pero nada de extrañar al ver a su padre que ya me convencí que si lo es y por la raza misma, que se lo agarré y lo masturbé arrancándole gemidos, alternándome con tocar su culo, meter mis dedos en su húmedo agujero. Estaba embelesado en ello cuando sentí la verga de mi amigo a plena erección, se la agarré y la ubique a la entrada y espera para sentir en mi mano el roce de su pene entrándole nuevamente, con un escalofrío del niño que gimió al sentirse nuevamente empalado.
Mantuve mi mano en esa posición sintiendo como entraba y salía la blanca verga en el negro culo mientras lo seguía besando, lamiendo que de verdad me tenía loco de lujuria.
Luego de un rato le pedí a mi amigo me dejara cogerlo, por lo que le saco la verga y el chico se dio vuelta para poder ensartarlo yo de nuevo. Mi amigo se ubico a la altura de la cabeza del chico para cogerlo por la boca mientras yo le daba por el culo y lo masturbaba dándole placer por tres lados.
En ese momento me fije que su padre estaba de pie al lado de la cama mirando en su mejor actitud de voyerista, que en realidad la imagen era de película pornográfica, el chico disfrutando por tres lados y me imagino que el negro quería puro participar, pero eso ya escapaba al trato.
Cuando se sintió un gorgoreo me di cuenta que mi amigo le estaba llenando la boca de semen, lo que hizo que yo mismo le acabara dentro del culito, mi mano estaba toda húmeda que el chico soltó un liquido transparente que no era semen dada su edad, pero fue una eyaculación. El adulto por su parte se giró hacia la pared y lanzó grandes chorros de semen que indicó claramente que estaba a full como nosotros.
Nos quedamos reposando un momento y me levanté tomando de la mano al chico para llevarlo a la ducha donde ambos nos bañamos. Marcelo se nos unió y manoseamos al chico otro rato para luego salir a vestirnos. El negro nos pidió permiso para bañarse lo que hizo mientras nos vestíamos, para luego llevarlo a un lado, pagué los servicios y nos fuimos al auto para dejarlos en el centro de la ciudad y nosotros a nuestro hotel.
Invítenme. Quiero ir con ustedes
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