Mi Familia con Dos Papas. (7@ parte, El día después)
Luego de la celebración del cumpleaños numero 8 de mi hijito Matias, con todo lo caliente que fue, hay que volver a la normalidad, pero esa normalidad ya nunca será la que fue……..
Y luego del regalo “especial” que recibió mi hijo Matías, de recién cumplidos 8 años de parte de su tío, volvimos a la normalidad, yo al trabajo, él niño al colegio. Ese lunes por la tarde, me llega un mensaje de WhatsApp de mi hermano preguntando si me podía llamar a lo que acepté, total tenía poco trabajo en la oficina.
Apenas me habló me manifestó la increíble sorpresa que le habíamos dado con Matías, que era lo mejor del mundo y que estaba encantado y agradecido que le hubiera compartido tan exquisitos momentos.
Me señaló que ya se iba a la faena y quería saber si al regreso podía pasar a visitarnos el primer día a pasar la noche con nosotros para irse a su hogar al día siguiente.
Recuerdo a mis lectores, que mi hermano trabaja en faena minera en el norte de Chile en turnos de 15 x 15 o sea alterna en la mina y su hogar.
Le dije que sí, que no había ningún problema, además que ya me había contado de sus problemas de pareja, le vendría bien visitar a la familia, jejeje.
Y así, que sin darnos cuenta pasaron las dos semanas. En el intertanto seguimos nuestros encuentros con el vecinito Gerardo, que viene a jugar consola (jejeje) y a veces en verdad yo le ayudo con algunas materias de su estudio.
El día antes mi hermano avisó el vuelo que tenía a Santiago, y le comenté a Matías quien estaba muy contento y ansioso. Contaba las horas para que llegara su tío favorito como él le dice (es el único tío real que tiene en todo caso).
Apenas sonó el timbre mi hijo salto de la emoción. Ya se había preparado haciéndose un minucioso aseo íntimo según ya había aprendido, y estaba con su piyama de superhéroes. Mi hermano entró, le tomo en brazos besándolo efusivamente, además de agarrar y amasar las nalgas del niño. Lo dejo en el suelo y dijo se bañaría que venía apestando del viaje.
Apenas salió de la ducha se dirigió a mi dormitorio con la toalla alrededor de la cintura la que mostraba un prominente bulto en la parte delantera. Se acercó y Matías quien se la bajó de golpe quedando a la vista los 20 cms de oscuro pene, el que nace de una mata de pelos negros como los que abundan en su pecho y estómago.
Mi hermano se abalanzó sobre el niño y empezó a besarle y lamerle todo el cuerpecito, darle pequeñas mordidas haciéndole reír de buena gana, para irse al culito que empezó a abrir con su lengua haciendo suspirar y gemir al niño. Luego de una buena comida de culo, tal como la vez anterior se acostó boca arriba y le invito a que se auto empalara, para lo cual se aplicó abundante crema en el pene y en el huequito del niño. Yo por mi parte miraba y me masturbaba suavemente esperando lo que se fuera dando.
Matías se acomodó a horcajadas sobre el pene de su tío y empezó a bajar, yo me ubiqué de nuevo entre las piernas de mi hermano, y miraba a corta distancia como aquel trozo de carne negra iba invadiendo el rosado huequito de mi hijo. Yo colaboraba separando las nalgas para favorecer la penetración.
Nuevamente estaba a pocos centímetros de los grandes huevos de mi hermano, los que a señalé cuelgan de una gran bolsa, invitándome al morbo. Veía como mi hijo se estaba clavando a su propio ritmo, olía ese aroma a sexo de hombre y a culito de niño y no aguante la tentación y me metí sus huevos a la boca, lo que le sacó una exclamación de sorpresa.
Mi hijo admirablemente seguía ensartándose aquel pistón de carne, y ya iba más de ¾ incrustados y poco a poco seguía avanzando, haciendo gala de la experiencia adquirida, mientras yo me alternaba un huevo y el otro en mi boca y a ratos ambos, mi hermano gemía y suspiraba imagino de la clavada a su sobrino y de la comida de huevos que yo le prodigaba.
Increíblemente en un momento mi hijo se dejó caer con todo su peso clavándose completamente la verga familiar, y si bien, lanzó un quejido, se quedó inmóvil adaptándose al tronco que se había tragado, como ya le había yo enseñado. Poco a poco empezó a cabalgar a su tío, quien no solo suspiraba y gemía, sino que aullaba de placer.
Mi hermano agarró al niño de la cintura levantándolo y dejándolo caer de forma casi violenta, en una nueva ensartada, y otra y otra. Yo miraba como le salía más de la mitad para de nuevo incrustárselo en su totalidad, lo cual también me excitaba y no solamente chupaba los huevos fraternos, sino que lamía el culo de mi hijo y de paso la verga de mi mellizo en una locura orgiástica sin límites.
De pronto sentí un ruido y veo y huelo como empieza a chorrear semen de dentro del culo de mi hijo que estaba siendo inundado por todo lo acumulado en la mina. Por supuesto que parte de eso cayó en mi boca saboreando aquel salado néctar por primera vez y que ya no será la última.
Y siguiendo con el morbo del momento, le pido a Matías que se quede sobre su tío y le abrace, de modo que yo pueda meter mi verga erecta en su culito repleto de leche de su tío, quien ya había sacado su pene chorreante del infantil culo, y así nuevamente disfrute de una batida de leche de hermanos, quedando los tres untados de la leche revuelta. Saque mi pene y aplique mi boca en el rosado culito de mi hijo, el que estaba algo irritado por la feroz culeada de su tío que descargó sus ganas de dos semanas en él. Al hacerlo pude sentir en mi boca ese sabor salado del semen, de la especial mezcla que se había producido. Seguí metiendo mi lengua por unos instantes y ya me detuve para descansar de la emocionante sesión de sexo familiar.
Nos fuimos al baño, y nos metimos los tres a la tina, previa ducha para sacarnos los restos húmedos de la follada reciente, y les avisé que Matías ya debería irse a dormir dado que al día siguiente debía ir al colegio temprano, lo que aceptó sin chistar que es un trato que tenemos entre ambos. Mi hermano, obviamente con ganas de seguir la fiesta me preguntó si podía hacer excepción y cambiar el horario a lo que me negué, pero a cambio le dije que dormiríamos los 3 juntos, obviamente con Matías al medio de la cama lo que fue muy bien aceptado.
Así pues, mi hijo preparó sus cosas para el día siguiente y con mi hermano nos tomamos una cerveza tranquilos comentando la fortuna que tenemos en esta triple relación.
Pasado una hora y algo más nos fuimos a la cama, no sin que antes me preguntara Ismael si se podía “hacer algo” en la cama con el niño y le dije que sí, que, si bien duerme muy profundo que hasta podría pasar un tanque por su lado sin despertarlo, era muy fácil acomodarlo para disfrutarlo un poco más.
Mi hermano no esperó a saber más y se desnudó abriendo la cama empezando a sacarle el pantalón del piyama al niño, mostrando una erección de campeonato nuevamente. Le empezó a comer el culito, metiendo la lengua y ya fue simple que la dilatación de las cogidas anteriores se mantenía, por lo que lo acomodó con el culito levantado del niño y le fue incrustando esos 20 cms de verga negra que ya conocen el camino, llegando hasta el fondo sin detenerse.
En ese momento descubrí mi pasión de voyerista, que de solo ver esa clavada me vino una excitación brutal, que aumentó al iniciar mi hermano un mete saca como nunca había yo visto, dado que le sacaba el 90% de la verga para enseguida meterla de un golpe hasta el fondo, repitiéndolo consecutivamente hasta que ya no aguantó y se vació dentro del culito de niño. Yo para mi sorpresa eyaculé ahí mismo sin haberme tocado, lanzando mi semen parte en el pecho de mi hermano y otro poco en la espalda y nalgas de Mati.
Limpiamos al niño con toallitas húmedas, nos aseamos y a dormir.
Como a las 3 de la madrugada me despertó un movimiento de la cama, en principio pensé fuera un temblor o terremoto tan comunes acá en Chile, pero no, era mi hermano que de costado tenía ensartado a mi hijo de nuevo. No di señal de haber despertado y solo me dediqué a escuchar los sonidos, la respiración acelerada de Ismael, el ruido de su verga entrando y saliendo y luego el ruido de su eyaculación dentro de mi hijo. Una vez más le limpio y se levantó al baño a asearse. Yo volví a dormirme.
Por la mañana, mi hermano salió muy temprano hacia su casa, nosotros al colegio y oficina, todo normal….
Continuará……
Quiero agradecer a quienes se toman un minuto para comentar mis relatos y por supuesto a quienes me regalan estrellas de premio que asi me da ánimo a seguir contando nuestras aventuras familiares, para muchos prohibidas y aberrantes, pero si lo hacemos con amor y sin violencia, para mi está bien. Saludos
Una de las mejores series que he leído por aquí. Espero la continúes por mucho tiempo.
Sigue así, es muy bueno
Me encantan tus relatos sigue así me ponen a 100
¿Habrá algún relato con el amiguito de la misma edad de Matías? El que Gerardo también coge. Me encanta tu relato. Es de lo mejor que he leído últimamente.