Mi Familia con Dos Papas, El Inicio
Asi se inició Matias en los placeres del sexo…….
Respondiendo a la solicitud de algunos lectores, sea por mensaje en el mismo relato u otro medio, procedo a contar cual fue “The Begin” de todo lo que tenemos con mi hijito Matías, mi hermano mellizo Ismael y el vecinito Gerardo.
Como ya relaté en mi primera entrega, por razones que van de la muerte en un accidente de la madre de Matías, cuando recién tenía 4 años, que vivió un tiempo con mis padres hasta que un acv (accidente cerebro vascular) afecta a mi padre, ello hace imposible mantener tal situación por lo que, con 6 años, Matías deba irse a vivir conmigo, con todo el trastorno que significó para él de cambiar de su ambiente y para mí, que ya me había acostumbrado a la libertad de vivir solo.
Como ya relaté antes, una tarde que llego más temprano que de costumbre, me estaciono en el subterráneo donde me corresponde, y decido de inmediato ir a mi bodega a dejar algunos artículos de la oficina.
Mi sorpresa inicia cuando veo que esta la luz encendida y al acercar mi oído a la puerta, siento unos murmullos y ruidos entre los que destacaba la voz de mi hijito Matías, y otra voz desconocida, pero de alguien joven.
Abrí con suavidad la puerta y al asomar mi cabeza casi se me cae el pelo ya que lo que veo es a alguien de espaldas con los pantalones en los tobillos, un culo muy blanco que se movía atrás, adelante, y dos zapatillas de tamaño pequeño que sobresalían en los hombros de aquel desconocido jovencito.
Entré con máxima precaución sin hacer ruidos y me quede observando la caliente escena, que más que indignarme me produjo mucho morbo, pues entendí que el dueño de aquel culo blanco estaba follando a mi hijo quien no solo dejaba hacer, sino que gemía y exclamaba dando a entender el placer que estaba sintiendo, placer que el joven follador compartía preguntando….¿te gusta cómo te culeo? Y la respuesta era Oh, si, que rico, dame más….
Como supondrán mis lectores aquello me llevó al límite del morbo y tuve una gran erección, más al mirar aquel culo blanco absolutamente lampiño que se movía invitándome a cogerlo, tomé mi celular y empecé a grabar.
Mi mente rápidamente analizó la situación y me decidí a actuar para lo cual cerré la puerta de golpe con lo que los chicos se separaron y quedaron mirándome con una cara de espanto digna de película de terror.
Matías al verme se puso rojo al igual que su amigo y se puso a llorar, el chico, un jovencito de acaso 15 años (después confirmé eran 14) cabizbajo, temblaba de susto, lo miré y me fijé en su verga blanca/rosada de unos 15 cms, no muy gruesa buen tamaño para su juventud, la que nacía de un anillo de pelos rubios, pero lo demás se veía absolutamente peladito.
Al chico en cuestión yo le había visto en el ascensor un par de veces con su familia, su padre un oficial de Carabineros de Chile (policía uniformada) y su madre, no había visto más familia.
Así que le dije que se tranquilizara y que tenía dos opciones, que me dejara follármelo de inmediato o bien yo lo denunciaba a la policía, y que él sabía lo que ello iba a significar.
Me miró con ojos llorosos y lo presioné. Ya, decide ahora mismo o vamos a la comisaría y además le mostré mi celular y le dije “aquí te tengo grabado”.
Sin decir nada, el joven se giró y se ubicó sobre las cajas que antes sostenían a Matías, y se ubicó en posición de 4 dejando a mi disposición su blanco culo mostrando un agujero rosado muy limpio y sin muestras de vellos.
Me acomodé detrás suyo, mi verga de 18 cms a full, y con ambas manos abrí sus nalgas y puse la punta de mi húmedo pene en la entrada y presioné, como se quejó, lubrique su hueco y mi pene con saliva y proseguí, todo ello ante la atenta mirada de mi hijo que ya había dejado de llorar y miraba curioso.
En dos o tres empujes ya estaba completamente empalado, lo que me hizo entender que no era la primera vez que algún trozo de carne había entrado en aquel agujero, e inicié mis movimientos que por la excitación del momento no fueron muy extensos, acabando con una abundante deslechada que le llegó a chorrear por las piernas.
Saqué unos pañuelos desechables y le limpie algo el culo y lo mismo con mi pene, y ahí le dije ….Matías, ponte como estabas antes para que tu amiguito termine lo que empezó.
Ambos me miraron con sorpresa, el vecinito esbozó una sonrisa y no se hizo esperar, tomo las piernas de mi hijo en sus hombros y lo volvió a clavar, esta vez yo era el espectador que con mi celular en la mano no me perdía detalle.
Luego de algunos minutos el chico retomó su ritmo y por fin llenó el culito de mi hijo con su joven semen.
Ya con todo terminado y los chicos tranquilos nos retiramos de la bodega, pero antes invité al joven de nombre Gerardo a que nos visitara el día sábado en la tarde en el departamento.
Lo demás ya lo podrán leer en mis relatos anteriores.
Y con la tranquilidad y la confianza que nos da el haber seguido el encuentro el día sábado y otros posteriores, les pregunté cómo había sido el inicio de todos esos encuentros.
Matías empezó contando que sus amigos de curso, chicos de 6 y 7 años empezaron a descargar en sus celulares videos pornográficos. El más avezado del curso y también algo mayor contó que su hermano de 13 años le mostraba esos videos y le había enseñado a bajarlos de páginas porno.
Así que había un grupito que se reunía en sitios apartados a mirar esos videos y a probar las primeras “pajas”, que si bien eran secas ya empezaban a probar el placer del sexo.
No pasó mucho hasta que alguien llevó un video de tipo gay, donde dos jovencitos se follaban mutuamente, además de darse mamadas, 69 y todo lo que se les pudiera ocurrir, lo que lógicamente aumentó la curiosidad, y dado que el colegio era de hombres de forma exclusiva, se les abrió la puerta para probar algo nuevo entre ellos.
Y así fue, una tarde Matías con su amigo del alma, Ignacio a quien se les unió Esteban, otro chico de 8 años del curso, se fueron al cuarto donde se guarda los elementos de gimnasia del colegio y empezaron a masturbarse primero cada uno en sí, luego a intercambio de pajas y por último, Ignacio más avezado preguntó quién lo chupaba primero a lo que Matías sin esperar le repitieran se arrodillo y se metió en la boca el pene de su amigo. Esteban se ubicó a un costado esperando su turno y así empezó a chupar alternadamente ambas vergas infantiles, con algunos reclamos a rato por sus dientes que les raspaban con lo que fue afinando su trabajo.
Luego de algún rato mamando, se puso de pie y le dio la espalda a sus amigos quienes se miraron entendiendo la invitación y esta vez fue Esteban el primero en acercarse y empezar a acomodar su miembro a la entrada del culito de Matías, quien se inclinó un poco para facilitar la entrada.
Esteban lo cogió un corto tiempo y se salió ante la insistencia de Ignacio que reclamaba su turno, quien apenas su amigo dejó el sitio se acomodó y le metió el pene a Matías, cogiéndoselo algunos minutos hasta que un ruido les hizo terminar abruptamente y arreglándose la ropa volver al patio escolar.
De ahí en adelante todo se acelera, la curiosidad y el descubrimiento de nuevas formas de placer hizo que los chicos fueran buscando y aprovechando cada oportunidad para darse placer, y mi hijo para generosamente ofrecer su culo a Ignacio y de vez en cuando a otro compañerito que se iba uniendo al clan.
Ignacio Y Matías como buenos amigos que son, se reunían de vez en cuando a jugar como a hacer trabajos del colegio, y ahí tenían la excusa perfecta para principalmente reunirse en casa de Ignacio, donde yo inocentemente le llevaba algunos fines de semana para jugar y estudiar, con quedada a dormir algunas noches. Ni idea de lo que allí en realidad pasaba.
Una tarde que estaban en casa de Ignacio entretenidos en su nuevo deporte del “mete y saca” entró al dormitorio el hermano de Ignacio, Francisco Javier de 12 años quien los sorprendió en plena acción, que sin mediar palabras se sacó su pene, obviamente de mayor tamaño que el de su hermano, con algunos pequeños vellos asomando en su pubis, y se lo ofreció en la boca de Matías. La tranquilidad de Ignacio hacía adivinar que estaba todo concertado, pero Mati no se complicó y empezó a mamar aquel miembro más grande y grueso que los hasta ahora conocido. Luego de unos minutos el chico reclamó el puesto de su hermano y empezó a penetrar a Mati, quien sintió la diferencia de tamaño reclamando algún dolor lo que no fue atendido siendo penetrado completamente sin contemplaciones.
Lo que en un principio fue doloroso con el transcurso de los minutos se hizo placentero, Francisco Javier con alguna experiencia con otros culitos de compañeros, sabia lo suficiente para coger a mi hijo hasta eyacular dentro de su culo, lo que Matías sintió y reclamó que le había orinado, a lo que los hermanos se rieron y él pudo ver que aquello no era orines sino el primer semen depositado en su colita.
Los encuentros se repitieron y ya un día recibí pedido de mi hijo para ir a una “pijamada” donde estarían los hermanos Francisco Javier e Ignacio, más otros dos chicos del curso de Mati y……..el mejor amigo del chico mayor, de nombre Gerardo, que de ésta forma entró a la relación con Matías.
Mis lectores podrán imaginar el tenor en que se dio la “pijamada” más aún que los padres de Ignacio se fueron al casino y anunciaron que regresarían tarde y encargaron a Francisco Javier y Gerardo que al ser los mayores cuidaran de Matías, Ignacio y los otros dos chicos, vaya, dos gatos cuidando la carnicería que buena cuenta dieron de los 4 filetes que dejaron a su cuidado, transformando la reunión en una orgia greco-romana en versión infanto/juvenil.
Como Gerardo y Mati se reconocieron como vecinos en el mismo edificio, quedaron de seguir juntándose a “jugar” para lo que encontraron un sitio ideal, mi bodega.
Lo demás es historia relatada……..
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