MI FUTURO EX CUÑADO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Desde que tengo recuerdos claros de mi infancia asumo que tenía preferencias claras y definidas por los de mi mismo sexo. Solo faltó que alguien diera “el punta pié inicial2 para que probara y ya nunca lo dejara.
De niño era gordito y nalgón y tal vez ese detalle llamaba la atención de mis compañeros de colegio, primero y de los amiguitos de la barra.
Las tocaditas primero, las apoyaditas después marcaron la búsqueda del algo más que me diera la oportunidad de conocer cómo era.
La oportunidad se presentó la vez que se quedó a dormir en casa el novio de una de mis hermanas y debió compartir mi cama. En casa había una habitación para mi solo. Entonces yo tenia 11 años más o menos.
Recuerdo que cuando el vino al dormitorio yo ya estaba en la cama y lo vi cuando se desvistió para acostarse. Tenía puesto un bóxer azul y sus piernas eran muy peludas, lo mismo que su pecho y los brazos. Se metió en la cama y apagó la luz. Como la cama era de una plaza estábamos muy pegados. Yo tenia puesto un calzoncito nada más.
Cuando podía me movia en la cama y con mis piernas o brazos tocaba los suyos y los pelos me excitaban al punto de sentir mi boca seca y a mi corazón latir muy fuerte. El estaba vuelto hacia mí por lo que en un momento se me gire de espaldas a él y apoyé mi cola en su bulto. No hizo nada, se quedó como estaba. Yo pensé que se había dormido y entonces puse mi mano entre mi cola y su bulto y toqué. En segundos se puso durísimo y enorme y se salió por la abertura del calzoncillo. Al sentirme con libertad lo agarre con mi mano. Era enorme de largo y de grueso.
Por fin tenía en mi mano una verga de grande como había deseado. Me bajé el calzoncito y me pase por entre las nalgas la gorda cabeza para ubicarla justo en la puertita de mi upite. Por momentos sentía como que la verga daba saltitos.
En un momento sentí que le salía un juguito resbaloso con el que me empapaba la rayita y hacia que se deslizara por ella.
Era tanta mi excitación que comencé a empujar con mi cola sobre la cabezota que estaba en la puerta de mi hoyito a la vez que hacia fuerza como para defecar. Casi sin aviso entró de golpe y un dolor enorme me llenó el cuerpo. Me asusté y eso evitó que gritara. Quería sacármela y al hacer fuerza para expulsarla sentía que me entraba más. No me daba cuenta que él empujaba a la vez. No sé cuánto me entró pero sí que me dolia mucho. Me quedé quieto hasta que comencé a sentir como una cosquilla muy intensa en mi ano y como si mi agujerito se abriera y cerrara enloquecido y sin control. Entonces lo sentí iniciar un suave mete y saca que me provocaba ganas de evacuar. Fue todo muy rápido. Lo sentí empujar y a su pedazo latir con fuerza y volcar dentro mio algo tibio. Entonces las ganas de evacuar fueron mas fuertes y me fui despegando hasta que salió. Sali casi corriendo hacia el baño y allí se me fue la vida. Después me lavé y al tocarme sentí que mi poto estaba abierto y me asusté un poco.
Como vi que no salía sangre y nada más un liquido como unos mocos, volví a mi cama y me acosté.
Al otro día me levante tarde y lo que me parecía un sueño dejo de serlo al fruncir el culito y sentir que me dolía. El novio de mi hermana ya se había marchado y no lo volví a ver hasta unos días después. No lo miraba a la cara pero el no cambió su trato para conmigo.
Pasó un tiempo largo para que volviera a ocurrir. Un día de verano se juntaron mis hermanos y unos amigos y con mi posible futuro cuñado fueron a jugar un partido de futbol a otro barrio. Mis hermanos me llevaron y si bien yo no jugué me distraje mirando a todos esos hombres adultos que me alegraban el día.
Para volver a casa mi hermano mayor le pidió a él que me llevara y acepto con la condición de pasar primero por su casa para ducharse y cambiarse de ropa. Así se hizo.
En su casa no había nadie por lo que entré con él a su dormitorio. Allí se desnudó por completo para ducharse y yo lo vi. Quede asombrado de ver lo que tenía entre las piernas. Sin decir nada entró al baño y se duchó. Salió desnudo, secándose. Yo estaba sentado en el borde de la cama y él se paró frente a mí, muy cerca. Tomó mis manos y las puso sobre sus genitales. Lo acaricié y después los puso cerca de mi cara. Me enseñó a chuparlo.
Tenerlo en mis manos era emocionante. Largo, grueso y con dos testículos bien grandes y colgantes que me hizo besar. Despues me hizo desnudar y me penetró. Me dolía mucho y lloré pero me la dejó ir hasta los pelos.
Desde ese día cada vez que era posible me llevaba con él para cogerme o para que le chupara y me hacia beber su semen.
Un día se pelearon con mi hermana y nunca más volvió. Lo he visto alguna vez en la calle pero no me habló.
Lo recuerdo siempre bien. Fue mi primer hombre. El segundo fue mi hermano mayor al que yo seduje. Lo cuento en la próxima
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