Mi gusto por culitos apretados. 1 Mi iniciación
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Porquerias.
Mi relato empieza en unas vacaciones de verano en las cuales acompañé a mi señora embarazada a pasar unas semanas en el pueblo en México de donde ella es.
La familia de ella es bastante grande y la finca de sus abuelos también.
Usualmente toda la familia se reúne y a cómo vamos llegando nos asignan cuartos, usualmente los que llegan a lo último terminan acostándose en tendidos en la sala o regados por toda la casa.
En esta ocasión fuimos unos de los primeros en llegar y tuvimos la suerte de que nos dieran uno de los cuartos que había al final del pasillo.
En ese entonces estaba yo por cumplir 30 años de edad.
Con un físico que ahora sé es privilegiado ya que soy de descendencia alta, musculoso, de tes blanco y con abundante bello castaño oscuro, en ese tiempo era todo lo que una mujer desearía tener a su lado (Y en su entrepiernas también ya que fui bendecido con un pene bastante grande y bastante grueso ya que me mide casi 10 pulgadas cuándo está parado en su gloria y casi siete pulgadas alrededor).
Como ya les había dicho mi mujer estaba embarazada en su octavo mes y casi no quería tener relaciones sexuales, de hecho trataba de evitarme lo más que podía para ese entonces y yo siempre he sido muy caliente, Desde el día que me case con ella le hacía el amor cada vez que podía, que por lo regular era una o dos veces al día y ya habían pasado varias veces en el último mes que me había tenido que consolar haciéndome una puñeta ya que por los achaques de su embarazo no la podía forzar a nada.
En la primera noche después de nuestra llegada al rancho no podía dormir, si bien no hacía demasiado calor tampoco estaba frío.
Se movía mucho en la cama y en cuanto sintió que le puse una mano encima se levanto y se fue a la sala, que a esas horas de la noche todavía las mujeres andaban preparando las cosas que habrían de dar de comer al día siguiente.
A lo lejos escuche como se quejaba con su mamá al no poder dormir.
Esta le aconsejó dormirse en el sillón de la sala y despertando a un primo de ella lo mandó conmigo al cuarto para cambiar de lugar por lo menos por esa noche.
"Ni cuenta se va a dar que no soy yo" escuche su voz decir sonriendo junto a su mamá, alegando que yo tenía muy buen sueño.
Al abrir la puerta me di cuenta de quien habían mandado a dormir conmigo era Luis, un primito de mi señora medio amanerado que vivía en el rancho, si bien no era pesado era un chavo que no pasaba de once años que siempre me andaba siguiendo por todo el rancho desde que lo conocí la primera vez que fui a pasar un tiempo con ellos.
De complexión delgada y bastante clarito de color.
Tenía las facciones finas y por lo general andaba solo.
Siempre pensé que era gay pero esa noche lo comprobé.
Como hacía calor yo solo dormía con mis Boxers aguados tapado con una sábana, estaba de lado y estaba viendo todo con un ojo que tenía entreabierto fingiendo estar dormido.
Después de cerrar la puerta Luisito levantó la sábana y se me quedó viendo por un buen rato, para después acostarse enseguida de mí en la cama matrimonial, al parecer parte de mi miembro se había salido por la parte de abajo del boxer y no pasó mucho tiempo antes de que se acomodara enseguida de mí dándome la espalda y pasar su manita por atrás hasta colocarla suavemente encima de mi pene para empezarlo acariciar suavemente.
Como ya les dije antes en esos días yo andaba bien filoso y en unos minutos ya lo tenía bien parado siendo acariciado por esa manita que se sentía tan suave y calientita en ese momento, yo solo seguí fingiendo estar dormido mientras sentía como Luisito iba agarrando más confianza empezándola a manociar; de pronto sentí como él se voltio y la empezó a jugar con las dos manos explorando mis testículos, los bellos y toda mi verga detalladamente al subir un poco más el bóxer.
Desde joven yo siempre he sido de la clase de hombre que produce bastante líquido preseminal en cuanto tengo una erección.
Así que en cuestión de casi nada y con sus caricias ya tenía bien empapada la punta de mi falo.
A ese punto yo ya no sé que hacer solo disfruto de la puñeta que ese chavo me estaba dando con ambas manos, cuando de repente siento toda mi piel erizar al momento en que con ambas manos me la peló por completo y atrapó toda mi cabeza dentro de su boca empezandola a mamar.
Todavía fingiendo estar dormido dí un profundo suspiro y empuje mi pelvis hacia el frente dándole más acceso para que lo hiciera con más tranquilidad cosa que aprovecho al máximo ya que la empezó a chupar como si fuera una paleta pasando su lengua por todos lados para después volverse a meter la punta o lo que más podía dentro de su boca tratando de devorarla.
Yo no lo podía creer me lo estaba haciendo mucho mejor que mi mujer, si seguía así en casi nada me iba hacer vaciarme de lo bien que lo estaba haciendo, lo succionaba tratando de meterse lo más que podía hasta que su garganta se lo impedía y se empezaba a ahogar haciéndolo retroceder, pero repentinamente dejo de hacerlo para después darse la media vuelta y volverse a poner de cucharita contra mí; fue en ese momento cuando sentí que ya no traía ropa puesta y volviéndose a apoderar del tronco de mi riata, la guió hasta colocarla entre sus nalguitas empezandola a mover contra ellas meneando sus caderas lentamente hasta lograr que la punta caliente y resbalosa quedara en la pura entrada de su colita empezando a moverse suavemente contra ella aplicando presión de vez en cuando y haciéndome disfrutar a mi también.
No pasaron más de diez minutos de estar en esa posición cuando ya tenía toda la entrada de su ano bien remojada de nuevo con mi líquido preseminal, cuando siento como se empieza a mover con más ritmo y aplica más presión tratando de metérsela en su hoyito.
Yo sabia que era muy grande para el y si a mi mujer nunca se la había podido meter por el culo por más borracha que la había puesto, lo más probable era que a él tampoco le entrara.
Así que enorme fue mi sorpresa cuando sentí que ese culito calientito se empezabá a abrir ajustándose a la medida de mi macana para seguidamente permitirle la entrada en uno de los empujoncitos que el dio haciéndome sentir como el hongo de la cabeza de mi falo se abría camino en el agujero más apretado y calientito que había sentido en la vida.
De inmediato sentí como Luisito se tensó por completo dio un salto al frente y enterrando su cabeza en la almohada ahogo un agonizante gritó de dolor mientras se sobaba su colita desesperadamente, para después bajarse de la cama y salir del cuarto.
Por un buen rato trate de digerir lo que había pasado y recordando la rica sensación de aquel culito alrededor de la cabeza de mi verga me la empecé a jalar lentamente para no volverme a quedar con las ganas de nuevo, cuando sentí que la puerta se volvió abrir y soltando mi falo me hice el dormido nuevamente viendo como Luisito entraba al cuarto cerrando la puerta detrás de él y quitándose la ropa antes de meterse debajo de la sabana.
Para después llegar hacia mi cuerpo tentando a ciegas hasta encontrar mi falo nuevamente para después empezarlo a acariciar como ya lo había hecho antes.
Por un buen rato lo siguió acariciando metiéndoselo a la boca chupándolo y acariciando los testículos, pero después sentí como me llenaba toda la extensión del tronco de mi verga de algún tipo de crema volteándose para después volver a guiar su culito hasta ponerlo en contacto nuevamente con la punta de mi fierro.
Yo me limité a quedarme inmóvil ya que estaba "dormido" sintiendo como empezaba a aplicar presión mientras con sus manitas estiraba su culo al máximo dando pequeños empujoncitos poquito a poquito hasta lograr que aquel culito le volviera permitir la entrada a mi gruesa cabeza macanal dejando escapar otro gemido pero esta vez antes de que él se moviera yo lo abracé casualmente con un brazo y lo detuve dando un leve empujón con mi pelvis, metiéndole otro pedazo de mi verga mientras susurraba en su nuca -"Así chiquitita" al igual que si estuviera en medio de un sueño erotico, para después quedarme inmóvil abrazado de el y respirando en su nuca, sintiendo como el joven aflojaba su cuerpo y erizaba su piel.
Para mi sorpresa no hizo por dónde moverse se quedó un rato inmóvil tratando de que aquel agujerito caliente se impusiera al grosor de mi enorme verga aferrándose de ella, tratándose de imponer a su gran tamaño, yo sentia claramente cuando palpitaba tratandose de estirar para después empezar a empujar lentamente contra mi venudo nervio gimiendo despacito al sentir como le iva entrando un poco más.
Por un buen rato siguió empujando y retrocediendo con movimientos lentos logrando que cada ves le entrara un poco más de mi tronco venudo, gemía y se retorcía pero no dejaba de empujar.
De vez en cuando yo me movía supuestamente dormido logrando sacar un pedazo de mi verga para después volvérsela a meter sintiendo como el chico se retorcía y gemía al igual que una mujer caliente pegándose más a mi pecho peludo y colocando una de sus manitas en mi costado tratando de jalarme contra el.
Pasaron por lo menos unos quince minutos de estar así, y yo ya estaba más que listo para vaciar toda la leche que venía guardando dentro de mis teticulos inchados cuando siento que el chico sube una de sus piernas a mi costado tratando de empujar su colita contra mi pelvis, mientras con la otra alcanza mis testiculos y los empieza a acariciar logrando que yo empujara de nuevo dándome cuenta de que toda mi verga ya estaba perdida dentro de el, y que mis pelos pubicos cellaban la entrada de su culito.
Me provocaba un morbo desconocido para mí que un chico de esa edad pudiese con la enorme verga que tanto trabajo le había costado a muchas mujeres.
Así que sin poderlo evitar saque casi la mitad de mi tronco macanal para de un solo golpe volverlo a remangar empezando a vaciar unos chorros de leche disfrutando de una de las mejores venidas de mi vida.
Luicito gemía tratando de no hacer ruido y disfrutaba de la manera en que yo me restregaba contra el tratando de meterle hasta mis testiculos mientras el contraía su culito aprisionándome dentro de el.
Tal parecía que eran galones de mecos los que le estaba metiendo ya que no podía dejar de venirme, pero cuando todo cedió quede sin fuerzas he inmóvil dentro de el.
Por un ratito sentí como Luicito seguía apretándome el pene con los musculos de su culito a lo cual yo respondía con moverlo dentro de el vibrandolo suavemente, esperando a que se me bajara por completo jugando dentro del culito más apretado que me había tocado la suerte de estrenar.
Sin cambiar de posición me empece a relajar.
Había sido demaciada energía la que había gastado dentro del chavo y ya empezaba a entre adormecerme cuando siento que Luisito se mueve quejándose levemente al momento en que mi pene todavía semi erecto salió de su culito, para después darse media vuelta y volviéndolo a meter en su boca lo limpio todo y se puso su ropa para después quedarse dormido enseguida de mi.
Entre sueños sentí como si alguien hubiese venido por el y cuando desperté ya era de mañana y estaba solo en la cama
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