Mi gusto por culitos apretados Parte 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Porquerias.
La mañana pasó sin acontecimientos, con la familia todo igual, yo me la pasé jugando pateando un balón con mi cuñado (El hermano viudo de mi señora), con su hijo (Un niño un poco mas chico que Luisito) y Luisito; Luisito se me acercaba tratando de leer mis acciones pero yo lo veía igual que siempre fingiendo no acordarme de nada, aunque en realidad podía seguir sintiendo aquel culito caliente y apretadito al rededor del tronco de mi macana, lo cual no dejaba que se me bajara lo exitado.
Por un lado sentía culpabilidad y remordimiento por haberle roto el culo a ese muchacho cuando nunca antes había tenido ningún contacto sexual con otro hombre, pero a la misma vez encendía un morbo dentro de mi desconocido para mí.
Al llegar la noche mi esposa de nuevo decidió irse con su mamá, yo sabia que me estaba sacando la vuelta y no la culpaba por el estado en el que se encontraba, así que después de tomar un baño me quedé en mis bóxers y me acosté a dormir.
Ya estaba quedándome dormido cuando sentí que abrieron la puerta y la volvieron a cerrar.
Era Luisito nuevamente.
Que se acercó hasta la cama pero esta vez no se acostó.
Yo estaba acostado en mi espalda con los pies levemente abiertos sólo con bóxers puestos, el chavo se paró a mis pies y me observó como diez minutos antes de acercarse a la cama y empezar a acariciarme las piernas sintiendo mis tupidos bellos negros y acercando su manita poco a poquito hasta llevarla a la manga del boxer donde aparentemente la punta de mi pene ya estaba ahí, el chico la acaricio suavemente siguiendo su tronco hasta llegar a mis pelos públicos empezandolos a acariciar siguiendo con mis testículos, haciendo el bóxer a un lado y jugando con sus dos manitas hasta conseguir que se me parara completamente.
Por mi parte yo fingí estar nuevamente dormido disfrutando esa mano temblorosa que me acariciaba hasta de pronto sentir como me la pelaba por completo haciendo la piel hacia atrás dejando la cabeza descubierta para seguidamente perderla en su boquita caliente y mojada logrando que mi piel se erizara sacándome un leve suspiro.
Al parecer lejos de asustarlo el suspiro lo incitó a tratar de tragarse más y hacerlo con más calentura aferrándose con sus dos manos de mi tronco mientras se metía lo que podía en su boca, para después de un rato empezar a pasear su lengua por toda la extensión de la vena inferior de mi pene hasta llegar a mis testículos metiéndose uno a la vez y sobandome la vena por dentro al mismo tiempo con su boquita haciéndome disfrutar más que mi vieja de esa mamada.
Sin darme cuenta empecé a abrir un poco más las piernas dándole acceso a que hiciera lo que quisiera con mi tronco parado, cosa que aprovecho una vez más, ya que después de unos minutos de estarme chupando los testículos al mismo tiempo de que me hacía una leve puñeta me empezó a llenar nuevamente de un tipo de vaselina y subiéndose arriba de mi se montó dándome la espalda y bajando su cuerpecito hasta que la entrada de su culito tocaba la punta de mi verga parada.
En ese momento yo abrí mis ojos y vi como aquel jovencito agarraba el tronco de mi pene con una mano guiándola a la entrada de su culito empezando a bajar sobre ella aplicándole presión para después sentir como poco a poco iva moviendo su colita contra ella tratando de hacerla a su tamaño hasta lograr que el anillo anal cediera, tragándose mi hongo macanal una vez más, haciéndome volver a sentir aquella cuevita apretada y caliente aferrándose a mi garrote.
Yo pensé que Luicito se iva a levantar por la manera en que tensó su cuerpo y retorció su cabeza tragandoce un gemido apretando sus labios, pero solo se quedó inmóvil, y después de un par de minutos sentí como empezaba a palpar su culito con la punta de mi verga adentro para después aplicar un poco más de presión empezándosela a comer.
Sin despegar la mirada de aquel culito sin pelos, vi con asombro la manera en que poco a poquito mi grueso tronco venudo y tosco se iva perdiendo dentro de el.
El chico aplicaba suficiente presión como para que se fuera deslizando entrándole poco a poquito, pero nada más le causaba dolor paraba y se quedaba inmóvil como lo había hecho al principio, moviendo sus caderas disfrutando de lo que ya tenía adentro, tomando su tiempo pero sin dejar de presionar.
Derrepente se tapaba la boca y ahogaba algún gemido o quegido y retrocedía poquito para después volver a intentarlo nuevamente.
Mientras en todo momento yo disfrutaba de la manera en que aquel culito se iva aferrando a mi verga que le iva entrando, de la manera en que se movía y me hacía gozar.
Fácilmente ya le habían entrado tres cuartas partes de mi garrote cuando el chico estiró su mano para alcanzar la mía.
Estaba tan idiotizado con lo que estaba viendo que ni cuenta me di que Luisito me estaba viendo a los ojos y sin despegar su mirada de mi, jalo mi mano hasta guiarla a su cintura para después quedarse inmóvil.
Sin decir nada y cegado por mi calentura yo solo lo empece a cariciar sintiendo su suave piel y acercando mi otra mano lo agarre de las caderas para después empezar a mover mi pelvis suavemente dando pequeños empujoncitos hasta sentir como el chico se recargaba en mi pecho con ambas manos empezándose a mover al mismo ritmo que yo agrandando los sentónes que se daba a la par de mis remangónes hasta sentir como se iva levantando cada vez más casi a punto de sacar mi fierro por completo para después gemir de placer y dolor mientras se enterraba mi fierro una vez más, retorciéndose hacia atrás, mordiéndose los dientes y quedándose inmóvil sintiendo mi bello pubico restregar su estirado culito sin poder parar de temblar.
Respirando profundamente yo empecé a vibrar mi verga dentro de el, sintiendo como era devorada por ese hambriento culito apretado, que en poco tiempo ya empezaba a cabalgarla disfrutando de cada vena y cada detalle de mi enorme nervio duro.
, mientras yo cerraba mis ojos y lo seguía disfrutando sin poder evitar empezar a sentir como ese culito hambriento me volvía a poner al filo de mi calentura forzándome a dar unos fuertes remangónes y volviendo a llenarle el culo de leche a ese calenturiento muchacho.
Dando un profundo suspiro yo sentí como mi cuerpo se desplomaba mientras mi verga seguía vibrando dentro de Luisito, quien no dejaba de verme a los ojos apretando su ano alrededor de la base de mi tronco con una carita de satisfacción y de gozo que no podía con ella.
Sin decir una sola palabra el caliente muchacho espero a que mi verga le dejara de latir dentro de el, para después levantarse y dándose media vuelta volvérsela a meter en su boca limpiándola nuevamente.
La verdad a mi me dio asco, se la acababa de sacar de su ano y sin nada de asco la estaba lambiendo como si fuera una paleta.
La apretaba y la exprimía sacando lo poco que no había alcanzado a salir de mi leche y se lo tragaba logrando que en unos minutos después ya estuviera parada nuevamente, pero justo en ese momento se escucho un ruido y salió rápidamente de mi habitación dejándome con la verga igual de dura que al principio.
Me encantaría que le dieran continuacion a este relato tan excitante.
Saludos!