Mi Hermano el Macho Follador (Final)
Logan empieza a convertirse en un macho dominante. ¿Podrá Milo con su salvaje hermano?.
Parte 5:
Relato extenso, espero lo disfruten 🙂
P6
Clandestinos
Ante los ojos de sus padres y de todo el mundo en general, Logan y Milo eran solo hermanos, muy buenos hermanos de hecho, de aquellos que compartían juegos, complicidad, risas y cariños. Era normal verlos riéndose de cualquier cosa en la sala y el almuerzo, caminar juntos en la calle mientras jugaban y hacían bromas entre ellos, así como verlos abrazados o dándose un beso en la mejilla, incluso estar de la mano o durmiendo juntos. Nadie dijo nada, nadie sospechó, todos aceptaron que su relación de hermanos era más afectiva de lo común.
Pero desconocían lo que pasaba a puerta cerrada, en la intimidad y oscuridad de la noche.
Solo cuando el mundo se resumía a ellos dos era cuando se liberaba sus más prohibidos instintos.
Logan volvía a casa de noche, después de un largo día en la universidad y luego de un arduo entrenamiento, siempre con la piel perlada de sudor y una particular erección que estiraba exageradamente su ropa deportiva, incluso con una mancha húmeda y pegajosa que remojaba la tela que cubría su colosal verga. Siempre duro, siempre con ganas de follar. Abría la puerta de la habitación de Milo con suavidad y lo encontraba allí, en su escritorio, entre libros abiertos y apuntes dispersos, con su cabello revuelto y esa sonrisa que parecía estar hecha solo para él.
El hermano mayor se acercaba sin palabras, dejando caer su mochila y envolviéndolo en un abrazo silencioso. El aroma a suavizante de ropa y jabón corporal de Milo contrastaba con su propia esencia: una mezcla áspera de desodorante y el olor de su sudor masculino. A Milo le encantaba. Se aferraba a él como si pudiera memorizarlo con la nariz, como si pudiera tatuarse ese olor en la piel.
Ambos se miraban con complicidad y pasión en determinado punto, como ardiendo en deseo, paso a paso se empujaban el uno al otro hasta el lugar que fuera, para consumar el acto carnal. Casi siempre era una salvaje follada a pelo, a veces eran masajes y besos donde Milo alababa el cuerpo del mayor con sus manos tersas, desde caricias suaves o firmes a sus grandes pies, hombros y espalda, hasta felaciones intensas que terminaban en torrentes de leche para el chiquillo.
Esa era su rutina, aunque no todos los días follaban de esa forma, pues el descanso era necesario para ambos, sobre todo para Logan, quien cuidaba mucho de Milo y no quería comprometer su salud, vamos que tenia la polla enorme y un desgarro anal levantaría muchas sospechas, además, el culito del pequeño tenía que volver a su forma para sentirse estrechito a una próxima vez, y mientras tanto, las mamadas y pajas eran igual de buenas, algunas veces hasta mejores, pues Milo tenia una curiosidad morbosa casi siempre.
Claro que Logan no se quedaba atrás en ese sentido, una vez incluso arriesgó mucho.
Resulta que Logan volvió a usar las duchas del plantel deportivo de la universidad, pues Milo se encontraba en un viaje de estudios por una semana, así que no tenía sentido mantener su cuerpo sudado para ir a casa, no había quien disfrutar de su olor a hombre.
Entonces se dirigió a su casillero del vestíbulo como era habitual, empezó a desnudarse, quitándose la camiseta primero, luego sus shorts, bajaba sus calzoncillos sudados sin pudor alguno y se lucía con su notable altura de 1,98 metros, hombros anchos, brazos enormes. Logan se detuvo un momento para admirarse frente al espejo, viendo como se convertía cada vez más en un hombre atractivo y poderoso.
—Tengo que empezar a depilarme— dijo para sí mismo mientras manipulaba su pubis y sus dotados genitales, ahora rodeados de tupidos vellos gruesos que cubrían sus huevos, los cuales se habían hecho más grandes y pesados.
Definitivamente ya no era un adolescente, su cuerpo estaba casi culminando su maduración.
Luego de un rato de revisar sus cambios se metió a la regadera, el agua caía por su cuerpo mientras frotaba su piel y pasaba el jabón por una de sus axilas. Estaba tan concentrado en su baño que no le dio importancia al sujeto que ocupó el espacio contiguo de la regadera. Lo obvió por completo y solo le observó de reojo cuando se sintió muy observado, en efecto, el tipo le estaba mirando asombrado por su belleza y su grandioso físico, poco le faltaba para empezar a derramar babas cuando le veía directamente al pene.
Al principio, a Logan le pareció gracioso, es más, le resultaba satisfactorio idiotizar a un sujeto solo con su presencia. Pero con el paso de los días, las miradas se hacían más descaradas, los gestos más evidentes, el tipo llegaba a la misma hora, incluso un poco más antes solo para ver a ese macho desnudo de principio a fin, y daba igual que pasara o en que regadera se ubicará Logan, aquel chico siempre se ponía a su lado y se hacía el desentendido cuando se le increpaba con la mirada.
Hasta que un mal día la paciencia de Logan se agotó debido a un problema durante su entrenamiento, el hecho es que llegó todavía enojado a los vestidores y al entrar a la ducha, justo cuando abrió la regadera y el agua empezó a correr por su cuerpo, apareció como por acto reflejo su admirador, quien como siempre se ubicó en la regadera del costado y empezó con el que se había vuelto su hobbie.
Logan rodó los ojos y dejó que aquel sujeto le viera sin mayor problema, lo ignoró como siempre, solo que está vez su cuerpo le traicionó, seguro por la falta de sexo y el furor del momento, quizás por que el agua le caía directamente en la verga o es que el mirón que tenia al lado le despertaba cierto morbo. No supo realmente el porqué, solo que su verga empezó a erguirse sin poder controlarlo, hasta que inevitablemente alcanzó una erección plena.
—Una mierda— masculló por lo bajo al ver su tronco duro y su glande asomándose por el prepucio.
De pronto un pequeño gemido de asombro lo sacó de su abstracción, era el sujeto de al lado que al observar su descomunal verga no ocultó para nada su sorpresa y se prendió a contemplar la virilidad de Logan, que fácilmente podría ser tan larga como el abdomen del chico y tan gruesa como su brazo.
—Ya, mariconcito, querías que se me pusiera así desde el primer momento en que me la viste, ahora aprovecha porque será la última vez que te la muestro…
El chico no podía creerlo, tenía la boca abierta por la sorpresa, los ojos atónitos moviéndose a velocidad sobre el cuerpo de adonis peludo, como queriendo grabarlo desesperadamente en su memoria, delineando los imponentes músculos, el prominente pecho, los grandes bíceps de acero, la ancha espalda y el abdomen trabajado de ese ejemplar masculino que ahora le hacía el favor de exhibir su enorme miembro solo para su deleite.
—¿Pu-puedo? —preguntó el chico con temor, estirando su mano hacia el pene de Logan.
—Claro que no— respondió este último con desdén, apartándole de un azote.
Era evidente su molestia, aunque su pene parecía indicar otra cosa. Terminó de tallarse rápido las piernas y dejar su indomable erección para el final, se pasó una mano cubierta en jabón por el tronco y los huevos, dejando así sus genitales espumosos e irresistibles. Lo que nunca vio venir fue la insistencia del chico, quien a pesar de la negativa, le tomó el pene de todas formas y empezó a masturbarlo. Logan entró en furia ante tal atrevimiento.
—¡Puto de mierda, te he dicho que no!—Bramó el macho dándole un brutal codazo en la boca del estómago al pobre sujeto, que ante el impacto fue arrojado a un metro fuera de las regaderas. Su cuerpo cayó en seco haciendo retumbar las baldosas.
El chico quedó pasmado al momento de probar un poco de la fuerza descomunal de Logan, también por la falta de aire y el dolor que le había provocado, intentaba recomponerse allí en el piso, pero en breves instantes sintió como chorros de agua le caían en todo el cuerpo.
Allí, de pie junto a él tenía a ese poderoso hombre luciendo fenomenal, todavía con la erección que aún lo mantenía cautivó. — Mírala bien, maricón hambreado— dijo Logan sacudiendo su pene de un lado a otro. —Intenta hacer un movimiento en falso de nuevo y hundiré mi puño en tu cara.
Es cierto que Logan se estaba pasando de matón y exhibicionista, pero debía aceptarlo, le despertaba un morbo increíble toda esta situación, sentirse dominante y tan tentador, que el muchacho luchaba con su dolor solo para seguir contemplando su cuerpo y el espectáculo que le daba al agitar su pene, porque sí, se estaba haciendo una paja delante de su miserable admirador.
—Cuidado, no se te vayan a salir los ojos— dijo Logan soltando una sonrisa burlona.
El chico se enderezó entonces y poniéndose de rodillas, con un hematoma rojizo en el torso y una erección promedió empezó a suplicar. —Por favor, puedo hacer todo lo que me pidas, pero déjame chupártela, puedo satisfacerte, yo…
—Que maricón tan patético eres, ¿En serio? ¿Rogar por una pija?
Aunque no lo admitiera, el acto de sumisión le prendió tanto que la sangre del macho comenzó a fluir hacia su verga haciéndola crecer en volumen.
—Por favor, te lo ruego…
Logan se mantuvo serio ante las súplicas, cómo debatiendo internamente entre si hacerle el favor al putito o no, si que le daba asco esos tipos hambreados comportándose como perras en celo, tan necesitados de polla que incluso debían de rogar por ella, nada comparado a Milo quien si le despertaba un lívido natural e instintos de hombre. Ya estaba claro que el sujeto le causaba repulsión, así que su creciente morbo y perversa lujuria fueron las únicas razones por la que decidió atacarlo a vergazos como el verdadero hombre que era.
Lo agarró por los cabellos, flexionó sus rodillas y apuntando su furioso glande a la boca del mariconcito la empujó de una forma brusca llenándole de una toda la cavidad bucal, amenazando con romperle la comisura de los labios, insertó su enorme pija erecta y venosa en la boca hasta la garganta. El chico comenzó a dar arcadas, sofocándose por la falta de aire, soltaba gruesas babas hasta por las narices, su rostro se congestionó y sus ojos se llenaron de lágrimas, tuvo que hacer un enorme esfuerzo cuando Logan empezó a moverse, plantándole su peluda pelvis en toda la cara una y otra vez, abría exageradamente su boca e intentaba constantemente acomodar el miembro invasor para poder al menos tomar un poquito de aire y no caer asfixiado, y aún así no lo resistió por mucho.
Con temor apartó a Logan empujándolo de los muslos y tan pronto como se vio libre de esa pollota, se encorvó para poder toser la saliva que le había producido tal asalto. Logan solo lo miraba con desprecio incluso enojado.
—¿Tanto suplicabas por mi polla para esto? Abre la boca, zorra inútil
Logan volvió a sujetarle de los cabellos con violencia, entreabriendo sus fornidas piernas se posicionó sobre el chico y con una mano sacudió la monstruosa pija mientras le restregaba sus huevazos por toda la cara. El putito no tardó en chuparlos, poniendo sus manos sobre los muslos masculinos, empezó a hacer su labor pasando su lengua por todo el escroto, comiéndose los pelos y delineando el contorno del durísimo tronco hasta llegar a la punta de ese gigantesco pene, deslizó el prepucio hacia abajo, dejando a la vista la jugosa cabeza rosada, similar al tamaño de su puño, coronada por la línea de la uretra que ya desprendía líquido preseminal, el cual succiono de un chupo antes de volver a engullírsela toda, mamando hasta que sus lágrimas se mezclaran con las babas que salían de sus amoratados labios, formando un único afluente que se vertía como catarata en el piso
Por otro lado, Logan estaba comenzando a aburrirse, por inercia empezó a empujar su culo hacia adelante repetidas veces, como buscando algo de satisfacción de todo esto, pues el chico para variar parecía ser un novato, intentando dar todo de sí en la mamada pero con torpeza, soltando excesivas arcadas, rozándole con los dientes, sufriendo para tragarla toda. En comparación al sexo oral de los dioses que le hacia Milo, esto era un remedo ridículo y decepcionante.
—Chúpala bien, maldita sea, que ni eso sabes hacer, creo que te estoy dando demasiada polla para el fracaso de puta que eres—
Logan plantó una vez más sus espesos pelos en la nariz del tipo, quien hizo la nuca hacia atrás para poder extender su cuello y no ahogarse durante la felación, los pesados testículos le golpearon el mentón mientras la garganta acogía todo el pene por unos instantes, antes de que que una sonora bofetada le apartara cruelmente de aquel delicioso sexo.
El chico se sintió tan humillado, como si fuera un desecho, con la quijada adolorida por la mamada, el moretón haciéndose más violáceo en su pecho y ahora con una mejilla enrojecida por el azote, mirando como ese hermoso macho se lavaba su pene en un fregadero de manos, asegurándose de que no quedara saliva ni rastro alguno de aquel muchacho miserable en su cuerpo.
No dijo más nada, Logan simplemente se fue de las regaderas hacia el vestidor, con su pene morcillón rebotándole a cada paso.
Al día siguiente, el sujeto no volvió a parecer por las duchas y Logan disfruto de poder bañarse sin ser observado con perversidad, así fue por unos días.
Cuando Milo volvió de su viaje, feliz por reencontrarse con su hermano mayor, no solo recibió la dicha de volver a verlo y poder abrazarlo, sino también recibió el cuerpo de adonis rasurado y listo para la acción junto con la segunda mejor follada de su vida que le hizo ver las estrellas, pues Logan no se había deslechado toda la semana que estuvo lejos de él y cuando lo tuvo devuelta, lo penetro todo lo que pudo, durante todo un día, incluso cuando sus padres estaban cerca, cuidando siempre de no ser descubiertos y de que Milo disfrutara el peligro tanto como él.
Ese apetito voraz de sexo no menguo en los siguiente días, Logan pasaba las 24 horas con la polla hecha piedra y Milo se divertía seduciéndolo, provocándolo y jugando con él hasta que la polla palpitara y chorrera semen a borbotones.
Pero las cosas se salieron de control un día en el que Logan llevó a Milo a su entrenamiento. Siempre solía quedarse un poco más que el resto practicando sus movimientos y ejercitando su cuerpo, pero esta vez lo hizo adrede, quería que todos se vayan para él poder quedarse a solas con Milo, a quien le hizo jugar con el balón para disimular sus verdaderas intenciones. Solo esperaron unos pocos minutos para cuando sus amigos de la selección de fútbol empezaron a irse del lugar y tan pronto como se fueron, su pene empezó a hincharse a tal punto de querer reventar las costuras del short que ya de por si le daba ajustado.
—¿Qué pasa? ¿Acaso no la habías visto así antes? —Le preguntó divertido a Milo, quien tenía la mirada fija en su entrepierna.
El menor soltó una pequeña risita, mostrándose tierno con sus mejillas sonrosadas. —Se te esta saliendo por un costado, idiota.
—Vaya, no me había dado cuenta, será mejor irnos antes de que nos vea alguien— dijo Logan fingiendo preocupación, empezando a andar hacia los vestidores con la polla enhiesta asomándose por su pierna izquierda.
Milo lo siguió embobado, admirando la seguridad en su andar y la impresionante figura de su ancha espalda. Cuando entraron en los camerinos, el semental comenzó a quitarse la ropa delante de su hermano, mostrándole de manera traviesa su pija dura.
—¿Por qué no entras a darte un baño conmigo?—le dijo Logan guiñándole un ojo en complicidad mientras terminaba de sacarse los calzoncillos sudados, quedando tan solo en unos calcetines negros de futbolista.
—¿Aquí?— preguntó Milo incrédulo.
—Lo pasaremos bien, tranquilo. Vamos a divertirnos un poco. Me encanta hacerte el culo en la ducha.
—¿Estás loco? Alguien podría vernos—
Entonces, Logan a modo de respuesta, contrajo un par de veces su perineo haciendo que su pene se moviera de arriba a abajo. —Es justamente eso lo que me pone burro. Mírala ¿La quieres?—
Milo no se había percatado, pero inconscientemente se había relamido los labios ante la propuesta y la tentadora imagen. Asintió como por acto reflejo y Logan le sonrió con soberbia, se acercó al menor y le pellizcó la barbilla para luego plantarle un beso frenético, metiendo su lengua en la dulce cavidad bucal. —Quítate la ropa y menéale el culo a tu macho—
Obediente, Milo empezó a quitarse una a una sus prendas mientras Logan disfrutaba del espectáculo sin parpadear, masturbandose lentamente, fijándose en su blanca piel, en sus pezones rosados, el vientre plano y en sus piernas gruesas.
—Da la vuelta, a ver…— ordenó el mayor. —¡Eso! ¡Así!… muéstrame ese culito que no me canso de verlo —
Logan se pajeaba a gran velocidad, como un enfermo, viendo como su hermanito cumplía con su pedido, dándole la espalda cuando ya solo vestía un bóxer blanco e inclinándose hacia abajo, empezó a deslizarlo por sus piernas, parando la colita, ofreciéndole en primer plano sus volubles nalgas, las cuales movía de un lado a otro antes de tomarlas con sus dos manos y abrirlas para dejar expuesto su rosado ano ante la visión pervertida que lo inspeccionaba.
La expresión de gula en la cara de Logan producían en Milo fuertes corrientes de placer, pues el deseo que tenía ese macho por su persona era casi palpable, demostraba un apetito voraz por poseerlo, por saborear de su piel y disfrutar de sus zonas erógenas, es por ello que no se resistió mucho, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba trazando reiteradas veces con sus dedos rudos el surco del culo, acariciando la pequeña abertura que lo estrenó como hombre, la causa de sus mejores deslechadas. Frotó la zona por un largo rato y como si estuviera en un trance balbuceó:
—Mmmm, qué pequeño traes ese huequito, hasta parece que fueras virgencito de nuevo, tal como me gusta. Vas a gozar mucho de tanto pene que te voy a dar—. Logan escupió certero en el botoncito rosa y le soltó un azote que hizo gemir agudo al menor, aprovechando la lubricación, llevó uno de sus gruesos y ásperos dedos hacia el interior del esfínter, examinándolo, metiendo y sacando su índice casi con la intención de querer prender fuego en tan delicada zona. —Mmm, ¡Qué calentito lo traes por dentro! Si por mi fuera te llevaría follando a casa, una embestida por cada paso…¡Uff! ¡Es que lo tienes riquísimo!…
Milo ya se encontraba gimiendo, gustoso por la estimulación que recibía de su hermano, pero también con una mueca de dolor, pues era inevitable no sentir el ardor en su recto.
—¡Aaahh! Logan…mejor hagamos esto en casa, alguien puede entrar en cualquier momento… ¡Aaahh! ¡Logan, amor!, ¡Detente!—
—De eso nada, bebe—
Y si en algún momento Milo se mostró nervioso e inseguro, pronto olvidó ese sentir cuando Logan se puso de cuclillas detrás de él y comenzó a devorar su hoyito con lujuria, besando, chupando, escupiendo, hundiendo su lengua reiteradas veces atravesando su anillo, moviéndola por todo el perímetro con experticia, incluso atreviéndose a pasarla por los testículos suaves del pequeño probándolos por primera vez, dejando un recorrido de saliva por el perineo hasta llegar de vuelta al foco de su placer: El pequeño ano que ahora parecía derretirse de lo lubricado que estaba.
Había una razón morbosa por la que Logan quería hacerle el amor a Milo en ese lugar, y no era precisamente el peligro, sino el espectador. Claro que sí, Logan sabía que había una probabilidad, cualquiera que fuera, de que su mirón terminaría apareciendo allí para contemplar cómo es que cogía un hombre de verdad.
Y dicho y hecho. El sujeto apareció desprevenido en los vestidores, con unos audífonos puestos los cuales se retiró al momento de quedar perplejo frente a la imagen obscena que tenía enfrente. Era el macho que le había humillado el otro día comiéndose el culito redondo de otro chico bien formado, lo hacía con tanto fervor que incluso se le antojó a él probarlo.
Pronto, el chico entró a hurtadillas por los pasillos, escondiéndose detrás de una columna de lockers, agarró la mejor posición para no ser descubierto, y desde ese punto, empezó a fisgonear lo que pasaba.
La visión era realmente caliente. Lo primero que vio fue el culo de ese muchacho elevado lo suficiente para notar la gruesa lengua profanando el fino y enrojecido ano en el centro de ambas nalgas. No podía verle la cara, tan sólo apreció los movimientos de la cabeza de Logan, con los ojos cerrados, haciendo su trabajo con pasión, escupiendo y embadurnando el culito de saliva.
—Logan, no…—balbuceo Milo recobrando un poco la conciencia.
Loga respondió intermitentemente, entre cada frase le daba una jugosa lamida al botoncito. —Relájate… cierra los ojos…y disfruta…yo me encargo del resto—
Y si que se estaba haciendo cargo, Logan ya estaba al tanto de todo lo que ocurría en su entorno, sabía que su mirón se escondía detrás de unos lockers, lo vio desde que hizo acto de presencia en el umbral y ahora que lo tenía de testigo de la brutal follada anal que le haría a su hermanito, no podía evitar ponerse más cerdo y lanzado que nunca. Así pues, se aseguró de que aquel sujeto se prendiera y se pusiera cómodo, para que cuando lo atrapara infraganti no saliera corriendo como el cobarde que era. Lo tanteo solo un poco, pues en menos de tres minutos ya lo tenía como quería, incluso mejor de lo que había previsto, pues el chico no solo miraba, sino que se hacía una sutil paja detrás de los casilleros.
“Es hora”
Pensó Logan al mismo tiempo que con una sonrisa burlona dirigió su mirada hacia donde estaba aquel infeliz sin dejar de lamer el culo de su hermanito, haciéndolo incluso con más saña. El tipo se dio cuenta de la penetrante mirada de Logan sobre él y se quedó petrificado en el instante, le temblaban las manos y las piernas, el corazón lo tenía en un golpeteo constante, el rostro enrojecido de la sorpresa y excitación, sentía escalofríos recorrerle todo el cuerpo, quería desaparecer en ese instante, pero no podía dejar de mirar, no podía dejar de sentirse hipnotizado por aquel macho, que con una sola mirada ya lo tenía dominado.
—¡Esto si que es un culo! —dijo Logan en voz alta para que le escuchara el tercero. Claramente con intención de denigrarlo.
Aun así mantuvo su maliciosa mirada sobre el muchacho, y en un arranque de frenesí, Logan hundió su cara entre las pomposas nalgas de Milo, jadeando como un toro mientras relamía con desespero el pequeño ano, al mismo tiempo que con sus grandes manos tomaba los dos sublimes glúteos y los sacudía como gelatinas sobre su rostros mientras el movía su cabeza de un lado a otro contra la puchita que estaba a punto de desbaratar.
El mirón volvió a tocarse con necesidad viendo esa escena, nadie nunca lo había tocado de esa manera y ahora la envidia lo corroía, deseando ser él la fuente de excitación de ese macho, ese que bajando la intensidad empezó a morder y besar las aterciopeladas nalgas, mirándole mientras daba el último lengüetazo y sonriendo socarronamente al terminar de hacerlo.
Milo lo estaba disfrutando, obviamente, desde el momento en que esos labios tocaron su intimidad no paró de gemir y suspirar, con los ojitos cerrados acariciaba los cabellos de Logan, como si lo consintiera por su excelente trabajo.
—Ya estás mojadito, bebe— dijo el macho apartando su empapada boca del agujerito jugoso de Milo. —Estás listo para que te rompa esa rica vagina a pijazos.—
Entonces, el hermano mayor se puso de pie y sacando a Milo de su trance de placer lo giro de sorpresa y le plantó un pico veloz en los labios antes de tomarlo por los hombros y empujarlo hacia abajo, dejándolo de rodillas ante él. Era su turno.
—Esta polla no conoce reposo, me encanta que la tengas así todo el tiempo—dijo Milo fascinado mientras sacudía el tronco con su mano derecha y sopesaba los huevos con la izquierda, de la punta ya colgaba un grueso pegote de presemen que se bamboleaba con cada jalada, y el cuál succionó metiéndose la cabeza de la vergota en su boca, degustando de su testosterona líquida. Chupó un par de veces antes de sacarla de sus labios y abofetearse las mejillas con el tronco.
Logan jadeaba viendo a su hermanito divertirse con su verga como si fuera un juguete, sintiendo la suavidad de su rostro cuando la pasaba por sus mejillas, o como sus manitas frotaban y apretaban sus genitales, era demasiado delicioso sentir como esa boquita se abría y volvía a engullir gran parte de su pene, rellenando toda esa dulce cavidad bucal.
—¡Carajo! ¡Cómo la chupas!…¡Oohhh!…Abre bien esa boquita, ¡Que rico! Tú sí que sabes aprovechar una buena verga….
Mientras Milo se atragantaba con todo el falo, Logan volvía a mirar con malicia a su patético espectador, pues su última frase había sido una humillación dedicada solo para él, y sin perderlo de vista empezó a acariciar con sus dos manotas la cabecita de Milo , quién ya luchaba por metérsela toda.
—Voy a desencajarte la mandíbula si no lo haces rápido, trágatela entera antes de que empiece a violar tu garganta— demandaba Logan dominante.
Milo entonces empezó a meterse toda la polla con más ganas, hacía sonidos ahogados, succionaba con pasión, hasta que en un determinado punto miró hacia arriba y encontrando los ojos de su hermano mayor puestos en los suyos, empezó a empujar su cabeza cada vez más hacia la pelvis peluda de Logan, quien sin importarle las arcadas y los intentos de su hermanito, remató con un empujón de caderas haciendo de Milo se tragara todo el tronco de una sola estocada, maravillándose de sentir la naricita del pequeño contra sus vellos púbicos.
—¡Joder! ¡Puedo sentir tu corazón palpitando contra mi polla! —
Milo solo respondió con una arcada, expulsando gran cantidad de babas e incluso bilis por lo profundo que la vergota lo profanaba. Solo entonces Logan le soltó su cabecita, tan pronto como lo hizo, el menor se despegó del vergón dejando rastros de babas gruesas, tomó aire y siguió en su faena, tragándosela entera una y otra vez.
—¡Uff! ¡Pero que salido te pones chupando verga!…¡Aarghh!…Estuvo bueno, bonito, pero ya quiero cogerte… ponte en cuatro, levanta ese culito. Así…eso es…Ábretelo, estira bien ese ano, así, no te muevas….
El mirón no podía dejar de ver al macho de sus sueños, todo en él era enorme, su amplio pecho estaba cubierto por una rala capa de vellos, los cuales habían bajado drásticamente en espesor desde la última vez que lo vio desnudo, aún así su ligera sombra se extendía desde sus macizos pectorales hasta un poco debajo del ombligo. Sus brazos también eran grandes y venosos, su barriga mostraba claramente todos sus abdominales definidos, y sus robustas piernas parecían las de un padrote, cubiertas hasta las pantorrillas con esas medias deportivas que solo lo hacían ver más caliente. A pesar del desplante y el trato humillante que le había dado el otro día, el mirón debía reconocer que Logan tenía una figura perfecta, y que el contraste de tamaños con su pequeño amante solo le despertaba más morbosidad, pues parecía que cogía a un niño, uno que regalaba su culito, posicionado como perrita en celo esperando ser penetrado por su hombre.
Vió como Logan agarró su pene y plantó una rodilla en el piso rodeando con su otra pierna el cuerpito del chiquillo, acomodó la enorme cabeza de su pija en la entrada sonrosada, provocando una ansiedad por la penetración, tanto a Milo por ser follado y al mirón por ver como esa pijota entraba en tan virginal orificio, y cuando menos se lo esperaban, Logan se la dejó ir de una por el ano, perforándolo hasta que sus gordas bolas llenas de semen chocaran contra el tierno escroto del pequeño.
Milo volvió a chillar como cachorro herido, intentando zafarse como respuesta al dolor, su respiración se tornó agitada, sus esfínteres se apretaron por inercia, resistiéndose al bestial atacante. Logan solo disfrutaba con los ojos cerrados y labios entreabiertos, jadeante, la conchita de Milo estaba más apretadita que nunca, y eso lo hacía ver las estrellas. Mientras dominaba a su hermanito sujetándolo por las caderas, Logan inició con la follada, dando la primera embestida de lo que sería un sin fin de metidas y sacadas de pene.
—¡Logan! ¡Para! Es demasiado grande… uhhh, aaahrgg, me duele mucho… ¡Me lo estás rompiendo! ¡Me lo estás rompiendo! ¡Por favor! ¡Ayy, ayyy!… de verdad no puedo…. ¡Urrgghh!
—Umm…Lo siento, bonito, yo tampoco puedo dejar de moverme…¡Ohhh!… creo que no hay vuelta atrás…— dijo Logan entre gemidos, moviéndose como un perro rabioso sin importarle nada. —¡Ufff! ¡qué coñito!… resiste, bebe, hazlo por mí…¡Carajo! ¡Qué rico! ¡Como la aprietas!…Aguanta, amor, aguanta, aaaahhh…
Logan tenía una expresión facial de pura alegría y lascivia, se notaba mucho que poseer de esa forma tan salvaje a su hermanito, a su misma sangre, le causaba demasiada satisfacción. Pronto, le tomó de los brazos al menor, y echándolo hacia atrás comenzó a intensificar las estocadas. Milo volvió a echar su cabeza hacia atrás y aulló del gusto y del dolor. Su cuerpo le hervía en sudor y tenía el cabello humedecido.
—¡Me estás destrozando! —gimió sintiendo su ano deshacerse en un ardor exquisito, como si le metieran un grueso tubo de acero al rojo vivo.
Y así como estaban, Logan le soltó un brazo a Milo y llevó su mano hacia sus cabellos y los jalo haciendo que la espalda lisa del chico se restregaba ahora sobre su torso de piedra, se encorvó un poco y alcanzó con destreza la boquita de su hermanito, se besaron ferozmente mientras seguía clavándosela sin piedad.
No le importaba nada, Logan hacía lo que le diera la gana con el cuerpecito contrario, deshaciéndose del beso, sus manos fuertes se posicionaron sobre la cabeza y espalda de Milo, le obligó a pegar la mejilla al piso, arquear la espalda y a levantar el culo, para que así le diera pinga todavía más rápido de lo que ya lo hacía.
—¡AHHH!…Nunca me lo habías hecho así…se siente…Ay, Ayy… se siente bien… Siii… dame… ¡DAMEE!—
—¡Eso es!… ya vas conociendo cómo realmente coge un macho… —dijo Logan más para su mirón que para Milo.
Entonces empezó a sacarla completa y a volvérsela a meter. El pene salía seriamente inflamado del anillo que aún luchaba por mantener su forma de aureola. Sin embargo, Logan repitió el acto un par de veces, con manía, como si intentara forzar un prolapso. De imprevisto volteo a ver a su admirador y al encontrarlo atento a sus movimientos le guiño un ojo y le sonrió, incluso se atrevió a mostrarle tentadoramente su pollón antes de escupir sugestivamente en el ano y volvérselo a enterrar hasta las entrañas..
Milo estaba a punto de desmayarse, cuando ese semental, empezó a moverse con frenesí en su interior luego de romper toda resistencia en su culo a punta de pijazos, ahora sentía su colita palpitar, casi a nada de estallar por lo sensible que estaba. Logan también lo sintió y se lo hizo saber mientras le daba y daba más cizaña.
—Te está latiendo la puchita, amor…—y tan pronto como terminó de decir eso miró a su espectador con una expresión de sorpresa y diversión. —¡Me la está ordeñando con el culo! —le dijo ahora directamente. —¡Mira como la absorbe! ¡Es increíble! ¡Qué rico!— y empujó a lo bruto sus caderas disfrutando de cada metida.
El pobre Milo ya tenía los ojitos en blanco, completamente disociado, distraído en su placer anal, sintiendo el vergón de Logan moverse por todo su recto, aplastando su vejiga, ¡Su próstata!, adentrándose hasta el punto más recóndito de sus intestinos, sin poder evitarlo empezó a masturbarse mientras Logan le violaba el culo y lo dominaba con su verga. No tardó mucho en correrse, su semen cuál leche condensada cayó en fuertes chorros sobre el piso, mientras su cuerpo convulsionaba por cada espasmo de placer, claro que gimió, gimió tan fuerte que incluso su macho se alertó.
Intentó bajar la intensidad de su follada, consolarlo con caricias, pero Milo seguía siendo igual de ruidoso. Entonces, Logan se sacó una de sus medias deportivas y cegado por su excitación, se la metió en la boca, levantó su gran pie recién descalzado y se lo plantó en la cara, y así, pisándole el cráneo, retomó la ferocidad de su follada. Milo sentía el pie de su macho aplastándole su mejilla, la textura suave de la enorme planta que ahora le cubrirán un perfil de su rostro en su totalidad lo excitaban de sobremanera, así como su humedad y olor. Mordió fuerte la media sudada de su hermano, ahogando sus gemidos en ella, empezó a acariciar el pie que lo sometía con sus temblorosos dedos, demostrando su agradecimiento por la follada.
—¡Hey, maricón! ¿Te gusta como me folló este culo? ¿Te gusta como le reviento el ojete? — preguntó Logan a su mirón aprovechando que su pie tapaba el oído de Milo y que este se encontraba casi inconsciente en el suelo, gimiendo como perra y balbuceando incoherencias.
El chico solo asintió con vehemencia, sin dejar de pajearse vio como Logan se tomaba con una mano el culo y hacia su carnosa nalga a un lado para mostrarle su ano de macho. —Imagina que me comes el culo mientras me follo a mi hembrita…solo imagínalo por que nunca te dejaría hacerlo…
Y eso fue suficiente para que el mirón se corriera y retorciera de lujuria, Logan solo lo miró con burla.
Retomando su atención en Milo, siguió martillando con su poderosa verga contra el canal que lo había hecho hombre. El olor de Logan se había vuelto aún más intenso durante todo ese tiempo, cargando el ambiente de testosterona y saturando su cuerpo de sudor.
Sin dar tregua, el macho sacó de su sopor al pobre Milo y lo giró como a un muñeco de trapo ahora dejándolo de espaldas sobre el piso, llevo su pene nuevamente a la boca de Milo y lo hundió en su interior follándole la boca por unos instantes. Un “glup, glup, glup” obsceno se escuchaba por todo el lugar, seguido de unos fuertes chupetones a las suculentas bolas ya hinchadas por la cantidad de leche que contenían y por haber azotado tanto el culito maltrecho del menor. Cuando su polla volvió a quedar lubricada, Logan volvió a ocupar su lugar entre las piernas de su hermanito y sin más se la metió hasta traspasar el último anillo de sus esfínteres.
Completamente empalado, Milo gemía y abría su boca, incluso sacaba su lengua con el deseo desaforado de que Logan lo besara, que así como le cogía el culito con su penesote, también se cogiera su boca con su deliciosa lengua. A Logan le prendió mucho la expresión de placer puro y desinhibido que le mostraba su hermano, así que no le hizo esperar más, reclinó su pesado cuerpo sobre él, terminando de destrozar su vagina de niño, le acercó su cara y unió su boca sobre los deliciosos labios, metiendo su lengua en la boca, follándolo así por sus dos orificios al mismo tiempo.
O eso es lo que vio el tercero cuando se recuperó de su orgasmo. La imagen que divisaba ahora dejaba de Milo solo sus piernas completamente abiertas a los costados del macho que lo cubría por completo con su musculosa espalda, mostrándole en primer plano sus grandes glúteos, sus muslos fuertes y sus pies, uno cubierto por una media y el otro descalzo y húmedo. Sus caderas se movían con la misma constancia y sus huevos rebotaban como si estuvieran hechos de goma.
La masacre de ano no cesaba por nada, continuó de la misma forma brutal y violenta. El sudor de Logan ahora corría más que cuando entrenaba haciéndolo lucir brilloso y fenomenal, mojando a Milo como siempre, hasta parecía que ambos ya se habían dado una ducha. En un momento, ambos desataron el beso y el macho escupió en la boquita de Milo para luego decir con una voz ronca:
—¡Ufff, Milo! ¡Ya voy a llenarte ese culito de leche!…Ohhh, sí…¡Ni los condones me quedan tan apretados!…¡Puta madre! ¡Esto es la gloria!…Voy a correrme, voy a correrme, bebe…
Milo sacó su lengua y con arrebato lamió el sudor del cuello de Logan, gimiendo en cada lengüetazo, recogió las perladas gotas de sus hombros, de sus fuertes brazos, mientras el chico que observaba se sorprendía al ver como Milo metía su cabeza entre las axilas sudorosas y exhalaba profundamente, disfrutando del olor del cuerpo masculino que lo hacía actuar como una perra en celo.
Entonces Logan empezó a cogerse a su hermanito a un ritmo presuroso, bramando por el gusto y placer, su rostro estaba distorsionado por el éxtasis y las venas de su cuerpo sobresaliendo por el esfuerzo físico. Milo tenía atorada en su interior una verga alucinante, dura y venosa destrozando lo último que le quedaba de culo, prendiendo fuego a su recto, que nuevamente empezó a arderle producto de la follada. De pronto sintió como el glande le aplasto tan bruscamente la próstata que la sintió estallar en ese instante, Milo arqueó su espalda, y casi llorando volvió a correrse esta vez sobre su vientre que ya lo tenia inflamado de tanto pene que se le dio por casi 40 minutos, y más ahora, que el macho empezó a eyacular en su interior casi como si le meara por dentro .
El tercero en cuestión lo presenció todo, como los músculos de aquel macho se ponían rígidos, como esos huevos se encogían expulsando todo el semen que habían guardado durante toda la faena. Logan rugía y bufaba, apoyando su frente en el hombro del pequeño terminó por preñarlo, tanto que la leche empezó a desbordarse por las nalguitas, dejando en claro que Milo estaba tan inundado por dentro que ya no le cabía más leche.
Tras unos minutos de copulación, Logan, salió lentamente del interior del chiquillo, con la polla todavía erguida escurriendo pegotes de esperma, intentó recuperar el aliento arrodillado en el suelo, cansado realmente, con todos sus músculos entumecidos, como si hubiera estado horas en el gimnasio.
—Te amo, Milo—susurro agitado.
No existen palabras que puedan explicar cuán abierta y dañada quedó su colita, ahora dilatada y enrojecida, no tenía la fuerza para contener nada, y sin poder evitarlo, Milo soltó todo el aire que Logan había bombeado en su interior, con el sonido de una flatulencia, expulsó a salpicones la leche caliente de su macho.
—No puede ser—dijo el pequeño cubriéndose el rostro avergonzado.
Pero a Logan solo le despertó morbo y gracia verlo hacer eso.
—Tranquilo, bebe, es normal. Ya está, no pasa nada
Y nuevamente aprovechado que Milo no contaba con su visión, Logan volteo a ver a su admirador por última vez, ahora con una expresión de satisfacción y lascivia. Le sonrió mordiéndose su labio inferior y levantó su pulgar para hacerle saber lo bueno que le había pasado. Luego sin más preámbulo, el macho ladeo su cabeza hacia la salida, era una orden clara de que quería que se largara, y como el mirón no podía negarse a la dominación de aquel hombre, hizo caso sin chistar y así como entró, se fue.
—¿Te ayudo? —Le pregunto Logan a su hermanito mientras se ponía de pie y terminaba de quitarse el otro calcetín y estar completamente desnudo para la merecida ducha.
—Creo que no puedo caminar—dijo Milo todavía sintiendo espasmos de placer en su cuerpito, acostado en el piso con un charco de semen entre sus piernas. Parecía que había acabado de dar a luz.
—Jajaja, No hay problema, lindo, te llevaré a donde tu quieras aquí, sentadito en mi verga—
(Si leíste este relato solo con la intensión de disfrutar de una trama caliente y morbosa, puedes darte por bien servido hasta este punto y espero que lo hayas disfrutado mucho, ya que lo demás solo es un epílogo de lo que pasó con Logan y Milo en los años venideros. Lamento decirte que no hay escenas de sexo gráfico pero sí un desenlace que necesitaba escribir para concluir con toda esta trama. Sí aún así decides leer este escrito hasta el final estaré más que agradecido por tu tiempo y atención.)
EPÍLOGO
En los días siguientes, Milo, literalmente, no podía caminar con facilidad y Logan lo acompañaba a todo sitio haciéndose responsable de su estado. Pobre, si tuvo que soportar otras dos folladas más esa noche, una en la ducha para rematar el calentón y otra como plus al llegar a casa, solo entonces Logan pudo dormir como un angelito y Milo caer prácticamente inconsciente.
Del mirón no se volvió a saber mucho, nunca se enteró que aquella vez, el semental de sus sueños en verdad se estaba follando a su hermano menor y no a cualquier chico de la facultad como pensaba. Logan lo volvió a ver un par de veces, era gracioso presenciar desde la distancia como el chico le seguía buscando en los vestidores, pero ya no podía encontrarlo, pues Logan no volvió nunca más por allí. Lo último que supo de él fue que se había hecho un completo putito, quizás buscando un buen macho de buena verga que pudiera replicar la obra maestra hecha por Logan, pero ahora consigo mismo. Lastima que no lo encontró.
Y así, ambos hermanos exploraban su sexualidad entre pasiones y sentimientos afectivos fuera de lo fraternal. Claro que hicieron muchas locuras más, casi nunca se cortaban en lo respecto al sexo se trataba, pues mantenían una muy buena química en ello, pero nunca más volvieron a arriesgarse con un tercero. Logan confesó su crimen un año más tarde y Milo solo se lo tomó con humor, quizás si lo hubiera sabido en ese entonces se hubiera preocupado demasiado, ¿Qué podría hacer ahora? Solo decirle que no se vuelva a repetir.
Con su relación avanzando sin problemas, empezaron a transcurrir los días, los meses y también los años.
El tiempo pasó tan ligero como una brisa, y como suele hacerlo cuando se camina a contracorriente: lento a veces, vertiginoso otras. Milo y Logan continuaron viéndose en secreto y retando al peligro. Las noches seguían siendo su refugio, los abrazos, su idioma compartido. Pero llegado el punto, pasó lo que tarde o temprano debía de pasar.
Las preguntas empezaron a crecer, los murmullos a insinuar cosas sobre Logan y su sexualidad, las miradas inquisitivas, las señales que eran cada vez más difíciles de esconder. El padre de ambos lo notó primero, su primogénito no le había presentado hasta ahora a ninguna chica, y ello empezaba a incomodarle, pues se decía que a Logan no le gustaban precisamente las mujeres, nadie le conocía a una novia por allí, y con la pinta que tenía era imposible que las chicas no quisieran estar con él.
Y cuando el rumor llegó a su punto crítico, cuando ya no se podía fingir inocencia, Logan arrastrado por el peso de las expectativas familiares y la necesidad de encajar en un molde que nunca eligió, tomó una decisión. Le pidió a Milo que se apartara, por un tiempo. No por falta de amor o deseo, sino por miedo. Miedo a fallar, a perder la estabilidad que apenas estaba construyendo, a decepcionar al hombre que le había dado la vida y sobre todo, miedo a que descubrieran el verdadero secreto que escondía junto a su hermano. Alejarse de Milo era la única forma de protegerlos a ambos de lo inevitable.…
Lo dijo con los ojos tristes, pero con la voz firme. Milo lo escuchó en silencio. Al principio el dolor fue punzante, como si le hubieran arrancado algo del pecho. Pero con el pasar de los días entendió que también necesitaba encontrarse fuera de esa historia compartida. Nunca había mirado a nadie más, nunca se había dado la chance de descubrir el mundo fuera de Logan.
Los meses pasaron, Logan cumplió y siguió adelante, al menos por fuera. Empezó una relación con una mujer mayor que él, Tania, que supo leer entre líneas. Intentó enamorarla y enamorarse él, pero tan pronto como la conoció, confesó que no podía hacer esto, que si le parecía una mujer atractiva, pero que no podría amarla, que no buscaba pasión sino un acuerdo. Tania, lejos de escandalizarse, aceptó, solo con la condición de que Logan fuera una especie de stripper o acompañante que podría presumir en reuniones y salidas.
—Estas muy bueno, sería un desperdicio no aprovecharte —le dijo ella explorando los bíceps de Logan, quien aceptó riendo con gracia por el comentario.
Pero aquella alianza no fue suficiente, el padre de Logan, no tardó en poner más presión. Cuando Logan cumplió 24 años y estaba por terminar su carrera universitaria, y ya se asomaba en los primeros equipos de fútbol profesional, su padre exigió lo que creía natural: un nieto. Y el destino —o la inercia— hizo lo suyo.
Lo bueno de todo esto fue que Logan cumplió una de sus fantasías sexuales, se folló a una mujer por la vagina tanto como siempre quiso. Tania le aguanto todo el pene de manera heroica y lo disfruto como nunca. Logan también lo hizo, sería una mentira decir que no le gusto follársela a pelo, que la lubricación le resultaba exquisita y que tocar la entrada del útero con la punta de su verga le despertaba un sucio deseo morboso. Además disfrutaba de chupar un par de tetas mientras lo montaban, o sentir cómo se corrían sobre su polla y huevos múltiples veces. Logan era un macho, era obvio que aprovecharía a ciegas el placer sexual que se le ofrecía, se follaba a Tania tantas veces como podía, por todos sus agujeros, en cada encuentro sexual que por cierto se suscita en repetidas ocasiones, hasta que la mujer, obviamente, quedó embarazada.
Milo, por su parte, se concentró en su crecimiento personal. Ingresó a la universidad, busco un trabajo de medio tiempo y se asumió abiertamente gay. Su madre lo apoyó con lágrimas sinceras y abrazos que no pedían explicaciones, pero su padre pegó el grito al cielo. Fue todo un problema, incluso Logan intervino para apaciguar la situación, pero la tensión en el ambiente y el caos constante en aquel hogar obligaron a que Milo saliera de casa y se hiciera independiente. Ambos padres se negaron, Logan se negó, su hermanito, su niño se iba lejos, sentía que lo perdía, todavía más de lo que ya lo había hecho.
Milo terminó independizándose, a insistencia de su madre recibía un apoyo económico en sus estudios, sumado a su trabajo por las tardes, el chico podía cubrir sus gastos mensuales y un poco más. Así fue que el tierno niño se convirtió en un joven trabajador, responsable, elegante, sereno y atractivo, su rostro de niño aún se reflejaba en el espejo, pero su cuerpo se hacía cada vez más maduro y masculino. Pronto su mundo empezó a girar sin necesidad de esconderse. Conoció a alguien más, y aunque todavía no lo amaba como a Logan, aprendió que también merecía sentirse querido.
Hasta aquella noche…
Justo cuando estaba por iniciar una nueva historia con alguien más, la vida decidió volver a jugar sus cartas.
Se encontraba vestido con su mejor camisa y perfumado con sutileza, Milo bajaba las escaleras de su edificio rumbo a su cita y al salir, su camino se irrumpió por una familiar silueta. Era Logan, más grande, más maduro, tenía barba y los cabellos algo desordenados, vestía una polera deportiva y un chandal, sus ojos estaban lustrosos, su mirada ciertamente crispada, su rostro más serio de lo habitual, con el corazón en la garganta.
—¿Vas a salir? —preguntó Logan con una voz gruesa y cortante.
—Sí. ¿Necesitas algo?— dijo Milo observando sin temor a los ojos de su hermano. Se veía bien. Seguro. Distinto.
—¿Con otro? —inquirió Logan, dando un paso más cerca. Tenía los ojos cargados de algo difícil de leer: miedo, enojo, celos. Todo mezclado.
—Es posible, ¿Por qué no? No tendrías el derecho de prohibírmelo.
Logan rió con ironía, negando con la cabeza mientras se apartaba un poco, apretó los puños y contuvo su ira.
—¡¿No tengo derecho?! ¡Después de todo lo que compartimos! ¿Y ahora simplemente te vas a jugar a las citas con un desconocido como si yo nunca hubiese existido?
—Tú fuiste quien me pidió que me apartara. ¿Qué esperabas, Logan? ¿Qué me quedara congelado en el tiempo? ¿Esperándote con los brazos abiertos mientras tú embarazas a una mujer y haces una familia?
—¡Era lo que tenía que hacer! ¡¿No entiendes la presión que tenía encima?! ¡Ojala hubiera sido tan fácil para mí como lo fue contigo! —gruñó Logan, y de repente giró hacia la pared del edificio y le dio un puñetazo seco. El sonido hueco del golpe resonó. Milo se sobresaltó algo asustado de ver a su hermano de casi dos metros perder el autocontrol.
—¡Logan! ¿Te volviste loco?
—¡No puedo soportarlo! —gritó él, con la voz rota, el pecho alzándose con fuerza—. No puedo verte con otro. No puedo imaginarte sonriendo para alguien más… tocando a alguien más. ¡Me enferma!
Milo se quedó quieto. Lo miró en silencio, con el corazón latiéndole fuerte.
—¿Y crees que para mí fue fácil verte renunciar a nosotros? ¿Dejarme? ¿Hacerme a un lado como si no importara?
—¡No eras algo que pudiera ocultar para siempre, Milo! ¡Eras mi todo!… y mi condena también, ambos sabíamos eso…
Logan apretó la mandíbula, su respiración era irregular. Luego bajó la cabeza.
—Yo… pensé que podría acostumbrarme —dijo el mayor en un tono más bajo, con una tristeza que partía el aire—. Pensé que podía olvidarte. Tener una vida… “normal”. Pero estoy jodido. No puedo. Me estoy pudriendo por dentro, Milo.
Milo tragó saliva, dolido, rabioso también.
—No puedes tenerlo todo, Logan. No puedes quererme solo cuando las cosas no funcionaron como querías…
—Pero no es así… te amo, Milo, ¡Culposamente te amo! —dijo Logan con desesperación—. Sé que no debería, que es antinatural, pero quiero estar contigo ahora, mañana y siempre. ¿No lo entiendes?
—¡No es que no lo entienda! pero tú tomaste tu decisión. Me apartaste. Y un día apareciste en casa con una mujer a la que presentaste como la madre de tu hijo. ¡La madre de tu hijo!
Logan respiró hondo, sintiéndose culpable al ver a Milo con los ojos acuosos y al escuchar su voz quebradiza, las palabras se le amontonaban en la boca.
—El bebé es real, Milo. Pero no hay familia… no de ese modo. Tania y yo no estamos juntos. Solo… fue algo que pasó. Necesitaba cumplir. Pero no más. No puedo seguir mintiéndome. Ni mintiéndote. Perdóname, se que te he lastimado…
Entonces, el celular de Milo empezó a sonar antes de que pudiera responderle. Lo sacó del bolsillo, miró la pantalla. Era su cita.
—¿Vas a contestar? —preguntó Logan nervioso, al borde de romper en llanto pues si el menor se iba ahora todo estaba perdido.
Milo dudó. Pero no contestó. La llamada se desvió sola.
—No —dijo Milo finalmente. Luego miró a Logan, en silencio.
Un pequeño destello de esperanza brilló en los ojos del otro.
—Entonces… ¿te quedarás?
—No lo sé —dijo Milo, pero su voz ya no tenía la dureza de antes. Era suave. Vulnerable—. Dime que esta vez es real. Que no vas a volver a soltarme.
Logan se acercó, despacio. Lo abrazó, como si temiera que Milo desapareciera si parpadeaba.
— No, Milo, nunca más lo haría…Te amo, bonito
Hoy, Logan y Milo viven juntos en otra ciudad, lejos del ruido, de los prejuicios, de las expectativas ajenas. Milo alquiló un departamento en el mismo edificio donde Logan también reside. Tienen independencia, pero comparten la vida como una sola. Logan juega fútbol profesionalmente, tiene un título universitario del cual piensa sacar provecho más adelante y además, es padre de un niño llamado Elías, que heredó su mirada intensa y su risa fácil. Milo lo quiere como si fuera suyo, y Tania, con una madurez admirable, forma parte del círculo familiar con respeto y armonía, aunque ella también desconoce lo que pasa realmente entre ambos hermanos.
Los fines de semana, cuando Elías va con su madre, Logan y Milo vuelven a ser los de siempre. Se abrazan en el sofá, cocinan juntos, se aman lenta y profundamente, mientras hacen el amor y dejan rienda suelta a sus instintos sexuales. El mundo ya no los asfixia. Habían encontrado su lugar.
FIN
Gracias por leer hasta este punto, espero hayan disfrutado mucho de toda esta caliente saga tanto como yo 🙂 Pronto espero volver a deleitarlos con otras historias. ¡Hasta entonces!
Encuentra los capítulos anteriores aquí abajo y apoya con un voto 🙂
Parte 1:
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fetichismo/mi-hermano-el-macho-follador-p1/
Parte 2:
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fetichismo/mi-hermano-el-macho-follador-p2/
Parte 3:
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fetichismo/mi-hermano-el-macho-follador-p3/
Parte 4:
https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/fetichismo/mi-hermano-el-macho-follador-p4/
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