Mi hermano lo ignora, pero al que le dio por el culo fue a mí.
Un bisexual se travesti para complacer a un amigo, con el que tiene un sabroso encuentro, ya que el amigo además de darle por el culo se deja dar por el culo también, al regresar vestido de mujer a su apartamento se encuentra a su hermano que no lo reconoce, y también le come el culo..
Mi hermano lo ignora, pero al que le dio por el culo fue a mí.
Se puede decir que fue un accidente, pero sí, mi hermano me comió el culo, y lo más extraño de todo es que me gustó tanto que quisiera que se repitiera….
Como ya les dije, lo peor es que me encantó, ya que como todo se dio dentro de unas raras circunstancias, no creo que sea algo que se repita.
No es que yo sea gay, soy más bien lo que llaman bisexual, por lo que en ocasiones he llegado a tener sexo con otros hombres por el solo placer de hacerlo, sin que entre ellos o yo surgiera algún tipo de relación permanente.
Cuando llegaron las vacaciones de la Universidad, mi hermano no tenía un plan de a dónde ir a pasarlas, por lo que se le ocurrió irme a visitar, y quedarse en mi apartamento.
Por mi parte en ese día me había puesto de acuerdo con un amigo, para salir con él, olvidándome por completo de mi hermano.
La cosa es que mi amigo y yo lo primero que hicimos fue que comenzamos a buscar mujeres, y para nuestra desgracia no encontramos ninguna, luego seguimos bebiendo, y hablando, hasta que, de momento, mi amigo me preguntó si yo era gay.
Cuando le aclaré que no, diciéndole que yo era bisexual, él se sonrió, y me comento, que lo que en ese momento lo que le hacía falta, era por lo menos tener un buen culo para comérselo.
Yo que ya me había dado unos cuantos tragos, le dije que ocasionalmente, y de forma voluntaria, había dejado que mis amigos más íntimos, me penetrasen, por el culo.
Eso a él como que le llamó la atención, de inmediato me propuso hacerlo, pero con la condición de que yo me vistiera, o por lo menos me pusiera alguna prenda femenina, para él hacerse la idea de que estaba con una chica.
La verdad es que la idea a mí me agradó, así que nos dirigimos a su casa, y aprovechando que su esposa se encontraba fuera, él buscó en la ropa de ella, y finalmente encontró algunas prendas que, para serles franco, me gustaron.
A todas estas ni mi amigo ni yo habíamos dejado de beber, y de prender uno que otro cigarrillito de marihuana.
Luego que me puse la ropa, seguimos bebiendo mientras que yo hasta me maquillé, y al ponerme una abundante peluca de color castaño claro, al verme al espejo ni yo mismo podía reconocerme.
Mi amigo puso algo de música, y continuamos bebiendo, y fumando, después de bailar, besarnos, y dejarme acariciar por casi todas partes, mi amigo comenzó a penetrarme, divinamente, y después de un buen rato finalmente se vino dentro de mi culo.
Después de eso me fui al baño expulsé todo lo que él me había dejado dentro, y fue cuando él mismo me propuso que yo lo penetrase.
Yo la verdad es que nunca había hecho algo así como eso, ya que cuando voy a meter, meto y cuando voy a dejar que me den, me dejo.
Pero apenas mi amigo me presentó sus nalgas, aunque yo estaba vestido de mujer, me provocó y en vista de que yo comencé a pasar mi verga entre sus nalgas, y digamos que en un descuido que se dio, lo ensarté por el culo.
Al principio mi amigo, como que le dolió mucho, pero justo cuando casi llorando me pedía que se lo sacase, de momento comenzó a mover su culo de manera tan, y tan sabrosa que entendí de inmediato que si se lo llegaba a sacar iba a llorar más fuerte para que se lo volviera a meter.
Por lo que continué clavándome por el culo a mi amigo, mientras que él chillaba de gusto, como si fuera una chica, y movía sus caderas de manera única.
Cuando estaba yo a punto de venirme dentro de su culo, y así se lo hice saber, mi amigo comenzó a masturbarse como loco, hasta que acabó, al mismo tiempo que yo lo hacía dentro de él.
Yo pensé que él después de eso tal vez quería que yo lo dejase darme por el culo, pero cuando se lo comenté, con una voz aflautada, me dijo que no hacía falta, que él ya había disfrutado mucho.
Quizás por lo bebido, y lo mucho que fumamos, cuando mi amigo me dijo que me iba llevar a mi casa, yo no me preocupé ni tan siquiera de quitarme la peluca, y tal como me encontraba vestido de mujer, me monté en su camioneta, y casi de madrugada me dejó en la entrada del edificio donde vivo.
Lo que yo ignoraba que mi hermano estuvo celebrándolo, como de costumbre, pero a pesar de la gran borrachera que había agarrado, se las arregló para llegar a mi apartamento.
Y justo antes de entrar al ascensor me encontró caminando completamente vestidito de mujer, desde luego que se detuvo, a ver quién era esa chica que, a esas horas de la madrugada, estaba llegando al edificio.
Yo casi me muero del susto al verlo, pero como no me reconoció, quizás por la ropa, el maquillaje, y la abundante peluca castaña que estaba usando.
Yo comencé a actuar como si realmente fuera una chica, con la idea de que él siguiera para el apartamento, y no me prestase atención.
Pero me equivoqué, mi hermano insistió en buscarme conversación, desde luego ignorando quien yo era, y apenas el ascensor se detuvo en mi piso, me dijo. “Mira linda, y me encuentro sumamente feliz, pero ya llevo varios días que no me acuesto con una mujer. Así que, si tú quieres hacer un acto de caridad, me gustaría acostarme contigo.”
La verdad es que no me esperaba que mi hermano saliera con esa, además al mismo tiempo que me comenzó a decir eso colocó una de sus grandes manotas sobre mi muslo, y comenzó a deslizarla hasta mis nalgas.
Del susto que me dio, de que me reconociera la borrachera me desapareció, como por arte de magia.
Lo primero que se me ocurrió decirle, que, con todo gusto, haría lo que él quisiera, solo que como tenía la regla, si él quería lo único que podía hacer era dejar que me diera por el culo, a todas estas imitando la voz y manera de hablar de una de mis compañeras de clase que es bien coqueta, por no decir que putona.
Él no lo pensó, se sonrió, y a medida que fuimos entrando a mi apartamento me preguntó a donde yo vivía, le dije que, en el piso de arriba, cosa que a él no pareció importarle mucho.
Así que apenas entramos, me condujo a la sala, y tras servirme un trago de la botella de ron que él estaba bebiendo, comenzó a besarme de manera salvaje.
Mi mayor temor era que si me descubría, de seguro se lo contaría a mis viejos, pero a pesar de eso, yo comencé a tratar de manipularlo, para poder controlarlo un poco.
Así que apenas pude, mientras me besaba, y me agarraba por todas partes, yo de manera voluntaria me agaché, y rápidamente extraje su verga del pantalón, y mucho antes de que se diera cuenta, ya me encontraba yo mamándosela.
Por un buen rato me dediqué a mamar la gran verga de mi hermano, pensando que de esa manera si lo hacía acabar, seguramente con lo bebido que estaba me daría oportunidad de desaparecerme.
Pero no que va, cuando yo estaba pensando que de un momento a otro se vendría dentro de mi boca, que a él se le antojó, acariciar mis nalgas, y de inmediato me dijo. “Querida ya que tienes la regla, deja que te dé por el culito.”
Por lo que a mí no me quedó más remedio que recostarme sobre el sofá, medio bajarme un poco los pantis que me había puesto, y presentarle mis blancas nalgas.
Quizás por lo morbosa de la situación, yo me excité tanto, que tuve que meter mi mano, bajo mi cuerpo, y acomodar mi parada verga, no me fuera a delatar.
Sus dedos llenos de su propia saliva me fueron dilatando el culo, pero por poco tiempo, ya que casi a los pocos segundos, sentí como su gruesa, y larga verga me penetraba dolorosamente por mi apretado culito.
La verdad es que hasta las lágrimas se me saltaron, pero a medida que mi hermano comenzó a meter y sacar divinamente toda su verga dentro de mi cuerpo, yo por mi parte, gustosamente comencé a mover mis caderas, restregándolas contra el cuerpo de él.
No podía creer el placer que mi hermano me estaba provocando, al darme por el culo de la manera que lo estaba haciendo.
Además, yo chillaba como una loca, pidiendo que me diera más y más duro, cosa que él continuaba haciendo una y otra vez.
Hasta que después de un largo rato lo sentí detenerse, y con una mayor fuerza, apretarme contra su cuerpo, hasta que no le debió quedar una sola gota de leche.
Lo que yo había esperado que sucediera, pasó, lo mucho que él había bebido, más el fuerte esfuerzo que había realizado, lo dejaron noqueado.
Roncando, tal y como se encontraba, yo como pude salí bajo su cuerpo, pero antes de marcharme, me provocó darle otra buena mamada, así que lavé su verga, y me dediqué nuevamente a mamársela, lo que me sorprendió fue que, a pesar de su borrachera, y de su estado se le volvió a poner dura, y no me detuve hasta que lo hice acabar dentro de mi boca, y con gran placer me tragué su leche.
Luego me retiré de su cuarto, me quité la ropa, el maquillaje y la peluca, guardé o mejor dicho escondí todo, me di un baño, y dejé la puerta de la casa abierta, al día siguiente cuando me levanté lo encontré todavía durmiendo.
Desde luego que lo desperté, mi hermano actuó como si nada había pasado, pero antes de marcharse me preguntó si había visto a una putita que se había encontrado en el pasillo del edificio, desde luego que le dije que no.
Como verán situaciones como esas no se repiten todos los días, lo que si se repitió fue mi salida con mi amigo, por lo que nuevamente me tuve que vestir de mujer, y en esa ocasión él me volvió a dar sabrosamente por el culo.
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