Mi hermano mayor 4
Mi primo William es engañado..
Le recomiendo leer las partes anteriores.
Las cosas con mi hermano se habían solucionado.
Al parecer nuestro padre había olvidado el asunto, y todo había vuelto a la normalidad.
Mi hermano y yo aprovechamos cualquier momento a solas para volver a hacer el amor.
Cada vez lo hacíamos más salvaje, más duro; cosa que me hacía sentir un poco mal, pues mi hermano había comenzando a tratarme de una forma más ruda, y con más fuerza.
Había días en los que tenía que hacer hasta lo imposible para que no se me notaran las marcas de nuestras noches de pasión.
Hasta que en una ocasión ocurrió algo que no pensé que fuera posible.
Era un viernes por la tarde, nuestros padres habían salido a una cena familiar en casa de uno de nuestros tíos.
Esteban logró hacer que nos dejarán en casa; eso me alegró un poco, pues pensé que tendríamos una noche algo movida.
Lo que nunca pensé es que Esteban había invitado a uno de mis primos mayores.
Su nombre era William, era de la misma edad de mi hermano, aunque un poco más alto que él.
Si cuerpo era un poco más musculoso debido a que él practicaba mucha natación, cabello negro, cejas tupidas, y hermosa sonrisa.
Cuando llegó me sentí algo decepcionado, pensé que tendría la noche libre con mi hermano.
Pero todo cambió cuando escuché la conversación que ambos tenían en la cocina.
— ¿Dónde está la puta que dijiste? — inquirió con voz baja William — Cancele la cita con Raquel porqué me dijiste que no me arrepentiría…
— Shhh… — contestó mi hermano cerciorándose de que yo no escuchara nada — Está en mi habitación, pero ya me dijo que no hará nada contigo si no aceptas sus términos…
Pude escuchar como ambos discutían sobre eso.
Aunque yo no daba crédito a lo que estaba escuchando.
¿Acaso mi hermano había invitado a una chica?
¿Tendría que salir para que ellos tuvieran sexo con ella?
Mi corazón me dolía con solo imaginar a mi hermano haciendo el amor con otra.
— Ya te dije, — escuché a mi hermano — si no lo haces no hay cojida…
— Mira que eres cabrón, — susurró William — no pienso quedarme con el calentón, pero te juro que si la tía es una «abominación» te daré una ostias.
— Tú confía, y vete poniendo cómodo, — finalizó mi hermano — le voy a pedir a Dany que se vaya…
Esas palabras hicieron añicos mi corazón, por mi mente pasaba todo lo que había vivido con Esteban, tantos “Te Amo” que ahora solo eran palabras sin sentido.
Antes que que Esteban llegara a donde estaba yo me levanté y salí de la casa.
Podía sentir las cálidas lágrimas bajar por mis mejillas.
— Dany espera, ¿A dónde vas?
— Escuché todo Esteban, — dije intentando no gritar — si ustedes quieren que me vaya, pues me voy…
— No, tú no estás entendiendo…
— ¿Y qué quieres que entienda? — pregunté teniendo unas ganas inmensas de golpearlo.
— Yo no voy a traer a ninguna chica a la casa… — caminó hacia mí — en realidad quería decirte esto desde antes, — me tomó de las manos — tú sabes cuánto te amo…
— ¿Entonces por qué le dijiste a William que…?
— Tenerte solo para mí a sido increíble, — suspiró — pero tenía la fantasía de compartirte con alguien más… que alguien más te hiciera el amor.
Me quedé en shock.
— Pero si piensas que es demasiado le diré a William que…
— Pero, ¿por qué William? — pregunté yo confundido.
— Porqué William sabe guardar muy bien los secretos, — se rascó la nuca — ya hemos tenido otras experiencias…
— Yo no sé que decir…
— Entonces di que sí, te aseguro que lo disfrutarás. — me condujo de vuelta a la casa.
Entre con muchos nervios, no sabía que quería que hiciera.
— Quítate la ropa y no hables, yo te voy a guiar. — ambos caminamos rumbo a nuestra habitación.
— ¿Eres tú Esteban?
— Si soy yo, — le dió un golpe cuando vio que quería quitar la venda de sus ojos — ya te lo dije, ella no quiere trampas…
— Pero es que, así no…
Mi hermano tomó mi mano y rápidamente la guío hasta el paquete de William, éste soltó un suspiro.
— Joder, — quiso quitarse de nuevo la venda, pero mi hermano se lo impidió — esto es demasiado misterioso Esteban, espero que ella sepa que hacer…
— Te aseguro que si… — respondió mi hermano.
Lentamente (y con muchos nervios) me incline en la cama quitándole la última prenda que le quedaba a mi primo; para mí sorpresa una verga larga y gruesa salio de el.
— Dice que tienes buena pija… — soltó de pronto mi hermano.
— Dile que si quiere puede conocerla más de cerca…
Y como si de una orden se tratara, me acerque a ese enorme miembro, pude oler ese característico olor a limpio que William desprendía siempre.
Cuando lo introduje en mi boca William intentó llevar sus manos a mi cabeza, afortunadamente mi hermano intervino.
— Recuerda que tampoco puedes tocarla…
— Si no estuviera tan caliente los mandaría al diablo a los dos — se quejo él.
Seguí chupando ese mástil, era muy parecida a la de mi hermano, solo que la de mi primo era de un grueso uniforme, desde la cabeza hasta la base, además, William la tenía un poco inclinada hacia la izquierda.
— ¡Mierda! ¡Que bien la chupa! — exclamó William.
— Te dije que era una diosa… — contestó mi hermano.
— Dónde siga así no voy aguantar…
— Entonces llegó la hora de que disfrutes Will. — musitó mi hermano mientras me guiñaba el ojo.
Esa fue la señal de que debía pasar al siguiente paso.
Con mucho cuidado me acomodé sobre William, mi corazón latía como loco; tomé (con mucho cuidado) el miembro de William y lo dirigí a mi entrada.
— Espero que tomes algo para no tener «sorpresas»… — exclamó William al sentir como su miembro comenzaba a entrar en mi.
Cuando sentí que entró la cabeza ahogué un gemido, era demasiado grande para mi nivel de dilatación.
— Joder, que apretada… — gimió Will.
Tardé un poco en seguir bajando porque me dolía.
Aunque nada me pudo preparar para la acción que tuvo mi hermano, en un segundo me tomó de los hombros y me obligó a introducir todo el miembro de mi primo.
Pude ver la mueca de placer de William, para luego sentir sus manos en mis caderas obligandome a quedarme con toda su verga adentro.
Tuve que aguantar los gritos de dolor, sentí que me partía en dos.
— ¡Dios, esto es increíble! — apretó mi trasero.
— Disfrútalo primo… — susurró Esteban detrás mío.
Pude ver qué mi hermano estaba desnudo, y se colocaba atrás de mi.
— Ya puedes quitarte la venda Will…
Él no esperó ni un segundo para hacerlo.
Por un momento pensé que se enojaría o se mostraría a ver que había sido engañado, pero contra todas mis suposiciones, mi primo solo sonrió.
— ¿Qué tal la sorpresa? — preguntó Esteban muestras besaba mi cuello.
— Eres un hijo de puta, — hizo un ligero movimiento de su pelvis arrancandome un gemido de dolor — pero no me puedo quejar, — comenzó a mover su miembro adentro de mi — siempre quise probar a un putito…
Se incorporó y comenzó a besarme mientras con sus manos me levantaba, haciendo que su miembro comenzará a moverse dentro de mi.
— Así que este era su secreto… — comenzó a morder mi cuello con rudeza — me hubieran invitado antes a sus juegos.
Después de eso siguió cogiéndome cada vez más duro, lentamente el dolor se convirtió en placer, pero sobre todo me daba morbo el sentir como Esteban y él me besaban.
Su miembro entraba y salía casi por completo, mientras la habitación se llenaba del olor a sexo.
Algo me decía que después de que terminara William, sería el turno de mi hermano.
Muy buen relato, me ha puesto cachondo
Me parece genial, excelente relato. Por favor continua😜
Continua por fa
que relato continu apor faovr