Mi hermano mayor
Continúo con el relato.
Gracias por los comentarios, aquí la segunda parte.
Después de terminar mi hermano me ayudó a entrar al baño, lo hicimos con mucho cuidado, pues nuestros padres no debían darse cuenta.
Tomamos una ducha juntos, el me ayudó a bañarme y me cargo de regreso a la habitación. Yo no pude evitar sonrojarme por todo lo que estaba haciendo.
Había descubierto que mi hermano me quería y ansiaba que yo fuera su novio.
Nunca había tenido novias, y mucho menos un novio, así que tener un novio se me hacía algo increíble.
Fue él quien cambió las sábanas y me ayudó a ponerme otra ropa.
El dolor en mi cadera era considerable, pero aún así no me arrepentía de lo que habíamos hecho.
Tal vez muchos pensaran que él se aprovechó de mi, pero yo podría rebatir inmediatamente esa suposición diciendo que yo fui quien inició todo y dejo que esto pasará.
Nos quedamos acostados muy juntos, él me abrazó y depósito suaves besos en mi clavícula.
A la mañana siguiente yo tuve que hacer un esfuerzo por salir de la cama. Al parecer nuestros padres no se habían dado cuenta.
Esteban estaba muy sonriente, y durante el desayuno no dejo de verme y sonreír.
Tuvimos un día muy tranquilo, era domingo, así que yo no tenía colegio y él no iba a la universidad.
Con gran facilidad convenció a nuestros padres de llevarme a el cine, yo estaba más que feliz de ir con él. Mi hermano había cambiado, podía sentirlo, era como si una conexión se hubiera formado entre nosotros.
Tomó el auto prestado y salimos rumbo al cine que estaba a media hora de nuestra casa. Durante el camino el me preguntó que tal me sentía, si las pastillas que me había dado habían funcionado, que si está de acuerdo con lo que habíamos empezado.
Yo contesté felizmente todo lo que me preguntó, estaba feliz, mi hermano me había reclamado y yo aceptaría todo lo que él me pidiera hacer.
— ¿Qué te parece si en lugar de ir al Cine vamos a otro lugar? — dijo deteniendo el auto en un semáforo.
— ¿A dónde quieres llevarme?
— Podríamos ir a un motel y repetir lo de anoche…
Yo me quedé pensativo, mi entrada aún dolía, pero él era ahora mi dueño, así que debía estar dispuesto a hacer lo que me pudiese.
— Si, puedes llevarme…
— Te amo
Me dió un beso rápido y cambio de dirección. Tratamos relativamente poco en llegar al Motel Hollywood, era uno de los más visitados en aquellos tiempos. Él bajo a pagar y regresó con unas llaves.
Ya en la habitación me llevo rápidamente a la cama montándose encima mío. Pude sentir con mi estómago que su miembro está muy duro.
— Te deseo tanto…
Yo trataba de seguir el ritmo del besó, tal vez debí ser más cuidadoso, pues en su exitación hizo varias marcas en mi cuello.
— No traje condones, ¿Te parece si lo hacemos así?
— Si, por mi no hay problema — contesté.
— Prometo ser cuidadoso, sé que aún te duele.
Yo asentí confíado mientras el metía sus manos por debajo de mi camisa, sentía que su tacto me quemaba en cada lugar que me tocaba. Sutilmente empecé a tocarlo también, tenía una espalda algo ancha, y lo que más me fascinaba era su abdomen.
— Así es bebé, puedes tocar todo lo que tú quieras…
Esas palabras encendieron de nuevo algo en mí, rápidamente fuí tocando más y más hasta llegar a su cinturón. Rápidamente lo desabroché y abrí su pantalón.
Ahí estaba, duro como un mástil y enormemente erecto. Él captó la indirecta y se levantó para permitir que yo tomara su miembro y comenzará a masturbarlo lentamente. No tenía experiencia en hacer eso, solo había hecho una vez, pero la exitación fue mi maestra.
Comencé a lamerlo, primero la cabeza, movía mi lengua con ritmo, podía ver el rostro de mi hermano lleno de exitación. Abrí un poco más la boca y me lo metí hasta que topo con mi garganta provocándome una arcada.
— Tranquilo Dany, hazlo a tu ritmo, no podrás metértela toda — dijo acariciando mis mejillas.
Ya con unas lágrimas en mis ojos, producto de mi torpeza, empecé a tomar ritmo, subía y bajaba mi boca por ese duro pene. Podía ver como mi hermano sonría y hacia su cabeza para atrás.
— Dios, que bien lo haces…
Esas palabras me incitaron a tratar de meter todo ese duro mástil dentro de mi boca; lentamente y sin detenerme fui metiendo más y más ese miembro entre mis inexpertos labios, hasta que sentí las manos de mi hermano en mi cabeza ayudándome con la tarea y deteniéndome por momentos.
— Ya ni aguanto Dany, necesito hacerte mío…
Yo asentí feliz, sentía increíble que mi hermano me dijera eso. Él se quitó todo en un dos por tres quedando desnudo frente a mí y me ayudó a mi a quitarme la camisa, los zapatos, di pantalón y por último los bóxers.
— Eres perfecto amor, — se montó encima mío — ahora es tiempo de complacer a tu macho…
Se colocó entre mis piernas, escupió en su mano para ponerlo en mi entrada y en su pene; sin previo aviso me lo metió.
Yo lancé un pequeño grito, no me había preparado para una intrusión así y más recibiendo tal palo. Afortunadamente el se quedó quieto y comenzó a darme besos.
— Lo siento bebé, no podía esperar…
— No te muevas por favor — rogué casi llorando.
— No lo haré, — dijo rápidamente — es increíble como aprietas, de haber sabido antes que estabas tan rico te hubiera poseído antes…
Esas palabras me sorprendieron.
— ¿Te gustaba desde antes?
— Claro que sí, me molestaba que otros te mirarán…
— Pero nadie me mira…
— Eso crees tú, Raúl y Sérgio te echaron el ojo hace un par de meses…
Yo me sorprendí mucho cuando dijo eso: pues Raúl y Sérgio eran dos amigos de él, a veces iban a nuestra casa a jugar Xbox o a hacer tarea.
Él aprovecho mi distracción para meter aún más su miembro, yo naturalmente di un respingo, no podía negar que me estaba doliendo.
— Lo siento, no puedo evitarlo, deseo estar dentro tuyo. — dijo dándome un beso.
— Está bien, puedes hacer conmigo lo que quieras, soy tuyo…
No tuve que repetirle eso 2 veces ya que inmediatamente se comenzó a mover, sentía como en cada va y ven su miembro se abría paso dentro de mi. Después de unos minutos el dolor comenzó a disminuir y una nueva sensación se presentó.
— ¿Te gusta?
Yo entré jadeos le dije que sí, podía sentir cosquillas cada vez que entraba y tocaba un punto dentro de mí, su pene entraba y salía ya con más facilidad y por la habitación se escuchaba un sonido muy peculiar.
El jadeaba sin cesar, y yo trataba de reprimir los gemidos que sus embestidas me proporcionaban. Sus embestidas comenzaron a ser más rápidas y con más fuerza, sacaba su miembro completamente y luego me lo metía hasta el fondo.
No supe cuánto tiempo duramos así, el encima mío con mis piernas en sus hombros y yo mordiendo mis labios y tomando fuerte la sábanas.
— Estoy por venirme, ¿quieres que me venga dentro?
— S-si…
Segundos después sentí de nuevo como entraba hasta lo más profundo y depositaba su semilla en mí.
Nuevamente se dejó caer suavemente sobre mi jadeando, nuestro sudor había mojado la sábanas.
— Fue increíble Dany, gracias por esto.
Yo no contesté, no tenía muchas fuerzas, me dió mucho sueño.
— Descansa un poco, yo te hablo en una hora…
Me dormí inmediatamente después de escuchar eso.
Una hora después mi hermano me despertó para que tomara un baño, debíamos volver a casa.
Está vez no sentía tanto dolor como la última vez, igualmente me ayudó a bañarme y a ponerme la ropa.
El camino a casa fue muy animado, él no paran de contarme la vez que aprendió a conducir. Yo escuchaba todo con atención, casi nunca hablamos de cosas así.
Igualmente me preguntó si me había gustado, a lo que respondí que sí, había sido grandioso sentirlo dentro de nuevo.
Debía admitir que mi hermano me trataba muy bien, a pesar de que al principio si fue muy tosco conmigo.
Durante la ducha me di cuenta que tenía marcas en mi cuello, por lo que debía cuidar que mis papas no las vieran cuando llegáramos.
Fue toda una odisea hacer que nuestros padres no se dieran cuenta de mi caminar o de las marcas en mi cuello, pero afortunadamente no se dieron cuenta.
O eso es lo que pensaba yo…
Por favor, sigue! Me encanta tu historia!
Segunda parte por favor 🙏