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Gays, Incestos en Familia, Travestis / Transexuales

Mi hermano mayor me encontró robándole dinero a nuestra madre, y me chantajeó hasta que me convirtió en su esclavo sexual.

Un joven descubre que su hermano menor le roba dinero a su madre, por lo que lo chantajea obligándolo a ser su esclavo sexual como trans y gay….. .
Cuando mi hermano mayor que se encontraba visitándonos, me encontró sacando dinero de la cartera de mi mamá, no me dijo nada, simplemente se quedó callado, hasta que nuestra madre se dio cuenta de que le faltaba dinero.
Yo escuché el alboroto que ella armó, y simplemente me hice el pendejo, que no sabía nada de lo que pasaba, mientras que nuestra madre se fue al banco por más dinero, y mi hermano se me acercó y una vez que se puso de pie frente a mí me dijo. “Yo te vi sacando el dinero de la cartera de mamá, así que o haces todo lo que te ordene sin protestar, o simplemente cuento todo lo que hiciste.”
Apenas terminé de escuchar al hijo de la gran puta de mi hermano, pensé. “Con tirar el dinero al lado de la cama, me basta, y así no me puede acusar de nada.” Pero de inmediato mi hermano, como si me hubiera leído la mente me dijo. “De paso también le mostraré a ella y al viejo, las fotos que te tomé sacando el dinero de la cartera de mamá, dinero que yo sé que estas usando para comprar drogas.”
Cuando escuché a mi hermano decirme eso, me entró un pánico tremendo, de que mis padres vieran las fotos, por lo que sin pensarlo mucho saqué de mi escondite, el dinero que había tomado de la cartera de mi madre, y se lo fui a entregar a mi hermano.
Pero cuando mi hermano, me dijo que me quedase con el dinero, me sorprendí, en ese momento no tenía la menor idea de lo que me iba a pasar, hasta que me dijo que esa noche me esperaba en su apartamento, ya que él vive aparte de nosotros, por lo que algo asustado y confundido le pregunté que para qué, a lo que mi hermano riéndose me respondió de mala gana. “Tú has lo que yo te ordeno, o todo el mundo se va a enterar que eres un adicto ladrón.”
Por lo nervioso que me puse, estuve a punto de no hacer lo que mi hermano me había ordenado, por lo que, para tranquilizarme un poco, decidí fumarme un cigarrillito de los míos, y tras darle varias jaladas, casi de inmediato comenzó hacerme efecto, por lo que me tranquilicé, y al estar ya como dicen en pleno vuelo, mucho más calmado, sin pensarlo mucho me dirigí al apartamento de mi hermano.
Mi hermano apenas me vio, se dio cuenta de que yo ya me había fumado un tabaquito de marihuana, y cuando me lo comentó, yo comencé a reírme de manera tonta, por lo que no tuve ni que decirle que si había fumado antes de llegar a su apartamento.
Apenas entré me sirvió un trago de algo no se si era vodka, ron, ginebra, o qué, lo que sí sé es que no era vino ni cerveza, algo sorprendido me lo tomé de un solo trago, y casi de inmediato, aparte de que él me volvió a servir otro trago, además también me entregó unas pastillitas rosadas.
Apenas me entregó esas pastillas, junto con el otro trago que me sirvió, me las tomé rápidamente, mientras me servía el tercero me dijo. “Una vez que te tomes ese trago lo siguiente que debes hacer es comenzar a ir quitándote toda la ropa.”
Yo sin cuestionarle nada, ese tercer trago me lo tomé de manera más lenta, y apenas terminé de tragármelo, él me volvió a decir que me quitase toda la ropa, cosa que de inmediato sin tan siquiera preguntarle el por qué, comencé hacerlo hasta que me quedé nada más en interiores.
Ya en ese momento, no sé si fueron los tragos, la marihuana que previamente me había fumado o las pastillitas que él me había dado, y que me había bebido de manera tan rápida, todo eso comenzó hacerme efecto, por lo que cuando mi hermano me preguntó si quería fumar otro tabaquito, sin pensarlo de inmediato le respondí que sí.
Pero cuando pensaba sacar lo poco que me quedaba en el bolsillo de mi pantalón, mi hermano después de abrir una gaveta de donde extrajo un gran puño de marihuana, y papel de fumar de inmediato sin pensarlo me dediqué a preparar otro gran tabaco.
Pero antes de llegar a prenderlo mi hermano me ordenó que me quitase el interior, cosa que de inmediato hice sin pensar, y una vez que me quedé del todo desnudito, él a medida que yo prendía el tabaco, me dijo. “Ahora mientras te lo fumas, quiero que te vayas poniendo eso que está en la bolsa.”
Yo ni lo pensé y a medida que seguí fumando saqué todo lo que había en la bolsa, y resultó ser unos pequeños pantis negros de encaje, también un pequeño sostén de igual color y también de encajes, así como unas medias de mujer de color negro con muchos encajes, en realidad parecía ropa de puta.
Pero tal y como mi hermano me dijo, a medida que seguí fumando el tabaco de marihuana, me fui poniendo todo eso, sin la menor idea de lo que estaba haciendo, al terminar de ponerme todas esas prendas, ya había terminado de fumarme el tabaco de marihuana, y al levantar la vista me encuentro con que mi hermano me entrega otro vaso lleno de licor, que sin tan siquiera preguntarme si quería más me lo entregó.
Yo de lo más contento seguí bebiendo, cuando de momento mi hermano me toma por una mano y hace que me siente a su lado, diciéndome. “Mariconcito, de ahora en adelante tú vas a ser mi putita, y vas a dejar que yo te haga lo que quiera, así que termínate ese trago.”
Apenas terminé de beber, él mismo me quitó el vaso, y sin que yo me lo esperase me ha dado un tremendo beso de lengua, al tiempo que sus manos acariciaban mis muslos y nalgas, sin que yo pudiera hacer nada por impedírselo.
El que mi hermano mayor me comenzara a besar en ese momento, al mismo tiempo que de manera descarada acariciaba mis muslos y nalgas, sumado al hecho de que me ordenó que me pusiera esa ropa, como que de momento caí en cuenta de lo que estaba sucediéndome, y asustado y con clara consciencia de lo que mi hermano me había obligado hacer, casi llorando le pregunté qué era lo que él quería que yo hiciera.
Él como si se tratase de una gracia que estuviera haciendo él, me respondió sonriendo. “Mariconcito, ya te dije que de ahora en adelante tú vas a ser mi putita, y vas a dejar que yo te haga lo que quiera, de lo contrario le mostraré todas las fotos tuyas a los viejos, inclusive las que te acabo de tomar, con pantis, sostén, y madias de mujer.”
Casi de inmediato llorando le pregunté por qué me hacía eso, y él solo me respondió. “Porque puedo y quiero, además como tú te la pasas drogado, una vez que te meta mi verga por ese culo, lo único que tienes que hacer es mover las nalgas, o ponerte a mamar.”
Pero a medida que me fue diciendo eso, se me volvió acercar, y antes de que yo pudiera actuar, mi hermano nuevamente comenzó a besarme y acariciar mis muslos, y parte de mis nalgas, diciéndome lo buena que yo tenía las nalgas.
Yo no sé a ciencia cierta que me sucedió, ya que en lugar de retirarme o rechazar sus avances, a medida que mi hermano nuevamente comenzó a besarme, y a pasar sus manos sobre mi piel, yo me quedé paralizado, llorando por lo que me estaba haciendo él, al grado que cuando nuevamente comenzó a besarme, aunque quería no podía moverme, siendo incapaz de detenerlo, dejándolo que me hiciera todo aquello que a él le daba la gana.
De momento pensé que se debía a la mucha marihuana que había fumado, y tras mezclarla con las pastillas y todo lo que haya sido que mi hermano me estuviera dando de beber, pero la cosa es que a medida que él me seguía besando, acariciando mis nalgas y mulos, lentamente hizo que yo le diera la espalda, obligándome en cierta forma o manera a que él me recostase bocabajo sobre el enorme sofá en que nos encontrábamos sentados, yo no paraba de llorar, y pedirle que no me hiciera daño, recordándole que yo era su hermano menor, que no me fuera a meter su verga dentro de mi culo.
Y mientras yo seguía llora que llora, y pidiéndole que no me hiciera daño, sentía sus manos sobre la piel de mis nalgas, y muslos, y su gruesa voz diciéndome que yo era su putita, y que me iba a meter las veces que él quisiera, su verga dentro de mi parado culito.
En otros momentos pienso que con ponerme de pie hubiera bastado para detenerlo, pero la realidad es que yo estaba y me sentía completamente paralizado, el sentir sus manos acariciando mis nalgas, me impedía que yo hiciera otra cosa que no fuera llorar, y rogarle que no me hiciera daño, por lo que cuando me comenzó a bajar los pantis, que momentos antes yo creyendo que era un juego, me los había puesto frente a él, seguí llora que llora.
Mi hermano pasó sus dedos embadurnados de vaselina, por entre mis nalgas, y específicamente sobre el apretado hueco de mi culo, por lo que yo lloré más duro, pidiéndole que no me siguiera haciendo eso, pero él en lugar de detenerse, una vez que su dedo se encontró sobre mi esfínter, me comenzó a penetrar, del susto, del miedo o de la impresión de sentir que su dedo penetraba mi apretado culito, me quedé completamente paralizado, sin decir o hacer nada en lo absoluto para evitarlo.
Por unos pocos segundos mi hermano se detuvo, momento en el que yo me comencé a sentir mucho más avergonzado por todo lo que él me estaba haciendo, y sin dejar de llorar, nuevamente le comencé a pedir que no me hiciera eso, pero completamente incapaz de moverme, al punto que él mismo separó mis piernas sin que yo lo pudiera evitar.
Por un corto rato sentí al principio un solo dedo penetrando completamente todo mi ano, pero al poco rato en lugar de un dedo me imagino que uso dos, luego tres, y así sucesivamente hasta que prácticamente y de seguro me estaba empujando por mi culo casi toda su mano.
Yo no podía y no quería creer que mi hermano mayor me estuviera todo haciendo eso, pero la realidad es que sí, y al tiempo que una de sus manos me la introducía casi por completo dentro de mi culo, con su otra mano acariciaba mis nalgas y muslos, al tiempo que sentía sus labios besando mi cuello y orejas, cuando no era que me los mordisqueaba de manera incesante.
Mientras que yo sin dejar de llorar y muerto de vergüenza, no paraba de pedirle que se detuviera, cosa que a mi hermano lejos de hacer que realmente se detuviera, el muy desgraciado continuaba con más fuerza empujando toda su mano dentro de mi culo, y buscando besarme en la boca.
De momento mi hermano se detuvo, y extrajo su mano de dentro de mis nalgas, y de manera inocentemente tonta pensé que eso iba a ser todo, por lo que aun llorando me relajé, dándole gracias a Dios de que ya todo hubiera terminado.
Yo me encontraba tan agotado, que realmente no me di cuenta de que mi hermano, se estaba quitando los pantalones y los interiores, y si cuando comenzó acariciarme y a besarme me asusté, cuando al voltear mi cara, lo vi por completo desnudo, y su larga y gruesa verga, completamente erecta, apuntando al techo, sin tan siquiera agarrarla con su mano.
No sé qué sucedió primero, si mentalmente la comparé con mi pequeño miembro, o el solo pensar que me fuera a enterrar toda esa enorme cosa dentro de mi apretado culito, hizo que casi perdiera el sentido, del susto que recibía al verlo completamente desnudo frente a mí con su verga bien dura y parada.
Lo cierto es que, aunque traté de escaparme, mi cuerpo no respondía, por una parte, no podía dejar de llorar, mientras que mi hermano mayor me decía que me relajase, que si no lo hacía me iba a doler mucho.
Sentí como nuevamente separó mis piernas, y con una de sus manos, separó mis nalgas, mientras que yo no paraba de pedirle que se detuviera, cosa que él lejos de hacerme caso, como que se excitaba mucho más, y continuaba acercando su gran verga a mi apretado culito.
De momento comencé a sentir esa cosa caliente y bien dura presionando el hueco de mi culo, ya me estaba quedando ronco de tanto llorar y pedirle que me hiciera eso, recordándole nuevamente que yo era su hermano, pero el muy hijo de la gran puta continuó presionando la cabeza de su verga contra el hueco de mi culo, al tiempo que me decía una y otra vez que me relajase, porque si no me iba a doler mucho más.
La realidad es que a medida que mi hermano seguía presionando su parada verga contra el hueco de mi culo, este se fue abriendo y dando paso para que aquella enorme cosa comenzara a penetrarme dolorosamente, en esos momentos yo no paraba de llorar, y de gritar por el dolor, pidiéndole que me lo sacara, y él lejos de compadecerse de mí, continuaba presionando su verga contra mi cuerpo.
En esos momentos ya me encontraba sin fuerza alguna, dejé de ofrecer resistencia, es decir de pedirle que no me hiciera eso, ya mi llanto ni se escuchaba, pero el desgraciado de mi hermano continuó enterrando toda su maldita verga, una y otra vez dentro de mi apretado culito.
Aunque el dolor para mí era insoportable, dejé de quejarme, y casi me encontraba a punto de desfallecer, cuando el hijo de la gran puta de mi hermano me ha sonado una tremenda y ardiente nalgada, diciéndome que moviera las nalgas.
No sé si fue el ardor, o qué, pero de inmediato no se ni como comencé a mover mis caderas, pero a medida que seguía moviendo mis nalgas de lado a lado también, aunque poco a poco comencé a sentir que el dolor se fue convirtiendo en un extraño placer, no es que no me siguiera doliendo cada vez que mi hermano me penetraba una y otra vez, si me dolía, pero de forma o manera distinta y diferente.
Mi hermano continuó con saña enterrándome toda su verga una y otra vez, al mismo tiempo que me mordisqueaba mi nuca, y mis orejas, cosa que a mí lejos de incomodarme a pesar del dolor lo comencé a disfrutar, a sentir un raro placer a medida que él me seguía penetrando, y mordisqueando mi nuca,
En ciertos momentos y sin poder controlarme, se me comenzaron a escapar profundos gemidos de placer, gemidos de los que mi hermano se dio cuenta, diciéndome que él sabía que a mi todo eso me iba a gustar.
Yo me encontraba en una increíble situación, por una parte, me moría de vergüenza por todo lo que mi hermano me estaba haciendo, pero, por otra parte, cada vez que me daba un empujón enterrando su verga entre mis nalgas, yo más lo disfrutaba, al punto en que sin saber cómo me vine, y al mismo tiempo que seguía moviendo mis caderas y pidiéndole a mi hermano que me diera más y más duro.
Pero no fue hasta que mi hermano comenzó a apretarme contra su cuerpo, con tanta fuerza que pensé que me iba a partir en dos, en ese instante me di cuenta de que él estaba acabando dentro de mi culo, y luego de un rato y varias sacudidas, finalmente sacó su verga de mi adolorido culo.
Luego me ordenó que fuera al baño y expulsara todo, es más me ordenó también que me bañara, y en lugar de regresar al sofá fuera a su cuarto, lo que hice siguiendo sus órdenes después de expulsar toda la leche de mi culo, y darme una rápida ducha, al verme entrar en la habitación tras limpiarse su verga con una toalla húmeda, me ordenó que me pusiera otros pantis, y sostén, y una vez que lo hice sin consideración alguna me ordenó que le mamara la verga.
Yo pensaba negarme, pero la manera en que me veía, no me tocó de otra que ciegamente obedecerle y arrodillándome a sus pies, para ponerme a mamar su verga, yo a todas estas esperaba que en cualquier momento se viniera dentro de mi boca, pero no lo quiso hacer así.
Cuando su gruesa y larga verga se le volvió a poner bien dura, rápidamente me ordenó detenerme, y que me acostase bocarriba, luego me tomó por los pies, levantó mis piernas, las separó, y haciendo a un lado los nuevos pantis, sin consideración alguna me volvió a enterrar toda su gran verga, por el culo.
Esa noche mi hermano hizo conmigo lo que le vino en gana, además de volverme penetrar, también hiso que le volviera a mamar su verga nuevamente, hasta que acabó dentro de mi boca, obligándome a tragar toda su leche.
Desde esa noche, con el cuento de que le iba contar a nuestros padres que yo le había robado el dinero a mi mamá, siguió abusando de mí, no tan solo obligándome a que fumara, bebiera, y me tragara algunas raras pastillas, sino que encima de todo eso, me vistiera de nena para él darme salvajemente por el culo y ponerme a mamar su verga.
Pero como dicen que el ser humano a todo se acostumbra, yo me acostumbre a eso, es más cuando mi hermano no me daba por el culo, o no me ponía a mamar, haciendo que yo me vistiera de chica, yo me sentía mal, al punto que una noche que no me hiso caso, cuando de repente llegó uno de sus amigos.
Yo como por lo general me encontraba bajo los efectos de lo que mi hermano me daba de beber, y de lo que por mi cuenta me fumaba, fui y le abrí la puerta tal y como me encontraba vestidito con ropa íntima de mujer, y hasta maquillado, su amigo al verme y reconocerme, le preguntó a mi hermano que pasaba, y mi hermano de inmediato le preguntó si le gustaría que yo le diera una buena mamada.
Su amigo respondió que sí, y después de eso no tan solo le di una buena mamada, sino que entre mi hermano y su amigo me pusieron como un pollito a la vara asado, es decir mientras uno me enterraba su verga por el culo, el otro me la enterraba por la boca.
Luego de eso su amigo también me dio salvajemente por el culo, al igual que otros amigos de mi hermano que posteriormente al parecer también se enteraron de que me gustaba que me dieran por el culo, y había ocasiones que mientras le daba el culo a uno, a otro le mamaba su verga, y a un tercero gustosamente lo masturbaba.
Con el tiempo he seguido disfrutando de las atenciones que tienen para conmigo mi hermano y sus amigos, solo que ahora ya no es necesario que beba tanto, ni que me la pase con una nota de marihuana todo el tiempo.
En lugar de eso a diario me tomo unas pastillas anticonceptivas, y no, no me las tomo para no salir preñado, es que de esa manera puedo seguir consumiendo hormonas femeninas que tanto me ayudan con mi nueva apariencia femenina.
Además, los fines de semana voy a un Pub de ambiente, completamente vestidito de nena, y hasta me subo al escenario y canto imitando a algunas cantantes famosas, aparte de que en ocasione hasta salgo con otros chicos.

21 Lecturas/29 diciembre, 2025/0 Comentarios/por Martehijodejupiter
Etiquetas: amigos, baño, culo, gay, hermano, hijo, madre, mayor
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