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Fantasías / Parodias, Gays, Infidelidad

Mi hijo es un semental lechero p3

Mi romance con mi hijo alcanza nuevos niveles.

A la mañana siguiente, me desperté con el aroma delicioso de los panqueques inundando la casa. Bajé las escaleras y encontré a Cris en la cocina, su pequeño cuerpo desnudo salvo por una trusa holgada que apenas contenía su enorme verga. Me acerqué a él, sintiendo ya la familiar excitación que siempre me invadía cuando estaba cerca de mi pequeño.

«Buenos días, mi amor,» dije, besando su mejilla. «¿Qué estás preparando?»

Cris: Buenos días, papi. Estoy haciendo panqueques con mi crema especial.

Yo: Hmm, suena delicioso. Ven, siéntate y desayunemos juntos.

Nos sentamos a la mesa, y Cris sirvió los panqueques, cada uno cubierto generosamente con su semen. El sabor salado y dulce llenó mi boca, y no pude evitar gemir de placer. Cris me observaba, sus ojos brillando de satisfacción.

Cris: Te gusta, ¿verdad, papi?

Yo: Mucho, mi vida. Eres el mejor cocinero del mundo.

Cris: Me alegra que te guste, papi. Quiero que siempre comas mi crema.

Yo: Y yo siempre la disfrutaré, mi amor.

Después del desayuno, Cris me tomó de la mano y me llevó a nuestra habitación. «Papi, quiero que seamos novios para siempre,» dijo, sus ojos llenos de determinación. «Quiero que me ayudes a sacar mi leche todos los días y que tengamos muchos bebés juntos.»

Yo: Por supuesto, mi amor. Haré todo lo que quieras.

Cris: Entonces, ¿te casarás conmigo y me darás muchos bebés?

Yo: Claro que sí, mi vaquita lechera. Seremos la familia más feliz del mundo.

Cris me empujó suavemente sobre la cama y se subió encima de mí, su enorme verga ya dura y lista. Comenzó a besarme apasionadamente, sus manos explorando mi cuerpo. Sentí cómo su verga se frotaba contra mi estómago, dejando un rastro de precum.

Cris: Quiero follarte, papi. Quiero sentir tu culo alrededor de mi verga.

Yo: Con gusto, mi amor. Haré que te sientas muy bien.

Me puse en cuatro, ofreciéndole mi culo. Cris se posicionó detrás de mí, alineando su verga con mi entrada. Con un empujón firme, me penetró, llenándome por completo. Grité de placer y dolor, sintiendo cómo mi culo se estiraba para acomodar su enorme tamaño.

Cris: Te sientes tan bien, papi. Tu culo es mi paraíso.

Yo: Gracias, mi amor. Me encanta ser tu paraíso.

Comenzó a moverse, sus embestidas fuertes y profundas, haciendo que mi cuerpo se sacudiera con cada impacto. El sonido de nuestra piel chocando llenaba la habitación, mezclándose con nuestros gemidos de placer.

Cris: Voy a llenarte de mi leche, papi. Quiero que sientas cómo te inundo.

Yo: Sí, mi amor. Lléname por completo. Quiero sentir tu leche dentro de mí.

Con un último empujón, Cris se corrió, su verga pulsando mientras llenaba mi culo con su semen caliente y espeso. Sentí cómo su leche llenaba cada rincón de mi interior, goteando abundantemente de mi culo, empapando las sábanas. Era una cantidad impresionante, como si hubiera eyaculado litros de semen.

Cris: Te amo, papi. Eres mi todo.

Yo: Yo también te amo, mi vida. Siempre seremos una familia.

Cris, siempre atento a mis necesidades, me limpió cuidadosamente con una toalla húmeda, asegurándose de que estuviera cómodo y satisfecho. «Papi, quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti,» dijo suavemente, acariciando mi cabello. «Eres mi mundo, y haré todo lo que esté en mi poder para hacerte feliz.»

Yo: Lo sé, mi amor. Y yo haré lo mismo por ti. Siempre seremos uno.

Nos abrazamos fuerte, nuestros corazones latiendo al unísono, sabiendo que nuestra conexión era única y especial. Cris y yo habíamos encontrado en el otro un amor profundo y profundo, un amor que trasciende las convenciones sociales y que nos llena de una felicidad indescriptible.

Con el tiempo, Cris se volvió más posesivo y dominante. Comenzó a tomar decisiones por mí, desde lo que comía hasta con quién hablaba. Me gustaba su control, me hacía sentir seguro y amado. Sabía que siempre estaría ahí para mí, para satisfacer mis necesidades y deseos, y para guiarme a través de la vida.

Un día, decidimos hacer un viaje para visitar a mi hermano mayor, Carlos. Carlos vivía en una pequeña ciudad a unas pocas horas de distancia y siempre había sido un poco reservado y serio. Le conté a Carlos sobre nuestra relación y cómo Cris había tomado un papel dominante en mi vida. Carlos, al principio, se mostraba escéptico y algo enfadado por el trato que recibía Cris por mi parte.

«¿Estás seguro de que esto es lo que quieres, hermano?» me preguntó Carlos con una mezcla de preocupación y desaprobación. «Cris parece tener mucho control sobre ti.»

Yo: Sí, Carlos. Cris me hace muy feliz. Él cuida de mí y yo cuido de él. Es una relación mutua y llena de amor.

Carlos asintió, aunque todavía parecía no estar completamente convencido. «Bueno, espero que sepas lo que haces. Solo quiero lo mejor para ti.»

Durante nuestra estancia, Carlos comenzó a notar la dinámica entre Cris y yo. Observaba cómo Cris me trataba con una mezcla de dominancia y afecto, y cómo yo respondía con sumisión y devoción. Una noche, mientras estábamos todos en el salón, Carlos no pudo evitar fijarse en la enorme verga de Cris, que se marcaba claramente a través de sus pantalones ajustados.

«Cris, ¿puedo hacerte una pregunta?» dijo Carlos, su voz teñida de curiosidad y algo más que no pude identificar.

Cris: Claro, tío Carlos. Pregunta lo que quieras.

Carlos: Es sobre… tu anatomía. Eres bastante… dotado. ¿Es algo natural o…?

Cris sonrió con una mezcla de orgullo y malicia. «Es natural, tío. Nací así. Y papi adora cada centímetro de mí.»

Carlos tragó saliva, sus ojos fijos en la entrepierna de Cris. «Ya veo. Es impresionante, realmente.»

Cris, notando el interés de Carlos, decidió llevar las cosas un paso más allá. «¿Te gustaría verla más de cerca, tío Carlos? Puedo mostrarte si quieres.»

Carlos dudó por un momento, pero la curiosidad y algo más primario en su interior lo llevaron a aceptar. «Sí, me gustaría.»

Cris se desabrochó los pantalones lentamente, sacando su enorme verga, ya semierecta. Carlos observaba con asombro y excitación, sus ojos fijos en el miembro de su sobrino. Cris, notando la reacción de Carlos, comenzó a acariciarse lentamente, haciendo que su verga se pusiera completamente dura.

«Es impresionante, ¿verdad, tío?» dijo Cris con una sonrisa traviesa. «Y es toda para papi.»

Carlos asintió, hipnotizado por la visión. «Sí, es… es realmente impresionante.»

Cris, viendo una oportunidad, se acercó a Carlos y le ofreció su verga. «¿Te gustaría tocarla, tío? Sentir su poder.»

Carlos, sin poder resistir, extendió la mano y tocó la verga de Cris, sus dedos rodeando el grosor del miembro. Gimió suavemente, sintiendo la calidez y la firmeza en su mano. Cris comenzó a mover sus caderas, follando la mano de Carlos lentamente.

«Te sientes bien, tío,» dijo Cris, su voz llena de lujuria. «Quiero que sientas todo de mí.»

Carlos, completamente sumergido en la experiencia, comenzó a masturbar a Cris más rápido, su respiración volviéndose más pesada. Cris, viendo que Carlos estaba completamente bajo su hechizo, decidió llevar las cosas aún más lejos.

Yo observaba la escena, excitado y orgulloso de mi pequeño. Ver a Carlos, un hombre que siempre había sido tan reservado y serio, completamente sometido a Cris, me llenaba de una sensación de poder y dominio.

Después de unos minutos, Cris decidió que era suficiente. Terminó llenando las manos de Carlos de su espesa leche. “Gracias, tío. Ha sido un placer.»

Carlos, aún jadeando y con los labios hinchados, asintió. «Gracias a ti, Cris. Ha sido… increíble.»

Desde ese día, Carlos cambió su actitud hacia Cris y hacia mí. Ya no había desaprobación en sus ojos, sino más bien un nuevo respeto y admiración. Había descubierto algo nuevo en sí mismo, algo que nunca había explorado antes, y Cris había sido el catalizador.

Regresamos a casa, nuestras mentes llenas de los recuerdos de nuestro viaje y de la transformación de Carlos. Sabía que nuestra relación con él sería diferente a partir de ahora, y estaba emocionado de ver a dónde nos llevaría este nuevo capítulo.

Dos días después, decidimos hacer un viaje más largo para visitar a Carlos y a su esposa, María. Carlos era un hombre heterosexual en toda la regla, sumamente religioso y con una actitud dominante y reacia a lo que sucedía entre Cris y yo. Sabía que este viaje sería un desafío, pero también una oportunidad para mostrarle a Carlos y a María la profundidad de nuestro amor y la felicidad que encontrábamos el uno en el otro.

Llegamos a la casa de Carlos y María, y fuimos recibidos con una mezcla de curiosidad y desaprobación. Carlos, con su actitud dominante, nos llevó al salón y comenzó a interrogarnos sobre nuestra relación.

«Entonces, ¿cómo funciona exactamente esto?» preguntó Carlos, su voz teñida de escepticismo. «¿Quién toma las decisiones? ¿Quién manda?»

Cris, siempre seguro de sí mismo, respondió con una sonrisa. «Yo tomo las decisiones, tío Carlos. Papi me adora y hace todo lo que le pido. Es una relación de amor y sumisión.»

María, que había estado callada hasta entonces, intervino con una voz suave pero firme. «Carlos, tal vez deberíamos respetar su relación. Si ellos son felices, ¿quiénes somos nosotros para juzgarlos?»

Carlos resopló, pero no dijo nada más. Sabía que estaba en terreno peligroso, pero también sabía que no podía cambiar lo que sentía por Cris. Durante la cena, la tensión en el aire era palpable. Carlos y María hablaban en voz baja, lanzando miradas ocasionales en nuestra dirección. Cris, sin embargo, parecía completamente ajeno a todo, comiendo con apetito y sonriendo con satisfacción.

Después de la cena, Carlos nos llevó a su estudio. «Quiero hablar con ustedes a solas,» dijo, su voz firme. «Hay algunas cosas que necesito aclarar.»

Cris y yo nos sentamos frente a él, esperando a ver qué tenía que decir. Carlos se aclaró la garganta y comenzó a hablar.

«Miren, entiendo que ustedes tienen una relación especial. Pero también sé que hay cosas que no están bien. Lo que hacen, lo que sienten, no es natural. Y como su tío y hermano, es mi deber guiarlos por el camino correcto.»

Cris, con una sonrisa traviesa, se inclinó hacia adelante. «Tío Carlos, ¿te gustaría ver lo que papi y yo hacemos? Tal vez así entenderías mejor.»

Carlos dudó por un momento, pero la curiosidad y algo más primario en su interior lo llevaron a aceptar. «Sí, me gustaría.»

Cris se desabrochó los pantalones lentamente, sacando su enorme verga, ya semierecta. Carlos observaba con asombro y excitación, sus ojos fijos en el miembro de su sobrino. Cris, notando la reacción de Carlos, comenzó a acariciarse lentamente, haciendo que su verga se pusiera completamente dura.

«Es impresionante, ¿verdad, tío?» dijo Cris con una sonrisa traviesa. «Y es toda para papi.»

Carlos asintió, hipnotizado por la visión. «Sí, es… es realmente impresionante.»

Cris, viendo una oportunidad, se acercó a Carlos y le ofreció su verga. «¿Te gustaría tocarla, tío? Sentir su poder.»

Carlos, sin poder resistir, extendió la mano y tocó la verga de Cris, sus dedos rodeando el grosor del miembro. Gimió suavemente, sintiendo la calidez y la firmeza en su mano. Cris comenzó a mover sus caderas, follando la mano de Carlos lentamente.

«Te sientes bien, tío,» dijo Cris, su voz llena de lujuria. «Quiero que sientas todo de mí.»

Carlos, completamente sumergido en la experiencia, comenzó a masturbar a Cris más rápido, su respiración volviéndose más pesada. Cris, viendo que Carlos estaba completamente bajo su hechizo, decidió llevar las cosas aún más lejos.

«Quiero que te arrodilles, tío,» dijo Cris, su voz firme y dominante. «Quiero que me adores como a un dios.»

Carlos, sin dudarlo, se arrodilló frente a Cris y comenzó a lamer y chupar su verga, saboreando cada gota de precum que escapaba de la punta. Cris gemía de placer, sus manos enredadas en el cabello de Carlos, guiando su cabeza mientras lo follaba la boca.

«Así, tío. Chúpame como si fuera un rey,» dijo Cris, su voz llena de satisfacción.

Yo observaba la escena, excitado y orgulloso de mi pequeño. Ver a Carlos, un hombre que siempre había sido tan reservado y serio, completamente sometido a Cris, me llenaba de una sensación de poder y dominio.

Después de unos minutos, Cris decidió que era suficiente. Sacó su verga de la boca de Carlos y lo ayudó a levantarse. «Gracias, tío. Ha sido un placer.»

Carlos, aún jadeando y con los labios hinchados, asintió. «Gracias a ti, Cris. Ha sido… increíble.»

Cris, con una sonrisa malvada, decidió llevar las cosas aún más lejos. «Tío Carlos, quiero que sientas algo aún más especial. Quiero que sientas mi leche dentro de ti.»

Carlos, con los ojos muy abiertos, asintió. «Sí, quiero sentirlo.»

Cris se acercó a Carlos y lo besó apasionadamente, sus lenguas entrelazándose mientras sus manos exploraban el cuerpo del otro. Carlos, completamente sumergido en el momento, respondió con igual pasión, sus manos agarrando el culo de Cris con fuerza.

Cris: Quiero que eructes para mí, tío. Quiero sentir tu aliento caliente y tu sabor en mi boca.

Carlos, sin dudarlo, tragó una gran cantidad de aire y eructó fuerte, llenando la boca de Cris con su aliento. Cris gimió de placer, saboreando cada gota de la esencia de Carlos.

«Así, tío. Eructa más para mí,» dijo Cris, su voz llena de deseo.

Carlos continuó eructando, llenando la boca de Cris una y otra vez, hasta que ambos estaban completamente satisfechos. Cris, con una sonrisa traviesa, decidió que quería algo más.

«Papi, quiero que seas el juez de nuestra competición de eructos,» dijo Cris, su voz llena de lujuria. «Quiero ver quién puede eructar más fuerte y más largo.»

Yo, excitado por la idea, me puse de pie y me preparé para ser el juez. «Estoy listo para juzgar su competición, caballeros. Comiencen cuando estén listos.»

Carlos y Cris se miraron, una mezcla de competencia y lujuria en sus ojos. Comenzaron a tragar grandes cantidades de aire, preparándose para la competición. El sonido de sus eructos llenaba la habitación, mezclándose con sus gemidos de placer.

«Muy bien, caballeros,» dije, mi voz firme. «Vamos a ver quién puede eructar más fuerte y más largo.»

Carlos y Cris continuaron su competición, cada uno tratando de superar al otro. El sonido de sus eructos era impresionante, llenando la habitación con una sinfonía de sonidos guturales y húmedos. Finalmente, después de varios minutos de intensa competición, Cris logró un eructo particularmente fuerte y prolongado, ganando la competición.

«¡Ganador, Cris!» exclamé, mi voz llena de orgullo. «Has eructado más fuerte y más largo que tu tío.»

Carlos, aunque derrotado, parecía completamente satisfecho con la experiencia. «Has ganado, Cris. Eres realmente impresionante.»

Cris, con una sonrisa malvada, se acercó a Carlos y lo besó apasionadamente de nuevo. «Gracias, tío. Ha sido un placer competir contigo.»

Carlos, completamente sumergido en el momento, respondió con igual pasión, sus manos explorando el cuerpo de Cris con una nueva confianza y deseo. Cris, viendo que Carlos estaba completamente bajo su hechizo, decidió llevar las cosas aún más lejos.

«Tío Carlos, quiero que te pongas en cuatro,» dijo Cris, su voz firme y dominante. «Quiero follarte como nunca antes te han follado.»

Carlos, sin dudarlo, se puso en cuatro, ofreciendo su culo a Cris. Cris se posicionó detrás de él, alineando su enorme verga con la entrada de Carlos. Con un empujón firme, penetró a Carlos, llenándolo por completo. Carlos gritó de placer y dolor, sintiendo cómo su culo se estiraba para ser penetrado por la inmensa verga de Cris.

Por un rato Carlos aunque de manera inexperta estuvo montando a mi pequeño. Mientras la enorme verga de Cris estaba dentro de Carlos yo me pegue a sus bolas,  jugando con ellas con la derecha luego la izquierda, gracias a esto no tardo mucho en salir la leche, y en poco tiempo el virgen y apretado agujero de Carlos estaba lleno de la leche de su pequeño sobrino.

Cris aunque corto en edad ya sentía por sus venas correr la lujuria, de tener a dos maduros a su completa disposición, Carlos y el padre de Cris casi por instinto se colocaron uno sobre otro dándole a Cris un pastel de dos pisos, Carlos estaba arriba del padre de Cris y gracias a la corrido anterior de este el semen que escurría del culo de Carlos, el culo del padre de Cris ya estaba bien lubricado, esperando la poderosa y fértil verga de Cris.

Cris sin perder tiempo se abalanzó sobre ambos culos, pasando su legua de un culo a otro degustando la textura, el sabor a su semen y el sudor de estos machos.

Está escena desde mi perspectiva es gloriosa tener el gran cuerpo de mi hermano sobre mi, mientras mi hijo nos come el culo a ambos era algo que me hacía abrir el culo en busca de la verga de mi bb.

Cris metió su verga sobre mi culo primero mientras con sus manos masturbaba y apretaba las bolas de su tío, no tardo mucho en correrse y dejarme lleno de su leche, después de preñarme con su espeso semen paso al culo de mi hermano, igualmente aunque para su edad era inexperto ya sabía bien cómo dar un buenos uso a esa herramienta.

Así estuvimos durante un largo rato hasta que sonó la puerta, era maria quien se preguntaba si todo estaba bien, mientras nosotros disfrutábamos ella había preparado la cena, para este punto Cris iba por su cuarta deslechada, cada uno había recibido dos corridas de nuestro bb.

Como pudimos nos pusimos la ropa aunque decidimos no usar ropa interior, esta noche terminó con Carlos sentado a la derecha y yo a la izquierda de Cris, con una mano nuestra masturbando sus bolas y verga mientras él alternaba con una mano masturbaba el culo de Carlos y después el mío, todo esto mientras cocinamos con maria senta frente nuestro.

Gracias por leer, espero les guste me he tomado el tiempo de corregir errores y mejorar un poco la escritura.

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También juego Genshin Impact por si alguien gusta jugar conmigo  jajajaj

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123 Lecturas/24 junio, 2025/5 Comentarios/por Leo198272
Etiquetas: hermano, heterosexual, hijo, maduros, mayor, padre, recuerdos, viaje
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5 comentarios
  1. elchicotwink19 Dice:
    24 junio, 2025 en 7:03 am

    Buah , me tienes completamente enganchado a la historia… Que rico es hacerse una paja con historias asi 🔥🫦

    Accede para responder
  2. DanteXL Dice:
    24 junio, 2025 en 8:09 am

    Excelente relato. Como sigue?

    Accede para responder
  3. Ikerpush Dice:
    24 junio, 2025 en 9:29 am

    Como sigue?

    Accede para responder
  4. SoyDany_19 Dice:
    24 junio, 2025 en 10:35 am

    Tu pequeño es todo un machito… me encanta como siempre esta dispuesto a alimentar a su papi.

    Accede para responder
  5. P4J3R0_4L3J0 Dice:
    24 junio, 2025 en 4:11 pm

    esta saga sería demasiado buena si tuviera una historia creíble, tan rico que es un hijo cogiéndose a su padre y dejándolo lleno de leche.

    Accede para responder

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