Mi hijo Hugo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por leeyoungjee.
Hola un gusto saludarlos, mi nombre es Fabián tengo 35 años, vivo actualmente en Regina, Canadá, pero soy originario de México, para ser más exactos de Puerto Peñasco en el estado de Sonora y quiero contarles nuestra historia, digo nuestra porque es tanto mía como de mi hijo.
Crecí en el puerto, mi familia se dedica a la exportación de pescado y aunque el negocio nos ha dado siempre para vivir cómodos y uno que otro capricho nunca hemos logrado mejorar espectacularmente nuestros ingresos como otras familias en el ramo, ahora y cuando tenía 20 años considero que físicamente no estoy nada mal, mi padre siempre nos inculco el deporte a mis hermanos y a mí y siempre tuve un cuerpo delgado y fibrado, me encantaba jugar fut y nadar en el mar al igual que a todos mis amigos y aunque no lleváramos trajes de baño varias veces terminábamos nadando desnudos para echar una reta de velocidad, el sexo como a la mayoría de la gente de los puertos me llego temprano, desde los 12 años que logre eyacular la masturbación para mí se convirtió en un habito tan arraigado como dormir o comer y me las arreglaba para jalármela en el baño o el traspatio al menos dos veces al día con aceite de cocina o saliva no habiendo mas, para mí el lograr durar cada vez mas era un reto personal y pasaba mis días en la escuela mirando ensoñado las curvas frescas de mis compañeras o los senos voluminosos y apretados dentro de los trajes de las profesoras, para los 14 años mi padre que ya me había encontrado varias veces dándome gusto a mano limpia me llevo a estrenarme a un burdel de “cache” de la zona y después de aquello cada vez que me quería dar un premio y me preguntaba que me gustaría yo sin dudas le pedía que me llevara de nuevo a la casa de citas, para mí el burdel era como mi parque de diversiones, la oportunidad de sentirme mayor y por un momento ser reconocido por mi padre como un hombre, me invitaba una o dos cervezas, me pasaba un cigarro, me llevaba a la mesa de sus amigos y al final me preguntaba cual de las chamacas se me antojaba para apalabrar con la “doña” recuerdo con mucha gracia la primera vez que me llevo, él quería estar seguro de que la mujer que me iban a “dar” estaba sana y ante mi sorpresa después de apalabrar con la doña se metió detrás de nosotros al cuarto, la doña entro detrás de él y le dijo a la chica que se quitara las pantaletas, se tirara bocarriba y dejara que el señor viera la calidad de la casa, padre se acerco con la mayor tranquilidad del mundo a la chica y cuando ella apenas forcejeaba con las pantaletas para bajárselas las tomo con total naturalidad y se las saco, las puso a un lado y con sus propias manos le abrió la cuca a la mujer, le acaricio el pubis y le miro detenidamente abriendo sus labios vaginales, la doña y el hablaban y miraban como si estuvieran acordando la venta de una res, la putita suspiraba algo incrédula e incómoda y yo bueno yo ya estaba como piedra, sudando y deseoso de yo también tocar y oler, jajá porque si mi padre se agacho a la cuca de la chica y olfateo su sexo!
Tiempo después me explico que a el mi abuelo le había dicho que antes de meterse con cualquier mujer había que olerla y si su cuca olía mal es decir fuera de lo común era mejor buscarse a otra.
-Bueno, todo está bien doña, gracias.
Dijo por fin mi padre levantándose de la cama y pasándole sus pantaletas a la chica que incomoda las puso en el buro.
La doña salió detrás de él dejando penetrante el olor de un cigarrillo y desde la puerta el me sonrió pícaro y me grito.
-Acuérdate de lo que te dije eh! Yo solo asentí nervioso (el me explico que después de estar con ella buscara el baño y me lavara bien el pene y los testículos y que hiciera un esfuerzo por orinar, según el así se prevenían algunas venéreas).
Lo que más me gusto desde la primera vez fue el sentir los jugos vaginales de las mujeres resbalando por mi pene o incluso mojándome el pubis, el perfume, la suavidad de la piel desnuda, los senos que en posición misionero se bamboleaban de un lado a otro, coronados siempre por una cereza más oscura que la piel de la putita ofreciéndoseme como el más rico fruto, sus gemidos, su respiración agitada, el maquillaje que empezaba a perder la batalla contra el sudor de sus rostros, la calidez y lo resbaladizo de sus panochas, sus piernas y sus brazos rodeándome y al final lo que para mí siempre ha sido un básico de mi placer, correrme dentro sentir como mis mecos salían de mi cuerpo y eran recibidos por ellas.
Esa fue mi vida durante varios años y ya más adelante padre fue bajando mas la guardia e incluso discutíamos acerca del cuerpo de las chicas, el se llevaba una y yo a otra, toda la “preparación” con ellas me sirvió para mejorar como empotrador y varias de ellas con el tiempo se me insinuaban apenas cruzaba la puerta del local.
Pero bueno regresando a lo importante: a los 20 años yo era un chico con 1.80 de estatura, moreno claro, cabello rizado y un cuerpo bien desarrollado por el ejercicio, mi pene para entonces ya media lo que hoy en día y con mis 16 cms de largo, mi pene recto, con un ancho de 18 cms de circunferencia me sentía muy a gusto, herede lo velludo de padre y aunque usualmente me lo quitaba cuando ya me parecía muy largo, en mi pecho y abdomen siempre había pelo, conocí a una joven americana, se llamaba olive ella media 1.65, era blanca, muy blanca realmente, sus ojos eran color miel y su cabello castaño, tenía unas tetas pequeñas pero paraditas, un culazo que sin ser exagerado o de la talla de una miss Colombia si era muy gordito y claro era muy simpática, alegre y a pesar de que no tenía ni idea de español yo si de Ingles, era la hija de un ejecutivo de un grupo hotelero de la ciudad, según supe sus padres se habían divorciado hace ya mucho tiempo y recientemente su madre se había vuelto a casar, ella había notado que su madre no se sentía cómoda con la idea de que su nuevo esposo y su hija joven vivieran bajo el mismo techo mientras ella estaba embarazada así que olive decidió marcharse antes de que las historias extrañas que su madre tejía en su cabeza las distanciaran o al menos eso fue lo que me conto y conforme fue pasando el tiempo nuestra relación se fue volviendo más “intima” a partir de la segunda semana de novios nos acostamos en muchas ocasiones y como a esa edad el cuerpo exige satisfacción hubo varias veces en las que no nos cuidamos, ella me tranquilizaba con ser muy irregular para menstruar y porque siempre traía con ella un Diafragma en su cosmetiquera, para los que son muy jóvenes para saberlo antes del Boom de VIH-SIDA nuestras madres y abuelas se cuidaban con un plástico en forma de copa que se metían en la vagina para que les cubriera el cuello del útero, se supone que esa madre de plástico impedía que el semen entrara en contacto con el útero y el ovulo y así se evitaba un embarazo, como se podrán dar cuenta olive no era ninguna santa tampoco, no llego virgen a mis manos y tampoco me lo esperaba la verdad pero siempre me quede con la idea de que tal vez todas esas “historias” que ella decía que su madre tejía en su cabeza tal vez no eran tan imaginarias, bueno el caso es que estuvimos divirtiéndonos constantemente si no en mi casa en la suya (su padre rara vez estaba) hasta que a los 6 meses de relación ella me conto que había dejado de reglar en lo que ella consideraba ya mucho tiempo y estaba preocupada porque se sentía extraña, la acompañe al médico y nos confirmo que estaba esperando.
Olive no hacía más que reprocharme el estar embarazada como si todas las veces que cogimos hubieran sido solo por mi gusto, como si yo la hubiera atacado de la nada y ella no hubiera estado tan urgida por sentirme dentro de ella como yo.
Hizo de todo! nunca supe si fue lo hormonal o el golpe psicológico o todo junto pero realmente llego hasta a intentar patearme y arañarme la cara, la sostuve por las muñecas he intente razonar con ella, tranquilizarla, pero solo conseguí que llorara mas, por ultimo me dijo que me odiaba y maldijo la hora en la que había llegado a Puerto.
Se cambio de acera y aunque intente seguirla me grito que la dejara en paz antes de que empezara a gritar como loca para que me quitaran de encima.
Realmente parecía una loca, supe que claro que era capaz de hacerlo y la deje ir.
La gente en la calle nos miraba divertidos y todo lo tomaban como una pelea entre una gringa loca y un pendejo rogón deslumbrado al que le faltaban huevos para mandarla directito a….
y la verdad es que si yo hubiera visto esa escena antes hubiera pensado lo mismo, pero ahora en mi había un mar de pensamientos y contradicciones, por un lado pensaba fríamente de olive era la que tenía que pedirme perdón, la loca era ella después de todo no? Pensaba que lo mejor sería buscar a una hierbera que nos “ayudara” a solucionar las cosas, pero también pensaba que me sentía feliz, me daban ganas de darme un putazo yo mismo porque después de todo, de que mis padres me iban a cagar bien y bonito, que me iban a querer casar a huevo y terminaría atorado para siempre en puerto con una mujer gringa que no terminaba de conocer y un niño que bien y podía ser niña para empeorar las cosas (las mujeres son fantásticas y algunas incluso se merecen el cielo, pero siempre me ha parecido que para ser padre son muy difíciles de criar y cuidar: mis sobrinas) yo que siempre había soñado con irme a conocer Estados Unidos sin la mirada atenta de mis padres que siempre me habían acompañado a todos lados, yo que quería incluso vivir lejos de México, ahora me sentía un poco feliz por la idea de pensar en que dentro de olive estaba creciendo nuestro chiquillo, así me gustaba pensar en el, fantasee en verlo gatear, enseñarlo a hablar, jugar con él, llevarlo a la escuela y todas esas cosas que siempre me causaron gracia y tedio de ver en mis hermanos mayores.
Pasaron tres días y olive no daba señales de vida, me arme de valor y fui a buscarla a su casa, no encontré a nadie, busque a su padre en el hotel donde trabajaba y me conto que olive se había regresado a casa de su madre, se sorprendió al saber que yo no estaba enterado porque según me conto olive le había dicho que de pronto quería ver a su madre y que se había despedido de mi, pasaron dos semanas y olive no regresaba el número de teléfono que me dio su padre me sirvió para hablar con su madre y su padrastro pero siempre me daban las escusa tonta de que ella estaba fuera de casa con sus amigos, de pronto un mes después cuando ya me había hecho a la idea de que seguramente había vuelto para abortar con alguna hierbera de su país o había consultado a un médico y mi chiquillo ya no existiría, olive se presento en la puerta de mi casa acompañada de su padre, el señor tan amable en otras ocasiones ahora venia conteniendo la furia, se le notaba en la mirada que en otras circunstancias habría saltado sobre mí para molerme a palos, sin embargo tan correcto como siempre pidió hablar con mis padres.
La plática estuvo llena de reproches y varias veces mi madre estuvo en la línea delgadísima entre hablar acaloradamente y lanzarse a manotazos sobre olive y yo pero al final nuestros padres acordaron que lo mejor sería que no nos casáramos, es curioso ver como entre mexicanos y americanos hay una especie de xenofobia disfrazada de cordialidad, mis padres nunca estuvieron de acuerdo con mi relación con olive, mi madre me insistía en que las gringas no eran una buena opción para formar una familia, según ella no eran mujeres “de casa” y mi padre en nuestras platicas entre hombres me recomendó que tuviera cuidado y que no me buscara problemas=de todas las mujeres del estado no preñes a una gringa.
Los padres de olive no eran diferentes me imagino, porque a pesar de que nunca conocí a su madre y su padre siempre me trato correctamente yo podía notar que la manera en la que le hablaba a los empleados mexicanos era mucho menos amistosa y considerada que como lo hacía con los americanos que estaban a su cargo.
Olive cometió el error para su desdicha de pedir ayuda a su madre para abortar, según supe la señora tan espantada y tan creyente puso el grito en el cielo, la zarandeo, la insulto y la abofeteo por ser una “puta” y la mando de regreso a México para que su padre la casara con el hombre responsable, se decidió que olive estaría en México hasta que diera a luz, me entregaría a mi hijo y regresaría a EUA.
El plan de mis padres era acomodar a mi hijo en la familia de uno de mis hermanos o hermanas para que ellos lo criaran como suyo y yo fuera en su vida solo el buen tío Fabián, y al principio la idea me pareció bien, no volví a tener contacto con olive después de eso, no porque yo no quisiera acercármele o porque sus padres se lo prohibieran sino porque ella ya no quiso saber de mi, los meses pasaron y olive dio a luz en la capital del estado, no quiso ver al niño y cuando estuvo en alta se fue sin decir nada, su padre nos entrego a Hugo y contrario a lo que ellos esperaban, lo registre yo solo como mío, desde que lo conocí y lo vi tan pequeñín y frágil, el sentimentalismo me gano, esas ideas que antes me habían parecido delirios de chiflado se convirtieron en planes y decidí que aunque no pudiera criarlo yo solo, si me encargaría de que el siempre supiera que su padre era yo, que lo quería y que no me arrepentía de haberlo traído al mundo, si olive era una cobarde yo no lo seria.
Mis padres intentaron convencerme de que eso no tenía el menor sentido, que un niño es muy infeliz sin una familia, me echaron en cara que era lo que yo iba a hacer cuando el niño me exigiera respuestas y explicaciones que yo no le iba a poder dar, la verdad es que estuvieron a punto de convencerme pero al final los mande a la chingada a ellos y a mis hermanos y hermanas, Hugo se iba a quedar conmigo porque era mío y punto, dudo mucho que viviendo con alguno de mis cuñados mi chamaco hubiera sido más feliz.
Al final me Salí con la mía, mis hermanas adolescentes lo tomaron como su nuevo pasatiempo y responsabilidad y se encargaron de practicar la maternidad con Hugo, le sirvieron de nanas durante su infancia y mientras yo me dedique a por fin empezar una carrera formal “Ingeniero industrial” en la universidad del estado fui viéndolo crecer, mis padres que al principio se mostraban muy fríos con el terminaron queriéndolo más que a ninguno de sus nietos, le daban mimos, lo apapachaban y lo mantenían vigilado, cuando termine la carrera empecé a trabajar en una de las empresas manufactureras canadienses de la capital y tiempo después conseguí una vacante en la provincia de Regina, por un año estuve alejado de Hugo, le llamaba cada dos días y muchas veces el convencía a sus tías de que me llamaran diario, ese año me sirvió para esforzarme y centrarme en el trabajo, mi familia me apoyo y aunque empecé como el gato del gato del almacén central fui escalando hasta que por fin logre el puesto de supervisor, en la primera oportunidad me convertí en ciudadano y empecé el papeleo para traer conmigo a mi hijo y a una de mis hermanas, Hugo llego a Canadá con una de mis hermanas a los 9 años y aunque al principio estuvo muy feliz por vivir conmigo y pasar tiempo juntos, disfrutar de conocer lugares nuevos, gente nueva, su nueva escuela, en unos meses comenzó a resentir los cambios, constantemente me cuestionaba si algún día volveríamos a puerto, me decía que extrañaba la casa de los abuelos y se pasaba horas enteras pegado al teléfono hablando con ellos, sus tías y primos, mi hermana consiguió la ciudadanía también y para cuando Hugo cumplió los 12 años ella ya estaba viviendo con un chico que conoció aquí, puse lo mejor de mí para que mi hijo me viera como su padre, pero también como su maestro y su amigo, que me contara todo sin vergüenza ni miedo y que ahora que ya tenía edad me preguntara todas sus dudas seguro de que no le iba a mentir como cuando era un chiquillo, se adapto muy bien a Canadá, se hizo de una vida por sí mismo, amigos, natación, rugby, realmente me sentía muy orgullosos de él.
Y ser su padre no me impedía ver que para sus 15 años ya era todo un hombre, media 1.80 igual que yo, era delgado, estaba en una mucho mejor forma que yo cuando embarace a su madre, saco muchos rasgos de su abuelo materno, sus ojos verdes, la barbilla incluso la manera fría y serena de mirar que el señor tenia, la piel más blanca que me recordaba a la de su madre, su cabello y vello muy oscuros de mi padre y míos, muñecas de huesos anchos, manos enormes, me sentía tan orgullosos como un ganadero que es premiado por el mejor semental del condado! Jaja.
Desde que su tía se fue perdió el pudor que mi madre le había inculcado de niño y comenzó a imitarme andando solo en calzoncillos por la casa, llegar y encontrarlo solo con una trusa o el suspensorio del hockey adormilado en el sillón de la sala era algo muy común, en cada una de esas veces me percataba de lo bien que había cuajado mi chiquillo, debajo de la tela holgada de sus trusas siempre se percibía una verga digna de admiración, por alguna razón era muy fanático de quitarse el vello de las axilas, el pecho y la piernas pero el púbico siempre se le adivinada descuidado y largo, la línea de que bajaba de su ombligo al llegar a su pubis se convertía en una mata tupida, por más que se acomodara el calzoncillo en cualquier movimiento sus vellos terminaban asomándose largos por arriba y abajo.
Me encargue de hablarle de sexo apenas lo vi entrar en la adolescencia, ya tres años atrás, le explique a detalle de que iba la masturbación, como tenía que cuidarse, los peligros y las incomodidades de la ETS, como ponerse un condón, que le iba suceder a su cuerpo y consejos para que no manchara su ropa de semen y aprendiera a guardarse el pene para que no se notaran sus erecciones, como era una vagina, que se sentía entrar en una, a que debía oler y muchas cosas más que él me pregunto, la verdad es que esperaba que me mandara por un tubo y cualquier día de estos al abrir la puerta lo primero que vería seria a él cogiéndose a una chica o alguna de nuestras vecinas terminaría viniéndome con la noticia de que lo habían visto entrar a algún lugar de mala fama o con malas compañías, pero resulto que no, nada de eso sucedía, mi hijo o era un verdadero santo o sabia cubrirse muy bien las espaldas.
La curiosidad pudo más que yo y para cuando cumplió los 16 años decidí hacerle unos regalos, tuvo su fiesta en donde él me lo pidió, me hice de la vista gorda para que entrara alcohol y darle privacidad.
Durante un rato estuve observando antes de irme y me enorgullecí mucho al ver que muchas chicas estaban mojadas a cada movimiento que él hacía, se contoneaban frente a él se secreteaban entre ellas mirándolo, se acercaban a abrazarlo y en broma manosear su cuerpo, todo era risas y euforia, mi hijo no respondía a sus provocaciones, la verdad es que yo a su edad y en su lugar hubiera dado rienda suelta a igual en broma acariciar cuanto culo y teta se me atravesara enfrente, después de todo las chicas eran las que habían comenzado pero me sorprendí verlo tan despreocupado y respetuoso, incluso sus amigos coreaban vulgaridad y media a vivo grito y lo animaban a tocar, más de uno toco en lugar del festejado y dos o tres chicos recibieron sus bofetadas por atrevidos pero Hugo se mantenía sonriente, bailando y sin parar bola.
Fue una actitud que me pareció por demás extraña, me retire y pensé que igual solamente se trataba de que su abuela y tía lo habían sabido educar a su manera, que necesitaba más tiempo para perder el pudor y aclimatarse.
Llego a casa a eso de las 4 de la mañana, jajá venia hasta el culo de borracho, sus amigos que pensaban que los iba a recibir como león enjaulado se sorprendieron mucho cuando les pase dos six y le di una receta para que se la curaran mañana, lo ayude a llegar a su cama y vaya que estaba pesadito el chamaco, bien y sus 80 kilos fácil los pesaba, la ropa venia manchada de botanas, labial y alcohol, le quite la camisa, los pantalones y me sorprendió ver que sus trusas también estaban mojadas en lo laterales y el frente, se las saque y preste atención a su verga, era oscura como la mía, reposaba una verga de 8 cms flácida sobre unos huevos velludos del tamaño de limones, el chico estaba inconsciente pero a momentos hablaba solo, acerque mi mano y jale su pellejo hacia atrás, salió un glande inflamado y rosado, tenia semen en la punta, a mi nariz llego el aroma inconfundible de corrida penetrante y parecido al cloro, el cuerpo de su pene estaba aceitoso y cuando mire al suelo vi el empaque de un condón brillando azul metálico, no pude evitar sonreírme, mi chamaco había cogido hoy! Trate de pensar en cual de todas las morritas habría sido la elegida para recibirlo, me dio gusto ver que se cuidaba, de pronto repare en que nunca solté su salchicha y esta empezó acrecer en mi mano, el calor invadía mi palma y su verga reclamaba el espacio dentro de ella, en menos de 30 segundos frente a mi tenía un salchichón de 18 cms mas o menos, muy grueso, su grosor calculo seria 20 cms circulares pero tenía una forma que no se parecía ni a la mía ni a la de padre, las nuestras eran rectas cuando estaban erectas y con un glande normal, pero Hugo estaba muy ancho en el glande, el ojo de su pito era ancho y conforme bajaba hacia el cuerpo del pene se volvía mas grueso, solté su pene y lo cubrí, apague las luces y cerré la puerta, al día siguiente mi hijo me encontró en la cocina, venia un tanto avergonzado, se sentó en una silla y cuando le ofrecí clamato bien picoso evadió mi mirada.
-Que tal estuvo la fiesta ayer?
-Bien pa, estuvo muy bien, de verdad gracias.
Seguía mirando y sonriendo a la mesa.
-Bailaste con alguna chica interesante? Vi a unos modelitos que se caen de buenas bailando cerca de ti.
-Sí, ellas son mis compañeras de natación, son muy lindas, su mirada se alzaba por momentos pero tan pronto como sentía mi mirada se volteaba a otro lado.
-Oh entonces eso lo explica! Con razón no les hacías el mínimo caso, digo acostumbrado a verlas mojadas y en leotardo yo creo que verlas en minifalda no era la gran cosa.
Mi hijo carraspeo un poco con el picante y empezó a reír.
-Jajaja que dices pa, jaja de verdad que te pasas?
-Jajaja o estoy mintiendo? Jaja oye y alguna te llama la atención, digo para que sea la de planta? Volvió a evadirme la mirada, sonrió incomodo y encorvado a la mesa jaja, pues no se todavía.
-Bueno pues en lo que tú te lo piensas, yo me daré un tiempo para pasar a recogerte de natación, digo si así están las hijas….
Ya sabes dicen que la manzana no cae muy lejos del árbol! Le dije haciendo un ademan de curvas.
-Jajaja oh entonces tienes planeado darme una mama? Ya te cansaste de explorar Canadá? Jajaja, mi hijo siempre supo que salía con mujeres aun cuando estábamos en México, muchas veces me llego a preguntar si alguna de las chicas con las que salía (nunca se las presente) iban a ser su nueva mama, pero desde siempre le deje muy claro que no necesitábamos ni yo una esposa ni él una mama, después de todo tenia mujeres de sobra a su alrededor y ningún calzón mío lo iba a querer y cuidar como su abuela y sus tías.
-Pues en una de esas, quien quita y me enamoro! Jajajaja
-jajajaja, oh tu? Jaja eso ha pasado alguna vez?
-Claro que sí! porque crees que me saliste tan bien! Porque además de con ganas te hice con mucho amor jajaja.
Le dije jalándole la barbilla y dándole una leve bofetada,
-Derecho mijo, no se me jorobe, que me desluce la mercancía jaja, le dije tomándolo del hombro y presionándole la espalda.
El solo rio a carcajadas, terminamos de comer y le pedí que me esperara, le traje cuatro cajas y se las puse en la mesa.
-cha chan! Tenga mijo, para que no digas nunca que tu padre es codo.
Se emociono de nuevo como si tuviera 5 años, tome una de las cajas y me la puse en las piernas, fue abriendo una por una hasta que llego el turno de la que tenía yo.
-Espero que te guste, estoy seguro que a partir de ahora te va a ser de mucha utilidad, creo que te la debí de haber dado desde los 13 años pero aun la necesitas, emocionado empezó a romper y su expresión se congelo cuando vio el interior dentro de la caja había dos cajas más pequeñas, eran una vagina artificial de mano tipo linterna y un culo de piel sintética tamaño real, de piel apiñonada con vagina y ano hecho a detalle de una estrella porno.
Sus ojos estaban como platos, parecía que le acababa de caer un balde de agua helada o le estaba pellizcando los huevos.
Fue sonriendo incomodo poco a poco.
Yo sonreía divertido de lo santurrón que me lo habían vuelto mi madre y mi hermana.
-Que paso hijo? No te gustan? Créeme que están de 10, le dije levantando el pulgar el me veía incrédulo y avergonzado.
-Que quieres que haga con esto? Solté una carcajada y el entendió que acababa de hacer la pregunta más boba, pero ya era tarde.
-Jaja pues que va a ser mijo, rellenar los hoyos jajaja, o que me vas a decir que nunca has querido una cosa de estas? El solo enrojecido se reía tímidamente, tratando de recuperar la calma.
-Mira nunca te lo he dicho pero tu abuelo se encargo de llevarme por primera vez a estrenarme a una casa de citas, su mirada de incredulidad era más que cómica, tenía la expresión que pondría una anciana si le contara mi vida.
-Sí, pero créeme que aquello no era como lo de ahora o lo que te imaginas, nadie estaba prisionera contra su voluntad, las chicas lo hacían por gusto o por decisión propia, eran libres de irse cuando lo quisieran y cambiar de vida, no había tanta porquería suelta y podías entregarte al placer sin miedo de que te cargara la chingada, no como ahora, tu sabes que los tiempos han cambiado y llevarte a un sitio así seria arriesgarte, entonces mejor te doy estos regalitos y te dejo que tu solo te busques con quien echar pata Jajaja.
Anímate hijo, su cara seguía siendo la de un niño asustado, no pasa nada, soy tu padre después de todo, ya hace años hable contigo de sexo, sé muy bien que no eres ningún niño y también sé lo que es tener tu edad y “tanto cariño que dar” jajaja.
-Mi hijo poco a poco se fue relajando me dio las gracias y después de un rato de platicas en las que el cambio el tema se retiro a su cuarto con sus regalos, me lo imagine montado en la cama con el culo de plástico debajo de sus poderosas piernas mientras bufaba como toro deteniéndose y haciendo fuerza con los brazos marcados y la frente sudada, me sentí feliz de darle un gusto y me fui a trabajar.
Estábamos en la semana de auditoría, había gente corriendo de aquí para allá pero yo tenía tiempo libre para avanzar el trabajo que se venía.
De la nada se apareció por mi oficina la secretaria de la subdirectora me pidió que la compañera con su jefa y me dieron indicaciones para salir a supervisar la recepción del producto en una ciudad cercana, había problemas con los compradores que insistían en que los productos no eran los solicitados y había que ir a hacer una revisión de embarque, Salí del trabajo, fui a casa por unos cambios de ropa y me despedí de mi hijo le explique lo que sucedía y le avise que regresaría en tres días, le deje dinero, le recalque las precauciones, le di mi información de alojamiento y nos despedimos, esa misma noche llegue a la ciudad, me registre en el hotel y subí a mi habitación, me quite la ropa sudada, me di una ducha, me puse unos calzoncillos cómodos y me eche en la cama con la laptop.
A mi mente volvió a llegar la imagen de mi muchacho cabalgando furiosamente el trasero de alguna de las chicas de la fiesta, pensé que después de todo si yo fuese él para estas horas ya estaría usando mis juguetes nuevos o habría invitado a alguna de mis amigas a “ver una película” decidí que eso sería algo digno de ver, hace ya varios años cuando había comprado la casa con lo desconfiado que venía de mi país se me presento la oportunidad de poner cámaras ocultas en los apagadores y los enchufes eléctricos, según me habían explicado las cámaras eran capaces de transmitir en tiempo real pero si quería un servicio de 24 hrs tendría que conseguir un puerto de almacenamiento que igual podría estar escondido en el sótano o algún otro lugar, en su momento las instale, pero el mentado puerto nunca lo compre, el tiempo me quito la intención, pero ahora que lo recordaba me provocaba mucho la idea de ver a mi muchacho estrenando sus juguetes o mandándole una cartita a la cigüeña.
La idea de ser abuelo no me espantaba y si mi hijo tenía un accidente estaba más que dispuesto a hacerme cargo de mi nieto.
Recordaba perfectamente la clave de acceso y lo único que tuve que hacer fue llamar a atención a clientes para que me ayudaran a tener claro cómo hacerlas operar de nuevo, fue media hora y cuando por fin en la laptop apareció la imagen de las diferentes cámaras note en una de las miniaturas la habitación de Hugo, expandí la imagen y ahí estaban eran Hugo y uno de sus amigos de la Natación, encendí el audio, me calce unos audífonos y escuche.
La calidad de los micrófonos era realmente mala, me quite los audífonos y me dedique solo a mirar.
Los dos estaban frente a la computadora, estaban a medias de lo que parecía una tarea escolar, iba a cerrar la pagina y a intentar después pero en ese preciso momento dejaron de estudiar Hugo se quedo cabeza abajo contra el escritorio y su amigo se lanzo sobre la cama, de repente el chico reparo en las cajas, abrió la de la linterna masturbador y comenzó a agarrarse el estomago de risa, Hugo se levanto de la cama y empezó a tratar de quitarle la linterna mientras el chico le metía los dedos y la olía, a pesar de que fácilmente por la diferencia de tamaños mi hijo podría haberlo sometido fácilmente, lo trataba con muchos miramientos y lo dejaba corretear por el cuarto, algo se gritaban, el chico riendo y mi hijo molesto, hasta que en un momento Hugo se la arrebato de las manos, le dio la espalda a su amigo y se fue molesto a sentarse a la computadora, el chico lo alcanzo y cuando estuvieron juntos empezó a sobar su cabeza mientras le decía algo que no alcanzaba a distinguir, Hugo ocultaba su rostro en sus brazos y el chico se lo levanto hasta pegar sus frentes, lo que estaba viendo me parecía por demás anormal, nunca había visto a Hugo así.
De buenas primeras el chico le planto un beso a Hugo!!!
Sentí una mezcla de todo, asco, indignación, ganas de que Hugo se madreara a ese joto, pero me sorprendí mucho cuando lo tomo por la cabeza y le correspondió, mi hijo se estaba besando tiernamente con un hombre! Se levantaron de la silla y estuvieron de pie mirándose hasta que el chico condujo a Hugo hasta su cama se tiraron juntos y empezaron a acariciar sus cuerpos, Hugo estaba completamente sobre él, el chico era más pequeño que Hugo, sabía que tenían la misma edad pero su físico era mucho más delgado, sus espaldas tenían forma pero no era muy ancho, media 1.70 más o menos, tenía el cabello rizado y rubio y su piel era muy clara, aun mas que la de Hugo, mi hijo lo acariciaba con mucho amor, con gran cuidado en los detalles y en que el otro se sintiera deseado y querido, de repente vi como entre intentos porque no se levantara Hugo jalaba cariñosamente a su amante a la cama, el se levanto, y se puso a un costado de la cama, Hugo lo miraba divertido mientras sonreía y le lanzaba besos, el chico comenzó a contonearse se acariciaba la cara, movía levemente sus caderas, hacia que sus piernas ondularan levemente en el aire cuando levantaba una y se detenía con la otra, empezó a quitarse el sweater, lo dejo ahí tirado a un lado de la cama, después la camiseta y pude ver sus pezones rosados, sus pectorales estaban marcaditos pero era un alfenique a lado de Hugo, le lanzo la camiseta y mi hijo se la llevo a la nariz poniendo el arco de la axila y aspirando fuertemente, el chico reía divertido, se quito los zapatos alzando el pie y dejando que Hugo se los retirara como si se los estuviese quitando a una reina.
Hugo ahora estaba sentado al borde de la cama a menos de medio metro de el muchacho, de pronto él le dio la espalda, echo el culo hacia atrás y empezó a bajarse el pants debajo no tenía nada! Sus nalgas eran voluminosas, carnudas, bien y la versión masculina del trasero de plástico que le había regalado a Hugo, se agacho y Hugo veía emocionado y sobándose la reata su orificio anal, el chico estaba completamente lampiño, debajo de los pantalones de mi hijo se adivinaba su pene morcillón y babeante porque en repetidas ocasiones hacia presión justo donde estaba el glande.
Hugo lo jalo por detrás y lo acomodo en la cama el chico ahora estaba sobre mi hijo, le abrió la camisa, jugó con sus pezones, le masajeo el pecho, lo beso ansioso mientras Hugo perdía el control y soltaba su cinturón y se bajaba removiéndose en la cama los pantalones con todo y bóxers, cuando la ropa cayo de la cama su verga estaba completamente tiesa lista para destrozarle el ano al muchachito, Hugo estaba muy abierto de piernas mientras el chico se acomodaba dentro del espacio y le chupeteaba todo el pene, la cara de mi hijo no se miraba pero debía estar disfrutando mucho porque los dedos de sus pies se movían en contracciones, el chico comenzó a enguir con su garganta todo el trozo de Hugo y su ano que quedaba apuntando directamente a la cámara era constantemente masajeado por sus dedos que hurgaban como si buscaran algo, fue metiendo mas y mas dedos hasta que tuvo cuatro dentro, apenas la mitas del dedo entraba pero aun así eran cuatro dedos dentro de su ano.
Yo estaba durísimo, me sentía muy caliente, deseoso de experimentar lo que Hugo con ese chiquillo mamándome la polla, me desconocí, yo que siempre había visto a los hombres como colegas y a los gays como gente muy ajena a mi o mi familia ahora me sentía muy atraído hacia ese ano que tenia la apariencia de una cuquita adolescente, me quite el calzoncillo tome una crema de cortesía del hotel y me empecé a masajear el cipote, estaba muy duro, la excitación era tanta que dolía me recordaba cuando de adolescente en mis primeras masturbaciones de tanta firmeza era doloroso, de buenas a primeras Hugo lo volteo asumiendo el control de la situación, había pasado de espectador a mandamás y volteo al chico, le dio varias lengüetadas a su ano y empezó a hundir su rostro entre sus nalgas lampiñas, se notaba claramente como usaba su lengua como pene y penetraba su ano, el chico suspiraba hizo ademan de tocarse el pene y los huevos que le colgaban y quedaban completamente expuestos pero Hugo le dio un manotazo y el chico retiro la mano, empezó a mamar el pene de y cuando volvió a querer tocarse esta vez Hugo le tomo ligeramente la mano para torcérsela levemente, todo parecía una advertencia tierna pero seria de que si lo seguía haciendo las cosas irían a peor, Hugo lambia su culo con desesperación como si se hubiera convertido en una cría sedienta de seno de su madre y el chico entre pujidos y expresiones de desesperación chupaba su pene y le masajeaba los huevos que caían pesados entre sus piernas cada vez que los levantaba de mas.
Llego el momento, Hugo se levanto de la cama, acomodo al chico de rodillas sobre la orilla, lo empujo contra el colchón de cara y su culo quedo en pompa, saco un condón de uno de los buros mientras yo me masajeaba el pene incrédulo y después de calzárselo hasta la base se lo enterró a paso lento pero directo a su amigo en el culo, cuando el chico sintió la punta atravesarlo, esa punta enorme y cabezona que apenas hace unas horas tuve en mis manos levanto la cabeza y lanzo un suspiro largo muy muy largo.
Cuando entro hasta la base su rostro era total placer, ese rostro que estaba acostumbrado a ver en las mujeres ahora estaba en las facciones de un jotito que recibía a mi muchacho por detrás, dolor con ansiedad, Hugo era todo sonrisas y acariciaba la curva de la espalda de su amigo, sobaba sus nalgas y la curva de sus piernas, lo atrajo hacia él y beso tiernamente sus labios, la velocidad fue aumentando y al siguiente minuto el chico en medio de sumisión y entrega regreso su cabeza al colchón mientras Hugo penetraba fuertemente aferrado a sus caderas, el chico miraba a la nada en un punto de lado del apagador de luz, podía ver su rostro sus muecas y su respiración, cada vez que Hugo entraba violentamente soltaba el aire de su cuerpo y mientras que Hugo la sacaba inspiraba, Hugo parecía desesperado mi pene estaba muy duro y sentía las contracciones placenteras de mi glande, apretaba mas mi mano alrededor de mi cipote tratando de imaginar cómo sería penetrar yo mismo ese ano antes estrecho ahora vencido contra el tamaño de mi hijo, seguramente sus paredes serian ajustadas y muy muy calientes, seguramente la gran cantidad de lubricante que el chico se puso antes de ser penetrado hacían que resbalara hermoso, escuchar sus gemidos, sus suspiros y sus gritos ahogados cada que entraba violentamente en el.
Sentí asomarse el orgasmo, acelere mi mano mientras Hugo lo tomaba sobre su cama yo me imaginaba tomarlo aquí conmigo cabalgándome sobre en este hotel.
El orgasmo me llego, los músculos que están entre mi ano y mis huevos se tensaron cual calambre, yo mismo hice presión y deje escapar un alarido mientras mi semen botaba violentamente contra mi cara, mi laptop, el teclado y al final salía un rio de semen que escurría entre mis piernas hasta alcanzar mi propio ano.
Tome mi trusa y me seque el semen, limpie con papel el teclado y el monitor de la maquina y cuando me senté de nuevo en la cama me di cuenta de que mi erección no se había bajado en lo absoluto seguía firme, ya no me dolía, pero estaba muy tieso, mire a la pantalla y ahí seguían esos chicos ahora el flaquito estaba con la espalda contra el colchón mientras Hugo lo tomaba en misionero, sus rostros estaban muy juntos, me puse los audífonos y escuche el resoplar de los muchachos, los besos, el batir de la saliva violentamente en sus bocas, el chico mantenía las piernas alzadas apoyadas en los costados de Hugo que las aprisionaba con sus manos enormes y su pelvis se iba de atrás hacia adelante rápidamente encajando dentro de su amigo su enorme cipote, el rostro de Hugo ahora era paz y mantenía los ojos cerrados mientras el chico suspiraba mirando de arriba abajo su rostro como si quisiera escanearlo y guardarlo en su memoria, suspiraba y gemía y Hugo escuchaba complacido mientras violentamente y con los ojos cerrados los mantenía tomado por el hombro, por fin termino, Hugo grito y en mis oídos se clavo su alarido, era un grito quebrado, viril y sostenido, el chico empezó a pujar al sentir las contracciones del tronco de mi hijo y los dos quedaron rendidos sobre la cama, un largo rato lo pasaron acurrucados el muchacho sobre el cuerpo de Hugo, se acariciaban el rostro, el chico sobaba los pectorales de mi hijo y mientras yo me regaba por segunda vez.
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