Mi hijo mayor y Yó, nuestra primera culeada mutua

Continuación de las anécdotas incestuosas que he tenido y tengo con mis hijos. En esta oportunidad es Andres (mi hijo mayor) y mi persona, los protagonistas..
Después de la rica deslechada que mis hijos me ayudaron, las cosas por mi casa cambiaron para bien, la confianza con mos hijos estaba al tope, los meses de abril hasta fines de agosto fueron de la puta madre, no había vergüenzas en mostrarnos desnudos, hablar de sexo con mi hijo el mayor, bañarme calatos con el menor, que se me pare la verga en ocasiones o que ellos entren a mi cuarto por la mañanas y me vean con mi pija como mástil. Hubieron dos ocasiones más, lo cual debo confesar, que al propósito hice que participarán en mis pajas, que no paso de lo mismo que la primera vez. La primera semana de setiembre, mi mujer después de varios meses de auto aislamiento, regresó a casa, ya se había contagiado de covid y decía que ya había alquirido inmunidad. Mis hijos y Yó estábamos más que contentos, sobre todo Yó que ya la necesitaba a mi lado. Esa primera noche, hicimos el amor como si hubiera sido nuestra primera vez. El 3 de octubre es nuestro aniversario de bodas, mi mujer tomó el día libre y cocinó algo delicioso, recuerdo que fue sábado. Cenamos en familia y estuvimos jugando monopolio con nuestros hijos hasta cerca de las 12:30 de ma madrugada. Diego, el menor se había quedado dormido en el mueble y dejamos de jugar. Cargue a mi hijo menor y lo acosté en su cama, Andres por su parte se fue a su cama. Pusimos la tina del baño de nuestro cuarto a llenar y a la media hora nos metemos a bañar, empezamos a hacer el amor con mi mujer y luego nos trasladamos a nuestra cama, solo la luz de la lámpara de noche alumbraba el cuarto. Balga decir que mi cuarto tiene una mampara que da al patio interior. Mi mujer genial rico y yo estaba dando todo de mi, hasta q nos corrimos y caímos en la cama, nos dormimos hasta la mañana siguiente. Mi mujer tenía que entrar a trabajar a las 10 am, dejó el desayuno y se fue como a las 9 am. Me levante me bañé y fui a ver a mis hijos. Diego ya estaba despierto viendo televisión en su cuarto, pero Andres estaba profundamente dormido, no lo quise despertar. Tomé desayuno con Diego, el regreso a su cuarto y al ver que Andres no despertaba fui a verlo nuevamente. Estaba tapado solo con la sábana, lo moví y abrió los ojos. Le digo: oye webon ya levántate, no piensas desayunar. El me sonrió, le quite la sábana y me.di cuenta que su boxer estaba mojado, como si hubiera orinado, el se da cuenta que estoy mirando hacia su verga y mira y se asusta. Al moverse de su posición percibo un olor a semen, mi hijo que hace una semana había cumplido sus 12 años había tenido su primera polucion nocturna o sueño húmedo. Lo senté en su cama y le dije que no se preocupe que era normal y que posiblemente tendría más, que era leche, que así como a mi me salía. Le hice que se saque el boxer y que se de un baño, entre a su baño con el y le volví a explicar el aseo correcto de la pija. Entonces me comenzó a contar que recuerda que en sueños el sentía que se orinaba, pues estaba soñando que tenía sexo con una mujer. Hizo una pausa y me dice: Papá ayer lo escuché a ti y a mi mamá teniendo sexo y vi por la puerta del patio como tu le metías tu pene a mi mamá, eso creo me hizo soñar. Yo me quedé frío, no por mi, si no porque había visto y escuchado a su mamá desnuda y gemir de placer. Le dije: Hijo, son cosas que los esposos hacen, no quiero que lo tomes a mal, cuando tu tengas tu esposa, harás lo mismo. El me responde: No te preocupes papá, yo no me asusté, se me paró mi verga y me estuve tocando un rato, hasta que me dio miedo que me vean y me vine a mi cama. Le terminé diciendo que no lo comenté ni con su mamá, ni con nadie, que debía ser un secreto. Ya por la tarde estaba en mi cama, viendo un partido de la.luga nacional repetido y llega Andres, se sube a mi cama y me dice: papá si te digo algo no te enojas?.  Yo lo miré y le digo: Pero que cosa es? Me responde: pero promete que no te enojas. Le respondo: No sé qué me vas a preguntar, como sé si me voy a enojar. A lo cual me dice: Papá tu me enseñarlas a meter la verga así como tu lo haces? Les juro que no sabía que decir, pero la idea me puso a mil. Le digo: Y como te voy a enseñar hijo, uno no va por la calle buscando una mujer para que su hijo aprenda a penetrar. Me dice: Pero contigo pues papá, tu nos dijiste una vez que también se puede dar por el culo. Mi hijo quería culearme, eso me dejó más consternado. Se me ocurrió algo, perverso pero excitante. Le digo, mira para enseñarte, yo también tengo que meter mi verga a tu culito, para que sepas como lo hago. El sin dudarlo, me dice: Ya papá hay que hacerlo. Ya hijo, pero un día que no esté mamá y Diego esté dormido. A lo cual me responde: mi hermano esta que duerme. Me levante y cerré la puerta, me acosté y me quite el short y el boxer. Le digo,vas a tener que hacer que se pare y le señale abajo. Mi hijo, ya de las otras oportunidades, sabía que hacer, se acercó y comenzó a pajearme. Ya se había puesto algo dura y le digo sácate la ropa. El ya traía la pinga parada. Le digo, vas hacer lo mismo que te voy hacer y me puse a chuparle su verga, era la primera vez que chupaba una verga y era de ni hijo, a los dos minutos, le digo, ahora te toca y empezó hacerlo, con esas mamadas hizo que se monta bien dura la pinga. Le digo: espera. Me levante y traje la crema de manos de mi mujer, pues nunca pensé comprar lubricante, mi mujer se lubrica sola. Le puse un poco de crema en su culito y empecé a meter un dedo primero y podía sentir su culito apretado, el se arqueaba y me decía: Duele papá. Yo le decía si quieres aprender a meter verga tienes que aguantar, luego de unos minutos ya podía entrar un dedo, le puse un poco más de crema y empecé a meter un dedo más, mi verga la tenía que iba a explotar. Mientras le metía el segundo dedo le iba acariciando su verga. El segundo dedo entro a medias, al sacar mis dedos podía ver su culito dilatado y que me llamaba a meter mi verga. Lo puse de costado y comencé a me meter suave la cabeza de mi pinga. Que rico se sentía ese culito, apretado. Solo logré meterle la mitad de la cabeza. Se separo de mi, diciendo que Le dolía y sentía como si quería ir al baño. Le digo: Hijo así es como se mete la verga. Entonces me responde: Papá ahora quiero hacerlo yo. Cuando me dijo eso, mi erección que estaba al tope, comenzó a bajar. Nunca nadie me había culeado, pero estaba mi promesa. Me puse en cuatro, el puso crema en mi culo. Me dice: Papá tienes hartos pelos en tu culo, entre risas. Yo también me sonrei y le digo, que cuando crezca el también los tendrá. Empezó a meterme sus dedos y pajearme mi verga, el primero no me dolió mucho, pero cuando me sentí q había más que uno dedo, ya empezó a doler. Me dice: Ponte de costado ahora tu papá. Me puse de costado y trataba de meter su verga de 14 cm y no.podia, tuve que coger su verga y ponerla en la entrada de mi ano. Yo tenía mi verga nuevamente bien dura, mi hijo torpemente se movía, metiendo y sacando su verga, yo empecé a pajearme, valga decir que nunca había sentido esa sensación que parecía que tenía muchos órganos al mismo tiempo. Habrá pasado sus tres minutos desde que mi hijo mi daba por el culo y me dice: Papá parece que voy a orinar. Le respondo: Hazlo, yo sabía que no era orina, era su leche. Acelere mi paja y cuando claro sentí que su verga palpitaba dentro de mí ano y bitaba su leche, seguido me corrí yo, manchando las sábanas de mi cama. Fue la corrida más rica que me había dado toda mi vida. Ahora entiendo porque dicen que la zona para alcanzar el orgasmo en el hombre está en la próstata.  Me moví y vi a mi hijo como si hubiera jugado un partido de fútbol siendo él, el único delantero. Me fui al baño,.me pasé papel al culo y entré la leche de mi hijo había rastro de sangre, esta webon me había quitado de pito el culo. El entró al baño y le pedí que volverá y me enseñará su ano. Se volteo y abrí sus cachetes y dice que le dolía, me agache y vi que también tenía sangre y su culito aún estaba abierto. Me metí a la tina de baño con mi hijo y jos dimos un baño.

Ese día marcó el inicio de las culeadas que nos daríamos de vez en cuando y de otras aventuras que tendríamos el su hermano.