Mi Historia con mi Hijito inesperado VII, Una sorpresa para Mikel
Como ya relaté en la publicación anterior, Jairo le da a entender que el dia domingo tendría una sorpresa, he aqui tal relato.
Y llegó el domingo. La mañana transcurrió normal, hasta que después de almuerzo Jairo llegó al Centro, cabe señalar que era su normal día de descanso. Estando ahí ubicó a Mikel, y le pasó una ropa nueva, que consistía en un pantaloncito corto que le quedaba algo ajustado y una remerita de colores alegres. Le dio instrucciones que se aseara en el baño y se pusiera tal indumentaria lo que el niño hizo. Una vez preparado salieron al exterior y se subieron a un automóvil que los esperaba. Era un auto grande muy lindo según Mikel me señaló, con chofer al volante, Jairo y el niño subieron en la parte posterior y enfilaron con rumbo desconocido.
Llegaron a una zona de grandes casonas, tocaron el timbre en una de ellas y salió un hombre mayor quien les hizo pasar y estando dentro les guio hacia una habitación interior con grandes puertas, tocó y una voz le dio instrucciones de entrar lo que hicieron.
El hombre cuya voz escucharon estaba vestido con una bata de levantarse, era de buena estampa, canoso de ojos claros. La habitación muy amplia, que tenía una gran cama, una mesa con un par de sillas y un par de sillones.
Apenas vio a los recién llegados se mostró muy contento y le agradeció a Jairo por haber cumplido, se acercó a Mikel y acariciándole el mentón, le saludó cariñosamente identificándose como Peter. Nuevamente agradece a Jairo, le pasa un sobre y le dice que regrese en 5 horas, que el chofer le ira a dejar y después a recoger. El moreno lo hace encargándole a Mikel “pórtate bien con don Peter” y le guiñó un ojo antes de marcharse.
Peter se acercó de nuevo a Mikel y le acarició el rojo y ensortijado cabello besándolo en la frente, rostro y un breve piquito en la boca alabando la hermosura del color y fineza del brilloso pelo, le pregunta a Mikel si quiere comer algo, llevándole a la mesa donde había tortas, galletas, refrescos y un montón de delicias que el niño sin esperar le repitiera empezó a degustar. Peter se sentó a un lado del niño y le empezó a acariciar, empezando por el cabello y poco a poco bajando hasta el resto del cuerpo, en especial la zona baja. El niño ahí entendió de que se trataba aquella “visita”.
Mientras el niño saboreaba aquellas delicatessen, Peter le pidió se sacara la remerita lo que el niño hizo quedando solo vestido con sus diminutos pantalones cortos. El adulto ahí soltó su lujuria, empezando a abrazar a Mikel por la espalda, dándole mordiscos en los hombros, lamiendo su espalda mientras sus manos recorrían el frente del chico apretando suavemente las pequeñas tetillas del niño y recorriendo toda su anatomía delantera e incluso metiendo mano al pantalón para acariciar el pene y huevos del niño, quien se reía producto de las cosquillas prodigadas además del placer sensorial.
Ello no duró demasiado, Peter se puso de pie y llevó de la mano a Mikel hacia la cama diciéndole que luego volverían a comer. Estando al lado de la cama procedió a sacarse la bata que cubría su desnudez, dejando a la vista un cuerpo bastante cuidado, blanco, con algo de pelos en el pecho y ombligo de color castaño claro y algunas canas y un pene que se mostraba de modo horizontal, blanco como el cuerpo no demasiado grueso, y de un tamaño similar al de Jairo (según Mikel obviamente) el cual nacía de una pelambrera de un color casi rubio, mezclado con algunos pelos blancos y donde además destacaban huevos bastante grandes que colgaban notoriamente. Cuando Mikel vio aquello supo lo que tenía que hacer, se acercó y abriendo la boca mientras se arrodillaba metió aquel ardiente miembro ocasionando un fuerte gemido al receptor quien así manifestó la intensa sensación que le produjo la humedad y caloría de aquella boca infantil al saborear por vez primera su instrumento de placer.
Con los ojos cerrados el hombre disfrutaba de todas las sensaciones que le producían el disfrutar del niño, el que ya mostraba que era experto en artes amatorias, la forma en que chupaba y lamia su miembro, ayudándose de la lengua para producir placer, el increíble manejo de sus manos para acariciarle los huevos y darle una suave masturbación, meterse los huevos a la boca, alternadamente y a ratos ambos a la vez, lo que era favorecido por la larga bolsa que los contenía y que permitía todo tipo de acomodos. Por su parte él acariciaba la rojiza cabellera y hacia pequeños movimientos para introducir su blanco pene hasta las mismas amígdalas de Mikel que a ratos se apartaba y tosía por el ahogo que ello le producía.
Con tamaña excitación, hizo que el niño se sacara el pantaloncito y se subiera a la cama, donde ya presa de la lujuria le levantó las piernas para explorar el agujero anal del niño, el que se abrió ampliamente cuando le separó las nalgas, dejando ver un rosado circulo que palpitaba, seguramente de deseo y espera a lo que ya venía, ¡Ohhh! exclamo Peter antes de allegar su boca y empezar a hurgar con su lengua aquella hermosa visión que se hacía realidad y empezó a abrirse paso, entrando poco a poco lo que claramente producía gratas sensaciones en el chico quien gemía y se retorcía con lo que ayudaba a que la larga lengua del hombre siguiera cruzando umbrales en esa verdadera follada lingual.
El hombre ya al borde del colapso sexual, deja su ubicación y se acuesta de espaldas en la cama, con su pene erecto muy vertical cual una garrocha, Mikel entiende inmediatamente y se acomoda sobre él y empieza a calcular la posición sobre Peter, quien le alcanza un spray de lubricante íntimo, después de embardunarse su pene completamente y el niño el culito, se empieza a autoempalar, siente el calor del pene adulto y se carga un poco con lo que gracias a su facilidad de dilatación se clava casi la mitad de los aproximadamente 20 cms. sacando nuevamente un gemido a su violador, quien ya lo tiene sujeto desde las caderas para acompañar la clavada, el niño sonríe, el hombre se saborea. Mikel da otro bajón y se vuelve a incrustar otros cms. dentro suyo, “Ohhh” gime Peter, ¿duele? pregunta…la respuesta fue otro sentón que termina de introducir la verga en el agujero caliente del niño, el que palpitaba produciendo múltiples sensaciones al adulto quien le rogó “por favor, no te muevas que me harás acabar”, el niño se quedó inmóvil, sintiendo como su culo palpitaba y atenazaba al invasor cual un guante quirúrgico, y esperaba las instrucciones de su follador.
Luego de algunos segundos, Peter agarró de las caderas al niño e inicio un movimiento de cabalgata, levantando al chico un poco para dejarlo caer completamente ensartado. A cada movimiento sacaba un poco más del pene del culo del niño para volver a clavarlo, hasta que al final ya casi lo sacaba por completo, húmedo y ardiente para re-ensartarlo, todo ello acompañado de gemidos de placer de ambos ya que Mikel hacía tiempo había aprendido a disfrutar de una buena follada.
La cabalgata tampoco fue muy larga, la calentura ya había dominado la biología de Peter y en un último movimiento en que saco completamente su pene del culito del niño, se lo clavo violentamente y al llegar al fondo empezó a derramar el maduro semen que en gran cantidad fue inundando las entrañas de Mikel, el que empezó a salir por los lados ante la imposibilidad de contenerlo dentro, todo ello acompañado de estertores de placer, gemidos, temblores y sudores. Mikel con los ojos cerrados sentía como por su interior corría aquella “vitamina humana” que desde la tierna infancia ya conocía, y el calor y pálpitos del pene que se vaciaba dentro suyo. Peter se incorporó sin sacar su pene del niño y le abrazó dándole un profundo beso con lengua diciéndole “gracias chiquillo, me has devuelto la juventud”.
Luego de algún tiempo, en que Peter acariciaba a Mikel dándole besos, jugando con su largo y ensortijado cabello rojo, deslizando sus manos por todo el cuerpito, hurgando suavemente en el culito húmedo y aun dilatado, se levantó y le invitó a un baño interior donde se ducharon, deslizando sus manos enjabonadas por el niño preocupándose de que quedara completamente aseado. Tomo una toalla y lo secó haciendo lo mismo en su cuerpo para retornar al gran dormitorio y regresar a la mesa que ya detallé antes. Mikel indeciso por donde comenzar cuando Peter le pregunto si le gusta el helado, la respuesta fue un contundente Siiiiiii, ante lo cual tocó una campanilla y apareció el mayordomo a quien le pidió helado para el niño. Regresó con una gran copa con helados de diversos sabores y coronada con una cereza, de lo que empezó a dar cuenta sin demora. Calma le dice Peter, no te vayas a enfermar, come lentamente y solo hasta donde puedas.
Y así pasó la hora hasta que ya casi era la hora acordada para que Jairo recogiera al niño. Peter de nuevo llamó a su mayordomo y le dio instrucciones para que embalara todo lo que había en la mesa para llevar. Le dijo al niño que podría llevarse todo para compartir con sus amiguitos del Centro, lo que Mikel agradeció con una sonrisa y un beso en la mejilla del adulto.
Cuando ya fue la hora, sonó el timbre y era Jairo quien lo venía a recoger. Peter le dio las gracias y le dijo “lo quiero de nuevo la próxima semana”…..Jairo sonrió e hizo un gesto afirmativo.


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