Mi historia con Miguel (Segunda parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando entré a la universidad, me hice un desmadre en cuestiones de sexo, en fiestas cogía con cuantas viejas podía pero por desgracia (o fortuna) descubrí que era mucho más fácil ir a un baño público y conseguir una buena mamada (en aquél entonces era el 2008, y en mi ciudad se da bastante bien eso del cruising)…
Ya no había sabido nada de Miguel, incluso puedo asegurar que ni siquiera pensaba en él (y vaya que nuestro encuentro de una sola noche de copas fue bastante memorable).
Era ya Mayo de 2009 cuando un día me hablan César y Josué para que vayamos al billar, me dicen que invitaron a otros que estaban con nosotros en la prepa, lo cual me molesta un poco pues yo sólo tenía ganas de pasar un rato tomando chelas con ellos que sí son mis amigos y no con una bola de gente de la cual apenas recuerdo su nombre y para acabarla me dicen que Janeth, mi ex, también andará por ahí haciendo de las suyas. Llego al billar que está cerca del parque, algo tarde como siempre, así que ya están presentes la mayoría del salón. Destaca de entre todos mi ex que se ve radiante así que la saludo primero para que note que yo tampoco me veo mal y que el tiempo me ha sentado bien puesto que empecé a ir al gimnasio y mi cuerpo se marcó bastante bien. Yo suelo ser quien les juega bromas pesadas a Josué y más a César, así que cuando escucho que alguien dice una broma respecto a la ceja de mi amigo César, descubro que quien se burlaba tan naturalmente de mi amigo es Miguel, en ese momento se me vienen a la mente las imágenes de la noche que pasamos juntos y se me ahoga la risa. Saludo al resto de mis ex compañeros dejándolo para el último, cuando lo saludo me jala para culminar con un pequeño abrazo y yo me quedo sin habla. Seguimos todos platicando sobre nuestras experiencias universitarias, a donde habíamos entrado a estudiar, todo lo que habíamos vivido en los casi 10 meses que llevábamos sin vernos. Miguel había entrado a la politécnica yo a la facultad del hábitat pero me había salido por lo mismo de que mi vida era un desmadre en aquél entonces, al menos hasta el pasado diciembre, cuando descubrí que una de las parejas sexuales con quien había estado sin protección tenía VIH por lo cual llevaba desde ese mes en abstinencia para hacerme la prueba de sangre. La verdad tenía miedo y no le había dicho a nadie. Hasta esa noche…
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Los que teníamos permiso sin restricciones nos fuimos a seguir tomando en un bar donde trabajaba un amigo de la reunión. Seguimos tomando cerveza hasta como la una de la mañana en ese bar cuando César dijo que se tenía que ir, nuestro amigo salía de trabajar hasta las 4, Josue ya se había ido desde las doce así que sólo restábamos Miguel y yo. Le dije que si quería podíamos seguir tomando en mi casa pues tenía tequila ahí y que si quería se podía quedar a dormir conmigo pues no había problema con mis papás (de hecho le dije todo esto sin una doble intención, sólo queríamos seguir tomando). Él dijo que no lo dejarían que si mejor hacíamos lo mismo pero en su casa para que no lo regañaran. Yo dije rápidamente que sí. Cuando nos dirigíamos hacia su casa en el coche, yo sospeché lo que podría pasar si seguíamos tomando, así que mientras él manejaba le confesé mi situación. Le hice saber lo deprimido que estaba y me rompí en llanto. Por dentro me preguntaba qué tenía esta persona que me hacía seguir confiando en él cuando seguía siendo relativamente un extraño. Se quedó mudo. Llegando a su casa no tomamos, nos metimos directo a su cuarto (como es el más chico y sus hermanos ya están casados, vivía él solo con sus papás) nos quedamos en bóxer y nos subimos a la cama, él apaga las luces y nos disponemos a dormir. Él se queda boca arriba mientras que yo le doy la espalda volteando hacia la puerta. De repente él me abraza y me dice que no me preocupe, que todo saldrá bien. Me dice que cuanto tiempo debo pasar en abstinencia para hacerme la prueba y le dije que cuando llamé a "telsida" (un teléfono de apoyo en México para las personas que padecen o tienen dudas respecto a esta horrible enfermedad) me dijeron que 4 meses eran suficientes. Ya casi pasan 6 -me dijo. Yo le dije que estaba asustado, a lo que él respondió: ¡No me importa lo que tengas qué hacer, mañana mismo vamos a que te hagas esas pruebas! yo le digo que no se puede porque al día siguiente era domingo y aparte habíamos bebido alcohol. Entonces él me dice que el miércoles iremos y que no quiere ninguna objeción. Yo sólo asiento y me quedo dormido sintiéndome seguro y tranquilo por primera vez desde que tuve conciencia de mi situación.
Llega el miércoles y él pasa a recogerme muy temprano a mi casa. Llegamos primero al CAPASITS (centro de salud donde realizan estos exámenes de manera gratuita pues es apoyo del gobierno) y me dice que si siento miedo, él puede pasar conmigo par hacerse la prueba también, que incluso puede fingir que es mi pareja para que no me sienta asustado. Yo le digo que no es necesario pero él insiste así que entramos como pareja. Nos hacen algunas preguntas y después de eso nos dicen que es necesaria la prueba de sangre dado que "nuestras" relaciones sexuales son de alto riesgo y por el número de parejas sexuales que yo había tenido entre julio y noviembre del año anterior. Pasamos a lo difícil, la recolección de sangre. Yo no sabía el sacrificio que eso representaba para Miguel ya que le tiene fobia a las agujas (hasta ése día lo descubrí). Nos tomaron varios tubos ya que había que hacer pruebas para varias ETS que yo ni conocía ni me imaginaba que existieran…
Nos dijeron que en un mes estarían los resultados, fue el mes más largo que haya vivido. Miguel no se despegó de mí en todo ese mes, me visitaba diario. Íbamos al cine, salíamos a tomar, me mantuvo bastante distraído. Llegó la fecha esperada, me quedé a dormir en casa de él la noche anterior ya que él tenía miedo de que lo fuera a dejar plantado o que me decidiera por ir solo a recoger los resultados. Me gustaba mucho dormir con él ya que me sentía muy seguro cuando me abrazaba, su cuerpo es muy cálido. Nos levantamos y nos dirigimos al CAPASITS. Para su mala suerte, ahí estaba su vecina de enfrente (una TRANS muy famosilla en su colonia). Le dio algo de pena pero no fue algo que nos detuviera. Le dije que quería pasar yo solo con el doctor, así que pasó él primero. No tardó mucho, además sabíamos que él no era el del problema. Me hablan y le digo que me espere afuera, pase lo que pase, al saber la respuesta, lo único que quiero es salir corriendo de ahí.
Entro y el doctor me lee una hoja y me dice que los resultados fueron negativos, que eso es bueno. Que no tengo que preocuparme más pero que es importante que me cuide y todas esas cosas. Yo no lo puedo creer. Le agradezco al doctor, salgo del cuarto como en shock y sigo caminando hacia la calle. Ahí está Miguel esperándome pero no le presto atención, yo sigo en mi mundo. Veo que sus carnosos labios se mueven pero no se qué está diciendo. Repentinamente reacciono y lo oigo preguntar ¿Qué te dijeron? yo le dije "Estoy sano" así sin chiste ni emoción. De repente se lanza sobre mí rodeándome con sus brazos por el cuello y llorando de la emoción. Yo no puedo llorar y de hecho me sorprende que él lo haga. Nos dirigimos al carro y me dice que nos tenemos que ir de peda para celebrarlo…
Llegamos a su casa, metemos la botella de Tequila a su cuarto, no servimos como medio vaso de puro tequila y nos lo tomamos de fondo. Lo siguiente que recuerdo es a Miguel asegurando la puerta de su cuarto por si llegan sus papás quienes no sabemos donde están. Y dándome un tremendo beso que no pude evitar responder… Nos quitamos la ropa de inmediato, saco los condones que me acaban de dar. Tenía ya tanto tiempo sin hacer esto que me sentía como virgen otra vez con él. Sigue impresionándome su trasero así que no dudo en ponerlo de espalda y recorrer sus nalgas con mi lengua. Lo abro con mis manos dejando al descubierto su hendidura que me pide a gritos ser devorada por mi boca, que me solicita de forma desesperada ser tocado por mi lengua. Prosigo a cumplir sus peticiones mientras mi pene es premiado llevándolo a su boca, esa deliciosa boca que tanto me encanta besar. Escupo su culo y sigo lamiendo como desesperado.
Es un culo limpio, huele aún a jabón, de hecho, me encanta el olor de su ropa, todo su aroma en general me excita tan solo de pensar en él. Noto que su culo llama a mi verga, quiere dejar de ser virgen. Yo no soy quien para negar su petición. Así que lo pongo en cuatro mientras sigo lamiendo, cubro su estrecho ano con lubricante, uno a uno introduzco mis dedos en él para prepararlo. Trato de no ser rudo pues se que es su primera vez. Noto que se dilata pero no es suficiente para mi gusto, siento que le va a doler pero él me pide desesperado que se la meta, que ya no puede esperar más. Así que me pongo el condón, lo cubro con algo de lubricante en la punta e introduzco mi pene lentamente. Yo no dejo de pensar en lo rico que se ve en esa posición, sus nalgas me encantan y ahora se que aparte de verse ricas, saben deliciosas… Gime un poco de dolor, le pregunto que si quiere que me detenga pero me pide que siga. Mis movimientos siguen lentos hasta que choco una vez, retiro mi miembro, lento aún, y repito el proceso. Comienzo a sentir que resbala con mayor facilidad y es entonces cuando comienzo a agarrar un ritmo más rápido pero no brusco. Él me pide más mientras lo tomo por la cintura, sí, tiene cintura. Sus testículos son grandes como los míos y me gusta como se siente cuando chocan entre ellos, eso me excita más y me motiva a ir más rápido. Noto que le duele pero me dice que no le molesta, me dice que le gusta esa sensación de dolor. Veo que encoge sus brazos recargándose ahora en los codos. Me dice que se cansó de estar en esa posición, así que lo giro, aún con mi verga dentro de él.
Como practica futbol, además de su hermoso culo, tiene unas piernas preciosas que a cualquier vieja le causan envidia. Como aparte de todo, es lampiño, imagínense. Pongo una de sus piernas entre las mías y la otra la levanto hacia mi hombro. Él me agarra de las nalgas con sus manos, empujándome hacia él para que mi miembro alcance más profundidad. Duramos un buen rato en esa posición, hasta que lo escucho decir que mi culo también está bueno, que le gusta más que el suyo, entonces le pregunto que si quiere probarlo y me dice que le encantaría… Saco la verga de su ano que ahora está más rosado, me quito el condón y lo tiro al cesto que está al lado de la cama. Me pongo en cuatro y lo dejo hacer de las suyas con mi culo. A diferencia de la piel de Miguel, la mía es aperlada, me gusta mi tono. Lo que nos difiere es que yo sí tengo vellos. No me preocupo de que llegue a esa parte de mi dado que soy exageradamente limpio, me baño mínimo 2 veces al día, una por la mañana y otra por la noche cuando llego a casa, por lo que no tengo de qué preocuparme ya que se que no encontrará algo desagradable en ninguno de mis orificios.
Siento sus gruesos labios dándole besos a mis nalgas, de repente una mordida, me duele bastante pero no me desagrada como para retirarlo de ahí. De repente, siento su lengua recorriendo desde mi nuca hasta aparcarse en mi culo. Soy de esas personas que se retuerce cuando tocan ese punto exacto de la espalda así que cuando su lengua empieza a trabajar, yo sigo teniendo esa sensación placentera que recorre todo mi cuerpo. No dejo de gemir por lo agradable que se siente tenerlo ahí. Para ser virgen, se estaba ganando mi respeto este chico a quien yo ni siquiera había notado, este galán del que no imaginé por un instante durante los tres años que fuimos compañeros de prepa que iba a terminar siendo el mejor amante con quien he intimado. Le digo en ese momento "¡¿qué esperas?!", él pregunta que para qué y yo le digo ¡Para metérmela! ¡No me hagas desearla más! ¡Hazlo antes de que me arrepienta!
Después de la violación de mi infancia nadie me había penetrado, hacía ya 8 años de eso, a pesar de todo era difícil para mí imaginar a alguien entrando en ese espacio tan íntimo para mí, me causaba tanto dolor el recuerdo de mi primo haciéndome sufrir tanto… Pero después de todo lo que habíamos pasado, Miguel se merecía que lo intentara. Así que se enfundó el condón, me untó lubricante y comenzó a entrar lentamente, en ese momento, fue horrible para mí, zumbaba en mis oídos la voz de mi primo diciéndome ¿quieres que te viole o prefieres que te mate? Mi estúpida e inocente voz pidiendo que me violara ¡sin saber si quiera qué era eso! Mis lágrimas comenzaron a rodar por mis ojos al verme ahí pequeño desde los 4 hasta los 10 años sangrando de donde no debía, sufriendo en soledad porque no quería que mi primo cumpliera la amenaza de hacerle lo mismo a mis hermanos menores, incluso de bebés. Estaba tan confundido… No paraba de llorar, Miguel me liberó de ese horrible recuerdo dándome un beso y apretando su cuerpo contra el mío, rodeándome con sus brazos… Toma su celular, llama a sus papás para saber si regresarán pronto, a lo que ellos responden que no, que estarán en casa hasta la noche. Prende el boiler sin separarse de mí y después de 15 min me dice que si quiero bañarme. Yo le digo que sí pero que no quiero hacerlo solo. Me siento tan aterrado que quiero que me acompañe, no quiero dejar de sentirme protegido entre sus brazos…
Continúa…
Espero que les haya gustado, no lo concluí porque siento que quedaría ya demasiado largo…
Espero sus comentarios para saber si quieren que siga con lo que pasó después de la regadera o si prefieren que les cuente la historia de la violación (ya puedo hablar de eso) de cualquier forma, en algún momento éscribiré ambas historias….
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