MI HISTORIA MILITAR GAY
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por pedrinchi1111.
Soy Arango, 25 años, costeño, alto blanco delgado y me han dicho que lindo. Siempre he sido bisexual, me gusta estar con mujeres y con hombres, mas con hombres. Les voy a contar una historia que aconteció cuando preste mi servicio militar en mi país Colombia. Cuando cumplí 18 me presente al batallón de mi ciudad para sacar mi libreta militar y salí apto para prestar servicio así que ahí empezó mi carrera militar. Debía prestar servicio militar por un año.
Cuando ingrese me pusieron en una unidad militar que constaba de 12 soldados recién ingresados incluyéndome al mando de un capitán apellido Osorio. El trabajo era rutina, entrenamiento, adiestramiento, estrategia militar y turnos, interminables turnos. Hice buenos amigos, y la verdad me empecé a adaptar muy bien el primer mes. Un dia en el batallón paso algo que cambio todo. No habíamos visto al capitán Osorio en todo el dia y después note que faltaban compañeros.
Ese mismo dia ya tarde en la noche llego un sargento y nos hizo caminar al fondo del batallón, a los terrenos militares bien lejos de las barracas. Yo no entendía lo que estaba pasando pero nos explicaron todo a continuación: Nuestro honorable capitán Osorio fue pillado culiando (follando) a uno de mis compañeros, Hernández, en unos arbustos detrás de las barracas donde dormíamos. Por supuesto Osorio fue destituido fulminantemente por conducta deshonrosa y Hernández fue sacado del servicio militar y le impusieron una multa millonaria para poder sacar su libreta militar. Hernández también confeso que habían 3 compañeros más con los también había tenido sexo y también recibieron su mismo castigo. Por eso no habíamos visto al capitán y faltaban compañeros. Lo mejor del asunto es que yo que he tenido experiencia en estas cosas no tenía idea de semejante orgia en mi propia escuadra. A esa hora a la madrugada nos interrogaron a todos, no nos creían que no sabíamos nada, al menos yo no sabía nada, nos obligaron a hacer ejercicios y cuando vieron que no sabíamos más, nos amenazaron con que no debíamos volver a hablar del asunto con absolutamente nadie. Nuestra escuadra fue disuelta y fuimos esparcidos.
Unos fueron enviados a la selva como personal de apoyo, otros fueron enviados a la frontera puesto que mi país tenía tensiones con un país vecino y había que estar listos para cualquier cosa, y solo un compañero y yo fuimos enviados a una base de vigilancia en las estribaciones de la sierra nevada con un capitán famoso por ser rígido y muy jodido. Total desaparecieron a toda mi escuadra de ese batallón. Al dia siguiente ya estábamos en un bus y después de un largo trayecto que tuvimos que hacer a pie llegamos al lugar. Era una casita adaptada para las operaciones militares.
Tan pronto llegamos conocimos al capitán Guerrero y francamente me gustó: No era tan viejo, 40 a lo sumo, morenazo, altísimo y súper musculoso, se notaba que se ejercitaba muy bien, por encima del uniforme se le notaban sus brazotes, piernotas, y prominente pecho y se rostro también era atractivo, pero un fuerte gesto de rigidez, autoridad y dominancia. Nos recibió hablándonos muy fuerte y diciéndonos que esperaba algo mejor, además nos dijo que solo recibiría uno de nosotros para trabajar con él, después de ponernos a hacer ejercicio de nuevo, llamo al batallón y les dijo que iba a mandar de regreso a mi compañero. Así fue como quede solo con el capitán Guerrero.
Conocí el lugar, una casita pequeña con una salita, una cocinita y dos cuarticos, uno para él y otro para mí. Inmediatamente empecé a trabajar. Al principio me trataba muy fuerte y gritaba mucho, eso cuando me dirigía la palabra, era muy rígido con horarios de levantarse y acostarse yo era el que debía limpiar toda la casa, cocinar para ambos, lavar los platos, etc. El trabajo era sencillo, hacer los recorridos en el sector y hacer 3 reportes al dia de los hallazgos que encontrara. El casi no me dirigía la palabra salvo para gritarme porque estaba haciendo algo mal. El bajaba al pueblo (que quedaba como a 3 horas de la base en moto) los fines de semana, tiempo que yo descansaba y traía todas las provisiones alimentos, crema dental jabón y esas cosas. Yo siempre aprovechaba la oportunidad para mirarlo, cuando en la mañana nos levantamos, yo lo observaba en pantaloneta y camisilla, que sexy que se veía, esas piernotas, su gran pecho y la verga, que todo hombre se despierta con ella parada, se le veía enorme pero claro, yo todo lo disimulaba.
Me adapte muy rápido y con el pasar de los dias me gritaba menos, llego el dia en que me acostumbre al ritmo y a punta de trabajo fuerte me gane su confianza. Ya me trataba con educación, “buenos dias muchacho” me decía por la mañana. Hablábamos más, en horas de almuerzo charlábamos sobre mi vida y su vida, ahí me entere que es divorciado y tiene un hijo de 10 años que ve pocas veces al año, que era de una ciudad costeña al igual que yo, en fin, empezamos a hacernos amigos, aunque yo siempre lo trate como mi capitán, a pesar de la confianza que me estaba brindando, me decía que era bueno tener compañía con quien hablar de vez en cuando, incluso empezó a bromear conmigo, cuando lo vi sonreír por primera vez me gustó mucho más que nunca, que hermoso que era y que bueno que estaba ese hombre. Un dia me llevo junto a él al pueblo a comprar las provisiones y me dejo solo ahí. Después me di cuenta que estaba con una niña de la vida fácil. Le pregunte que si esa era su novia y me dijo que no, que iba donde las prostitutas a des estresarse cada vez que iba al pueblo. (Interesante). También note que compro muchísimo alcohol, me dijo que se aproximaba la época de lluvias y en esa zona llovía tanto que íbamos a durar varios dias sin salir de la base. (Más interesante).
En efecto, a los dias empezó a llover torrencialmente y el frio se multiplicó, vivíamos encerrados en la base, todos los reportes que hacíamos era que no era posible salir por dificultades climáticas, vivíamos arropados y junto al fuego de la chimenea nos tomábamos unos traguitos que de verdad calentaban el cuerpo y hablábamos de todo un poco. En uno de esos dias tomamos más de la cuenta y la conversación subió de tono. De repente me dice: “Yo sé lo que paso con tu escuadra, ¿me quieres dar tu versión?”. Yo un poco apenado, pero al mismo tiempo totalmente desinhibido le conté todo lo que sabía había pasado y su respuesta me sorprendió aún más. Me dijo: “Ese Osorio si es marica, como se deja pillar de esa forma, en el ejército eso es muy común, que un alto mando se coma un peladito de esos es muy normal, pero uno tiene que saber cuándo y cómo hace las cosas con discreción, con reserva”. Yo pensé muchas cosas en ese momento. Me llene de valor y le pregunté: “Capitán Guerrero, ¿usted ha estado alguna vez con algún hombre?. Se hizo un silencio hasta que finalmente me dice: “Te voy a decir la verdad porque confío en ti muchacho, la respuesta es sí, uno en el ejército pasa mucho tiempo sin ver mujer alguna así que uno se desahoga con los muchachos dispuestos, que les gusta la verga”. Internamente estaba brincando de felicidad pensando que mis posibilidades de estar con ese semental fornido aumentaban, pero me mantuve en mi lugar. “¿Y tú?” me dijo mi capitán. Quise seducirlo y le respondí: “Mi capitán, yo me voy a sincerar con usted: Yo soy bisexual, me van las dos cosas, me gustan las buenas tetas en una mujer, y una buena dotación en un hombre”. Pensé que la había cagado o que yo lo había impresionado aún más a él, porque no volvió a hablar, cuando me doy cuenta es de que está dormido. Solo pude reír, lo arrope ahí donde estaba y me fui dormir a mi cama.
Parecía que nunca iba a dejar de llover, que frio tan desgraciado hacía. Me metí entre varias sabanas por el frio. Me estaba empezando a dormir cuando lo siento entrar a mi cuarto y me dice: “Está haciendo un frio demasiado hijueputa y no quiero dormir solo”. Me quise levantar y él me dice: “Quédate así, yo me acuesto a tu lado, dicen que el calor corporal de otra persona es más efectivo que una sábana.” Así lo hizo y por un breve momento quedamos espalda con espalda, tenía razón, con él a mi lado estaba más calientito. De repente siento que me abraza por la espalda y quedamos en forma de cucharita. Sentía su verga contra mi culo, pues solo llevaba una pantaloneta pero no debía emocionarme, cualquier error ahora sería fatal. En algún momento me susurra al oído: “Arango, ¿de verdad eres bisexual?”. “Si” respondí yo. Me susurra: “Y das el culo”. “Si” volví a responder. En ese momento siento como menea su verga contra mi culo. Solté un gemido. El me empezó a besar el cuello y con su mano a recorrer mi cuerpo y agarrarme las nalgas. “Hágame el amor capitán, quiero su verga en mi culo” atino a decir. “Te voy a culiar como nunca te lo han hecho” me dijo y eso me excito mucho más de lo que estaba. Me volteo y quedamos frente a frente, nos quedamos mirando cuando me planta un beso, delicioso, húmedo, largo y suave. Paso mis manos por su pecho por sus brazos, una auténtica delicia de macho. Coge mi mano y la lleva de sus brazos a su verga, empecé a sobársela y bajé. Le bese el cuello, las tetillas, su pecho, su abdomen, su cuerpazo, llegue a la entrepierna. Le quite la pantaloneta y salto ante mí una verga morena gigante, ancha y larga, sin mediar palabra se la empecé a chupar como si no hubiera un mañana. El gemía y gemía, y me decía: “Que rico como la chupas, sigue, no pares, sigue”. Se la seguí chupando y la engullía entera, me gustaba mucho ese macho con esa vergota tan potente que no iba a desaprovechar ni un segundo con ella.
Me dijo: “Espera que me vas a hacer venir y quiero hacerlo pero adentro de tu culo, Necesito metértela, no aguanto más”. Me pasó la mano por el culo, metió varios dedos. Saco un lubricante que tenía en su gaveta y me empezó a untar el culo. Me alzo como a un muñeco y quede arriba de él. Yo sabía lo que quería, me acomode bien y me dispuse a cabalgarlo, poco a poco me fui sentando en esa súper verga. Me dolía mucho, pero la excitación podía más. Se empezó a mover debajo de mí y me metía y me sacaba la verga del culo suavemente al principio. Después yo me empecé a mover y a clavarme esa verga, me movía frenéticamente, tenía muchas ganas de culiar con ese hombre que tanto había deseado y se me estaba cumpliendo. “Que culo tan sabroso que tienes Arango” atino a decir en medio de sus gemidos, “dale duro, clávate tú mismo” me ordenaba mi capitán, y yo obedecía. “Que verga tan grande y buena que tiene, mi capitán” le digo en medio de mi excitación. Me nalguea fuerte, “Papi, de ahora en adelante me dices papi”.
Me voltea y me recuesta en la cama, alza mis piernas y me la mete sin piedad, grito de dolor y de placer. “Grita lo que quieras, aquí nadie te va a escuchar”. Me empezó a culear en esa posición de misionero, embestía con ganas, con furia, con lujuria, podía ver su cara de placer. “Te gusta mi verga”, pregunta en medio de la culeada. “Me encanta tu verga papi, me encanta como me culeas, dame más, mas, mas, mas”. Guerrero me la metía con fuerza y se aseguraba que toda su verga quedara adentro de mi culo, que estuviera toda adentro de mí, me dolía muchísimo, pensé que me iba a reventar el culo pero me gustaba demasiado lo que me estaba haciendo y como me lo estaba haciendo. “Me voy a venir en tu culooo” gemía fuertemente, estaba gozando tanto como yo, me miraba con cara morbosa y me sonreía, yo estaba en la gloria. Me empezó a culiar como bestia, más duro, más fuerte, sin piedad. Arqueó su cuerpo, gimió con gran fuerza y empecé a sentir los chorros de leche caliente adentro de mi culo, y fue mucha leche, me sentía lleno. Se dejó caer sobre mí y sin sacármela me empezó a besar. La verga se le fue recogiendo y se acostó a mi lado, ambos cansados, apoye mi cabeza en su pecho y el me abrazó. Volvimos a la posición de cucharita con el abrazándome por detrás, entrelazamos las manos. Así dormimos esa noche, abrazados, cansados y satisfechos. El ruido de la lluvia nos arrulló.
Al dia siguiente me despierto y él está haciendo el desayuno, me sirve muy serio y empezamos a comer en silencio. Pensé que estaba molesto conmigo pero me mira, me sonríe y me dice: “Entonces, ¿te gustó?”. Yo me relaje, le sonreí y le dije: “Me encantó”. Se me acerca y me da un beso. Se levanta, se baja el bóxer, se saca la verga y me dice: “Es tuya pero necesita cuidados, que la atiendas, que la cuides, puedes tenerla todas las veces que quieras” mientras me picaba el ojo. “Acepto, la tienes gigante papi” dije gustoso y me volvió a dar otro beso, más intenso, al mismo tiempo que recorría con sus manos mi cuerpo y llega a mi culo. “Me encanta tu culo y solo quiero hundirte la verga todas las veces que quiera”. “Es todo tuyo, tu solo pídelo” Y empezamos a culear en la mesa, esta vez de perrito. Yo me apoye en la mesa y el me culió tan delicioso que se vino nuevamente adentro de mi culo. “No te vas a deshacer de mi” me decía en medio de la faena, “Nunca” respondí.
Pasamos 10 meses juntos, y fueron de lo mejor, ese hombre era insaciable, culiabamos todo el tiempo, de mañana, de tarde, de noche, en la cama, el piso, en la mesa, contra la pared, en la cocina, en una silla, en fin, de todas las formas habidas que teníamos a la mano. Llegaba y me abrazaba por detrás y a veces me decía “papi vamos a echar la culiada”, otras veces solo llegaba y de una me ponía a chupar. Yo nunca le decía que no. A veces era yo quien me bajaba el pantalón y le decía: “Papi, no quieres culito”. Enseguida se paraba y me hacía beso negro para después culiarme. Dormimos juntos todo el tiempo en su cuarto, yo apoyado en su gran pecho que tocaba, besaba, era mío, todo mío. Su verga, su cuerpo, fue todo mío. Cuando termine mi servicio militar me quede con él unos dias mas, ya en mi ciudad prometí visitarlo y lo hacía cada vez que podía. Hablábamos mucho por teléfono y nuestra relación siguió un largo tiempo pero término por cosas que no vienen al caso. A veces viene a mi ciudad y me escribe y salimos, usualmente terminamos en algún hotel reviviendo esos maravillosos tiempos.
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