Mi Historia y mi hijito inesperado
Procedo a relatarles mi especial relación familiar con mi hijo preadolescente (hoy de 10 años) y lo que me está tocando vivir..
Mi nombre es Axel, tengo actualmente 35 años, chileno, profesional (psicólogo) y vivo en la capital, Santiago.
Lo que voy a relatar se inicia en el periodo que era un estudiante universitario y llevaba una vida bastante disipada que debo reconocer, y que era facilitada por una memoria excepcional que me permitía estudiar entender y aplicar mis materias con apenas una o dos lecturas de los textos, así que el resto del tiempo me dedicaba a las fiestas y cualquier actividad “extraprogramática” y también haciendo algunos trabajos para ganar dinero para disfrutar, dado que mis padres se encargaban de mis costos universitarios (todo un zángano, jajaja).
El asunto es que con compañeros formamos un grupo de 12 integrantes, hombres y mujeres que como yo mantenían una vida libertina en especial en lo sexual, y es así que hacíamos reuniones dos veces al mes un fin de semana donde compartíamos en una suerte de grupo “hippie” a la usanza de los 60s donde abundaba el sexo, drogas y alcohol. El llamado “amor libre” con intercambio de parejas era algo cotidiano, así como los consumos de sustancias y alcohol. Para ello en verano íbamos a una casa de campo de mi familia que cuenta con piscina y alejada de miradas indiscretas y en invierno alquilábamos una cabaña en la montaña. Esto ocurría dos fines de semana al mes y cuando se daban fines de semana largos.
Todo miel sobre hojuelas hasta que en un momento la desgracia cayó sobre el grupo, ya que de regreso de la montaña unos de los vehículos se desbarranco con el resultado de 3 fallecidos y los otros tres en deplorables condiciones. Yo me salve al ir en el segundo vehículo.
Por supuesto se acabaron las fiestas, me dedique a finalizar la carrera y a trabajar quedando todo en el recuerdo de las locuras de juventud que la mayoría cometemos y sin acordarme de ello hasta que……me llega una citación de un Tribunal de Familia con una demanda de paternidad. Al ver el nombre de la demandante era una de las chicas del grupo que ya mencioné, por lo que indudablemente había tenido algún contacto con ella.
Cuando asisto a la citación me encuentro con Carolina a quien saludo y que estaba con un niño de unos dos años bastante vivaz y con una característica que me hizo temblar, el niño tenia el pelo rojizo tal como yo ( no me describí, un metro y 75 cms delgado semilampiño y con una abundante cabellera…..roja). Me quede de una pieza.
Indudablemente asumí que era innegable mi paternidad lo que hice saber a la jueza explicando que no tenia idea de la existencia del niño y que asumía lo que correspondía. No obstante, nos enviaron a hacer test de ADN lo que confirmó lo que ya todos sabíamos.
La magistrada en atención a mi buena disposición dispuso que en la oficina de la secretaria del tribunal llegáramos a acuerdos para la manutención, visitas y otro asuntos. Llegamos a un acuerdo amistoso y me comprometí a pagar una suma adecuada y sobre las visitas lo veríamos en su oportunidad dado que yo me iba a España a realizar un doctorado por lo que estaría ausente al menos tres años.
Regresé pasados 4 años y me decidí a buscar a mi hijo MIKEL (nombre en honor al cantante español Mikel Erentxun a quien Carolina amaba platónicamente) pero no encontré rastros de el ni de su madre.
Me di muchas vueltas y finalmente recurrí al tribunal donde me señalan que hacia algún tiempo no se retiraba la manutención que yo depositaba y que iban a averiguar y como corresponde a todo tribunal, eso fue de modo muy leeeento.
Y pasado unos meses sin novedades me informan en el tribunal que el niño estaba en un establecimiento de acogida de menores y que algo había pasado dado que en el ultimo tiempo los dineros que yo enviaba no habían sido retirados.
Me dieron una dirección, pero me informaron ahí que lo habían trasladado a otro centro en una zona distinta. Al final di con el sitio e hice planes para visitarlo, un día domingo y ahí llegue.
Al verlo, me dio un cosquilleo en el estómago, ya que me recordó una foto mía a esa edad (unos 7 años a la fecha) y era mi viva imagen. Definitivamente nunca podría negarlo.
Me miro con cara de curiosidad y desconfiado, le sonreí y le dije Hola Mikel, soy tu papá. Silencio, ¿Cómo estás? Bien, en un modo cortante.
Lo invite a sentarse, estábamos en el Centro y había un jardín con algunas bancas. Nos miramos un rato sin decir palabras. Luego inicie….lo lamento, no sabía que estabas aquí y yo estaba fuera del país, cuando llegue te busque y al fin te encuentro, me da mucho gusto conocerte que te vi solo una vez cuando eras bebé. No le mencione a la madre y el tampoco lo hizo.
Por ahí ya se rompió un poco el hielo y me sonrió. Hablamos un poco de lo que hacía en el centro, sus clases y me pregunto un par de cosas sobre mí. Estas reuniones se fueron repitiendo cada vez mas continuas y le daba vueltas al asunto de que él no debía estar ahí, es sabido las cosas que pasan en esos centros, violencia, delincuencia y abusos, algo que no podía permitir para mi hijo.
Pero mi problema era que yo vivo solo, y no podía siquiera pensar en molestar a mis padres que, si bien sabían de la existencia de Mikel, no era llegar sacarlo e ir a dejárselo dada su avanzada edad.
Y ya con mas familiaridad se iniciaron las salidas con Mikel, primero por el día y luego algunos fin de semana donde pude llevarle a mi apartamento donde había preparado una habitación para él. Ya me había decidido a rescatarlo y ya vería como nos arreglaríamos.
Y así se dio el primer fin de semana juntos, se veía muy alegre, ya había aprendido a confiar en mi y feliz de salir del sitio en que vivía. Nos fuimos a mi apartamento que esta en una zona precordillerana de Santiago, quedo encantado con mi auto (una van seminueva) y todo le sorprendía, mas aun al legar al apartamento y comprobar que tenía su propio dormitorio, sobre la cama le había dejado un par de zapatillas y otras cosas que le encantaron y mas aun el comprobar tenia su propio televisor. Me abrazó y me dijo “gracias”.
Luego de instalado, nos fuimos a un centro comercial, almorzamos, le compre alguna ropa a su gusto y por ultimo nos fuimos al cine a ver una película de superhéroes que le encanto. Nunca había estado en una sala Imax lo que lo dejo fascinado.
Regresamos al apartamento, le hice bañarse y meterse a la cama. Le había comprado una pijama de superhéroes que uso feliz. Se acostó y pronto se quedó dormido.
Como ya señalé, vivo en una zona precordillerana y siendo invierno inicio una lluvia y algunos relámpagos y truenos, algunos de gran intensidad que hacia vibrar ventanales y sus luces cual flashes iluminaban todos los sitios del apartamento. Fue en uno de esos destellos cuando veo a Mikel en la puerta de mi habitación muy asustado. No le dije nada, solo levanté la ropa de la cama y el silenciosamente se metió a ella y me abrazó, visiblemente conmovido. También lo abracé y con mi mano recorrí su espalda lo que extrañamente me produjo un escalofrío.
Me dormí profundamente y en algún momento un movimiento de Mikel me despierta y noto que esta de espaldas a mi con su culito apretando mi entrepierna lo que me tenia en un estado de semierección. Me acomode el pene para que quedara apretando directamente la rajita del niño mientras miles de imágenes pasaron por mi mente.
Precisamente recordé mi época en la secundaria, aproximadamente a los 14 años con las hormonas alborotada, en una ocasión me ocurre que, al pasar por una bodega de artículos de aseo del colegio, alcancé a ver como uno de nuestros compañeros, Marito le decían todos, ingresaba a dicha bodega y yo cuidadosamente lo seguí. Estando dentro escuche otra voz además de la del chico y resulto ser Juan, uno de los auxiliares de aseo de unos 25 años, quien cuando los pude ver tenia su grueso pene en la boca del chico, que a todo esto debo decir era bastante afeminado lo que lo hacia objeto de todo tipo de burlas y agarrones de culo, bastante prominente, por cierto.
El asunto es que Juan estaba dele que suene follando la boca de Marito que a ratos se atragantaba dado el tamaño del miembro del joven. Yo tratando de ver mejor la escena boté accidentalmente un tarro lo que alertó a la pareja, y yo simplemente me asomé, ante lo cual Juan me invito a acercarme. Sin mayor pudor volvió a meter su pene en la boca de Marito y me invitó a hacer lo mismo, a lo que no espere una nueva invitación. Saque pues mi miembros que a la época ya tenia unos 16 cms blanco y con la correspondiente pelambrera roja, y la puse al lado de Juan con lo que Marito empezó a alternar las mamadas a uno y otro.
Luego de un rato de ello, Juan nos llevó a un rincón más oculto, me hizo sentarme en un cajón con mi verga a la vista y puso a Marito en posición de 4 para que siguiera mamándome y él se puso detrás y le bajo los pantalones, pasándole los dedos con saliva por su rajita y empezando a clavarlo. Marito dio un pequeño salto y gemido, pero aguantó la penetración mientras me seguía mamando, y yo veía como el pene moreno de Juan se perdía en la profundidad trasera de Marito el cual gemía y cerraba los ojos mostrando el placer que le producía.
Pasado un rato, Juan aceleró sus movimiento y lanzó un bufido que indicaba que había eyaculado dentro del chico. Se quedó un momento ahí y dejo la ubicación pasándole una toalla a Marito quien se limpió, a lo que yo aproveche para ocupar su ubicación y meter mi verga por primera vez lo que me hizo estremecer al sentir la humedad y calor junto con el morbo de saber era mi primera follada. Lamentablemente y como se dice de lo bueno poco, en 3 o 4 clavadas no pude aguantar mas y mi leche empezó a vaciarse en los intestinos de Marito, con un fuerte gemido de mi parte, hasta quedar absolutamente exhausto. Juan me alcanzo otra toalla para asearme, Marito hizo lo mismo y salimos. Juan me hizo un gesto con la mano de “boca cerrada” lo que asentí con el pulgar, y cada uno se fue por su lado.
Como es de suponer, a mi grupo de amiguitos les comente inmediatamente lo ocurrido con Marito, en el grupo participaba mi hermano menor Reiner, quien con un año menos que yo éramos muy unidos lo que sigue hasta hoy. Al comentar lo ocurrido uno del grupo (éramos 5) dijo que él había oído algo de eso, que chicos de cursos superiores se lo cogían para lo cual lo llevaban a entrenamiento de futbol o lo invitaban a jugar play con la única intención de cogérselo, y al parecer éramos de los pocos que no participábamos.
Así fue que en la noche antes de dormir lo hablamos con Reiner y le dije que algún fin de semana que nuestros padres viajaran lo invitaría para que lo cogiéramos ambos, lo que le encantó. Luego de ello cada uno se hizo una paja y a dormir.
No pasaron muchos días hasta que nuestros padres anunciaron viaje por 3 días fuera de la ciudad y llevamos a cabo nuestro plan. Hable con Marito invitándole a “jugar play” a nuestra casa que estaríamos solos mi hermano y yo, le cerré un ojo de complicidad a lo que el sonrió y acepto de inmediato.
El día en cuestión llegó pasadas las 3 de la tarde, con unos shorts muy apretados que ensalzaban su culo. Nos fuimos al dormitorio de nuestros padres, mi hermano y yo nos desnudamos invitando a Marito a hacer lo mismo. Mi hermano con tremendos ojos mirándole esa raja muy blanca sin pelos del invitado y yo muy sorprendido de ver el pene de mi hermano a plena erección, ya que siendo un año menor lo tiene mas grande que yo ( se lo había mirado en nuestras pajas, pero nunca con gran atención y menos desnudo de pie como ahí).
Marito haciendo gala de su experiencia se arrodilló y primero se fue al pene de mi hermano, que ya dije mas grande que el mío, blanco, recto con pelos rubios, aunque pocos dado que recién estaba en los 13 años. Me puse a su lado y empezó a alternarse uno y otro. A la primera vez que sus labios tocaron el pene de mi hermano, este emitió un fuerte gemido con un estremecimiento mientras me miraba sonriente con esa cara que solo el morbo sexual nos saca a los humanos, todo siguió algunos minutos hasta que Marito nos pidió nos acostáramos de espaldas en la cama uno al lado del otro y procedió a sentarse primero en mi pene suavemente hasta clavárselo entero mientras mi hermano observaba. Dio unos saltos arriba abajo y se cambió al de mi hermano, se puso un poco mas de crema de un pote que traía convenientemente y se fue empalando sobre mi hermano, con un poco mas de dificultad dado que como dije lo tiene mas grande que yo, pero con un poco de esfuerzo lo consiguió. Ahí ya siguió en el sube y baja hasta que mi hermano dando un fuerte gemido empezó a eyacular llenado la intimidad de Marito quien saltaba sobre el pene de mi hermano quien hasta los ojos blancos puso de tanta lujuria. Una vez terminó tal acción se paso a mi lado secándose el culo con toallas de papel que yo había dejado y se clavo mi pene sin más demora, haciéndome acabar prontamente que mi calentura estaba a full, llenándole también de mi semen juvenil.
Marito hizo gala de su experiencia, nos enseño distintas posiciones como piernas al hombro, en 4, boca y culo a la vez en una cuasi orgía que después nos obligó a lavar la cubrecama que además de mojada quedó con algunas manchas de distintos colores, que la lavadora automática se encargó de eliminar.
Y vaya que es rápida nuestra mente, que el solo tocar el culo de mi hijo con mi pene (que por cierto me recuerda a su madre que lo tenía bien voluminoso y apetitoso) me hizo recordar todo aquello ( y como dato, al final del año como el 90% del curso tuvo al menos una experiencia con Marito, para la mayoría la primera y nosotros repetimos varias veces incluso con otros integrantes del grupo) y ese recuerdo llevó a otras situaciones que si les interesa relataré en una próxima entrega.
Acaricie con ambas manos los contornos del cuerpo de mi niño, sentí las curvas de sus nalgas, aprete suavemente sus duras carnes y nuevamente me apegue a él, abrazándole fuertemente, mi pene en su rajita y me volví a dormir.
Espero comentarios para seguir con mi historia de vida reciente, pueden escribir al correo de mi amigo de la pagina [email protected] quien me animo a escribir y publicar.


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