Mi iniciación (2)

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Habían pasado dos años de aquel maravilloso día en el que Dylan consiguió hacerse con mi virginidad. Al principio
le extrañaba mucho, puesto a que se marchó dos días después de que lo hubiéramos hecho, y no le volví a ver desde ese momento, pero un mes después ya se me había pasado, y mis ganas de sexo habían aflorado de nuevo,

Recién cumplidos los 14 años mis padres me cambiaron de colegio, puesto que en el que estaba no cumplía al 100% las expectativas de mis padres a nivel de colegio conservador. Era un colegio privado, muy lujoso, tenía de todo. Al principio me costó mucho adaptarme, pero poco a poco me fui relajando y me conseguí meter en un grupo de amigos en el cual me sentía muy a gusto.
Ahora les contaré una de las mejores experiencias que tuve.

Mis padres me propusieron apuntarme a algún deporte para no caer en la pereza, y aprovechando de que mi colegio disponía de una piscina olímpica me apuntaron a natación, cosa que no rechisté, porque la idea de poder estar con otros chicos los cuales iban únicamente vestidos con un bañador ajustado me volvía loco.
Lo que más adoraba era la hora de cambiarnos, así los podía ver desnudos, y ellos a mí, también me gustaba el momento de la ducha, el hecho de tener tantos cuerpos desnudos empapados cerca de mi me encantaba.

Los de mi curso eramos los más pequeños apuntados, solo eramos 3, yo, una chica de mi clase con la que no me llevaba, y el típico chico que es el marginado de la clase por ser un poco gordito al cual le insultaban constantemente. El gordito se llamaba Alex y en el vestuario aunque lo intentase disimular veía como miraba con voracidad mis nalgas y como de vez en cuando intentaba seducirme, pero yo no le hacía caso porque a mi los que me interesan de verdad son los mayores que yo, lo que más me gustaba es que me puedan dominar y poder ser una putita sumisa.

En quien yo me fijaba era en Randy, tenía 17 años, un cuerpo que parecía haber sido esculpido a mano el pelo castaño muy brillante, la piel un poco tostada y los ojos color miel, simplemente era perfecto. También me gustaban sus amigos Brian y Neal también muy guapos, pero sin duda alguna yo prefería a Randy.
A los de 14 años y algunos de los de 15 como eramos los nuevos, nos estaban haciendo las típicas novatadas, cada día caían uno o dos, a algunos les desaparecían la ropa después de nadar a otros les mandaban decir alguna obscenidad al profesor…

Llegó el momento en el que solo faltábamos Alex y yo. Alex tenía mucho miedo, yo realmente no estaba asustado porque las perversas fantasías con Randy y sus amigos ocupaban toda mi mente. Un día en mi mochila a la salida encontré una nota anónima la cual me citaba en los vestuarios a las 18:00, una hora después de los entrenamientos, cuando ya no hay nadie en el gimnasio, a Alex le citaron también. Como no quería problemas con los mayores no rechisté a la hora de ir, le dije a mis padres que quedaría unas horas más entrenando porque no me quería quedar atrás y ellos accedieron encantados.

Cuando llegué todo estaba vacío, estaba muy nervioso y quería terminar cuanto antes, Alex tardó un poco más que yo y los dos juntos entramos al vestuario muy nerviosos, allí estaban Randy, Neal, Brian.
_Llegáis tarde_ Nos dijo Randy mientras nos miraba de arriba abajo_ Quitaos la ropa.
Alex y yo estábamos tan nerviosos que lo hicimos sin rechistar quedándonos ambos en boxes. Al vernos así todos esbozaron una sonrisa pervertida.
_Toda la ropa_ Dijo Brian haciendo énfasis en toda.
Alex se negó y como castigo se lo llevaron a un banco y le ataron con unas sogas.
_Ya que no quieres nos divertiremos sin ti_ Le dijo Randy.
Al verme desnudo delante de todos ellos no pude evitar tener una erección.
_Vaya, vaya_ Dijo Neal_ El pequeño Cam se pone cachondo.

Todos rieron, me puse rojo como un tomate. Randy me puso de rodillas, y todos se colocaron alrededor mía mostrándome enormes erecciones. Sin pensarlo empecé a chuparles cada uno de sus enormes penes, sobretodo el de Randy, deleitándome del delicioso sabor de su liquido pre-seminal que me goteaba en la lengua y que lo tragaba gustosamente, todos gemían ruidosamente, no podía estar más excitado, comencé a masturbarme con fuerza. En poco tiempo todos se corrieron en mi cara haciendo que su rico semen cálido y pegajoso me cayese por mi cuerpo empapándolo de aquella deliciosa substancia.

Brian me levantó y me llevó a junto Alex al cual me mandó que se la mamase de igual manera, así lo hice. Cogí su miembro todavía poco desarrollado y lo introduje en mi boca chupándolo suavemente notando como estaba a punto de correrse en mi boca, aunque Alex lo intentase disimular sabía que estaba gozando como nunca antes. Finalmente se corrió en mi boca y de repente sentí una presión en mi culo, era Randy que intentaba ensartarme en su delicioso y enorme falo, no puse resistencia, lo deseaba más que nada. Como no tenía ningún tipo de lubricación en mi ano más que su pene untado en mi saliva dolió un poco a la hora de metérmelo, pero después disfruté como nunca antes lo había hecho, tenía la sensación de que en cualquier momento me partiría en dos, adoraba aquella sensación de dolor mezclada con aquel placer tan intenso. Agarraron a Alex y lo metieron entre mis piernas obligándole a que me la mamase, el no quería pero finalmente accedió, sentía como si fuese a reventar, en menos de un minuto dejé toda la cara de Alex untada en mi leche la cual Neal se la quitó gustoso con su lengua.

Brian me sentó en su boca y comenzó a lamerme el ano mientras Randy se corría nuevamente en mi cara, colocaron a Alex encima del pene de Brian, el gritó de dolor pero poco a poco sus gritos se transformaron en excitantes gemidos que sumados con los lametones de Brian me volví a correr encima de su pecho.

Para terminar Randy me volvió a ensartar con su maravilloso pene mientras Neal me hacía una riquísima mamada que provocaba que me temblase todo el cuerpo. Mientras Randy me tenía atravesado con su falo me obligaron a hacerle lo mismo a Alex, el cual esta vez no opuso resistencia, fue una sensación asombrosa, era la primera vez que se la metía a alguien, era muy estrecho y muy cálido, eso y el falo de Randy el cual todavía estaba dentro de mí provocó que me corriese en menos de un segundo dentro del pequeño agujero de Alex. Dejándonos a ambos tirados en el suelo mientras enormes cantidades de lefa salían de nuestros hoyitos.

Los tres chicos mayores se vistieron y salieron sin decir nada Alex hizo lo mismo, no era capaz de mirarme a la cara aunque pese a la vergüeza que pasó al principio sabía perfectamente que le encantó y que esa fue de las mejores novatadas de mi vida.