Mi Jefe de Oficina.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Charly-Raven.
Mi jefe Mario es una persona casada desde hace 15 años, tiene 5 hijos, puros varones. Él no es muuuy guapo que digamos, pero se los describo: ex militar, moreno, 1.80 de estatura aprox, piernudo, nalgón, no tiene un gran físico, pero no está mal, tiene su pequeña pancita por falta de ejercicio… pero se ve bien, apetecible. (Yo; mido 1.80, peso 75kg, velludo, cuerpo atlético ya que practico natación, medio nalgón, no mucho pero si algo, y mi verga me mide 18cm.)
En lo personal, siempre me había sentido atraído por él, me gustaba mucho que fuera tan macho y tan atento conmigo en el ámbito profesional pero jamás le hice saber, ya que siempre tuvimos una relación de trabajo muy profesional, patrón-asistente-asistente-patrón.
Pero un día que tuvimos auditoría en la oficina y entre tanto papeleo y revisión terminamos con todo hasta casi a la 1 de la mañana… total, auditoría se fue y nosotros nos quedamos un rato más para acomodar, terminar unos cuantos pendientes del personal y acomodar nuestros horarios de trabajo… Eran casi las tres de la mañana cuando moríamos de hambre, y le dije que debería de ir al 7Eleven a comprar alguna cosita para calmar el hambre, dijo que estaba bien y fue…
Aproximadamente 25 minutos después llegó mi señor jefe con unos sándwiches, bebida, botana y demás, comenzamos a comer y para eso sonó su teléfono celular, era su mujer, súper molesta y comenzaron a pelear, mi jefe se salió de la oficina para que yo no escuchara el resto de la pelea con su mujer… después de un rato regresa enojado y me dijo que ya quería divorciarse a lo que yo le comenté:
Yo: Oiga, yo sé que siempre hemos tenido una relación muy profesional y jamás hablamos de nuestras vidas privadas, porque son nuestras vidas privadas, pero en ocasiones es bueno contarlas… ¿qué le parece si platicamos un rato, no quiere hablar sobre lo sucedido con su mujer?
Mario: Hijole mi Charly, la verdad es que si me gustaría hablarlo, sacarlo, pero no sé si deba con usted, es mi asistente y sería medio incómodo verlo todos los días y que usted sepa los problemas que tengo en mi casa y todo eso.
Yo: No se preocupe oiga, ya lo conozco desde hace mucho tiempo, me cuente lo que me cuente no lo juzgaría.
Mario: Tiene razón, ¿y sabe qué?, sí, hay que hablar porque la verdad si me hace falta desahogarme, necesito gritar, llorar, porque siempre me como todos mis corajes…
Y después de decirme eso, nos agarramos muchísimo tiempo platicando, sobre todos sus problemas con su mujer, con la familia de su mujer y varios problemas principalmente de su matrimonio, lloró como nunca, gritó y blah blah blah… después me dijo:
Mario: Bueno Charly, ya no me hables de “usted”, hablame de “tú”, para sentirme más en confianza… Ok?, ahora, ya me desahogué, ahora platícame tú tus penas, planes, metas y demás.
Yo: Ok, me agrada la idea, pero pues qué te puedo contar de mi que no sepas?, ya sabe qué estudio, conoce a mi familia, mis dos perritos.
Mario: No, nunca me has presentado a alguna novia tuya.
Yo: Hahaha, no, de hecho no, hasta ahorita sólo he tenido una y quién sabe hasta cuándo tenga otra.
Mario: Pues motívate mi Charly, porque no quiero que te me vayas a hacer de los que “traen puesta la del puebla”
Yo: Hahaha, o sea cómo?.
Mario: Sí, de los que les gustan los vatos pues.
Yo: Hahahahaha, sin comentarios.
Mario: Eso es todo cabrón, yo la neta JAMÁS haría algo con otro cabrón…
Yo: No Mario, le recuerdo el dicho de “NUNCA DIGAS NUNCA”, yo decía lo mismo, y ya caí en una noche de borrachera, y siendo honestos, fue mejor que con la chava que en ese entonces era mi novia.
Mi jefe se quedó con cara de “¿WHAT?!?!”, y yo empecé a jugar con mi mente y a pesar de que jamás me había animado a decirle algo a mi jefe decidí que si iba a hacer podría ser esa noche, empezaría de poco a poco, y de broma en broma, y si yo notaba que de plano no, pues ahí me detendría y todo quedaría como jugarreta de la noche.
Mario: Neta?, no me diga eso, pero si tan hombrecito que se ve, y ahora me sale con esas andadas.
Yo: Qué?, la neta no me da pena decirlo porque fue una experiencia bien chingona, y aparte comprobé lo que TODO el mundo dice, que el mejor sexo que una persona puede tener, es con otra persona de su mismo sexo.
Mario: Ah si?, quién dice eso que yo nunca lo había escuchado jajajajajaja…. De verdad no lo puedo creer mi Charly, o sea que eres cabrón y le tiras a lo que caiga?.
Yo: No Mario, si soy cabrón pues pero no creas que me la paso por todos lados buscando con quién coger o así, no, el día que se dé bueno, si no pues me aguanto.
Mario: Y sólo has tenido sexo con un hombre?, yo no sé de eso, pero me latería que me cuentes, porque ahorita que mi mujer anda vuelta loca pues ya has de saber que ni de “cenar” me da, y pues chance y en una de esas me tiro a un putito.
Yo: Hahahaha, a ver Mario, no pretendo contarte cómo fue, lo único que te puedo decir es que ese cabrón me hizo sentir cosas que si no me tapaba la boca se oían mis gemidos en toda la manzana.
Mario: A poco tan así estuvo?
Yo: Sí, el día que se anime le enseño, para qué platicar si podemos practicar, no?… Hahaha..
Y después de eso hubo varios minutos de silencio y yo pensé, “valió verga, ya la cagué”, no me decía nada hasta se animo y se dio un levantón súper rápido y me agarró a besos, mi única reacción fue quedarme congelado, no me moví ni hice nada, a lo que me dijo:
Mario: Mi Charly, perdón, perdón, no creí que te fuese a molestar, perdón, perdón, fue sólo un arranque como me dijiste que cu…perdón.
Yo: Hahahaha, tranquilo Mario, no me molestó para nada, al contrario, pero me agarraste de sorpresa y no supe cómo reaccionar y aparte tenía que comenzar a creer lo que estaba pasando, pero va, ahora me toca dártelo a ti.
Me levanté con un poco más de confianza y lo besé lentamente y él me contestó de una manera súper tierna y rica, un beso tan suculento, caluroso y bien dado. Duramos así por un rato hasta me separé de él y me dijo:
Mario: Wooow, qué beso tan rico, la verdad pensé que te habías molestado pero ya veo que no.
Yo: Cómo me iba a molestar si desde que entré a trabajar para usted sueño con querer darle un beso!, y no nada más eso, MÁS!.
Mario: Ah sí?, no sé qué decir, pensar que durante todo este tiempo has tenido en mente acostarte conmigo, no quiero ni imaginar las cosas que pensabas cuando me veías agachado o en una posición un poco expuesta, hahahaha..
Yo: Ah sí, pero eso es otra historia, que si usted quiere puedo dejar de imaginarla y hacerla realidad ahorita… No vaya a pensar que después de esto nuestra relación laboral va a cambiar, o que yo le contaré algo a alguien, no, seremos sólo nosotros dos.
Mario: Seguro?, recuerda que soy casado y por más problemas que tenga con mi esposa ella no puede saber esto, ni NADIE de la oficina… Ok?…
Después de decirme eso nos besamos, nos acariciamos y de todo a todo, hasta que ya no pude más y le desabotoné su camisa, el fajo, el pantalón y lo dejé sólo en los bóxers, le lamí sus pezones y el gemía mucho, besaba su ombligo, lamía sus pies (mi fetiche) y el gemía más y más, hasta me dejé ir sobre su bóxer y comencé a lamer su verga sobre la tela, y me decía:
Mario: Ay pinche Charly, ya chúpamela cabrón, desde que me casé nadie me la ha mamado, y a mi vieja no le gusta… Ya chúpamela cabrón!
Y no me tarde más, cuando le bajé el bóxer y ahí estaba su verga morena y deliciosa sin circuncisión, gruesa y de unos 19 cm, con vellos y unos huevos enormes muuuy suculentos, lo miré por unos segundos, lo masturbé por otros hasta que comencé a mamársela, el gemía y me agarraba de los cabellos y me empujaba hacia abajo para comérmela toda, después de un rato así, me quito de su verga y me besó, de una manera muy desesperada y rica, y me dijo:
Mario: Cabrón, qué pinche rico la mamas, no la chingues, puedo estar así contigo todo el pinche día… Me encanta como te comes mis tetillas, que me lamas los pies, híjole, eso me prendió muchísimo cabrón, nunca me lo habían hecho y la neta que me encanta, hazlo de nuevo por favor.
Yo: Ah sí?, y eso no es todo, aún falta un par de cositas más porque descubras.
Me bajé otra vez a su verga, y comencé a lamerle los huevotes, jugaba con mi lengua y Mario gemía y me decía….
Mario: Más, más más…. Puta cabrón que rico, síguele we, síguele.
Y después de eso, le levante un poco sus piernas y se asustó y respingó en chinga
Mario: Qué pues mi Charly?, ya me quieres coger?, no we, eso la neta aún no, no mames.
Yo: A ver Mario, tú tranquilo, te va a gustar un chingo cabrón, déjame, te prometo que no te la voy a meter… aún.
Se quedó con cara de que no sabía que iba a hacer, hasta que le levante las piernas otra vez, y comencé a morder sus nalgas, las raspaba con mi barba, y él nada mas gemía y me decía:
Mario: Ay!, no mames que rico.
Y no se diga cuando le di el primer lengüetazo a su mero culito, pegó el gemido de su vida, y así le seguí comiendo su morenito culo mientras el gritaba de placer y pegaba mi cara contra su culo para comérmelo más y más, después de un rato se quitó y me dijo.
Mario: No mames, qué rico we, no tengo palabras para describir lo que siento we, pero ya es suficiente, tengo ganas de comerte yo a ti
Y dicho eso comenzó a desnudarme y a comerse mis tetillas y jalaba mis perforaciones que tengo en ellas, hasta que me quitó toda la ropa y comenzó por lamer mis pies, y jugaba en ellos con su verga se los pasaba por los huevos, y así súper rico, hasta que comenzó a besar toda mi pierna hasta llegar a mi verga, la cual masturbó por un ratito, me miró a los ojos, y comenzó a mamármela, lo hacía súper rico, me volvía loco del placer que me estaba dando mi propio jefe, después, siguió con mis huevos, a mamarlos y jugar con ellos hasta que me dijo:
Mario: Ahora sí cabrón, te voy a comer el culo, quiero ver a qué sabe.
Y comenzó a comerse mi culito de una manera tan más rica, lo lamía, me mordía las nalgas, con una mano me jalaba la verga y jugaba con mis huevos y yo que no podía contener mis gemidos del placer que me estaba dando mi patrón. Después de comerse mi culito por un rato, me besó largo tiempo, mientras que con nuestras manos nos tocábamos los cuerpos de una manera muy cachonda.
Hasta que finalmente escuché lo que quería escuchar…
Mario: Mi Charly, me lo quiero cojer, la mera verdad ya no aguanto más, por favor déjame metértela.
Yo: Si Mario, cójeme cabrón.
Mario: We pues siéntate arriba de mí para que te la comas tú solito.
Se acostó y me puse encima de él, primero nos besamos, le mordí las tetillas por otro ratito y de nueva cuenta le mamé la verga para dejársela bien húmeda y no batallarle tanto para que entrara.
Me la fui metiendo poco a poco, sentía como su verga calientita abría mi culito y lo veía y él con los ojos cerrados y cara de satisfacción me prendía más y más hasta que me animé y me di el sentón más doloroso y placentero de mi vida, me entró toda su verga Mario tuvo una reacción de placer y dio un gemido de placer tan rico que me puso al 100.
Después de esto empecé a darme de sentones más y más rápido, el dolor ya había pasado, ahora lo único que sentía era un placer inmenso, y Mario no paraba de decirme cosas como; así chaparrito, más rápido, más fuerte, que rico aplastas mis huevos, que rico aprieta tu culito…
Después de estas un rato así, cambiamos de posición, me puso de perrito y así me puso un cojidón que lo disfruté de lo máximo, después puso mis piernas en sus hombres y en ratitos me sacaba su verga y me mamaba la verga, los huevos, el culo o me besaba, y fue así hasta que me dijo:
Mario: Ya me voy a venir we.
Yo: Ni madres we, falta la mía.
Mario: We, pero despacito, nunca me han cojido, es más ni un pinche dedo me han metido.
Yo: Mario, tranquilo, yo sé cómo, vas a ver que me vas a pedir que te la meta más fuerte cabrón.
Mario: Pero con cuidado we, y cauando yo te diga le paras eh.
Dicho eso, lo puse de perrito y comencé por mamarle su negrito culo, sus bolas y a jugar con su verga mientras con mis dedos lo dilataba. Comencé por meterle un dedo y el gemía muy rico, le dolía pero le gustaba porque se movía solito, después dos dedos hasta que de él mismo salió.
Mario: Ya métemela, ya cabrón, quiero sentirla adentro
Yo: Seguro?, porque una vez que la meta ya no la voy a querer sacar hasta que te llene de leche.
Mario: Si we, ya cojeme.
Y no me hice más del rogar, me eché saliva en la verga, le eché en su culito y poco a poco se la fui metiendo, cada vez más y más hasta que él solito se la metió toda, y una vez ahí bien adentro sentí la gloria cabrón, me estaba chingando el culito virgen de mi Patrón. Él gemía y me decía que le diera más duro y después más despacito, y así me lo estuve cojiendo de perrito por un rato hasta que me dijo que me lo cojiera de patitas al hombro, y pues así fue, me eché sus patitas a mis hombros y me lo empecé a cojer de esa manera, y me encantaba su forma de gemir y de verme con una lujuria que me exitaba cada vez más.
En ratos de igual manera yo se la sacaba y le mamaba los huevos, o su culito abierto y ¡jugoso!.
Después quiso cojerme otra vez pero esta vez me cojio de ladito, y fue tan rico porque con una de sus piernas levantaba la mía y mientras me cojia me la podía jalar muy muy rico, después nos la seguimos mamando en un rico 69, no me cansaba de mamarle el culo tan rico que tenía, y él me mordía las nalgas, me chupaba el culo y yo me retorcía de placer. Después de un rato ya quería venirse y me los quería echar en la boca, y quería que yo hiciera lo mismo, así que así paso.
Nos pusimos en un rico 69 nuevamente y nos mamamos las vergas hasta que me dijo.
Mario: We, ya me vengo, ahh, ahhh, ahhhhhh, AHHHH!!!!!!..
Y cuando yo sentí su leche en mi boca pues en ese instante también avente toda la leche disponible en mis huevos e inundé su boca de mi leche. Yo quedé fascinado y él se separó y me beso. Hicimos una mezcla de mecos tan rica, los míos con los suyos.
Nos quedamos un rato ahí, tirados, desnudos y sin decir nada, hasta que nos dimos cuenta de que ya era hora en que entrarían a trabajar todos, nos echamos un rapidín de pura jalada, se la jalé hasta que se vino en mi boca y él me la jaló hasta que yo terminé en la suya. Nos besamos después de eso, nos vestimos y después de un rato empezaron a llegar los demás, y con comentarios de; aun siguen aquí?, no durmieron? Y blah blah blah…
Nos quedamos un rato ahí para TERMINAR ahora sí los pendientes y nos fuimos cada quien a su casa, nos despedimos y me repitió sus palabras: NADIE SE PUEDE ENTERAR DE ESTO.
Claro, no fue la primera ni la única vez que hicimos cosas… otra vez fue en su casa, otra en la playa que nos fuimos a cubrir personal de Mazatlán, y allá nos agarró la calentura, y en muchas partes, eso se los contaré en otro relato, que ya me tengo que poner a trabajar, haha.. Saludos, y espero no haber cometido algún error en cuanto a la redacción, ya que estoy en la oficina y lo hago a la prisa. SALUDOS!
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