MI MARAVILLOSA PRIMERA VEZ
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Alberto (voy a omitir mi nombre por razones obvias), mi edad actual no es necesaria actualmente pero sí decir que todo esto me pasó a mis 19 años, cuando perdí la virginidad.
Me presento un poco (si no queréis saber de mi vida, ningún problema, simplemente pasad al siguiente párrafo).
Siempre he sido un chico que no encajaba en los sitios.
Yo mismo no sabía qué me estaba pasando, si era problema mío o que.
(un drama).
Hasta que a los 16 años me empecé a dar cuenta que el problema es que no me gustaban las personas tal como me habían enseñado (dentro de una familia que seguía una forma heterosexual y mi padre homófobo).
La cuestión, que me voy por las ramas, de los 16 a los 19 estuve pensando en si la cuestión era que sólo me gustaban los chicos de forma sexual pero también las chicas o no, por lo que fui experimentando (dejad en comentarios si queréis saber mis dos experiencias antes de mi desvirgue), hasta que después de una ocasión con otro chico, descubrí que me gustaban sólo los chicos.
Después de esa experiencia, salí del armario al día siguiente y todo fue a mejor.
Un tiempo después,me adentré en un grupo LGBT de mi comunidad (cabe decir que me consideraba antes pasivo, ahora soy versátil) y entonces LO CONOCÍ.
Era un chico, pongámosle de nombre Mariano.
Bajito, con barba perfilada, mayor que yo (en ese entonces no me atraían mayores, pero ese chico sí).
Nos hicimos muy buenos amigos y cierto tiempo después quedamos para una cita.
Fue una primera cita de encanto.
Él súper atento, cariñoso, respetuoso, y llegó el momento de la verdad.
Subir a mi casa.
No sabía qué iba a pasar (era innocente entonces).
¿Se va a quedar a dormir? ¿Vamos a hacer algo? Si es así, ¿va a doler mucho? Yo estaba entre asustado y emocionado.
Nos tumbamos en el sofá (por suerte, mis compañeros de piso no se encontraban en casa) y nos empezamos a besar apasionadamente.
Estuvimos así unos 10 minutos.
Entonces, mi polla estaba ya al 100%, deseando salir de allí.
Yo lo estiré en el sofá, le empecé a quitar la camiseta algo despacio, disfrutando de cada rincón de su cuerpo, empecé chupando los pezones, bajé un poco por su ombligo y finalmente llegué a la parte más caliente de todo su cuerpo.
Llevaba unos pantalones ajustados que le dejaban bien marcado todo su miembro, que estaba duro como una piedra y parecía bastante grueso.
En ese momento, le desato el cinturón y él, ya pensando en que bajaría también su calzoncillo, pobre de él, estuve otros 2 minutos saboreando su pene por encima, notando su dureza, llevando mi mano por debajo, pero sin quitárselo del todo.
Saboreando todo ese precum que él tenía en su calzoncillo, estaba bien húmedo, tenía un sabor salado.
Entonces, cumplí lo que debía hacer, bajarle el calzoncillo hasta que se quedara desnudo, con su miembro en su máximo esplendor.
Era muy grueso, de 14cm aproximadamente pero realmente muy grueso.
En ese momento me asusté, y pensé si me cabría toda dentro, si me haría daño, lo que todos se preguntan su primera vez, supongo.
Pero sin pensarlo, se la chupé de arriba a abajo.
En una de esas, me levanta y me empieza a quitar la ropa, y al final quedo con camiseta puesta pero sin pantalones ni ropa interior.
Cabe decir que mi mástil estaba ya que no podía en sí.
Yo seguí chupando lo mejor que pude y él, de mientras, iba buscando mi agujero con desespero.
Yo en ese momento, me asusté y no le dejé, pero poco a poco me fui dejando, todo mientras yo le practicaba un sexo oral envidiable, según sus caras.
En esas, me levanta y me lleva a la habitación.
Paré y nos fuimos a mi habitación besándonos y restregándonos por todo el camino, y en esas, me quita la camiseta y me besa con más fogosidad.
Entramos a la habitación y me empieza a violar la boca, con mucha lujuria.
Yo estoy tumbado en mi cama, completamente desnudo, con la ropa en el pasillo y totalmente vulnerable a lo que pudiera hacer el chico.
Me practicó mi primer sexo oral que jamás me han dado y lo disfruté de buena manera debido a que estaba muy excitado, solo hacía falta ver lo húmeda que estaba mi verga en ese momento.
Yo me intenté resistir pero él sólo me dijo:
– Relájate y disfruta.
Y eso hice, lo disfruté y en eso, se para y saca de la bolsa que llevaba, una botella de lubricante.
Y en eso, me dice:
– ¿Estás preparado?
– (muy nervioso) Supongo, pero, ¿no dolerá?
– Si te relajas seguramente lo disfrutarás más, pero quizá sí que duele un poco.
Cabe resaltar que yo nunca me había metido los dedos ni nada, simplemente esperé a que llegara el indicado.
– Es que es muy gruesa, no sé.
En ese momento me hubiese gustado salir de allí y no haberlo conocido, porque me daba mucho miedo el que me pudiera lastimar, pero en ese momento me dice:
– Podemos probar, si quieres ponemos mucho lubricante y en el momento que te duela, paramos.
Entonces ese plan me pareció bastante bueno.
Abre el bote, se pone un buen chorro de lubricante en su polla, y con cara de lujuria, me dice: Date la vuelta.
Me di la vuelta y me puso bastante lubricante en mi ano hirviendo.
En eso, mete un dedo sin ningún problema, a lo que me dice: "Seguro que eres virgen?".
La cuestión es que estaba tan relajado después de sus palabras, que el esfínter iba solo, mi ano sabía que pasaría una de sus mejores noches.
Cuando estoy listo, me dice:
– Vale, ya estamos lo suficientemente lubricados.
Hagamos una cosa, para que duela menos, yo me tumbo y tú te pones encima mío y así controlas tú mismo la penetración.
En eso, me pongo encima suyo, y pensaba que eso no entraría en mí (Confiad en mí, era MUY gruesa y no muy larga).
En eso, voy controlando el movimiento hasta que noto como entra su cabeza contra mi esfínter.
No hubo rastro de dolor.
Seguí para que ese trozo de carne caliente que la notaba al 100%, se perdiera en mi interior, cuando en una de esas, di un empujón y grité de placer como nunca antes he gritado.
Un placer immenso invadió mi interior.
En eso me doy cuenta que está toda dentro de mi.
Sus 14cm y su grosor estaban todas dentro de mi.
Allí simplemente me dejé llevar por el placer.
Me empecé a mover de arriba a abajo, mi polla, la cual sin tocármela, estaba ya transparente de todo el precum que estaba sacando, como un mástil, tocándome mi barriga y la suya, a cada vaivén quería más velocidad y más intensidad.
Estaba que explotaba.
En esas, yo me estaba moviendo, él me toca el pene y casi me corro simplemente porqué él me la tocó estando yo tan hot!
En esas, le digo,
– Me quiero correr ya, no puedo más, dios!!
– Venga, hazlo!
En esas, me toco por fin mi polla que estaba pidiendo a gritos que la tocara, con la cual no me entretuve porque el placer anal era mucho mayor que el que había experimentado hasta el momento.
Así que en cuestión de dos sacudidas, empecé a sentir el orgasmo más fuerte que nunca he sentido, Notaba como el placer se iba incrementando de cada vez más y más, como nunca antes había sentido, y en esas, cuando no pensaba que el placer podía aumentar ya más, yo chillando como un descontrolado, paro de cabalgar, me dejo caer encima de su polla, entra hasta el fondo, sintiéndome lleno, veo una gota de semen en la punta de mi verga y en esas, pegué el chillido más grande hasta ahora.
Ese orgasmo fue de lo mejor que he tenido jamás.
El placer del orgasmo y el placer de ser penetrado, se unieron para darme mi primera sesión de sexo y disfrutar como un animal y una de las que mejor recuerdo tengo.
En esas, extasiado, me descabalgo de él, en eso siento un profundo vacío, le quito el preservativo, le hago una paja y él se corre casi a la primera sacudida.
Después de eso no tuvimos más sesiones sexuales debido a que se fue a otro país poco tiempo después, pero de vez en cuando, hablamos.
Fue una historia muy importante para mi porque supuso mi desvirgue con una persona que era, y sigue siendo, la persona más dulce que he conocido en la cama.
Espero que os haya gustado este relato.
Si queréis más experiencias previas, pedidlo en comentarios abajo y espero no haberos cansado de leer (es que es mi primer relato, que al fin me he aventurado después de leer relatos desde hace 5 años, y en parte me ayudó a descubrir mi sexualidad).
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