Mi mendigo y Yo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lover2392.
Me llamo Alex, tengo 23 años y hasta ahora toda me ha ido bien, poseo un negocio de venta de celulares, el primer piso de mi casa lo utilizo para las ventas y en el segundo es donde vivo realmente. Mis padres me apoyaron en un inicio, luego me independicé y ellos residen en otra ciudad desde hace 1 año. Tengo 2 empleados que me ayudan en la tienda, la relación laboral es cordial sin mayores intenciones. No había tenido pareja hasta ahora, aunque considerado heterosexual por todos, siempre fui muy reservado y no me gusta platicar sobre amoríos.
A las 8 de la noche, cuando ya se encuentra cerrado el negocio, es cuando puedo liberar estas ideas que rondan mi cabeza desde hace mucho. Tengo un conjunto de lencería que me compre hace 2 meses, soy gordito y tengo un poco de tetas, así que me queda muy bien, además de ser lampiño, suelo visitar páginas de encuentros sexuales aunque nunca me he animado, no quisiera ir a hoteles ni que vengan a mi casa, luego podría volverse un problema, de vez en cuando me exhibo mediante la cámara web ya que adoro sentirme deseada, obviamente no muestro mi rostro.
En un día cualquiera al abrir mi negocio noto que había un hombre a pocos metros de mi puerta principal, vestía desaliñado y un poco sucio, llevaba en una mano una bolsa de caramelos, tendría entre 50 o 60 años. No soy una persona violenta o problemática, así que me acerqué comentándole que no podría quedarse ahí, ya que no daba buen aspecto a mi trabajo. El hombre con una mirada triste me dijo que solo por hoy lo dejará estar ahí, siempre viaja sin rumbo ya que no tiene un hogar. Como el acto de bondad del día, decidí dejar al hombre vender sus golosinas.
Al promediar la 7 de la noche, mis empleados estaban esperando el bus dos manzanas a la derecha y yo me dirigía a cerrar la puerta principal, el hombre sin hogar aún estaba sentado, solo quedaban un par de dulces. Cuando empecé a buscar unas monedas en mi bolsillo para comprarle lo que le quedaba, un grupo de indigentes se acercaron al hombre y empezaron a golpearlo, vociferando que no debería estar ahí ya que ellos son los dueños de las calles. Ellos eran muy delgados, no me tomo mucho esfuerzo alejarlos, sin embargo el señor de los caramelos se cogía la pierna derecha, mostrando signos de dolor. En ese momento pensé que sería un día muy largo, llamé a los paramédicos y se lo llevaron, después de 10 minutos decidí ir también al hospital.
Después de una semana de no saber sobre aquel hombre, al momento de cerrar mi negocio él estaba en frente mío, tardé unos segundos en reconocerlo, ahora lucía limpio, seguramente en el hospital lo trataron adecuadamente ya que tuve que pagar una buena cantidad para que lo cuiden. Al parecer la ropa que dejé en su habitación le quedó muy bien. El hombre me abrazó y me agradeció por lo que había hecho.
Le invité a cenar y conversamos por 2 horas sobre su vida, aunque nunca me dijo el origen de su desgracia, la razón por la que sus padres lo abandonaron a los 8 años. La siguiente obra de bondad surgió cuando decidí darle un empleo a Víctor, ese era su nombre, no como vendedor, pero si como ayudante de limpieza, la temporada de vientos fuertes dejaba rastros de polvo constantemente. Le pagué las consultas médicas para descartar que no tenga ninguna enfermedad y no genere inconvenientes en el trabajo, felizmente todo resulto bien.
Ahora el hombre se alojaba en un espacio que amoblé para aparentar una habitación, prometiéndome que trabajo duro y se esforzará para pagar su alquiler con una parte del sueldo que le brindo.
Pasaron dos meses sin ningún inconveniente, también comentar que jamás conté algo a mis padres, no me gusta compartir información. Una noche que mi cabeza estaba ardiendo de ideas excitantes, me puse mi vestido y empecé a jugar por webcam, esa lencería sexy marcaba mis nalgas redondas y suaves, mis tetas se abultaban, comenzaba a sudar cuando sorpresivamente mi puerta se abrió, no puse el seguro correctamente, entro Víctor y me mostro una mirada de sorpresa, cerró la puerta y se fue al cuarto de baño. Inmediatamente me cambie de ropa y decidí a buscarlo, la puerta del baño estaba un poco abierta y se escuchada el sonido de la ducha, caminé despacio para observar lo que ocurría adentro. Estaba desnudo, mirando hacia el techo, tenía su pene erecto, era gorda y larga, lo mantenía en buen estado para sus 52 años.
Por mi mente pasaron miles de fantasías, imágenes sexuales, entre otras ideas. Escuché cuando dijo: “eres bella”, ahora millones de pensamientos cargados de erotismo pasaron por mi cabeza. Fui a mi cuarto y me volví a poner mi lencería, apagué todo y deje mi puerta abierta, me recosté en la cama boca abajo. Pasaron 5 minutos, cuando escuche los pasos de alguien acercándose, empecé a sudar, el sonido de sus pies en el piso aumentaban, mi puerta se cierra, siento a alguien en mi cama, una mano húmeda empieza a recorrer mis piernas hasta llegar a mis nalgas, siento un cuerpo entero encima mío, su pene erecto roza entre mis nalgas, se acerca a mi oreja y dice: “Me gustas mucho, eres muy bella, mírame al rostro por favor”; giro mi cuerpo aun sosteniendo el de él, nuestros ojos hacen un primer contacto y respondo: “¿te gusto de verdad?”, él lo afirma, y empieza a lamerme el cuello, me besa en los labios, se dirige a mis tetas y empieza a succionar mis pezones, yo gemía por dentro, me da la vuelta y empieza a besar mis nalgas, se entretiene jugando con ellas, me acomodo y quedo a la altura de su pene. Había esperado este momento por mucho tiempo, ahora a realizar lo que tanto practicaba viendo videos porno, empiezo a lamer su cabeza, la chupo como un niño a un dulce hasta extraer el líquido que se encuentra en su interior, su pene se va adentrando más en mi boca, el sabor de su miembro jamás se perderá, Víctor sujeta mi cabeza y empieza a clavarme en la boca, pierdo la respiración por momentos, pero me encanta lo que está haciendo.
Ahora me pongo en posición para que empiece a desvirgar mi culo que deseaba esto por mucho tiempo, sentir la carne de un hombre dentro. Al notar que aun mi ano estaba estrecho, con su saliva empieza a lubricarlo, introduce los dedos para ampliarlo más, finalmente consigue su propósito, mi culo estaba listo para recibir ese pene grueso y largo, los primeros 5 segundos estuve en el paraíso, dolor era lo que menos sentía, el placer de realizar este acto excitante destrozaba mi mente. Introducía lento mientras me nalgueaba, desde que me confirmó que le gustaba, no había pronunciado palabra alguna, ahora empezaba a decir que yo era su mujer, y él mi hombre, yo afirmaba todo. Empezó a penetrar más profundo y fuerte, su pelvis emitía un sonido celestial al chocar con mis nalgas, hasta ahora no había pensado en que iba a venirse pronto, pensé si preferiría en la boca o dentro de mi culo.
La posición que adoptamos fue que yo estaba en cuatro patas, y el detrás de mí haciéndome su mujer. Él gemía a la par conmigo, ahora no importaba demostrar lo excitados que estábamos, Ahora su intensidad se incrementa, pronto el momento cumbre llegará, decidí que lo hiciera dentro de mí. El momento que sentí un líquido caliente dentro de mí fue un hecho que siempre lo tendré presente en cada segundo.
Mis brazos se cansaron y quede tendido en la cama boca abajo, Víctor no se apartó, quedó con su pene dentro de mí al igual que su leche caliente, y me susurró las siguientes palabras: “Eres mi mujer, te agradezco por todo, esto lo hago porque me gustas y te quiero mucho, mi cuerpo es tuyo, tu cuerpo es mío, mi semen debe quedarse ahí, ahora dormirás amor, cuando despiertes mi semen se habrá adherido a tu cuerpo y lo tomará como parte de ti, mi pene se quedará vigilando que no salga de tu ano, ahora descansa”. Dormí con su pene dentro mío toda la noche, su semen caliente ahora lo siento en mi culo, así pasen años, esperó que esta historia nunca terminé, ahora soy su mujer.
Gracias por leer mi relato, si les gustó por favor diganmelo, planeo hacer una versión desde el lado de Victor en la historia. Tambien tengo otro relato para el tópico de Incesto.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!