MI MUJER ME PRESTO A SU JUVENIL AMANTE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo conocía al chico de vista, era un muchacho de unos veinte años, con cara de niño.
Llego a nuestra casa sobre las cuatro de la tarde, nos sentamos en el salón y mi esposa nos sirvió unas copas, ella llevaba una bata de seda que cubría su desnudo y opulento cuerpo de mujer madura, yo llevaba unos "slips" de color blanco y nada mas.
El se sentó en el sofá frente a nosotros, mi mujer le sonrió y metiendo su mano dentro de mi "slip" empezó a masajearme la polla mientras relamía sus labios lujuriosamente incitando al muchacho a empalmarse, Mari que así se llama mi mujer, me saco mi polla fuera y empezó a descapullarme, para que Tony viera mi chorra con detalle.
Tony ¿te apetece que se la chupemos juntos? dijo Mari sonriendo y poniendo cara de puta caliente.
El sin contestar palabra alguna, se arrodillo frente a mi polla y unió su lengua a la de Mari, mientras Mari chupaba mi glande el busco mis huevos con su lengua, yo me recline en el sofá y cerrando los ojos y empezando a gemir, la mano derecha de Tony busco el chocho peludo y mojado de Mari y la mano izquierda de Mari busco el cipote de Tony.
Tony aparto a Mari de empezó a chuparme el capullo con delirio, apretándome los huevos con su mano mojada del flujo que había soltado Mari, esta se puso de pie y se saco la bata dejando sus opulentas y caídas tetas a mi vista, se abrió de piernas y me ofreció su coño peludo y chorreante, para que se lo comiera entero.
Yo no me pude aguantar y note que me subía la leche y me iba a venir de un momento a otro, Tony lo noto por la dureza
de mi polla y se engullo mi verga tragando toda la leche que yo soltaba, mientras yo gritaba como un poseso, y hundía mi cabeza entre las piernas de Mari, que flexionando sus piernas apretó sus labios vaginales abiertos contra mi boca lasciva.
Tony se levanto y con la boca llena de mi espesa leche, cogió por el pelo a Mari y la obligo a morrearse con el, mientras ella se corría como una perra en mi boca.
Yo mientras tanto yo y sin dejarlos de mirar busque con mi mano el pollón de aquel muchacho y empecé a pajearlo con fuerza.
El se separo de Mari y nos dijo:
Mari túmbate en suelo y abre las piernas, y tu cómele el culo y el chocho, yo me amorre contra aquella regatera olorosa y su olor me embargo y me volví a empalmar, Tony aprovecho la situación y empezó a meterme su lengua en mi culo y a follarme con ella, yo al sentirme sodomizado empecé a gemir, y el al oir mi aceptación, encaro su glande a la entrada de mi ano mojado y me la fue metiendo hasta los huevos.
Joder me dolía y me gustaba a la vez, era tanto el gusto que me estaba dando aquel cabrón que no me pude contenme y le mordí los labios hinchados de Mari que gritaba como un perra asquerosa.
De pronto note que el cipote de Tony se hinchaba y soltaba una lechada dentro de mi culo hambriento de polla, el apretó sus huevos contra mis nalgas, pera que no se escapara ni una gota de su semen fuera de mi.
Cuando acabo se dejo caer de lado sobre la alfombra, mostrándonos su polla flácida a Mari y a mi, yo obligue a que Mari se la comiera y se la limpiara con su lengua y se la mamara con su boca, mientras yo me masturbaba y me la ponía dura.
Cuando estuve en forma, me arrodille detrás del opulento culo de Mari, y se la clave sin miramientos, ella grito por la enculada, pero no dejo de chupar el pollón de Tony que empezaba a empalmarse de nuevo.
El se puso de pie y vino a ver de cerca como enculaba a Mari, me toco los huevos y me la saco del culo, se amorro a mi chorra y empezó a chuparla con un deseo animal.
Cuando la había disfrutado la volvió a encarar al culo de Mari y me invito a seguir dándole de nuevo, mientras me la follaba el empezó a pajearse y me obligo a chupársela tanto que me dieron arcadas por lo larga que la tenia, y lo profundo que me entraba en mi garganta.
Yo no me pude aguatar mas y me corrí dentro de Mari, mientras ella chilaba como una puta satisfecha.
Y así disfrute del amante de mi mujer, que desde aquel día fue el amante de los dos.
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