mi niñez
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando tenía, 6 años vivía en una casa con un gran fondo, árboles frutales en los límites con nuestra casa al fondo había trasparente, unos arbustos que nos habían permitido con mi vecino que tenía 9 años, hacer una casita con cartones y maderas.
Ahí pasábamos las mañanas jugando, él siempre me tocaba mi colita y mi pitito por encima de la ropa, me hacía reír y yo también lo tocaba a él.
A veces , me bajaba el pantalón, el también se bajaba el suyo y me sentaba a mi sobre su pitito que estaba bien durito.
Del otro lado del fondo había un terreno muy grande con un gran cañaveral, donde nos internábamos como estuviéramos en la selva, con nosotros estaba su hermano de unos 15 años, allí los tres nos bajábamos el pantalón y jugábamos espadas con nuestros pititos.
José el hermano entonces ponía saliva en el culito de Dani y se la metía, entonces este me ponía saliva en mi culito y me metía su pitito, así hacíamos hasta que un día, José se la saco a Dani y me la metió a mi. El dolor fue insoportable y me puse a llorar, Dani me decía, no llores ya te va a pasar el dolor y te va a gustar, a mi también me dolió la primera vez.
José la dejó adentro por un buen rato y la verdad que el dolor pasó, yo moví mi colita sacándola un poquito y volviendo a sentarme en el pito de José, él comenzó un mete y saca que me gustó mucho, mientras Dani me chupaba mi pitito.
Eso fue esa vez y nunca más con José, pero con Dani siempre lo hacíamos.
Teniendo 9 años, yo iba a buscar la leche a un tambo a unas 10 cuadras de mi casa. Iba en bici con en la tardecita, todos los días, el sol ya se estaba ocultando cuando llegaba al tambo, la señora me esperaba con un gran jarro de leche recién ordeñada que me daba a tomar de regalo.
Así mi niño crece mucho , me decía mientras cargaba el tarro de leche.
Eres muy lindo, me decía, las niñas deben estar atrás tuyo todo el día, y se reía mucho, después me tocaba el pitito y me decía. Ummmmm. Esto si que es un arma, me hacía me reír
Yo era un niño gordito, con una colita bien paradita, más bien era bajito.
Siempre que volvía de la escuela me encontraba con un señor de unos 30 años, el me acompañaba hasta casa, para cuidarme decía él.
Mis padres nunca se enteraron de esto. Yo le tenía confianza dado a que a veces me compraba dulces
Un dia tarde bastante en el tambo y cuando volvia la portera estaba cerrada con candado, yo no podía pasar la bicicleta para el lado de la calle pues para mi era pesada, por suerte apareció este señor que paso la bici, ya era de noche, y el luego me tomo el tarro de leche y por ultimo me ayudaba a saltar el alambrado, cuando estaba arriba del alambrado y había pasado una de las piernas para el lado de la calle, el me toma poniendo una de sus manos en un brazo mío y la otra mano en mi colita, hundiendo uno de sus dedos entre mis nalguitas, yo no dije palabra, mas, me sonreí y el me dijo. Te gusta como te ayudo?
Sí, gracias le respondí.
Vamos un ratito hacia el monte que rodea la cantera que había en el camino.
Subí a la bici, tome el tarro y el puso su mano en el asiento, así que me senté sobre su mano y uno de sus dedos se hundió entre mis nalguita, llegamos al montecito, me hizo bajar, quedó la bici apoyada en un árbol junto a tarro de leche, el se sentó en el pasto y me llevó hacia su pecho bajándome mi pantalón, en aquel tiempo los niños de la campaña no usábamos ropa interior, acercó todo mi cuerpo hacia él y se metió todo mi pitito, con huevito y todo en su boca, mientras acariciaba mi colita y giraba su dedo en mi culito.
Te gusta?
Si, respondí con una sonrisa
Me dio vuelta y comenzó a lamer mi colita, abriendo bien mis nalguitas sentía como etraba su lengua en mi culito una corriente recorrió todo mi cuerpo, y comencé a tomarle la cabeza para apretarla más contra mi colita, era algo hermoso que nunca había sentido.
El me volvió a dar vuelta, sacó del bolsillo de su campera una cajita la abrió tomó un poco de eso que era como una grasa, la puso en mi culito metiendo un poquito su dedo, la verdad que no me dolió. Tenía un olor a menta la grasa, entonces, se desprendió el pantalón y salio una cosa enorme, bien dura, la miré con admiración,
Ven mi amor, me dijo, apóyate en mis hombros con tus manos, no tengas miedo, nada te va a pasar.
Me levantó de mis nalguitas abriéndolas bien,
Abrázame con tus piernas, me dijo, apoyo mi culito en ese armatoste duro y venoso que tenia entre sus piernas.
Ahora abrázame del cuello y bésame en la boca como lo hacías con tu vecinito, en el cañaveral.
Así que el conocía todos nuestros movimientos pensé pero no di importancia
Cuando lo comencé a besar, el me soltó y tomo mi cabeza para no separarla del beso, si pito se empezó a abrir camino en mi anito,
El dolor fue tan grande que yo me solté de su cuello y de su cintura abriendo mis piernas y empujando con mis brazos su pecho queriendo salirme de ese estado, pero era peor porque el esfuerzo que hacía solo permitía que entrara más sui pito en mi culito, me salían las lágrimas y el grito quedo apagado en la boca de el que me besaba metiendo su lengua dentro de mi boca, cuando ya la tenía toda adentro, y sentía los pelos de su pubis en mis nalguitas, comenzó a ceder el dolor, hasta que un ratito desapareció, comencé a sentir el entrar y salir de su pito en mi culito, lo hacía con fuerza, me volvía a doler y yo le dije que le iba a decir a mamá,
Vamos, me dijo, yo también le tengo que decir lo que tu haces con tu vecinito en el cañaveral.
Me calle y volví a llorar,
No llores mi putita, me decía, a partir de ahora eres mi mujercita y lo harás todas las veces que yo quiera. Y si no lo haces entonces le voy a decir a tus padres lo que se.
Así fue que me emputeci y fui su mujer y muchas cosas me enseñó
Hoy estoy casado, tengo hijos y nietos, y a veces en la noche deseo tener nuevamente esa experiencia, pero pienso, a quien le va a gustar montarse a un viejo?
Un saludo grande y espero sus comentarios,
fuegoactivo
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