Mi niñez en el internado (parte 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por angelmatsson.
Cuando desperté en la mañana todavía sentía el sabor extraño en mi boca de la corrida de Daniel. (supongo que ustedes sabrán a lo que me refiero) Aún con miedo, hice esfuerzo por levantarme pues el ruido de mis demás compañeros de dormitorio me hicieron entender que ya era un poco tarde y teníamos que ir a tomar desayuno. Me dolía un poco el estómago por el miedo que me causaba encontrarme con Daniel y después de que me dijera que ese día la “pasaríamos muy bien” me dejó aun más intranquilo, aunque ya había decidido que intentaría ocultarme de él. El gran problema es que desayunábamos todos juntos, lo que quería decir que si o si nos veríamos. Entonces para evitar verlo, me levante y aseé lo mas rápido posible y fui directo al comedor a buscar mi pan y el galletón que me correspondía (aunque esos galletones son más duros que masticar una piedra, pero todo sea por el hambre) y me fui rápidamente a algún lugar para esconderme. Estaba decidido a ser invisible con tal de no encontrarme con él y hacer lo que el tenía planeado porque de seguro no iba a ser bueno para mí.
Apenas salí del comedor escuché el timbre que indicaba que teníamos que ir a desayunar, así que corrí para que no me vieran algunos de los niños que ya iban saliendo. Me escabullí en la parte de atrás del colegio, donde guardan la leña y algunas herramientas. Pensé que ese lugar sería ideal pues nadie va allí, no es un lugar muy agradable además de que es pequeño y huele changos. Me comí lo que llevaba tan rápido que pronto quede desocupado, por lo que tuve que intentar inventar algún juego para distraerme ya que recién eran las 8 de la mañana aproximadamente y yo planeaba estar escondido la mayor cantidad de tiempo posible. Bueno, de todas formas fue un fracaso porque estuve ahí como dos hora y me aburrí y luego recordé que Daniel va a clases en la mañana. (Si, lo sé, fui un idiota jajaj). Después de recordar eso y sentirme estúpido fui a la biblioteca a buscar alguna entretención, estuve mucho rato buscando entre los estantes algo interesante, luego fui a la laguna a leer un poco un libro que había descubierto y que más adelante se transformaría en mi adicción “Harry Potter”. En ese momento solo estaba el primero “La Piedra Filosofal” pero apenas empecé a leerlo no pude parar y me hundí en sus páginas y no me di cuenta del tiempo y ya habían salido los mayores. Entre ellos Daniel.
Bueno, creo que no he descrito a Daniel, pues era un chico muy atractivo que tenia de inteligente lo que el mar muerto tiene de dulce. Era más alto que cualquiera de los otros chicos, a sus 16 años media aproximadamente 1.75m, de piel canela y ojos claros que iban a juego con su color de pelo castaño. No era precisamente Brad Pitt, pero tenía un “algo” que sumado a su cuerpo de matón, a su mirada perdona vidas y esa sonrisa de autosuficiencia adornada de unos bellos labios rojos y unos dientes que con un poco de trabajo podría ser muy lindos, pues igual era algo guapo. (Y como dato extra, el año anterior durante el aniversario él había ganado como mister nalgas)
Continuo: No me di cuenta cuando salieron y mientras marcaba la página donde había quedado me doy cuenta que ya habían salido. Rápidamente me levanté pero no fui tan cuidadoso y Daniel me encontró. Salí corriendo a refugiarme a la biblioteca, entré y aproveché de guardar el libro para leerlo en otro momento y en ese instante aparece Daniel. Pensé que lo había perdido pero el corría mucho más rápido que yo y me había alcanzado. Y antes de hacer cualquier cosa él ya me había tapado la boca con sus manos y me susurró al oído de manera chula…
-“¿Te arrancabas de mí?”. Asentí.- “Mmm, mala respuesta”
Y con la otra mano libre me dio un golpe en el estómago, luego acercó su boca a mi oreja y me la lamió, causándome un placentero estremecimiento que me sorprendió y que a él al parecer le gustó.
-“Así que tienes un punto débil”.- Dijo con su voz seductora.- “pues vamos a explotarlo”
Y me arrastro fuera, amenazándome con que si intentaba huir me iría muy mal. Me llevo al mismo lugar donde yo lo había descubierto con el otro niño, ya que ese lugar tenía muchos arbustos y árboles que ocultaban muy bien. Me empujo al suelo y comenzó a explicar lo que haríamos, que fue algo asi…
-“Mira, esto será muy entretenido, velo como una especie de juego”
-“No quiero jugar contigo, lo que haces esta mal”- Le dije seguro de mi mismo.
-“¿Mal? ¿Quién dijo que estaba mal?
-“Vi la cara de ese niño y estaba sufriendo”
-“Naaa, el sentía placer”
-“¿Qué es eso?”
-“Es algo muy rico y para que sepas ese niño me había buscado y no yo a él”
-“Mentira!”
-“Es verdad, al principio estaba igual que tu y se resistía, pero después le quedo gustando”
-“No quiero nada contigo”
-“Me importa una raja lo que tu quieras, vas a hacerlo y te quedaras callado porque si hablas créeme que esto podría ser mucho peor, así que aprovecha que estoy de buen humor.”
Lo miré con pánico y antes de reaccionar comenzó a bajarse los pantalones, cuando quedo en boxers con su mano apretó su paquete marcándolo y mostrando la erección que ya poseía. Por unos momentos me perdí en esa imagen y luego recordé que se supone que no quería lo que iba a ocurrir y retome mi compostura y mi papel de niño a punto de ser violado. Luego se bajó el bóxer y comenzó a menear su verga que ya empezaba a liberar pre-cum, yo quedé nuevamente hipnotizado por ese pene y al ver a su cara me di cuenta que me miraba con esos ojos tan penetrantes y sexys como diciendo “Sabia que te gustaría”. Me tomó de la nuca y comenzó a guiarme a su pene pero yo me resistí y a causa de eso casi me saca un ojo pues su glande húmedo impacto en mi parpado cuando intente moverme. Eso le causo una risa y lego sentí un fuerte golpe en mi rostro. Caí al piso y comencé a llorar, él se descontroló y comenzó a patearme por todas partes, me hice bolita para evitar golpes en mi estómago y cara pero aún así recibí algunos ahí.
Lloré y lloré, incluso grité y mágicamente gracias a Dios llegó un profesor.
-“¿Qué mierda sucede aquí?”- pregunto a Daniel.- Tú, súbete los pantalones y tu Killian levántate y ven aquí.
Me sentí tan aliviado en ese momento y rápidamente me oculté tras el mientras Daniel se acomodaba la ropa muerto de miedo al verse descubierto.
-“Profesor… yo…-
-“Tú nada!! No hace falta que me expliques, está más que claro. No sé qué tienes en tu cabeza o es que acaso no piensas con la de arriba.”
-“Pero profesor le juro que…”-
Y bueno, no me acuerdo exactamente que dijo pero le contó una historia muy poco creíble haciendo que el Profesor Abraham lo mirara con cara de “¿En serio crees que me tragaré eso?” Luego me preguntó a mí y yo le conté todo lo ocurrido desde el día anterior mientras nos dirigíamos a la oficina del Director.
Ahí tuve que volver a contar la historia y al final el Director expulsó a Daniel y dijo que se comenzaría a hacer una investigación para saber quién más fue víctima de él. Después de eso el profesor Abraham me llevo a la biblioteca para poder conversar más tranquilos y ahí fue donde me contó que precisamente él había estado en la biblioteca cuando Daniel me encontró y nos siguió encontrando lo que ustedes ya saben.
Yo todavía estaba nervioso después de ver al profesor tan enojado, pero luego de conversar me di cuenta que era un hombre muy educado y amoroso. Me hizo preguntas sobre mis intereses y llegamos al tema de Harry Potter y me dijo que a él también le gustaba y que en su casa tenía la zaga casi completa pues solo le faltaba el último (Las reliquias de la muerte). Yo quedé impresionado pues no sabía que habían tantos libros de esa zaga y como él era el único profesor que vivía cerca del internado me dijo que cuando terminara de leer el primero podría ir cualquier día a su casa a leer los demás.
El profesor Abraham era un hombre que se llevaba muy bien con todos los chicos del internado pues era justo y parejo. Y físicamente era de muy buen ver, media 1.80m aproximadamente, de contextura normal, ojos cafés y piel trigueña con cabello negro y rizado. Así de vista entregaba mucha confianza pues por lo que se me hizo muy fácil confiar en él y aceptar su invitación.
Con las tareas y exámenes me tarde más de lo esperado en terminar el libro, pero al fin lo hice y solo quería más y más ya que lo encontré muy adictivo. Al terminarlo fui directamente donde el Profesor Abraham para decirle que cuando el pudiera me dejara ir a leer el segundo libro. Y el contento me dijo que ese mismo día después de mis clases (que terminaban a las 6:45pm) él personalmente me llevaría a su casa. Ansioso por el libro esperé toda la tarde hasta que sonó el timbre de salida y velozmente me encontraba en la salida y el profesor esperándome. Le pregunté sobre si había problemas por salir del internado y él dijo que no porque ya había pedido permiso para supuestamente comenzar un taller literario.
El profesor Abraham tenía un biblioteca enorme, muchos libros por doquier pero quede más impactado cuando vi el estante con los libros de Harry Potter. “Oh por Dios, es hermoso”. Pensé. Y de pronto sentí que el profesor me tocaba el hombro…
-“killy, ¿Estas bien?- dijo riendo.
-“S-si, es solo que… Woow”
-“Pues anda y toma el siguiente, no pierdas tiempo”
Y obedeciendo tomé “Harry Potter y la cámara secreta” y grata fue mi sorpresa cuando me di cuenta que tenía más páginas que el anterior. Cuando me senté a leer vi que el Profesor había tomado un libro sobre masajes o algo así porque tenía en la portada una imagen de una persona en una camilla que le estaban haciendo un masaje.
Antes de terminar el primer capítulo el profesor me hablo…
-“¿Killy te puedo pedir algo?”
-“Emm sip”
-“Mira, lo que pasa es que estoy aprendiendo unas técnicas descontracturantes y quiero practicar contigo, ¿me dejas?”.- mi cara de “WTF” al parecer le hizo entender que no tenía idea de lo que había dicho y lo repitió de manera más fácil.- masajes, killian quiero practicar masajes contigo”
-“Ah, hubiese dicho eso”.- nos reímos y le dije que sí, que me gustaría sentir eso.
Me dijo que debía estar como la persona de la portada, lo que hizo que me enrojeciera…
-“Tranquilo”.-me dijo.- “no va a ser muy diferente a las duchas del internado”
Bueno, tenía razón en eso y además confiando en su cálida mirada pues asentí.
Me ayudo a desvestirme y cuando mi inocente y delicado cuerpo quedo expuesto, me hizo acostarme de boca en la cama. Me entrego el libro para que continuara leyendo mientras él hacia el dicho masaje. Una corriente eléctrica recorrió mi columna hasta llegar a mi nuca cuando las fría crema besó mi piel y otra corriente atravesó mi cuerpo cuando sentí las manos del profesor esparciendo la crema sobre mi espalda. Nunca había sentido caricias ten placenteras como esas, lo que causo que no pudiera concentrarme en el libro.
-“¿Sientes rico?”.- me preguntó.
-“Si, tiene manitos de monja”
-“ jajaja creo que sí. Ahora relájate y déjate llevar”
Cerré mis ojitos y me concentré en sentir como sus manos descubrían mi espalda, mis brazos mis nalgas…. Espera. ¿Mis nalgas? Abrí rápidamente mis ojos e intente levantarme. Pero ágilmente mi profesor impidió que lo hiciera.
-“Cálmate killy, no pasará nada”
-“Tengo miedo, no quiero esto”
-“¿Te hice daño?”
-“No”
-“¿Algo te dolió?, ¿fui brusco?”
-“No”
-“Entonces. ¿De qué tienes miedo?
-“No- no quiero que me haga nada, como Daniel”.- dije con voz temblorosa y él se tensó.
-“Daniel era un idiota que no supo tratar la bella y dulce persona que eres, pero ¿lo que hago te desagrada?”
-“no, para nada”
-“Entonces cálmate y disfruta, como verás no es nada malo y te gusta.”
Le encontré mucha lógica a lo que decía. ¿Cómo algo que me agradaba y me hacía sentir bien iba a ser algo malo o dañino para mí? Así que solo me dejé llevar nuevamente y disfrutar de sus manos en mis nalgas que las separaba y juntaba haciéndome sentir un ligero aire fresco en ese lugar oculto y estrecho entre ellas. Luego ese aire fresco se sintió cálido y luego húmedo, para descubrir que su boca estaba muy cerca y más cerca hasta sentir su húmeda y dura lengua impactar con mi pequeño agujero, causándome un gemido de placer que tanto a él como a mí nos sorprendió.
-“¿Ves que no tenías nada de que temer?. Confía en mí, esto es un premio para ti y deseo que disfrutes.” O en esencia algo así dijo.
Luego de esas palabras siguió en su labor y arrancándome cada vez más gemidos de placer que terminaron por levantarme una erección descomunal. Acompañado al vaivén de su lengua mi culito se movía de arriba hacia abajo inconscientemente buscando hacer más contacto con el objeto que causaba tanto placer. Mis ojos muy apretados y mordiéndome la lengua para no seguir gritando estaba yo, Harry potter estaba a un lado de la cama olvidado completamente.
Las manos de mi profesor recorrieron toda la parte trasera de mi cuerpo, espalda, pies, piernas, nalgas, ano, cuello, nuca etc. Cada roce era una descarga de placer que me daba y sus susurros de amor y cariño me tranquilizaban y hacían que prácticamente me entregara en bandeja de oro a él. Después que probo mi agujero hasta ese momento inexplorado me giró para ahora jugar con mi parte delantera. Sentía mi culito muy húmedo y viscoso debido a su saliva pero lejos de molestarme, me encantaba. Mi pene estaba duro, mi glande estaba ligeramente cubierto pero sin perder tiempo mi profesor lo expuso para sin previo aviso llevárselo a la boca succionando desesperadamente que hizo que pusiera mis ojos en blanco tan fuerte que pensé que se me caerían por la nuca. Tuve un orgasmo salvaje, mi corazón fue al cielo y volvió. Jamás pensé en sentir algo así, incluso me asuste pues mi corazón latía muy fuerte y me dejó exhausto.
Aunque en ese momento no eyaculaba fue más que evidente el orgasmo que había tenido y mi profesor se dio cuenta de eso. (Era un orgasmo o un ataque de epilepsia, pero viendo la situación era obvio que fue un orgasmo). Me miro con una sonrisa en sus labios que también se reflejaban en sus ojos, lo que me causo mucha ternura.
-“¿Te gustó?”
-“Me encanto”.- dije casi sin aire.-“¿Pero que se supone que fue eso?”
-“Eso es el fruto del amor entre dos personas. Eso fue mi regalo para ti, pero no creas que va a ser el único… hay mucho más”.
No sé porque los adultos en esos momentos le hablan a los niños de una manera tan poética y correcta, casi como en una película de amor de Disney o sacado de un libreto de Shakespeare. Pero lo que sí sé, es que eso funciona porque a mí me tenía embobado. Me sentía súper agotado, mi pulso todavía no se tranquilizaba y mi cabeza daba muchas vueltas debatiendo la situación, aunque todo fue borrado cuando recordé sus palabras.
Él se levantó y salió de la habitación, diciéndome que descansara un poco para poder seguir. ¿Seguir? Wow, no pensé que todavía haríamos más. Cuándo regresó yo ya me sentía más relajado y los efectos del orgasmo ya se habían apaciguado. Traía un vaso con jugo y en la otra mano una cerveza que se veía fría pues se notaba la pequeña película de agua en la lata. Se sentó a mi lado (yo aún desnudo, aunque después de todo lo que había pasado ya no me molestaba esa sensación) y comenzó a preguntarme sobre qué tal todo lo que habíamos hecho. Yo le decía que había sido genial y que me había gustado mucho. Me preguntó si yo le devolvería el favor pues él no había llegado a su orgasmo.
Buena pregunta… Me quedé en pausa un momento y después de un gran debate interno acepté, pues ya me había decidido que lo que hacíamos no era malo. Al instante que acepté, su cara se ilumino y de manera muy cariñosa me dio un tierno beso en la frente y me dijo que descansara un poco más y terminara mi jugo, que lo otro podía esperar un poco más.
Terminamos de beber y él se levantó y comenzó a desnudarse, yo me sentía un poco nervioso por presenciar eso pero su tranquilizadora mirada me calmaba. Sentía a la vez que su mirada calentaba la superficie de mi abdomen, la sentía bajando hacia mi pene que descansaba sobre mis testículos pequeños y que luego subía para ver mis labios. A medida que se desvestía podía darme cuenta que tenía un lindo cuerpo, brazos fuertes, abdomen plano, piernas poderosas y lo que más me llamo la atención, un buen pene. Santo bebé Jesús. Qué- pedazo- de- polla. Jamás había visto una tan grande y tan gruesa. (Aunque era la segunda que veía técnicamente)
Era de un color moreno claro, parte de su glande se asomaba de color rosa oscuro, sus testículos colgaban a una altura perfecta, ambos gordos y con poco bello al igual que la base del tronco. Se le marcaban unas cuantas venas que lo hacían verse muy masculino. En estado de reposo se veía imponente, quizás unos 12 centímetros. Pero a medida que se acercaba a mí y acariciaba mi cuerpo pude ver que se inflaba hasta llegar a su ombligo y cuando estuvo arriba de mí y comenzó a besarme pude sentir el calor que ese glande con forma de fresa desprendía.
Ese fue mi primer beso, fue genial. Una hermosa corriente me recorrió de la punta de los pies hasta el último cabello de mi cabeza. Su lengua era grande para mi boca, caliente y muy juguetona. Me dejé llevar pues no tenía mucha idea de que hacer pero me agradaba lo que él hacía. Luego se levantó y puso su hermoso pene frente a mi boca y yo obedientemente la abrí para darle paso a mi cavidad que ya estaba llena de saliva. Solo llegué hasta la mitad pero fue suficiente para arrancar un ronco sonido de su garganta. Por instinto succioné y con la lengua aplastaba el glande contra mi paladar, cosa que le gustó.
Esa mamada fue sin duda mejor que la que le hice a Daniel, pues esta fue lenta, con amor y sin la brusquedad que Daniel había utilizado. Aunque aún así intente hundir mas eso en mi hasta sentir arcadas que hicieron que me lloraran los ojos. Y cuando levanté la mirada mi Profesor se asustó porque pensó que me hacía daño pero con una sonrisa lo tranquilice y le di a entender que nada pasaba, entonces alargó un dedo y me limpió mis ojitos llorosos. Me encantaba el sabor de su pene, era un poco salado pero nada desagradable y entre más rato pasaba más sentía un ligero líquido que desprendía su pene pero lejos de desagradarme, más afanosamente succionaba.
De pronto sentí que se contraía y que gritaba más fuerte, entonces se zafó de mí. Yo preocupado le pregunte que qué había hecho pero él me dijo que nada, solo había estado a punto de tener su orgasmo al igual que yo.
-“¿Y por qué te saliste entonces”.- le pregunté.
-“Porque quiero primero entrar a un lugar al que nunca han entrado aún”.
Entonces me giro y comprendí a lo que se referia y volvieron de nuevo mis pensamientos desagradables sobre eso. Sí el pene de Daniel para mí era grande e imaginarlo entrar en un agujero tan pequeño como es mi anito, me causaba temor. Entonces el pene del Profesor Abraham que mínimo mediría unos 17x4cm o quizás más, entrando por mi anito era aterrador.
Una ola de miedo atravesó mi espalda.
Cualquier sugerencia o concejo, siéntanse libre de comentar.
gran realto como como sigue por favor