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Gays

Mi niñez en el internado (parte 3)

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por angelmatsson.
Mi boca quedó seca cuando entendí a lo que se refería, aún tenía el sabor a pene en mis papilas gustativas y estoy seguro que mis ojos estaban unos cuantos milímetros más a fuera de lo normal. Mi mirada se encontró con la suya y él comprendió que estaba algo asustado. El eufemismo del día, porque “algo” no era nada a comparación de lo que sentía realmente y al parecer el entendió esa pequeña indirecta que le mando mi expresión.

-“Hey, tranquilo, nada malo a pasado. No hay razón para que temas”.-

Claro, para él era fácil, porque no iba a tener un trozo de carne dentro de su culo que prácticamente era como meter un bate de béisbol dentro del agujero de una botella de bebida de 355cc. (ok quizás exageré, pero así lo sentía yo)

-“Vi a Daniel hacerle “eso” a un niño y no le vi la cara muy contenta”.-Dije con un cierto tono sarcástico que desde siempre lo he tenido en algunos momentos.
-“Mira Killian, ya te dije que nada malo sucedería y que esto yo lo haría de manera muy lenta para que desfrutaras como lo hiciste hace unos minutos…. “.- Y bla bla bla, no me acuerdo más. Pero fue un discurso de que prácticamente el que él me penetrara era un regalo del cielo sólo para mí y que tenía que ir casi hasta la virgen de rodillas por ese deseo concedido.

No era tonto como para creerme ese cuento, de hecho era y soy bastante inteligente (sin ser soberbio) pero el hecho que de que se tomara tanto tiempo para convencerme y también el que estuviera ahí meneando ese pedazo de verga, pues me convenció. Solo esperaba que de verdad tuviera intenciones de ser cuidadoso y oraba para que realmente se sintiera rico, así como el describía que se sentiría.

-“Esta bien, pero promete que serás cuidadoso y que no me dolerá”.- dije aun no muy convencido.
-“No puedo prometer que no dolerá…”- ok, eso no me tranquilizó para nada.- “pero si puedo prometer que lo haré con el mayor cuidado y que te daré el mayor placer posible”

Asentí con la cabeza y sin perder tiempo me besó dulcemente como si con cada rocé me agradeciera por haber aceptado, lo que hizo que me dieran más ganas de lo que estaba a punto de pasar. Aprovechándose de mi agilidad (sí, soy un chico bien ágil) puso una almohada bajo mi espalda y me dijo que por mientras sujetara mis piernas a la altura de mi pecho, dejando una vista en HD o 3D de mi culito. Su cara fue un poema, la lujuria vertía del cristalino en sus ojos, sus pupilas casi me tragaron y le faltó poco para que empezara a botar espuma de su boca. (Menos mal que no lo hizo porque hubiese sido extraño).

Pensé que en ese mismo instante me penetraría y ya tenía mis ojos súper cerrados como si de alguna manera eso hiciera que el dolor parara. Pero no lo hizo. Sólo descendió y comenzó a jugar con su lengua de manera tan deliciosa que se me salió un gemido no muy masculino pero también acompañado de esa tan familiar corriente placentera que viajaba a través de mi médula espinal y que hacia trabajar a todo mi sistema nervioso periférico.

-“Ahhh… Hmm”.- salía de mi boca.

Y pues solo eso podía hacer o decir. Después comencé a sentir que su lengua intentaba ir más adentro pero mi culo estaba más que decidido a no abrir las puertas. Fue una gran batalla que su lengua no pudo ganar por lo que necesito el refuerzo de su dedo índice derecho “El dedo explorador” como le dijo él en ese momento. El estúpido dedo hizo un poco más de fuerza y logro vencer la resistencia, sacándole una traviesa risa a él y a mí una mueca de dolor. (Tomando nota: La maldición crusiatus esperaba visitar al profesor Abraham muy pronto)

-“Lo siento”.- me dijo
-“De hecho lo siento yo…”- dije no muy contento y con parte de su dedo en mi interior que gentilmente había dejado de mover.
-“Discúlpame, no volverá a pasar”- dijo arrepentido.- “ahora lo sacaré lentamente y pondré lubricante que es como un aceite para que pueda entrar sin causarte tanto daño”

Y mientras lo decía, lo iba haciendo. Cuando sacó el dedo sentí una sensación muy chistosa, pero hizo que apretara mi anito fuertemente. Puedo jurar que vi en su rostro una risa escondida. Luego puso un poco de ese famoso lubricante y dirigió su dedo explorador a mí ya explorado ano.

El líquido era frio y hacia mucho contraste con el calor de mi interior. Arrugue un poco la frente cuando sentí la invasión y me di cuenta que ese dedo iba cada vez mas adentro hasta que cuando iba por la mitad…..
-“wow wow wow”.- dije excitado.”ahh ¿Qué fue eso?
-“¿Qué cosa?… ¿Esto?.-
-“Ohh… s-si”.- no cambia en mí. Se sentía genial, raro e incómodo, pero rico. La corriente misteriosa de placer venía desde adentro esta vez y cada momento que rozaba ese lugar inconscientemente estrangulaba el dedo explorador tan fuerte como fuera posible. Era extraña esa sensación pero woow…. Genial.
-“Calma, calma… Me vas a sacar el dedo”.- Como si fuera posible. Pensé.- “este es el punto G masculino….”

Bueno y muchas cosas más que ustedes saben pero que yo en ese momento no entendí y bueno, tampoco me esforcé en entender pues tenía un dedo en mi ano que me causaba sensaciones hasta ese entonces desconocidas , así que disculpen por no poner la atención necesaria en una “clase” de biología que por lo demás sobraba en ese momento.
Me sentía como indefenso, o quizás vulnerable o no sé. Pero tener ese tipo de sensaciones sin poder evitarlas ni ver exactamente de donde provenían era algo perturbador para mí. Bueno y para todos los hombres yo creo pues nosotros somos más visuales que sensitivos.
Un pequeño dolor agudo cortó groseramente mis pensamientos.

-“Esta todo adentro”- dijo Abraham. (no le seguiré diciendo profesor, más que mal ya estamos en confianza viendo la situación.).- “ahora vamos por el segundo”
-“¿Segundo?.- escupí.-
-“Obvio. Tengo que meter mínimo tres dedos para que mi herramienta entre sin romperte.” ¿Romperme? Oh Dios. Eso no era para nada tranquilizador. –“Calma, solo es un decir”

Mmm, no sonó muy convencido. Pero el sabia más que yo de eso y tenía más experiencia. O eso esperaba.
Cuando comenzó con los dos dedos no sentí mucha diferencia, salvo un pequeño ardor y obviamente el sentirme un poco más abierto, pero creo que la posición en la que me encontraba (con las rodillas en mi pecho) hacia más fácil el trabajo. Aunque de seguro me dejaría con la espalda un poco adolorida. Con el tercer dedo sentí un poco más de dolor y un poco de terror al ver la cara de Abraham que prácticamente parecía estar luchando por entrar en mí. Y después de unos cuantos grititos de dolor-placer ya podían entrar y salir, aunque no muy fluidamente.

Mi penecito empezó a despertar y lo sentía duro y caliente, mis testículos estaba muy pegados a mi cuerpo y el profesor de vez en cuando les daba algunas lamidas que luego con el aire se sentía muy frio. Sacó sus dedos dentro de mí y por suerte no había comido nada anteriormente o creo que hubiese sido algo incómodo, y me dijo que podía soltar mis rodillas. Ya las tenía algo adormiladas y cuando las bajé sentí mi culito extraño y sensible.

Quise hacer un experimento y llevé mi mano a mi anito y lo sentía viscoso, me dio un poco de nervio introducir mis dedos pero igual lo hice, descubriendo que fácilmente entraban dos de los míos, aunque cuando apretaba con suerte podía entrar uno. Era sorprendente y a la vez excitante sentir mi propio calor y humedad y creo que también lo era mirar porque Abraham tenía su pene más que húmedo y duro viéndome mientras exploraba mi cavidad.

En su cara podía ver el deseo y admito que me sentía muy buen. El saber que alguien te desea, te da como un cierto poder o por lo menos así lo sentí. Era como si yo le pidiera algo y el me lo daría solo por estar bajo ese estado de excitación. Me dijo algo pero no lo recuerdo bien y tampoco lo entendí mucho pues estaba casi ahogándose con su propia saliva de tanto babear.

Bueno y sin más me dijo que me pusiera de perrito y comenzó a jugar con su glande en mi entrada mientras me decía cosas lindas y a la vez excitantes (aún con esa forma extraña que tenía para hablarme, como si Pablo Neruda lo hubiese poseído). Mi culito estaba súper húmedo y su glande estaba morado, gordo y extremadamente lubricado, que casi me daban ganas de ir a limpiar esa capa de líquido brillante que tenía y que lo hacía ver como una gran cereza recién lavada de lo reluciente que estaba.

-“Killy bebé, ábrete las pompis y relájate”- me dijo no muy relajado pues su respiración estaba muy agitada.

Y yo, como un niño obediente, le obedecí. Con su mano derecha hacia puntería y con la izquierda jugaba con mi pene y estómago. Sentía cosas ricas por todas partes y no sabía a cuál de todas ponerle atención. Por un lado estaba el gordo glande queriendo entrar y que desprendía un calor de los mil demonios en mi entrada trasera. Por otro lado estaba esa mano juguetona que me tocaba mis partes sensibles y por ultimo sus labios que jugueteaban en mi cuello.

Lentamente sentí que hacia presión, milímetro a milímetro si glande vencía mis resistencias, mi anito era obligado a abrirse y cuando entro esa cabeza sentí un dolor proveniente de los ovarios que ni siquiera tengo. Entro el glande y automáticamente fue succionado y aprisionado y un gemido bastante fuerte fue liberado de la boca de Abraham. Yo me mordía fuertemente la boca para no soltar un grito. Sentía que si me la sacaba se llevaría todo mi interior con ella, como cuando das vuelta un calcetín con la mano. Pero él no tenía en mente sacarla, al contrario, quería tocar fondo, quería llegar donde nadie jamás a llegado, quería ser el nuevo Cristóbal Colón.

Y fue así, siguió avanzando mientras yo más me tensaba y el más gruñía. Hasta que “pum”. Llegó a un tope. Sentí como si me pincharan desde adentro y arqueé mi espalda en señal de dolor. Si bien no me dolió tanto el proceso de penetración, igual sentía una fuerte molestia que impedía que incluso hablara. Ahora estaba completamente lleno, su pene ahora lo sentía casi en mi estómago aunque según lo que él dijo me faltaron algunos cm por dejar entrar. Pero dijo que con practica lo lograríamos pues yo aún estaba muy estrecho.

Esperamos unos cinco minutos (a todo esto deberían ser casi las 9 de la noche en ese momento) y luego comenzó el famoso movimiento característico. Cuando comenzó a retirar su mástil me sentí vacío. Fue como el síndrome de Estocolmo. Lo odiaba al principio pero luego no lo quería dejar ir. Fue una sensación extrañamente incomoda porque además sentí unas ganas enormes de ir al baño.

-“Ay… uy”.-me quejaba.
-“Oh.Uh…Ahh”- él gemia.

La coherencia aquí no importaba. Mi mente en ese momento solo vagaba por el tiempo, desde mi madre, hasta Daniel, incluso Harry Potter. Todo se veía tan lejano. Pero pronto todo se disipo cuando mi culito se adaptó un poco y comencé a sentir lo bueno. Mi pene comenzó a endurecerse y por cada envestida mi verguita daba una sacudida acompañada de una corriente que llegaba a la punta de mi glande. Comencé a sentir el bombeo y el placer aumentar, jadeaba y gemía sin parar como un poseso pero aun sintiendo dolor. Fuerte dolor pero que se mezclaba con el intenso placer y que me retorcía el alma y que por más que quisiera poder pararlo, no podía. Pero de todas formas no quería. No sé si fue un momento de masoquismo pero ese dolor me gustaba, aunque sintiera algo casi en mi estómago o punzando en los huesos de mi pelvis, pero de todas formas no quería que parara y de hecho sus movimientos pélvicos fueron acompañados de los vaivenes de mis caderas.

-“Oh Killy, eres genial”-Abraham estaba el cielo prácticamente, su voz apenas era audible.-“oye, cuando saque mi pene debes apretar lo más fuerte que puedas….uff… así. Y cuando te la meta relajas”

Cuando apretaba podía sentir toda la longitud de ese mástil, sentía también un poco más de dolor he incomodidad pero de todas formas era rico y Abraham obviamente disfrutaba más y más. Sin previo aviso y yo totalmente sorprendido, Abraham me tomó del estómago y me giro sobre su pene y oh rayos, sentí que todo mi interior giró con eso. Vi estrellas de colores y yo creo que más que eso. Vi el cosmos completo, con todo y galaxias y materia oscura, creo que vi hasta una súper nova hermosa.

-“Lo siento, pero quiero verte la carita mientras te perforo
”
Eso no fue muy romántico pero fue muy sexy. Mi cara en ese momento no era la más linda. Pienso que fue como cuando chupo un limón, mezclado con la cara que pongo cuando como chocolate. Pero al parecer eso le gustaba y salvajemente comenzó a devorarme a besos y a masturbarme rápidamente. Ya no podía más, era mucha tortura, muchas sensaciones, mi cuerpo se veía superado y explote en un feroz orgasmo que me saco una gotita de algo trasparente, mezclada con una convulsión poco normal y un grito ahogado de placer de Abraham.
Mi cuerpo quedo en piloto automático mientras mi profesor terminaba de usarme dando algunos espasmos y gritos que desfiguraban su cara, para luego bajar la velocidad y dar estocadas cortas pero profundas que punzaban en mi interior pero yo con todo lo que había sentido ya no respondía a esas punzadas.

Al terminar Abraham, se cayó sobre mi cuerpo dificultándome la respiración. Me sentía débil, como si hubiera subido el monte Everest pero con una mochila de piedras en mi espalda y de rodillas. Y al parecer él igual, incluso pensé que se había desmayado porque yo estaba seguro que pronto yo lo haría. Pero sentí una pequeña risita cerca de mi oreja y supe que estaba vivo, luego se levantó y me miro con deseo y gratitud.

Cuándo sacó su pene dentro de mí, sentí un dolor feo. Un grito visceral salió desde mi estómago que luego se deshizo cuando salió completamente, dando paso a una sensación de relajo y vacío. Sonó un “plop” con un pequeño ruido de succión y luego sentí un líquido caliente saliendo de mi interior que me causo un escalofríos. Lleve mis manos pero Abraham lo impidió y me dijo que me quedara quieto porque el iría a buscar algo para limpiarme. Cuando llegó se quedó entre mis piernas y sentí que puso en mi ano una servilleta que me raspo como si fuera un cepillo de aluminio. Vi en ese momento el líquido entre blanquecino y rojo que brotaba de mí y me dio mucho terror pues estaba más que seguro que lo rojo era sangre. Y en parte era obvio porque mi culo dolía como si un equipo de futbol americano hubiera entrado a jugar.

Sentía mi culo abierto y se lo dije y él me dijo que con el tiempo se cerraría y que intentara hacer ejercicios para que volviera a estar como antes. Luego puso (por lo que vi) ambos dedos índices de cada mano y abrió mi ano para ver si tenía más restos de ese líquido. Con eso mi culito ardió mucho más y luego todo cesó cuando un frio entro en mi anito que hizo contrastar el ardor infernal. Hielo. Fue un placer sentir ese refrescante frio que tranquilizó mi ardor, el que parecía que el mismísimo diablo hubiese hecho un incendio dentro.
Después de que se terminara el hielo intente levantarme pero un fuerte dolor en “ya saben dónde” impidió que lo hiciera. Abraham tenía su pene algo pringoso y sucio, totalmente dormido y de un color rojo intenso. Me quedé acostado un tiempo más y mi profesor me puso una crema que debería aliviar el dolor.

-“Tu culito está muy abierto e irritado, tiene un color rosa muy fuerte, no hagas fuerza”
Todavía estaba algo ido cuando vi la hora. ¡Santos actores porno! Eran las 9:20pm. Y yo no podía ni moverme para poder irme al internado y creo que Abraham no había tenido en sus planes ese imprevisto porque su cara se transformó.
-“Tengo hambre”.- le dije.
-“Lo siento, no tengo comida. Los profesores comemos en el internado.” Rayos.-“ además no se cocinar, hasta los huevos revueltos se me separan.”
No me pareció muy graciosa esa broma.
Me vistió más rápido de lo que tarde en desvestirme e intento hacer que caminara pero mis piernas casi no me respondían y el dolor de mí retaguardia era asquerosamente fuerte. Me llevó cargando hasta la entrada del internado y al llegar me dejó en el suelo porque vimos al director pasar.
Pero cuando intente caminar mis piernas fallaron y caí al suelo haciendo un estrepitoso ruido. Maldita la suerte fue cuando nos percatamos que el director volvió a asomarse y nos vio. Abraham se puso azul, casi parecía un pitufo y yo pues, solo estaba ahí tirado con un dolor terrible.

-“¿Qué le pasó a ese alumno?”.- preguntó el director.
-“Emm…”

Eso hasta ahora chicos y chicas… si es que hay chicas leyendo esto. Gracias por su tiempo y espero sus comentarios.

3623 Lecturas/1 octubre, 2018/0 Comentarios/por sexosintabues
Etiquetas: culito, culo, mayor, orgasmo, virgen
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