Mi niño José Parte II y final
Cuando estaba por hacerle el amor al niño de mis sueños nos cae su hermano y nos amenaza cogiéndome salvajemente.
Mi niño José Parte II y final
Me gritó “mámale cabrón” para que se te quiten las ganas de cogerte a mi hermanito, mientras balbuceaba ahogándome con sus embestidas de verga en mi boca.
A pesar de todo, me estaba gustando el mamarle la verga a Miguel y sentir sus fuertes piernas de donde me aferraba para poder meterme su verga y no caerme, Cuando me zafaba para tomar aire, aprovechaba para respirar en su ingle y sus huevos sudados que emanaban un encantador perfume a macho.
Cuando sentí que incrementaban sus embestidas y se comenzaba a hincha se glande, me retiró y me ordenó que me bajara el short y el calzón que me metería su verga, que estaba ya muy caliente en el proceso del supuesto castigo que me estaba infringiendo por quererme coger a su hermanito José.
Para ese momento ya tenía bien sudado mi colita de excitación y de emoción de que terminara cogiéndome Miguel como parte del castigo y amenaza y palpitante de sentir esa verga grande y gruesa para su edad como de 15 centímetros, pensé que sería una experiencia sexual increíble ser violado por mi vecino que era un referente de hermosura y cuerpo muy deseable.
Me baje mi short y mis calzones y me di la vuelta para que me dejara ir su verga ya lubricada por mi saliva y su abundante precum. Me tomó de la cintura acercó su miembro y quiso ensartarlo como si fuera un ducto guiado y sin complicación en embonar una pluma Vic en su tapa.
Mi anito obviamente a pesar de la calentura estaba húmedo pero no dilatado, me soltó de la cintura y agarro su verga para dirigirla con precisión al centro de mi colita, pero aun así no le atinaba, tuve que dirigir su verga a mi virginal anito rosadito y tierno, jalando también un poco mi nalga izquierda para facilitar la entrada y este bruto al sentir que estaba en la puerta de mi colita, me dejo ir todo su fierro caliente que me hizo grita por el punzante ardor y dolo que me generaba se abriera con brusquedad las paredes vírgenes de mi culito.
Lo detuve presionando sus nalgas a las mías para que no pudiera mover su pene y pudiera tomar aire de la tremenda ensartada que me había propinado. Le dije eres un animal me duele mucho. Me dijo cállate perra que te voy a embarazar con pasarte de listo con mi hermanito.
Pero yo no lo estaba obligando, era de común acuerdo y yo quiero a José, no busco hacerle daño le dije.
Pero nadie se coge a mi hermanito y lo hacen una niña, eso no lo permitiré y o eso te estoy cogiendo duro para que se te ocurra nuevamente meterte con él.
En eso, me quitó mis brazos de sus piernas y volvió a sacar y meter con brusquedad su verga gruesa, arrancando me un grito fuerte que el pobre de José estupefacto y muerto de miedo, pena y vergüenza que su hermano la haya descubierto disfrutando de los placeres gay que estaba experimentando con cariño y pasión que le estaba imprimiendo en nuestro encuentro.
En eso iba pasando por el llano baldío mi vecino Nemesio, un muchacho agradable de 17 años con el que llevado una magnífica amistad y me había adoptado como su pupilo y amigo.
Gritó quien anda ahí, ¿qué pasa? Le contesté soy yo Juan, ayúdame por favor. Entró como una flecha mi amigo a ver de dónde venían las voces y gritos. Encontrándonos a Miguel, José y a mi metiéndome la verga sin piedad.
Quítamelo de encima por favor que me duele mucho, Lo agarró de los cabellos y sometió a Miguel diciéndole, cabrón porque estas chingando a estos niños y en especial a mi amigo juan. Te voy a partir la madre grandísimo cabrón.
Le dije que estábamos José y yo de común acuerdo acariciándonos muy bien y sin problemas cuando llegó Miguel y me amenazó con decir lo que estábamos haciendo y que le mamara la verga, cosa que hice y después me metió la verga a la fuerza.
Así? Dijo Nemesio, ahora para que tú nos los acuses, dirigiéndose con jaloneos a Miguel, tu me vas a mamar la verga y yo también te acusaré que te encontré cogiéndote a la fuerza a un niño menor que tú.
Tu Juan y José si quieren pueden seguir haciendo lo que hacían, él ya nos lo va a molestar y menos a denunciar. Y mientras sometía a Miguel con amenaza de romperle la cara si no accedía a mamarle la verga, José y yo reanudamos nuestras caricias y besos que nos calentamos con la mamada que le estaba dando Miguel a Nemesio, sobre todo por ver una semejante verga de 20 centímetros y gruesa como un chorizo, desbordado por sus venas, sin prepucio que lo hacía un espectáculo digno de ver.
Sin más le dije a José al oído quieres que te penetre con cuidado y con mucho cariño, porque siempre he soñado con tenerte cerca tu hermoso cuerpo y tus inigualables nalguitas. Me dijo si, quiero sentir tu verguita porque también he soñado contigo y siempre había tenido pena de que dirías si me hubieras rechazado, por no ser gay.
Le puse saliva a mi pequeño pene y a su colita dulce y encantadora, con una suavidad como si se tratara de un bebé. Se inclinó y le abrí con cuidado sus cachetes para dejar expuesto su anito rosado y virginal, acerqué mi verguita y a la primera la apunte en su hoyito y ahí la deje para iniciar muy lentamente la penetración para que la pudiéramos disfrutar ambos y no lastimarlo.
Nada más sentir la punta de mi verga, José dio un suspiro de felicidad y expectativa de lo que venía. ¿Le dije estás listo mi bebé? Sí contestó con su vocecita de ternura y amor. Comencé a empujar y la sensación era indescriptible por tener al amor de mi vida cogiendo con pasión y sin restricciones o miedos, después de introducir la cabeza, le arranqué un quejido y suspiro a mi José, pero de total alegría, calentura y satisfacción.
Así estuvimos intercalando metida y sacadas de verga en su colita con besos que le daba en su cuello, oídos y en la boca. Era todo un sueño hecho realidad, la forma tierna que lo estaba haciendo estaba fascinado a José que me decía, te quiero, sigue, sigue, no pares por favor, estoy sintiendo muy rico, pero sobre todo que tú me lo estás haciendo juanito querido. Sentir su cuerpo desnudo y suavecito de José en mi piel y sobre todo el acto de amor virginal de darnos placer con la protección de Nemesio, que tenía a Miguel a punto de eyacularle en la boca. Le dijo cuidado y tiras mis mecos, quiero que te los comas todos porque te voy a besar y darle una probadita a mi lechita que es muy rica y saludable.
En ese momento no pude más ante ese escenario en un lugar escondidos y con la emoción de hacerlo a escondidas, le dije a José ya me voy a venir quieres que te los deje en tu deliciosa colita mi bebé, me dijo si por favor los voy a dejar ahí hasta que tenga que ir al baño. Quiero tener tu lechita conmigo todo el tiempo que pueda, son míos y solo míos estos moquitos Juanito, dámelos ya por favor.
Expulsé tres chorritos de leche, que a mis 10 años ya generaba ante tanta masturbación evocando la cara y cuerpo de mi recién amado José. Sentí una explosión que se esparció por todo mi cuerpo que hasta vi puntos negros que se ven cuando te vas a desmallar. Fue demasiada excitación, pero sobre todo un profundo amor por tener sexo con el niño de mis sueños.
Después de ese día siguieron nuevas experiencia igual de emocionantes y apasionadas, que ya les platicaré al igual de las aventuras con mi amigo Nemesio.
Espero les agrade porque fue parcialmente cierta.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!