Mi obsesión por Coqui… El macho regresa por más (Parte 2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cambro_david.
Link para la primera parte: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-28819.html
A la mañana siguiente de nuestro primer encuentro me desperté en mi cama con un tremendo dolor de culo. La noche anterior apenas me había limpiado superficialmente por lo que me amanecí con mi botón mojado, mezcla de semen y lubricante, y con una tremenda erección. Cerraba mis ojos y recordaba a Coqui desnudo en la sala, con su pitote tieso. Recordaba la sensacion de tenerlo dentro, de su tremendo aparato abriéndose camino en mi interior sin ninguna consideración. Pensaba que me había arruinado para con las mujeres… yo jamás sería capaz de imitar su manera de coger con nadie, eso era algo que solo los machos como él saben hacer, es algo con lo que nace y no se puede enseñar.
En fin, me masturbé ahi en mi cama como tres veces seguidas. Busque en internet algún remedio para el tan particular dolor de culo despues de coger y encontre un analgesico que no solo aliviaba el dolor sino que también ayudaba a para que los músculos rectales volvieran a su estado original.
Pasé de ir a jugar fútbol el domingo… temía que él me viera y me pidiera repetir ese mismo día y tener que negarme .. Asi que decidi esperar hasta la próxima semana para estar asi completamente recuperado de la brutal cogida.
Asi fue que el domingo siguiente, como de costumbre me fui a jugar fútbol con mi equipo y me apuré para llegar rápido a los vestidores… me quede afuera revisando mi movil y cuando lo vi entrar, yo hice lo mismo. Le buscaba la mirada pero él me ignoraba … no sabía si simplemente llegar y darle un apretón de manos o eso le molestaría. Cuando venía saliendo de la ducha le sonreí para ver si acaso me dedicaba un minuto, pero lo que recibí fue su cara de enfado y ceño fruncido. Luego de que se terminó de alistar simplemente se marchó.
Yo me sentí como una mierda. Si él no planeaba volver a hacer nada conmigo y veía lo pasado como un error, como algo que no se debería volver a repetir, yo pensaba que al menos debía tener la cortesía de comunicarmelo, no simplemente ignorarme y hacerme ojos de mata putos. – Por supuesto que no va a querer nada contigo Luis… el esta casado, tiene familia… jamás va a arriesgarse a perderla por un putaso como tu – me decia a mi mismo, auto-torturandome, en medio de la ansiedad que sentía. – estaba borracho, sólo quería un culo para meterla esa noche – pensaba en mis adentros.
Después de toda una semana de estarle dando vueltas al asunto decidí cortar las cosas de raíz y olvidarme de él. Le veía el lado positivo… mi primera vez había sido con un macho alfa de inmejorables condiciones, el me había desflorado, y de qué manera! Al menos ese recuerdo siempre me haría sonreír. Me inventé una excusa para no volver a jugar con el equipo (a pesar de toda la presión que hubo para que siguiera, ya que yo me había vuelto el mejor de todos, jeje).
Pasaron dos domingos, en los que para distraerme compré unos modelos en miniatura de vehículos antiguos (para armar y pintar) y en eso se me iba toda la tarde. Sin embargo el siguiente domingo, a eso de la 1:30 de la tarde alguien tocó el portón de la calle. Ahí estaba Coqui, con sus shorts cargo color khaki, una camisa tipo polo anaranjada ( de esas ajustadas para enseñar brazo), unas timberlands y lentes oscuros (les cuento esto porque realmente me excitó su vestimenta, como de niño grande jeje).
– Coqui? Qué estás haciendo aquí?
– Puedo pasar para hablar contigo un minuto?
– Pasale
De inmediato le abrí el portón y pasamos adentro. Él venía agarrandose el bulto de camino.
– quieres algo de tomar, una birra o algo mas fuerte?
– una birra está bien … porque no has vuelto a jugar futbol?
– la verdad es que no quería volver a toparme contigo… me imagino que has venido a asegurarte de que no le haya contado a nadie… no tienes que preocuparte, de mi boca no saldrá palabra alguna, puedes estar seguro
– excelente, excelente … pero yo más bien venía a ver si no querías – ( y haciendo un ademán con su boca me señaló su bulto que se veía duro)
– no me jodas Coqui… primero me tratas como una mierda y luego vienes aquí a pedirme el culo
– pero que te pasa? cuando te he tratado como una mierda?
– la última vez que te vi… yo no te pido que me saludes de beso o alguna mariconada asi, pero que me ignores y tras de eso me vuelvas a ver como si estuvieras a punto de meterme un golpazo… ya es pasarse… después de lo de aquel día esperaba más de ti
– lo siento mucho si te sentiste mal… es solo que …
– que que?
– Que no es el ambiente adecuado para saludarte… Oficialmente ni tu ni yo nos conocemos. Ahí en el vestidor están todos mis amigos y compañeros del trabajo y no puedo arriesgarme a tal extremo
– por si no lo sabes yo tambien trabajo para la misma empresa? Que de malo tendría saludar a alguien más?
– mira, no lo quería decir pero … ahí, internamente, todos mis compañeros sospechan que eres maricón y que yo te gusto… ahora si me ven saludandote y hablando contigo, van a empezar a joderme más y es posible que llegue a oídos de mi mujer… y en estos momentos no estoy pasando por el mejor momento en mi relación cómo para que la bruja tenga otra excusa para hacer problema
– … – yo me quedé mudo, no tenía idea de cómo reaccionar
– mira yo vine aquí, porque pensé que eras un tipo mas relajado…. el otro día la pasé genial… me encanto cogerte el culo y esperaba poder repetirlo hoy… si tu lo que andas buscando es un novio, un princeso que te dé cariño pues dímelo para irme de una… ahora si lo que quieres es un hombre que te deje bien cogido, asi como el otro día, pues aqui estoy yo… pero hasta ahí, yo no voy a andar pensando en que si te herí los sentimientos o rollos asi.. yo lo que quiero contigo es sexo, punto.
– Pues no lo se… como te dije el otro día, yo no es que sea un puto experimentado … no sé hasta qué punto esto que quieres sea beneficioso para mi..
– Aqui esta mi número. No me llames solo mensajes. Cuando te decidas me escribes.
Y dando media vuelta se marchó visiblemente enojado hacia la puerta. La abrió y dando media vuelta me dijo
– aunque ahora digas que no sabes lo que quieres, bien que te encantó que te rompiera el culo… y bien que te mueres de ganas ganas de que te lo rompa otra vez!
Y tirando la puerta se marchó. Yo me quede ahí en medio de la sala clavado… como un tonto… ¿que rayos había pasado? … pensé por un momento en salir, detenerlo y llevarmelo a la cama hacerme cargo de bajarle esa erección que se cargaba con mis nalgas, pero mi orgullo me detuvo.
Pase toda la semana pensando en qué hacer. Por un lado él tenía razón. Yo sabía que lo nuestro era únicamente físico, pero por otro lado me aterrorizaba que ya inclusive sus amigos estuvieran dudando de mi hombría y que los rumores se esparcieran hasta llegar a mi departamento. Tenía que cuidar mi reputación porque aparte de todo la industria no era muy simpatizante de la diversidad y corría el riesgo de quedarme sin trabajo.
El sábado siguiente me fui de fiesta con la gente de la oficina aún sin tener una decisión tomada y me emborraché bastante rápido. En medio de todo, para peores me encontraba ligandome a una compañera que estaba bien buena pero no me daba pelota por estar bien chaparro. Lo cierto es que a pesar de todo, no podía sacarme a Coqui de la cabeza. El saber que el macho de mis sueños estaba a un mensaje de texto de distancia me traía loco.
A media noche después de echarme una meada agarre el móvil y le puse: Cuando puedo verte? – Vale madre lo que piensen los demas – me dije a mi mismo – a los diez minutos él me respondió: mañana después del fútbol tipo 1pm : No puedes hoy? : No : Estoy muy caliente, ya quiero que sea mañana y sentir tu pitote dentro de mi 😉 : Que puto que eres : Lo siento pero no puedo dejar de pensar en tu verga : No te disculpes, me gusta que seas asi de puto y que te encante mi verga.
Yo me distraje un poco con mis amigos que seguían en la fiesta sin sospechar en las que yo andaba. Como a la hora me entro otro mensaje. Al abrirlo me salió una foto del vergon parado de mi macho, con la siguiente leyenda: Para te metas el dedo pensando en ella : Uyy papi… que mera pichota tienes : Mañana quiero que me recibas ya lubricado y con jockstrap como el otro dia, para entrar y darte de una vez … ah, y tambien que tengas preparado algo de comer porque voy a ir con hambre : Claro que si mi rey! Para tí lo que quieras.
No me respondió más. Me quedé releyendo los mensajes una y otra vez (y disimuladamente, en la medida de lo posible,mirando la foto de su miembro) – desde cuándo te volviste tan marica Luis? – me preguntaba al no creerme en las que me estaba metiendo. Como a la media hora me despedí de mis amigos y tomé un taxi a mi aparta.
Al día siguiente, a la hora acordada llegó Coqui. Se bajó de su “pick-up” y tomó su maletín de deportes. Venía con un short azul ligero ( que dejaba en evidencia su tremenda erección), camiseta sin mangas sport y sandalias. Yo abrí la puerta exhibiéndome para él, tal y como lo había ordenado sólo con mi jockstrap. Él me sonrió con su carita de travieso mordiéndose el labio inferior a la vez que con descaro se agarraba su tremenda vergota.
– Ahora si puto, te tocó el 8 – me dijo al entrar y cerrar la puerta.
De inmediato y para mi sorpresa, me tomó de la cintura y me plantó un tremendo beso, lleno de lujuria y calentura. Forzaba su lengua dentro de mi boca, como para establecer dominancia, la enredaba con la mía y mordía mi labio inferior con cada beso.
– y eso? – le pregunté legítimamente extrañado de que tuviera tal consideración conmigo, mientras iba a la nevera a buscarle una cerveza
– y bueno… Ya que vamos a estar haciéndolo de forma regular he decidido tratarte más como la nena que eres – me respondió al tiempo que se deshacía de su ropa
Yo regresé con la cerveza y él se sentó en el sofá, pegándole un gran sorbo. Yo, ni lerdo ni perezoso fui a lo mío. Hincado en el piso frente a él empecé a mamarsela. No me canso de decirlo, era una delicia. Aún no lograba tragarmela entera, apenas me cabían dos tercios. Él no perdía detalle de la acción y con respiraciones profundas y mordiéndose el labio me hacía saber que lo estaba disfrutando.
– Te gusta mi pipí?
– me encanta
– ¿dime que es lo que más te gusta de ella?
– Su sabor, sabe a macho heterosexual, a testosterona. A hombre de verdad – le respondí mientras me la pasaba por el rostro y se la chupaba de medio lado.
– ¿te gusta que te la meta?
– si papi, me encanta que me la claves y que me preñes
– ¿quieres que te la meta?
– Si
– Vamos al cuarto pues
Y tomándome en sus brazos, me llevo alzado hasta mi recamara. Con cuidado me colocó al borde de mi cama y se echó encima mío a seguir besándome, al tiempo que frotaba su erección en mi abdomen.
– hoy te voy a coger de piernitas al hombro
– que rico papi
Y de inmediato me puso como él quería. Sentía su duro glande presionar mi húmedo botón, que nuevamente no opuso resistencia y se abrió dándole paso a la mitad de su verga.
– AYYYYY! No seas tan concho! …. Metemela despacito
– Shhh! Callate… No seas tan pendejito… Tienes que aguantarme la verga o si no voy tener que buscarme otro puto que si me la aguante
– No no, no hace falta, yo si puedo pero… metemela despacito porfaAAARGHHH – y sin dejarme terminar, me la clavó entera y sin compasión
– ahhh si bebé… que rico culo te gastas
– ayyy, me duele – le decía entre sollozos – la tienes muy gorda
– ¿te duele puto?
– si
– ¿quieres que te la saque?
– si
– mira que si te la saco no te la vuelvo a meter
– ay no entonces no
– JAAJAJA bien que te gusta – y diciendo esto empezó con un brutal mete / saca que me hizo ver las estrellas.
Igual que el otro día, con su acostumbrada cadencia y movimientos de cadera de maestro, me penetraba profundamente, con fuerza y rudeza. Escuchaba el golpeteo de sus piernas y bolas en mis nalgas. La cama crujía con cada estocada y yo gemía como una nena mientras Coqui no me quitaba la vista de encima. Yo me sentía en el cielo, el dolor era placentero. Sentir como una verga se abre campo dentro ti y busca satisfacer su calentura es una experiencia que te marca. Con cada segundo que pasaba el placer aumentaba. La conexión visual entre los dos no hacía otra cosa que calentarme aún más. Con ojos de macho en celo me hacía saber el placer desmedido que mi culo le ocasionaba.
Pasaron un par de minutos en donde me estuvo taladrando el culo sin compasión en la misma posicion. Notaba como su cara se iba poniendo roja, como se iban formando gotas de sudor en su pecho y cuello.
– te gusta mi culo papi? – le pregunté para romper el silencio
– me encanta bebé – me respondió sonriendo, meneando la cabeza, como quien no se lo cree
– es tuyo, me la puedes meter cuando te plazca
– no me lo tienes que decir
Y terminando de decir esto, se acercó a mi boca y me plantó un tremendo beso. Aprovechando lo incómodo de la posición me gire hacia la izquierda provocando que el tambien se acostara y sin sacarla me siguió dando, pero de lado. Yo volteaba la cabeza buscando su boca, su lengua traviesa que no paraba de chuparme el cuello y las orejas. El pasó su brazo fuerte por debajo de mi cabeza y aprovechó para forzarme a seguirlo besando. Yo alcé mi pierna izquierda para facilitar la penetración y él de inmediato me la volvió a clavar hasta el fondo.
No duramos mucho tiempo en esa posicion. Rápidamente el aprovechó para echarse encima mío y como la primera vez agarrarme con fuerza y con movimientos de “ground and pound” destrozarme penetrarme sin compasión con toda la fuerza de su cadera. Esta era su posición favorita y no tardó mas de un minuto para aumentar aún más la velocidad y fuerza de sus estocadas y con un grito ahogado decirme al oído – ARGHHH me vengo
Nuevamente sentí en mi culo como su verga se hinchaba y palpitaba con cada lefazo. Cuando terminó de eyacular se echó encima mío mordiendome el hombro, riendo aún agitado por la explosión de hormonas en su cabeza.
– que ganas tenía de darte pinga otra vez! – me dijo al oído aún sin sacarmela del culo
– mmm que barbaro papi, eres un dios para coger
– te gustó?
– me encantó… lo vamos a volver a hacer?
– ehh… bueno tienes que darme un chance para recuperar líquidos jeje
– jejeje… yo decía la próxima semana pero si quieres repetir ahorita mas tarde yo no me enojo
– vamos a ver si nos da tiempo – y diciendo esto me la sacó, se levantó de la cama, y tomó una toalla de su maletín – Me preparaste comida?
– Claro que si, un pollito asado para que recuperes fuerzas
– Voy a darme una ducha rápida y cuando salga quiero que la comida esté servida en la mesa
Yo me levante y limpie el semen que ya empezaba a escurrir por mis piernas. Me puse un short y me fui a la cocina a prepararle el plato a mi macho. Él salió 5 minutos más tarde aún desnudo y con su pilín encogido. Nuevamente me plantó un tremendo beso y sentándose a comer me dijo
– te estás portando de maravilla hoy chiquito, así me tienes que tratar siempre
– este es el único trato que un varón como tu se merece… con los huevos vacíos y la pancita llena
– jajaja dile eso a mi mujer
Yo aproveché para preguntarle acerca de la situación con su mujer y forjar al menos una amistad para ir cimentando la relación. Como buenos amigos estuvimos hablando de todo lo que le pasaba, de lo gastado que se encontraba su matrimonio, la falta de amor y sexo, de su miedo a perderlo todo en un divorcio, de hacerle daño a los niños, etc. En medio de la conversación yo decidí averiguar un poco más de lo que andaban diciendo sus amigos de mi.
– eh? jajaja, no te preocupes, esos hijos de puta piensan que cualquier cabrón finito es maricón … tú no tienes pinta, yo estaba medio indeciso al principio
– y que te hizo decidirte?
– te voy a contar pero no te vallas a enojar… te acuerdas aquel día en el bar? que yo me quedé hablando con Mariano en la puerta?
– Mariano es el barbudo?
– Si, él fue el que me dijo
– Osea que él sabe de nosotros?
– Si jajaja, pero no te preocupes que no le va a decir a nadie
– ¿como sabes?
– Porque el tambien se anda cogiendo a un puto, desde hace rato me lo andaba ofreciendo el hijo de puta
– jajaja, no me lo creo, ¿es en serio?
– Si, ese día me dijo – Si no vas tú voy yo … y la verdad es que hace rato se me antojaba tu culo
– ¿osea que yo le gusto a Mariano?
– Ni se te vaya a ocurrir meterte con ese cabrón … Tú eres mío ¿entendido?
– jejeje no te pongas celoso, tu eres todo lo que ocupo, y estás más guapo que Mariano
– Asi me gusta bebé… ¿no quieres chuparme la pinga?
– Siempre
– Ok, ahora que lo pienso nunca te has tragado mi leche… ya va siendo hora – y diciendo esto se levantó de la mesa, ya con la polla morcillona y se acostó en el sofá – pero vas a tener que sobarmela también porque sino no creo que logres deslecharme
Yo entonces me acomode para satisfacer a mi macho. Estuve comiéndomela por un buen rato sobandosela, chupandole las ingles y los huevos. Él con los ojos cerrados no reaccionaba, yo inclusive pensaba que se había quedado dormido. Como a los diez minutos de estar pegado a su palo, él abrió los ojos, se fijó en la hora y me dijo:
– ya se está haciendo tarde …. ven, acuestate tu
Y colocándose encima mío empezó a masturbarse con su riel a centímetros de mi boca. 30 segundos más tarde soltó su primer chorro en mi lengua, y me la metió en la boca para terminar de soltar su carga. Yo trague hasta la última gota de su semen y me encarge de dejársela bien limpia.
– Uff tito… como me tienes – me dijo mientras me pellizcaba un cachete
– Que rica leche papi… gracias por tenerme bien alimentado.
Él entonces se fue a vestir al cuarto mientras yo me tocaba por encima del pantalón. Cuando estuvo listo, se acostó encima mío y me dio el último beso del día.
– No sabes las ganas que tengo de quedarme aquí y cogerte 7 veces más.
– Quedate… Inventate una excusa
– No puedo bebé … pero ya estoy contando las horas para que sea domingo otra vez
Fin de la segunda parte
• Nota del autor:
Estoy pensando en escribir una tercera parte que podría incluir a Mariano como un tercer protagonista jeje
Haganme saber si les parece buena la idea 😉
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