Mi oculto fetiche es descubierto por mi primito.
Hola, les comparto esta nueva historia. Es más sobre un fetiche, pero lo pongo en esta categoría por lo amplio del morbo. No supe como acomodar el tema en mis otras historias, por eso es nueva..
Mi nombre es Edgar, tengo 18 años, para quienes son de México, entenderán mi descripción física cuando les diga dos cosas clave; soy lo que se llama «werito de rancho» y aparte practico charreria. Soy de un poblado donde mi familia se dedica al campo y la venta de productos carnicos, y pues donde desde pequeño se te enseña a trabajar en familia; y así como a los «chacales» sus cuerpos se les tornea por el trabajo que implica el comercio (andar de cargador), a nosotros lo weritos de rancho, se nos moldea y tornea la figura con las actividades duras del campo. De la misma forma la practica de la charrería ayuda mucho.
Desde pequeño empecé a desarrollar varios fetiches que marcarían mi sexualidad. Los pies, las manos que venas marcadas y los entallados pantalones charros que marquen pierna y bulto. Mis primeras jaladas fueron pensando en esos elementos. Incluso llegué coger con una novia y con alguien más (luego lo sabrán), solo si yo usaba mi traje de charro, y me lamían los pies y las manos (venudas por cierto, y recuerden, «wero de manos venudas, entrepierna verguda» jaja.)
En fin, mis locuras de adolescencia parecían quedar atrás, cuando me tuve que mudar a la ciudad para estudiar en la universidad. Sin embargo, para ahorrarse viáticos, mis papas me mandaron a vivir con una tía, más humilde que nosotros, a su pequeña casa, donde vivía solo con su hijo, mi primo Adrián de 10 años, un niño tímido, flaquito, el si morenito.
Como eramos muy cercanos como familia, yo me sentí a gusto con ir, aunque creía que difícilmente explayaría mis fetiches ocultos, pues no habría privacidad.
Mi tía y mi primo me recibieron con gusto. Me dijeron que tendría que compartir cuarto con mi primo, al menos por un tiempo, pues mi tía apenas edificaba su casa.
Así como en mi casa, me gustaba mucho andar descalzo, sobre todo cuando no estaba mi tía, para no tener pena. Me encantaba poder mostrar pies pies, dedos, empeine, tobillos, talones, en fin. Esa parte del cuerpo que en lo personal me prendía, sin ningún afán de exhibicionismo para provocar a alguien.
Mi tía trabajaba en su propio negocio todo el día, y mi primo siempre llegaba solo de la escuela, pus estaba a unos metros. Yo en el primer semestre de la carrera solo iba cinco horas a la Universidad, por lo que podía pasar todo el día en casa (aun no socializaba). La falta de hermanos mayores o primos cerca (todos vivíamos en el campo) hicieron que inmediatamente Adrián se volviera apegado a mi, yo lo agradecía ayudándolo con su tareas. En fin una dinámica normal.
Para desahogar mis fetiches, a veces aprovechaba que mi tía se llevaba a Adrían a su negocio los sábados. Y me ponía mi pantalón de charro, me descalzaba y me masturbaba viendo porno, pero al tiempo de tallarme y salivar mis pies.
Un sábado, Adriancito no pudo ir con su mamá porque se enfermó. Por lo que no pude hacer nada, hasta que se quedo dormido. Volví a mi rutina, pero no conté con que despertaría y me sorprendería viendo porno, por fortuna aun no sacaba mi verga, solo salivaba mis pies.
-Adrián: ¿Que haces?
-Edgar: Nada, estaba viendo un programa de anatomía (la más vieja excusa con un niño jaja), para mi carrera.
Adrián: ¿Pero por que no traes camisa, ni zapatos y te lames los pies, y tu traje de charro, y…?
Me tenia atrapado con su preguntas, comentarios de esto me causarían muchos problemas, no sabia como reaccionar. Me quedé mudo y el solo se volteó y se fue a su cuarto. Estuve nervioso todo el resto del día, pero el pareció no decir nada.
Me acosté en mi cama, a menos de dos metros de la de mi primo. Y traté de dormir.
De rato, comencé a sentir un hormigueo en la parte baja de la cama, y como lentamente se levantaba la cobija, pero entre el sueño no reaccionaba. Hasta que de repente sentí una ligera lamida, seguida de una caricia en la planta de mi pie. Acaban de tocar mi zona erogena por excelencia jaja. Evidentemente mi morbo me hizo permanecer inmóvil.
Posteriormente, unas manos empezaron a tocar plenamente mis talones y tobillos, acariciar mi empeine y enredar sus dedos con los de mis pies, escarbando entre ellos. ¡Madre mía, acaso era un sueño! Alguien estaba cumpliendo mis mas fetichistas deseos al acariciar mis pies. Finalmente la gloria misma, una suave y tibia boca comenzó a succionar mi dedo gordo, arrancando un ligero gemido de mi, provocando que esa mágica lengua se despegara y huyera. No pude más, me levante y vi a mi primo correr a su cama.
Edgar: ¿Adrián qué pasó?
Adrián: (Casi llorando del susto) ¡Perdóname, perdóname por favor, no le vayas a decir a mi mamá por favor!
Acababa de hacer un descubrimiento genial, como si de genética se tratara, mi primito de 10 años compartía los mismos fetiches que yo. El morbo se apoderó de mi y decidí actuar.
Edgar: Tranquilo, no le voy a decir a nadie. Pero cuéntame, ¿Por que lo hiciste?
Adrián: No se, pero tienes unos pies muy weritos y bonitos, y pues te vi lamerlos y pensé que sabían bien.
No manchen, era como escucharme a mi mismo. Este mocoso me estaba prendiendo, y de hecho una erección comenzaba a levantarse.
Edgar: No te preocupes primo, no tiene nada de malo, es más, a mi me gustó mucho lo que hiciste. Te prometo que será nuestro secreto, si continuas haciéndolo
Adrián: Seguro?
Edgar: Si primo, continua
Y prosiguió, el caliente huerco de mi primito nuevamente acarició mis pies, lamió la planta de estos, succionó mis dedos uno por uno. Mi verga se hincho lo suficiente para sobresalir más allá de mi boxer. Empecé a mover mi pie libre acariciando las piernas y las nalgas de mi primito, continué con sus pezones y su carita. Luego le pedí que chupara mis manos, y lo hizo con aplomo e ímpetu. Por fin tenia con quien compartir mis morbos, aunque fuera mi primo.
Sin que yo se lo pidiera, decidió ir más allá y se dirigió a mi pecho y comenzó mamar mis pezones, al tiempo que su manitas quedaban justo a la orilla de mi entrepierna. Yo también decidí ir más allá de mis fetiches, y me entregué al momento; lo levante ligeramente y comencé a besarlo, mientras lograba acomodar su verguita parada rosando la mía a través de los boxers de ambos. Luego lo senté y moví su culo contra mi verga; la calentura ya superaba todo miedo y precaución. Lo desvestí y yo también, lo recosté sobre de mi, y tomando su espaldita comencé a moverlo sobre mi cuerpo, le pedí que se moviera al mismo ritmo, chocando repetidas veces nuestros penes; lo puse boca abajo, levante su piernas y paseé mi verga por su rajada y huevitos. El se dejaba guiar con una soltura que rayaba en lo obsceno, porque hacia lo imposible por lograr abarcar con su manitas todo mi cuerpo, tocandomé y acariciandomé con desesperación.
Nuestro sudor fue el mejor lubricante para que resbalaran nuestros cuerpos, hasta que decidí darle mi grueso miembro como regalo para que hiciera lo que quisiera con el. Comenzó a mamarlo, como si fuera un becerro hambriento, como un bebé con su teta.
Apresure la situación para no hacer más ruido, y lo voltee, y comencé a lamer su delicioso culo, prietito, delicado, bien apretado. Lo lubrique y lo empecé a dilatar con los dedos de mi pie, mi deseo de culo con mis deseo de pies se mezclaban. No esperé más y poco a poco fui hundiendo mi grueso miembro en su culo. Lo cambié de posición para tenerlo de frente, poder contener cualquier grito.
Edgar: hummm… así lo querías ¿verdad?… gózalo primito
Adrián: no… me duele… ya no… haggg me duele… ahggg
Edgar: shhh… no hagas ruido que vas a levantar a tu mamá… que rico…
Adrián: (sorpresivamente) ahggg…. Si así más… más…. Rapido… hummm….aghhh…yaaaa… me duele… ahggg…. despacito… ahgg
Edgar: haz como… que te… aflojas cuando entre… si… así mero…haggg
Adrián: si…si así si me gusta… ahggg…. Mas rápido… mas duro…ahggg…mas
Edgar: pinche huerquito… te gusta verdad…hummm… que caliente esta tu culito…ahgg
Vacié mi hirviente leche dentro de el, pero dejé un poco para ponérsela a mis pies y pedirle que concretara su obra, lamiendolos con mi leche ahí. Al tiempo que un una versión feet del 69, yo le chupaba los suyos.
Espero les haya gustado. Si gustan contactarme adelante. Cualquier duda, sugerencia, estoy abierto a todo.
Que sigas contando mas porq estoy seguro que tienes mas que contarnos amigo y saludos buen relato amigo…… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Qué rico se debe sentir! Continúa!
me gustaria iniciar asi :»3
hola como estas, puedo charlar en tu correo el mío es [email protected]