Mi padrastro médico me huele el pene
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy Dani y tengo 18 años. La historia que les voy a contar ocurrió hace 4 años cuando tenía 14. Yo siempre he odiado a mi padrastro pues yo he estado muy unido a mi madre y cuando le conocí dejó de hacerme caso. Mi padrastro tiene 45 años es muy peludo y es médico.
Una mañana que mi madre se fue con una amiga al campo yo me quedé solo con mi padrastro. Yo estuve en mi habitación en internet y mi padrastro haciendo quehaceres de la casa.
A eso de las 13PM se me ocurrió hablar con él de un problema que tenía de salud masculina. Le conté que desde hacía unos meses que había empezado a masturbarme me daba cuenta de que mis amigos podían bajar la piel del pene en su totalidad y sin embargo yo no.
– Hijo eso es normal. Le ocurre a muchos hombres. – Me dijo
– Y puedo seguir masturbandome aunque tenga ese problema? – Le dije
– Claro cariño. De hecho así huele mejor el pene. – Me comentó.
– ¿Como que huele mejor? ¿Qué mas da como huela? – Le dije asombrado
– Cuando vas a chupar una verga, te sabe mejor si huele a macho. – Afirmó.
Mientras teníamos esa extraña conversación, me di cuenta de que tenía en el pantalón un bulto considerable. Yo como seguia muy asombrado se me ocurrió seguir preguntándole cosas.
– Papá.. ¿Tu verga tiene también ese problema? ¿A ti te huele a macho? – Le dije con pena
– Si cariño, a mi pene tampoco se le baja la piel del todo. Pero nunca he comprobado si huele a macho. Vamos a hacer una cosa. Yo te la huelo a ti y te digo si huele a macho y a cambio tu me haces lo mismo vale?
Yo cada vez mas asombrado, acepté con la cabeza y automaticamente me bajé los pantalones. Mi pene es pequeño pero sin embargo es muy gordo.
Mi padrastro, se agachó, bajó la pìel del pene lo máximo que pudo y me lo olió.
-Te huele un poco, pero no lo suficiente. Debes de masturbarte más si quieres que te huela como a mí. Ahora te toca a ti.
Me agaché, le bajé los pantalones, y sin bajarle los calzoncillos, me empezó a llegar un olorcillo muy embriagador. Era como semen con sudor y pis de varios días. Se los bajé y metí mi nariz en todo lo profundo de su verga.
De repente sentí como que nada más importaba, era el mejor olor de mi vida. Quería oler más partes del cuerpo de mi padre así que me aventuré a decirle:
– Papá creo que huele a macho, pero tam,poco te se decir pues no se a que huelen los machos.
– Está bien hijo -Me dijo- Mi polla huele a machote. También mis sobacos. Si quieres puedes olerlos y te das cuenta de a qué huelen los machos.
Sin mediar palabra, me acerqué a sus sobacos sudados (había estado limpiando la casa y haciendo ejercicio) y los olí para después lamerlos.
– Cariño, ya solo te queda saborear la leche de macho. ¿te parece? – Me pregunto.
Afirmé. Acto seguido se bajó los pantalones empezó a masturbarse y cuando no podía mas me dijo que abriese la boca y se corrió dentro mía.
-¿te han gustado?
– Si papá.
Bueno pues cuando quieras yo te dejo seguir lamiendo mis sobacos y probar mi leche vale?
Gracias papá.
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