Mi padrastro se convierte en mi verdadero papá
Chase, un adolescente malcriado y manipulador, despierta sus instintos sexuales de pubertad con una fervor hambre por la única figura paterna que ha conocido, su padrastro. .
No estoy precisamente orgulloso de la historia que estoy a punto de contarles. De hecho, pienso que me hace una horrible persona y que esto nunca debió de haber pasado. Pero eso solo lo hace más excitante … y no me arrepiento de nada.
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Mi padre biológico me dejo cuando yo tenía dos años. No lo recuerdo para nada y mamá tiro las pocas fotos que había de él. Fui criado como hijo único por la mayor parte de mi vida, solo mi mamá y yo, y así estaba perfecto para mi.
Y luego mi mamá conoció a Sal.
Salvador Hernández trabajaba en la ciudad como contratista. Era algo guapo, con buen carácter, ni tan alto ni tan bajo, muy normal. Tenía la piel muy bronceada por trabajar tanto en el sol, un poco de panza sobre su abdomen naturalmente trabajado, un bigote no tan poblado que complementaba con una barba no tan espesa, cabello ondulado, una linda sonrisa, y unos ojos cafés tan profundos que evitaba a toda costa.
Odie al tipo instantáneamente.
Pero deslumbró a mi mamá, y muy rápido, añadiría yo. Algunas cenas en restaurantes algo pasables y flores envidas a su trabajo y de la nada está enamorada. No podía creer que sucediera tan rápido. Unos meses más y me dice que van a casarse y nos vamos a mudar con el tipo. Me estás jodiendo?!
Por supuesto, era un puberto engreído. Todo me molestaba. Era un manojo de hormonas y frustración sexual, luchando con mi molesta homosexualidad. No era nada especial en cuanto a mi aspecto: delgado, con cabello castaño que se caía sobre mi frente, ojos marrón, nariz pequeña y labios gruesos. Estaba bien supongo pero sin confianza en mi mismo; un verdadero marginado intentando no destacar o ser visto. Pero Sal me vió. Intentó verme, de cualquier forma, incluso si lo evitaba como si fuera la plaga. Estaba emocionado de recibirnos a mi mamá y a mi en su hogar, una casa de cuatro habitaciones en las afueras de la ciudad construida por Sal y sus amigos del trabajo. Era una mejora del apartamento de mamá pero no dejé que Sal Niño supiera. El dijo que era bueno tener nueva energía en la casa, que había sido solitario vivir solo por tantos años. Más que nada, quería ser un hombre de familia: Esposa amorosa, muchos niños, un patio y perro y camionetas y todo ese sueño. Quería ser mi papá con todas sus fuerzas.
Y yo lo use en su contra, por supuesto.
Sal quizá haya deslumbrado a mi madre, pero me rehusaba a dejarlo deslumbrarme. Fue demasiado generoso: me dio todo una habitación con baño y terraza para mi solo, me ayudaba con las tareas, incluso intento hacer que me gustaran los deportes. No era grosero con el tipo, pero podía ser muy antipático. Y eso solo lo hacía intentar con más ganas.
-Lo siento, Sal- escuche a mamá decirle una noche en la cocina después de una cena algo tensa. -No se que le pasa a Chase últimamente. Normalmente es mucho más amable-
Sal rio -Está bien querida- contesto usando ese apodo que odiaba. -Haré que ese chico me ame. Soy irresistible-
Mamá rió. Siempre la hacía reír mucho. -Es solo que el nunca tuvo un padre, es todo-
-Lo va a tener. Voy a ser el padre de ese niño le guste o no-
Yo, por supuesto, no quería. Y me rehusaba a dejarlo pasar.
Pero luego pasaron unos años. Crecí. Aún o era tan alto como Sal que media 1.82. Aún estaba flaco y suave en los lugares adecuados. Pero ahora tenía algunos signos de la pubertad más marcados, algo de pelo en mi entrepierna y un miembro casi como el de un adulto. Mi vida sexual consistía en una conexión rápida de internet y una mano derecha muy activa. Todavía era el único gay que conocía. Y también me estaba haciendo a la idea que Sal llego para quedarse, y que tratarlo tan mal no me hacía sentir mejor. Mamá lo amaba y el, de alguna manera, parecía amarme. Lentamente me sentí cómodo a su alrededor, hasta que fue como si siempre hubiera estado aquí.
Además, finalmente pude ver que Sal estaba bueno. Muy bueno. Estaba tan cegado de celos que no lo veía, pero Sal era todo un macho. Aun normal, claro, pero exactamente mi tipo. Lo había visto sin camisa demasiadas veces, en la piscina y en las noches calurosas, y su pecho peludo y sus pezones rosados me prendían mucho. Incluso me gustaba su bronceado. Empecé a notar pequeñas cosas, como el bosque de pelo de sus antebrazos, lo bien que se veía los pelos en su estómago que bajaban hasta perderse en sus pantalones. Su cuerpo era tan diferente al mío y me estaba obsesionando con el.
Un día mientras los dos estaban en el trabajo me metí a la habitación que compartían. Revise algunas cosas y encontré un par de sus bóxers en el suelo del baño. Mi corazón comenzó a latir. Lo levanté y los examiné. Había una pequeña mancha amarilla en el frente y un pequeño olor de su origen. Me imaginé el orín goteando de la verga de Sal mientras la guardaba, y mi propio miembro de levanto pidiendo atención. Lleve los bóxers hacia mi nariz y respire hondo. El fuerte aroma de sudor del día y el olor natural de los testículos me hicieron estremecer de placer.
Mierda que me estaba pasando?!
Determine que necesitaba más…Quería ver la verga de Sal. En vivo y en persona. Comencé a idear el plan sin saber qué estaba ideando un plan.
Empezó conmigo tapando el baño de arriba, el de mi habitación. Solo tire un montón de algodón en el retrete y baje de la palanca repetidamente hasta que el agua se tiro en el suelo. Sal lo examino rápido antes de ir al trabajo y dijo que lo podría arreglar mas tarde, y mientras que usara su baño.
-Supongo- dije, fingiendo pena. Pero secretamente estaba emocionado.
Después de la cena esa noche, mamá estaba muy concentrada en la televisión y Sal subió a tomar su baño nocturno. Espere 10 minutos y después lo seguí.
Podía escuchar el agua corriendo mientras entraba en puntas al baño. Sal estaba a unos centímetros cerca, desnudo, mojado, jabonoso… el pensamiento me hizo endurecerme. Mi corazón estaba latiendo mientras cruzaba el baño. Casi me doy la vuelta, pero luche las ganas; era hoy o nunca. Empuje la puerta del baño y me colé en la habitación llena de vapor.
-No tengo dinero, cariño- Sal estaba cantando muy mal debo decir. -Pero bebé te tengo a ti oh oh-
-Es una canción verdadera?-
-Santa mierda-Sal gritó desde dentro de la regadera. Escuché el jabón golpear el piso mientras el rompía en risas. -Me asústate amigo-
Yo reí con el. -Perdón, Sal-conteste. -Solo disfrutaba de tu serenata de regadera-
Espíe a través del empañado vidrio de la regadera, decepcionantemente opaco. Solo podía apreciar el bronceado y los oscuro de su vello corporal mojado. Observe mientras se agachaba a recoger el jabón. Su trasero era más pálido que el resto de su piel. Pensé que mi dirección iba a romper mis shorts. -Qué pasa amigo? Necesitas usar el retrete?-
-Sip- conteste. -Puedo?-
-Sin problemas- continuo enjabonando su pecho.
Me dirigí al escusado y baje mis shorts y bóxers. No había manera que pudiera orinar de lo excitado que estaba… Así que solo me quede ahí parado con mi ereccion en mano, acariciandola despacio mientras veía a Sal.
-Timido, Amiguito?- Sal preguntó.
-Qué, estás escuchándome orinar?-
-Escuchándote NO orinar-
-Quizá debería de cantar de nuevo. Eso me va a relajar-
Sal rió. -Que es lo que les gusta escuchar a los chicos ahora? Lady googoo?-
-ja!- mi ereccion bajo un poco y un chorro de orina cayó en el escusado. -No importa, ya está- Sal se carcajeó y comenzó a tararear una canción inventada por encima del ruido de mi orina.
Mientras las ultimas gotas caían, sabía que era hora de la fase dos. Mis nervios surgieron de nuevo con la emoción de mi pene. Deje que mis shorts y bóxers cayeran por completo al suelo y me quite la camisa. Camine unos pocos pasos a la regadera, y lentamente abrí la puerta empañada.
-Sal?-
-Woah- Sal se sobresalto de nuevo. Levantando la vista de su pierna que estaba enjabonando.-Hey, todo listo?- agua caía de su pelo hacia su atractivo rostro, un poco ruborizado de las mejillas.
-Si, me preguntaba …- dije, viendo hacia abajo fingiendo incomodidad. Tome esa oportunidad para ver sus partes pero no pude ya que sus brazos cubrían mi vista. Todo lo que pude ver fue su oscura mata de pelo mojada.
-Si amigo?-
-Me preguntaba si me podía bañar aquí esta noche?- dije precavido. -Solo por si el agua de mi baño falla de nuevo?-
Sal sonrió y siguió lavando sus piernas. -Si amigo, sin problema!-
-Gracias- murmure. Y me metí al baño.
Sal vio mis pies primero y se irguió de inmediato, el jabón cayó de nuevo. -Whoa!- dijo con una risa de sorpresa. -No pensé que dijeras ahora mismo-
Regrese su risa nerviosa. -Perdón- respondí. Aclare mi garganta y en mi mejor actuación de camaradería dije. -Yo levantó eso-
Antes que pudiera responder, me agaché en una rodilla y agarre el jabón. Se había resbalado detrás de él así que tuve que estirar pasando sus pies y piernas cubiertas en una capa de pelo y algo de músculo. Con el jabón en mano y aún de rodillas se lo ofrecí.
Y ahí fue cuando por fin la vi: La verga de Sal. Era gruesa, algo más oscura que el resto de su cuerpo, cubierta con algunas venas. Un poco de prepucio cubría la cabeza. Un par de pesados testiculos del tamaño de huevos. No estaba duro pero tampoco suave, colgaba orgullosa al rededor de 12 centímetros sobre su mata de pelo.
-Uh, gracias Chase-
Volví a la realidad y lo miré, más allá de su panza cervezera y pectorales crecidos, a su cara desconcertada. Tomo el jabón de mis manos y lo mantuvo a su costado, mientras me levanté y quedamos frente a frente.
-Perdón- repetí. -Es que tengo que acostarme a dormir temprano, mañana tengo un examen difícil- mentí nervioso, mi cara estaba roja. -Esta bien? Me baño con otros chicos en clase de educación física, supongo que solo pensé que –
Sal sonrió, el momento tenso se rompió. -anó, claro amigo. Sin problema- tosió. -También me bañaba con otros chicos cuando tenía tu edad todos el tiempo- se volteo y se puso debajo de la regadera.-Solo me sorprendió, es todo. Normalmente eres tan reservado-
-Si, estoy trabajando en ello- dije honestamente.
-Que bueno oír eso- Sal dijo, sus palabras atropelladas por el agua.-Algo de crecer es que te sientas cómodo contigo mismo, mi hombre-
Sus intentos de hablar como si fuéramos de la misma edad, antes eran fastidiosos, y ahora son música para mis oídos. Y en buen tiempo igual, porque mientras el se volteaba hacia mi sus ojos miraron y se abrieron ante ella señal de mi creciente ereccion.
Reí nervioso y puse mi mano sobre mi miembro, más que nada haciéndolo hacia un lado que cubriéndola. -Ha… Uh, perdon, mi culpa-
Sal de encogió de hombros y sonrió de lado. -Bromeas , ya eres un hombre . Acostúmbrate a tener erecciones en los lugares menos adecuados. Cuando yo tenia tú edad…- continuo, moviendo la barra de jabón en su cuerpo. -Ademas, el agua caliente igual me pone un poco-
Tome eso como un invitación para mirar abajo de nuevo y estuve complacido al confirmar que tenía razón: su miembro parecería estar una pulgada más larga y algo separada de su cuerpo. Su cabeza estaba cubierta de jabón blanco y espumoso, como si fuera semen. Mi miembro palpito ante la imagen. Mire de su pene al mío, maravillado ante la notable diferencia.
Sal no pareció notarlo, o pretendió no hacerlo. Continuo enjabonándose, rompiendo el silencio al decir. -Voy a arreglar esa coladera en tu baño mañana amigo. Estoy muy cansado hoy-
-Sin problema- dije, y en serio que lo decía de verdad. Luego me sorprendí a mi mismo cuando solté de la nada. -Quieres ayuda?-
Sal parpadeo el agua de sus ojos. -Con la coladera? Nah, amigo… recuerdas la última vez que intentaste ayudarme a arreglar algo … mierda-
-No eso- Alce mi mano para agarrar el jabón y se lo quite. -Esto- y le hice señas para que se diera la vuelta.
-Oh….. Uh….. nah… digo-
-Lo tengo. Tú me ayudas a mi después- Sal dudo, sus ojos cafés me miraban profundamente. Me hice un poco para atrás dejando mi tono chistoso de lado. -Digo… no es la gran cosa, no? Tu dijiste..-
-Nah… si, claro- Sal se volteo para darme la espalda . -Sabes esta quizá sea la primera vez que mi espalda se limpia en meses, jaja-
El de verdad dijo las palabras “jaja”. Estaba nervioso. Al igual que yo. Pero igual estaba desnudo junto a mi sexy padrastro, mojado, nuestros cuerpos centímetros separados. Mi miembro dolía. El plan había funcionado a la perfección.
-Quizá si te apoyas en la pared?- sugerí. -Para equilibrio?-
Sal murmuro algo incomprensible y puso sus manos en la pared enfrente de el.
-Aquí va- murmure. Pase el jabón suavemente en su hombro y frote circularmente, aplicando un poco de presión mientras lo hacía. Se convirtió casi como en un masaje con mis dos manos masajeando el músculo mientras lo sentía relajarse a mi tacto.
-Se siente tan bien amigo- Sal dijo bajito. -La espalda me ha estado matando-
No respondí verbalmente pero puse más esfuerzo en darle un buen masaje. Lentamente mis círculos fueron más abajo, acariciando la suave piel de su espalda baja. Mientras mi presión incremento forzó a Sal a inclinarse más contra la pared, abriendo más su trasero. Me agache, mi cara ahora al nivel de su trasero, y deje que el jabón resbalara sobre una de sus nalgas. Pelo oscuro cubriéndolas, carne mojada, coronada con burbujas. Deje de enjabonarlo para poner mis dedos en sus nalgas.
-Ya Uh ya lo hice… ya .. me encargué de esa parte- dijo
-okay- dije, sin hacer el mínimo intento de parar.
Podía sentir a Sal tensándose un poco, pero se relajó en el masaje. Hundí mis pulgares en los músculos de su trasero, sintiendo los poderosos glúteos déjalo de la capa de grasa. Mientras hacía movimientos circulares hacia arriba, abrí sus nalgas más y miré profundo en su entrada. Mi nariz apenas centímetros separada, inhale su limpia esencia, debajo algo más masculino y profundo. Sus testiculos se movían como un péndulo mientras lo movía, moviéndose de arriba a abajo entre sus piernas. Masajeé hacia arriba de nuevo y separe sus nalgas incluso más, finalmente revelando su fruncido hoyo. La piel alrededor era oscura, cubierta con rizos de pelo. Parecía que me guiñaba mientas Sal se tensaba de nuevo, esta vez con una risa nerviosa. -Cuidado ahí, amigo. No respondo después de la cena de hoy-
Compartimos una risa, pero la mía era más para show. Estaba mas duro de lo que alguna vez he estado en mi vida. Mi boca salivó; mi corazón maría tan fuerte. Me incline lo más que me atrevía y masajee mis dedos mas adentro de las nalgas de Sal. Con sus glúteos hacia los lados, pase tentativamente un dedo sobre su hoyo. Se movió ante mi dedo y yo exhale en excitación, mi aliento caliente sobre su ano expuesto. El siguiente dedo se movió sobre la piel de su entrada de nuevo, esta vez presionando sobre la piel oscura. Sal se aclaro la garganta. Dándome cuenta que quizá esta era mi ultima oportunidad, deje que el siguiente dedo recorriera todo el camino de su entrada e hiciera círculos a su alrededor, luego muy suavemente presionara en el. Esta vez cuando se tenso se hizo para atrás involuntariamente, y en un momento que nos tomo por sorpresa a los dos, mi dedo se hundió dentro del hoyo de Sal. Sus apretados pliegues se cerraron alrededor de mi dedo curioso y me succionaron más profundo. La sensación aterciopelada del interior de su ano me llevo al extasis. Sin tocar mi verga, solté una gran corrida de semen, tan fuerte que hizo que mi cabeza se fuera para atrás en placer. Mi semen se mezclo con el agua y el jabón y se fue por el caño.
Solo estuve dentro de él por un segundo, antes de que Sal se quitara, sacando mi dedo de el. -Okay amigo- dijo apresurado. -Todo bien. Ya estoy listo-
Me estremecí, haciendo mi mejor esfuerzo para disimular mi momento post orgasmico. -Seguro?-
-Yup. Gracias amigo, todo bien-
Su tono era relajado, como si nada hubiera pasado. Pero cuando se dio la vuelta noté que sus dos maños cubrían su miembro. -Mejor voy a ver si mamá está lista para dormir- Sal dijo mientras salía por la puerta. Ni siquiera se quitó el jabón de la espalda.
-Buenas noches Chase- dijo mientras agarraba una toalla y corrió a su habitación. Un camino de huellas y burbujas en su camino.
-Buenas Sal- murmure. Inmediatamente agarre mi miembro que aún permanecía duro y me masturbe una vez más, mis dedos resbalosos ahora exploraron los confines de mi propio hoyo virgen.
Me vine dos veces más esa noche en mi habitación… y podría jurar que escuché los ruidos animalísticos del sexo en la habitación de Sal y mamá.
Y mientras el sueño me consumía, físicamente agotado y sexualmente satisfecho, sabía que este solo era el comienzo. Necesitaba más. Tenía que tenerlo todo.
Peachy
Muchas gracias por leer
Gracias por el apoyo y todas las fotos tan ricas de lo que mis historias producen en ustedes, me animan a seguir @chicx13 en Telegram.
Me encanto como acabo esto
Me gustó mucho publica la siguiente parte por favor
Está excelente! Quisiera ver un poco de tensión sexual posterior a ese momento de la ducha.