Mi padre, mi tío y yo (primera parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Drakodian.
Alejandro era un chico de apenas 12 años, como cualquier otro, asistía a la escuela, su promedio no era el mejor de la clase pero se esforzaba, jugaba futbol y era muy bueno en eso, la actividad física fue siempre algo que lo caracterizo desde muy pequeño. Vivía solo con su padre, llamado Oscar, un hombre de 38 años, era alto y fornido ya que se ejercitaba y al igual que Alejandro siempre había sido muy activo. Desde que la mamá de Alejandro murió cuando él tenía apenas 5 años, su papá nunca había tenido pareja nuevamente, era un hombre muy trabajador, y había logrado criarlo, y darle lo necesario para que estuviera bien. Alejandro pasaba sus días en la escuela, luego jugaba futbol con sus amigos, luego iba a casa, la rutina diaria era estricta, se sentía solo a veces ya que su padre trabajaba hasta tarde. Debido a esto no era raro esperar que fuese algo rebelde, en los últimos meses había faltado a sus prácticas y se escapaba con unos amigos a una arboleda cercana, ellos iban ahí para charlar, ver revistas para adultos y de vez en cuando fumaban un cigarrillo, ya que ellos eran cerca de 2 años mayores que Alejandro, aunque si los veían juntos Alejandro no parecía menor puesto que siempre había sido un poco más alto que sus compañeros de misma edad. Su padre al darse cuenta de sus malas andanzas trato de castigarlo y ejercer más control sobre él, aunque todo fue en vano.
Fue un mes más tarde que Alejandro y su papá, recibirían en su casa a Pablo que era el tío de Alejandro y hermano menor de Oscar; Pablo había vivido en el extranjero unos años, cuando volvió intento rehacer su vida solo, pero no lo logro, recientemente había perdido su empleo y ya no podía pagar el apartamento donde vivía así que se mudaría con ellos un tiempo. Oscar se mostro renuente a darle una oportunidad a su hermano menor, pero luego pensó que sería buena idea que hubiera alguien en casa cuando Alejandro llegara de sus prácticas y cuidara que no se metiera en problemas, así que lo acepto, siempre y cuando se comprometiera a buscar un trabajo lo antes posible. El día en que Pablo llego a vivir con ellos, Alejandro jugaba video juegos en su habitación, como era viernes por la noche tenía permiso de quedarse hasta un poco tarde despierto. Oscar llego temprano para preparar todo para el arribo de su hermano y estaba en la cocina preparando la cena; cuando el reloj marco exactamente las 9:45pm sonó el timbre de la puerta, Alejandro al escucharlo puso pausa a su videojuego y se apresuro a bajar las escaleras para conocer a su tío, al que nunca había visto. Oscar abrió la puerta y ahí estaba, Pablo vestido con unos jeans azules, una playera negra y zapatos blancos; Oscar lo abrazo afectuosamente y le dijo:
— ¡Bienvenido Pablito!
— ¡Osy! ¡¿Cuánto años sin verte hermano?!
Alejandro se quedo al pie de las escaleras, mirando curiosamente hacia la puerta, pero solo veía la espalda de su padre, hasta que se aparto, y ahí estaba, el tío Pablo. Alejandro lo observo de pies a cabeza, y no pudo evitar pensar “Wow este sujeto si hace ejercicio”, ya que al parecer era un mal de familia el que fueran fortachones y adictos al deporte y el ejercicio, Pablo era un hombre un poco más pequeño que Oscar, pero se notaba que hacía mucho ejercicio pues tenía unos hombros y brazos muy dobles, su pecho bastante trabajado y un abdomen plano, era de esos hombres cuya caja torácica y espalda tenían forma trapezoide (con hombros anchos y cintura delgada), bastante diferente a Oscar que era más cuadrado en su forma estética, pero de rostro era bastante parecido a Oscar, conservaban algunos rasgos como el color moreno claro de sus pieles, Alejandro lo miraba y sintió inmediatamente algo extraño dentro de sí, era como una admiración por ese gran cuerpo pero a tal punto que se sonrojo y sentía como un cosquilleo que lo recorría por todo el cuerpo.
— Y tu, debes ser Alejandro — dijo Pablo mientras miraba a Alejandro que seguía parado viéndolo desde el pie de la escalera.
— Ven hijo, no sean mal educado, acércate — dijo Oscar
Alejandro se acerco a ellos, mientras Pablo extendió su brazo y le ofreció un saludo de mano, al cual Alejandro respondió tímidamente, pero aun así su padre le había enseñado que los hombres saludan con mano fuerte porque eso denota carácter.
— ¡Hey! Tienes un buen agarre, fuerte, eso es bueno. — dijo Pablo con una sonrisa en su rostro.
Oscar lo invito a pasar, y después de comer la cena que había preparado para la ocasión, además de beber un poco de vino para celebrar, y charlar por un par de horas sobre lo que habían hecho de sus vidas desde la última que se vieron, todos fueron a la cama, ya que el cansancio agobiaba a los tres.
Los días pasaron sin novedad, Pablo se acostumbraba a vivir con Oscar y Alejandro, trataba de mantener la casa ordenaba y cocinaba para ellos, cuando Alejandro llegaba de sus practicas la cena ya estaba cocinándose y la casa olía delicioso. Pablo siempre trataba de conversar con Alejandro, al principio no tenia tanto éxito ya que él no mostraba interés, pero poco a poco, comenzaba a ganar confianza y en especial porque Pablo usaba el cuarto de pesas del sótano y ambos coincidían en ese lugar, y pronto comenzaron a ser mas amigables el uno con el otro, hablaban de la infancia de él y Oscar, como pasaban las tardes jugando en las colinas cerca de la casa donde pasaron su infancia, y Alejandro le contaba sobre sus juegos de futbol, pero el único que no lograba hacer lo mismo era Oscar, quien debido al estrés del trabajo y el incremento del presupuesto por mantener a una persona mas estaba bastante tenso, y con frecuencia discutía con Pablo porque ya llevaba dos meses ahí y el no encontraba trabajo.
Una de esas tardes en la que Alejandro no tuvo practica de futbol bajo al sótano a ejercitarse un rato, ahí estaba Pablo quien también hacia su rutina, a medida se ejercitaban el calor los desesperaba, mientras charlaban Pablo dijo:
—Hace calor, creo que abriré la ventilación.
— Creo que no servirá de nada, afuera hace más calor — Dijo Alejandro mientras levantaba las mancuernas y ejercitaba sus brazos.
— Tienes razón — dijo Pablo, mientras comenzó a quitarse la playera blanca que llevaba puesta, lo que inmediatamente llamo la atención de Alejandro que lo miro por el reflejo del espejo que tenia frente a él, y de inmediato bajo las mancuernas y se volvió hacia Pablo y le pregunto:
— ¡¿Qué haces?!
— No puedo seguir aquí así, me muero del calor — dijo mientras se bajaba su short y se quedaba en unos pequeños bóxers negros.
Alejandro lo miraba perplejo y enmudeció. Pablo se percato y sonrío un poco mientras pregunto:
— ¿Qué pasa? ¿Nunca habías visto a alguien en bóxers?
Alejandro no respondió porque estaba prácticamente hipnotizado por ese hermoso cuerpo color canela, sus pectorales estaban bien marcado, eran prominentes decorados con unos pezones más oscuros que el resto de su piel que además estaban rodeados por unos vellos delgados y negros; su abdomen denotaba unos bien definidos músculos, y de su ombligo bajaba una fina línea de vellos negros que se perdía dentro de sus bóxers; sus piernas musculosas y torneadas con vellos abundantes. Pablo chasqueo sus dedos y dijo:
— ¡Oye! ¿Qué te sucede, estas bien? ¿Tienes mucho calor? Sudas mucho — Le dijo a Alejandro mientras secaba su frente con su mano, y fue ahí cuando reacciono y le dijo que estaba bien solo necesitaba tomar algo, camino y salió del cuarto de pesas mientras asimilaba esas imágenes, corrió a la cocina y bebió un vaso con agua, cuando se percato que entre sus pantalones algo se movía, dejo el bajo sobre el desayunador y miro hacia dentro de su short y su sorpresa fue que tenía una erección como nunca antes había tenido.
La tarde transcurrió, Alejandro subió a su habitación, se ducho y se tiro sobre su cama mientras aun estaba en bóxers y húmedo por la ducha. Pensaba en su tío y nuevamente tenía una erección, no entendía que sucedía, metía su mano en sus bóxers y se toca la verga era una sensación magnifica, jamás había experimentado esa sensación, ni siquiera cuando veía las revistas porno con sus amigos. Entre tanto, el cansancio lo vencía, hasta que se quedo dormido.
Cuando despertó ya había oscurecido, miro su reloj de pared, y vio que ya eran casi las 11pm, por lo que se tumbo en la cama de nuevo, pero al hacerlo escucho unas voces que venían de afuera, pudo notar que eran su padre y su tío que al parecer discutían de nuevo, pero repentinamente hubo silencio. Alejandro se puso de pie y camino fuera de su habitación, sigiloso camino por el pasillo que estaba oscuro y vio que la puerta de la habitación de su padre estaba abierta y la luz baja de la habitación iluminaba el pasillo. Camino y se asomo cauteloso a espiar a la habitación, pero nunca imagino lo que vio.
Su padre estaba parado frente a Pablo quien estaba solo con un short corto, Oscar puso sus manos en el rostro de su hermano y dijo:
— Solo quiero que hagas algo con tu vida, tienes 30 años y no tienes novia, no te has casado, las personas hablan, debes guardar las apariencias —
— Oye yo no soy como tú, yo no quiero que el mundo me acepte, solo tú — Respondió Pablo, y se acerco a Oscar, lo abraso, y le dio un beso en la boca.
Alejandro se quedo boquiabierto mientras veía que su padre y tío se besaban, y de cómo poco a poco la situación con ellos se volvía más insólita y caliente. Oscar comenzaba a bajar sus manos por la espalda de Pablo hasta que llego al trasero y comenzó a apretarlo con ambas manos, luego las metió por dentro del short mientras aun se besaban. Las imágenes llegan tan rápido a la mente de Alejandro que estaba inmóvil observando desde el pasillo.
De tanto en tanto Oscar y Pablo llegaron a la cama, donde apresuradamente Oscar se desabrocho el cinturón y bajo su pantalón formal que usaba para el trabajo en oficina, y se quedo solo en bóxers, la luz hacia que se marcaran sus grandes y trabajadas piernas velludas, mientras Pablo estaba tumbado en la cama boca arriba, Oscar lo tomo de las piernas y las levanto le quito sus calcetines y comenzó a besarle los pies, su boca recorría su planta y con su lengua parecía hacerle cosquillas a lo que Pablo respondía estremeciéndose con gemidos extraños que Alejandro asocio con una sensación de dolor. Oscar besaba sus pies y lentamente bajaba por las piernas hasta que llego los bóxers de Pablo, y de inmediato comenzó a quitárselos los subió por sus piernas rápidamente, y Alejandro pudo ver en todo su esplendor el culo bien formado que tenía su tío, luego Oscar bajo directamente al culo de Pablo, se arrodillo y comenzó a comérselo entero; fue en ese momento cuando Alejandro llevo su mano a la entrepierna y se percato que tenía una erección como la de la tarde, y no pudo evitar tocarse, la sensación era indescriptible lo que veía lo excitaba mucho, jamás se había sentido de esa manera.
Mientras Oscar le comía el culo a Pablo, se tocaba también la verga que aun estaba dentro de sus bóxers negros que resaltaban su piel morena clara. Luego de un momento se puso en pie y Pablo se levanto de la cama, y también se puso en pie dejando a la vista una hermosa verga, Ale al verla comenzó a tocarse con mucha fuerza la suya, y noto que sus bóxers le estorbaban se los bajo y se puso en cuclillas mientras continuaba tocándose ahora podía frotársela con más libertad.
Mientras tanto Oscar y Pablo se besaban frenéticamente y ambos se tocaban las vergas, hasta que Pablo tomo los bóxers de Oscar y los bajo lentamente mientras el también bajaba cuando de repente brinco como un resorte la verga de Oscar, era grande y bastante gruesa, con una cabeza que relucía por la luz, Pablo no tardo en ponerla en su boca, al principio solo el glande y poco a poco fue entrando mas y mas. Alejandro no creí tal escena Pablo estaba chupándole la verga a su papá, sus ojos estaba atentos a lo que pasaba. La faena continuaba y Pablo chupaba la verga de Oscar con un enorme frenesí, quien solo soltaba pequeños gemidos de placer, eso continúo por un rato hasta que Oscar dijo:
— Ya Pablito levántate y date vuelta.
Pablo obedeció y Oscar mojo sus dedos con un poco de saliva, y la puso en el culito de Pablo quien dijo:
— ¡oye pon un poco más, no quiero que me duela!
Alejandro no tenía idea de lo que pasaba, todavía le costaba trabajo comprender lo que sucedía, mientras tanto, su padre se había puesto en cuclillas y estaba metiendo su lengua en el culito de Pablo quien gemía como loco. Oscar se levanto y dijo:
— Aquí voy.
Y comenzó a meterle su verga por el culo a Pablo, quien emitía unos pequeños gemidos de dolor. Alejandro miro como poco a poco la verga de su padre desaparecía en el culo de su tío, mientras él (Alejandro) no dejaba de pajearse, cada vez más rápido pero sin perder detalle de lo que pasaba en la habitación. Pablo se movió un poco y se inclino hacia atrás para que la verga de Oscar entrara totalmente y fue entonces cuando Alejandro noto la verga de Pablo, era larga, más delgada que la de su padre pero le colgaban unas enormes bolas por debajo, tenía mucho vello aunque era bastante fino, y el peculiar camino que bajaba desde su ombligo y llegaba hasta el pubis; noto que se masturbaba mientras su padre aceleraba sus arremetidas, pronto noto como sonaba la pelvis de Oscar chocando contra el culo de Pablo, era un excitante sonido rítmico que Alejandro rápidamente sincronizo con sus jaladas, además noto que su verga que aun era algo pequeña y con apenas unos pocos vellos finos alrededor, estaba muy erecta y parecía que había crecido, aunque el glande aun estaba cubierto parcialmente, además podía notar como las venas le saltaban, y eso lo calentó mucho más. Perdió atención por un momento de lo que pasaba en la habitación por observar su propia verga que palpitaba, cuando de repente escucho un gemido:
— ¡¡Ah!! Si Osy ¡¡me vengo!! — dijo Pablo mientras se erguía, y de su pene brotaban chorros de un liquido blanco y espeso, el cual Alejandro desconocía. Mientras Oscar no paraba de darle por atrás, pero el que Pablo acabara hizo que su esfínter se apretara mucho lo que inevitablemente provoco que Oscar también acabara.
— ¡¡Hay Pablito, me vengo!! ¡¡Oh si si!! ¡¡Ah!! — exclamo Oscar mientras vacía su verga en las entrañas de su hermano. Alejandro estaba tan excitado por lo que veía que no se percato que todo lo que ahí pasaba estaba en su clímax y pronto, si no se movía de ahí, seria descubierto. Cuando los hermanos comenzaron a reincorporase y se separaron, Alejandro volvió en sí, y supo que era hora de salir de ahí, sigilosamente corrió por el pasillo hasta su habitación, cerró la puerta, y rápidamente se lanzo en su cama, aun con una tremenda erección continuo sobándose y su verga, el placer que sentía era inmenso, jamás había visto su verga tan parada y tan dura, por más que intentaba detenerse no podía, su mano paraba de frotar su verga, hacerlo lo volvía loco de placer. De repente algo, una sensación tan deliciosamente fuerte hizo que su cuerpo se arqueara y no pudo evitar soltar un gemido de placer ahogado, cuando vio que un enorme chorro de liquido blanco broto de la punta de sus verga, parecía la erupción de un volcán no paraba de salir, el placer era tanto que lo tumbo totalmente en la cama, y sintió que el tiempo se detuvo, se envolvió en la sabana y se quedo ahí.
Cuando abrió los ojos el sol que entraba por su ventana lo cegó, asustado, se levanto de brinco, se preguntaba ¿qué había sucedido? Confundido llego a la única conclusión posible.
— Todo fue un sueño — dijo Alejandro entre susurros…
Sonrío un poco, se dio la vuelta, y movió las sabanas ya que estaba desnudo, pero se dio cuenta que su bóxer negro no estaba ahí. Entonces sus ojos se abrieron de asombro y se pregunto:
— ¿Dónde deje mis bóxers?
Continuará…
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