Mi padrino descubrió que mi primo me daba por el culo, y sacó provecho de eso.
Un par de chicos que son primos mantienen relaciones anales, pero son descubiertos por el padrino de uno de ellos y saca provecho de eso..
Mi padrino descubrió que mi primo me daba por el culo, y sacó provecho de eso.
Mi primo y yo desde bien jovencitos siempre nos las pasábamos juntos, al tiempo comenzamos a tener sexo, digo sin que nuestra familia lo supiera, por aquello de que no nos fueran a llamar maricones.
Al principio no perdíamos oportunidad para salir solos, sin la molestosa presencia del resto de nuestros primitos más pequeños, por lo que salíamos a montar a caballo.
En ocasiones de noche, ya después de que todos se acostaban, tanto él como yo nos escabullíamos de nuestras habitaciones, para encontrarnos fuera de la casona.
Al principio lo más que hacíamos, era hablar de las cosas que nos gustaban, pero un día nos pusimos a ver unas viejas revistas porno, lo que nos llevó a que comenzamos a masturbarnos.
Al principio de manera individual, pero al poco tiempo mutuamente nos hacíamos la paja, luego buscamos un lugar donde ambos nos sintiéramos más a gusto, y subiendo por uno de los riachuelos que atraviesan la finca, encontramos una escondida poza.
En la poza, completamente desnudos continuamos masturbándonos mutuamente besándonos, y acariciándonos, así que poco a poco en la poza, mi primo me convenció fácilmente de que yo lo siguiera masturbando, y de igual forma me convenció para que se lo mamase y luego me dejase dar por el culo.
En esa ocasión a medida que lo masturbaba, él comenzó a acariciar mis nalgas, y al poco rato ya me encontraba mamando su verga, por lo que al rato fui yo quien le dio la espalda y separando mis nalgas lo dejé que divinamente me penetrase.
A partir de ese momento, pero de una manera salvajemente viciosa no perdíamos oportunidad de volver a divertirnos, el disfrutando de mi boca y culo, y yo por mi parte disfrutando de su parada verga.
De no haber sido por eso, quizás nadie se hubiera dado cuenta de lo nuestro, pero nuestro padrino, como que se dio cuenta de lo que había algo raro entre nosotros dos.
Y un día en que toda la familia salió para la ciudad, mi primo y yo nos quedamos solos en la casona del abuelo.
Pensamos que ya todo el mundo se había marchado, y sin tan siquiera asegurarnos de que nos encontrábamos realmente solos, nos fuimos al medio de la sala, y sobre el sofá, después de apenas estar un corto rato besándonos, nos fuimos desnudando mutuamente.
Ya lo nuestro, era más que todo por vicio, lo digo porque quizás, lo más seguro es que ni yo me hubiera puesto a mamar su verga, como lo hice en un sin número de veces, y mucho menos lo hubiera dejado que me diera por el culo.
Pero así estábamos los dos, tendidos sobre el sofá, disfrutando mutuamente de un sexo salvaje, cuando de golpe escuchamos la voz de nuestro padrino que nos dice. “Miren que bonito se ven los dos mariconcitos teniendo sexo en el medio de la casa de los viejos.”
A mi primo del susto se le pasmó su verga, y yo cuando me di cuenta de quien era, del susto me puse a llorar, ya que en ese momento mi primo me tenía bien clavado por el culo.
Él sin dejar de vernos, se nos fue acercando, diciéndonos a los dos. “Ahora ustedes me han puesto en un predicamento, o se lo digo a mis compadres, o me quedo callado. Si se los digo.” dirigiéndose a mi primo le preguntó. “¿Qué le vas a decir a tú tío? Que el culo de su hijo es bien rico, que lo hace mejor que una puta.”
De inmediato se dirigió a mí, y me preguntó. “¿Y tú que le vas a decir a la mamá de él, y a la tuya? Que tu primo te la mete todita, y que a ti te gusta que te dé bien duro por el culo”
Tanto mi primo como yo no supimos ni que responder, pero de inmediato nuestro padrino continuó diciendo. “Pero si me quedó callado, ¿Qué gano yo?”
A medida que seguía hablando se nos fue acercando, soltando los botones de su camisa, yo seré un rubio maricón, pero de tonto no tengo ni un pelo, por lo que de inmediato me di cuenta de cuáles eran las intenciones del padrino.
Pero mi primo, por lo visto no cayó en cuenta, del juego de nuestro padrino, hasta que yo dirigiéndome directamente a mi padrino de manera seductora, le dije. “Padrino lindo, y querido ¿qué te parece? si en lugar de hablar con nuestros padres, mejor no te pones a jugar con nosotros dos.”
Al yo decirle eso, el rostro de mi padrino se iluminó, y fue cuando mi primo, al parecer finalmente comprendió lo que realmente estaba sucediendo.
Yo sé que nuestro padrino, de seguro, no se lo iba a decir nada a nuestros padres, aunque le hubiéramos dicho que no.
Pero cuando me puse a pensar en lo rico que sería el tener sexo, con mi primo y mi padrino, al mismo tiempo.
Decidí de inmediato proponérselo, de la manera en que lo hice, pienso que no había terminado yo de preguntarle. “¿Qué te parece? si en lugar de hablar con nuestros padres, mejor no te pones a jugar con nosotros dos.”
Cuando ya se estaba quitando sus pantalones, mi primo como que será muy listo para otras muchas cosas, pero me pareció que no fue hasta que yo se lo explique con calma, que entendió, lo que sucedía.
Así que mi padrino se recostó sobre el sofá, mientras que yo agarrando su tiesa verga, me la fui introduciendo dentro de mi boca, ante la mirada excitada mirada de mi primo.
Quien al ver como la verga de mi padrino entraba y salía de mi boca, se colocó tras de mí, y agarrándome por mis caderas, dirigió su parada verga directo al hueco de mi culo.
Por un largo rato, disfruté de lo que mi primo, y mi padrino me estaban haciendo, mientras que yo cabalgaba, moviendo mis caderas como una loca, sobre la verga de nuestro padrino, mi primo sabrosamente me daba por el culo.
Gracias a Dios los tres estábamos solos en casa, ya que mis gemidos y gritos de placer, seguramente se escuchaban por toda la finca.
Así estuve con ellos dos por un buen, y largo rato, disfrutando de un gran placer, como nunca antes los había disfrutado.
Hasta que tanto mi padrino, como mi primo me dejaron completamente inundado mi culo y mi boca, con su semen.
Los tres quedamos felizmente agotados, pero fue cuando a mí se me ocurrió seguir con la fiesta, por lo que sin decirles nada, me dirigí al baño, y traje dos pequeñas toallas empapadas en agua.
Con las que, colocándome entre mi primo y mi padrino, me puse a limpiar sus vergas, antes de ponerme a mamárselas.
Al parecer mi primo, se excitó tanto con eso de que yo les mamase la verga a los dos, que casi de inmediato se vino dentro de mi boca.
Pero mi padrino, una vez que la volvió a tener bien dura y parada, no dudó ni por un segundo en enterrármela por mi culo.
Diciéndome al tiempo que lo estaba haciendo, lo sabroso que yo culeaba, y lo putito que era…
El resto de nuestras vacaciones en la finca de nuestro abuelo, tanto mi padrino, como mi primo, volvieron en infinidad de ocasiones a enterrarme sus vergas sabrosamente.
Había días en que, si por la mañana le mamaba la verga a mi padrino, en la tarde o en la noche, mi primo me enterraba la suya.
Pero yo aun prefiero, cuando los dos me lo meten juntos.
gran realto como sigue