MI PATRON ME SUPO PERDONAR
De como por robarme un chocolate termine pidiendo perdón y entregándome al placer de ser penetrado por una gran verga.
Siempre he señalado que tuve sexo con hombres mayores, esa fue una realidad, nunca me atrajo algún chico de mi edad para el sexo, me gustaban las chicas de mi edad y para el sexo perverso, homosexual buscaba hombres mayores, será por mis primeras experiencias tal vez, siempre alguien mayor despertó en mi el deseo de ser penetrado.
En la vida siempre fui buscando, casi ofreciéndome en algunos casos, dando todas las posibilidades para que se me insinuaran o para que me tomaran sencillamente. Iba en vacaciones a visitar a mi medio hermano mayor solo con el fin de que me cogiera, era exquisito tenerlo adentro, a veces me lo hacía hasta tres veces seguido, dejándome el culo irritado, era realmente un semental.
Desde que era muy pequeño mi medio hermano me acariciaba, yo le hacía sexo oral, intentó penetrarme y no podía porque me dolía mucho, pasaron los años y el se fue de casa, me penetró por primera vez a los 15 años, no obstante no fue el primero, antes tuve sexo con un guardia de seguridad de una fábrica al que conocí por casualidad un día que me encontraba algo perdido en un barrio que no conocía.
Lo que contaré ahora es algo que me sucedió en un intento de ganar dinero, algo que en casa siempre faltaba, había para comer pero para nada mas, yo quería comprarme cosas y para eso debía buscar la forma de como hacer dinero, trabajaba en lo que fuera y siempre me fue bien en eso.
Entre a trabajar en una confitería, había que envasar caramelos, para que luego se vendieran de esa manera, trabajaba en eso un muchacho de unos 20 y yo que tenía 16, siempre fui menudo de cuerpo, muy blanco de piel y bastante lampiño, delgado pero con un culito redondo, algo nalgón.
Tuve la mala ocurrencia de robarme un chocolate un día, me descubrieron, salí corriendo de ahí, moría de vergüenza y con un sentido de culpa terrible, llore mucho por ese error, a nadie le conté pero en casa sabían que trabajaba ahí y no sabía como decir que no iría mas a trabajar en ese local.
Tomé la decisión de ir a la casa del dueño del local a disculparme con él, era un hombre de unos 45 años, casado y bastante serio, estaba aterrado, lo esperé cerca de su casa, hasta que lo vi venir y me acerqué, le conté lo que había pasado, suponía de que él estaba enterado, pero para sorpresa mía no sabía, ni siquiera sabía que había trabajado allí, era el administrador el que estaba a cargo puesto que este hombre tenía varios locales, me escuchó atentamente y me dijo que no me preocupará, que siempre había forma de reparar el daño causado, me hizo pasar a su casa, enorme por lo cierto, no había nadie, solo una persona que era la empleada de la casa, la saludo y le dijo que se retirara a su casa, la mujer se fue y quedamos solos, le pregunté si vivía con alguien mas y me dijo que con su esposa y dos hijas pero que estaban en casa de la abuela por estos días, insistí en pedir disculpas, que me sentía avergonzado y que haría lo que fuera por reparar el daño causado, era solo un chocolate, se acercó a mi y me dio un abrazo, fue muy paternal, lo abrace con afecto también, sentí que me perdonaba, el abrazo fue largo, no me soltaba, comenzó a acariciarme y a decirme que estuviera tranquilo, que de los errores se aprende, mientras me acariciaba la espalda, comenzó a bajar sus manos, llegó a mis nalgas, de a poco comenzó a acariciarlas, no intenté separarme, me gustaba lo que estaba pasando, lo abracé con mas fuerza y percibió que me estaba gustando lo que hacía, siguió con mas decisión a hacerlo me besó en la frente, sintió mi erección y me susurro al oído, ¿está rico?, sí, le dije, bien me dijo, ya sé como podemos reparar el daño, me llevó de la mano a su dormitorio, me besó en la boca con mucha fuerzo y pasión, mi corazón estaba a mil, me sacó la camisa, me besó las tetillas, sacó un gran suspiro de mi, era primera vez que me besaban en ese lugar, siguió besándome, comenzó a bajar, me besaba el vientre, me sacó los pantalones y me besó los muslos, primero uno y luego el otro, mi pene erecto estaba a full, lo tomó con su mano y comenzó a masturbarme me lamía los testículos, se desnudo, dejó a la vista su miembro, que por cierto era grande, mas grande de los que vi y sentí, era hermoso, lo chupé, pasé mi lengua por su cabeza, era exquisito su sabor, se acostó en la cama y me pidió que me sentara sobre su pene, me preguntó si había tenido sexo con hombre y le dije que sí y que me gustaba, puso la cabeza de su pene en mi ano, lo lubricó mucho, de a poco comencé a sentarme, a empujar hacia abajo, entró un poquito, el dolor era inmenso, respire, apretaba los dientes y aguantaba el dolor, sabía que después vendría lo mejor, de a poco comenzó a entrar, pude sentarme, ya lo tenía adentro, comencé a moverme sin sacármelo, sentía muy rico tenerlo adentro, todo iba bien, mucho placer, cambiamos de posición, abrió mis nalgas, metió su lengua en mi ano, ya estaba muy dilatado y el lo disfrutaba, yo también, me puso a los pies de la cama, me hizo inclinarme, comenzó a meterlo, mi culo dilatado lo recibió si oposición alguna, comenzó el bombeo, me culeaba con fuerza, no paraba, sentía el golpe de su ingle en mis nalgas, su pene lo sentía en mis entrañas, un placer enorme me daba con cada embestida, me masturbaba mientras me lo metía, que rico se sentía a pesar de los grande de su pene y de la fuerza que aplicaba en cada mete y saca, me daba duro, yo gemía con cada embestida, eso lo calentaba mas parece, estaba atrapado, no me podía mover, estaba a su disposición, para su exclusivo placer, eso me excitaba mucho, llegó el momento esperado, su grito de placer fue brutal, garabatos incluidos, putito, que gran culo tienes, toma todo perrito, cometelo todo, me hiciste acabar como nunca, que ricoooooooo, luego, sentí su cuerpo sobre el mío, así se quedó jadeando y moviéndose, como retorciéndose, yo también eyaculé y fue maravilloso.
Nos levantamos, hablamos de muchas cosas ese día, me sentí perdonado y premiado, me pidió ir a verlo otro día, obviamente que fui, no había mucho preámbulo en los encuentros siguientes, yo entraba a esa casa, me iba al dormitorio, me desnudaba y me colocaba en posición a los pies de la cama, el solo lubricaba mi ano con vaselina y me lo metía, me culeaba con fuerza, tenía su orgasmo, me llenaba de semen, yo me vestía y me iba, hasta el próximo encuentro, fue durante casi un año, unas dos veces al mes iba a para que me llenaran el culo de semen y de placer.
me gustó la trama