Mí peculiar familia temp 1 cap 2

Historia de una familia incestuosa entre hombres .
CAPITULO 2: NUEVOS DESEOS

AVISO: ESTE CAPITULO CUENTA LOS SUCESOS DESPUÉS DEL CAPÍTULO 1 (SI NO LO LEYERON LOS INVITO A LEERLO A MI PERFIL)

ESTE CAPITULO CONTARÁ CON ESCENAS SEXUALES MIENTRAS AVANZA.

Desperté cansado y sin ganas de hacer nada, mi cabeza no dejaba de pensar en lo que habia presenciado ayer. ¿Cómo pudo mi hermano haber estado con mi padre? Era raro, pero sentía el deseo de poder hacerlo también…

Me dirigí al baño, cepillé mis dientes y bajé a la sala de estar, dónde se encontraba mi hermano sentado en el sofá viendo televisión. No le dije nada, fui a la cocina y me preparé el desayuno para luego sentarme junto a mi hermano.

—¿No te vas a quitar tu pijama? —Preguntó Emanuel.

—¿Que tiene de malo? Es solo una musculosa y un boxer. ¿Te molesta que esté así? —Respondí.

Él me dió un golpe en la cabeza despacio, pero me hizo enojar un poco, y me dijo: —No podés andar asi por casa, imagínate si viene alguien y te ve casi desnudo…

—Deja de decir boludeces, no creo que venga nadie tan temprano, no jodas.

Ema volvió a golpearme, esta vez me enojé en serio y me tiré sobre el para golpearlo, cortando mi entrepierna con la suya inconscientemente. Mi verga se puso dura al igual que la suya, lo podía sentir. Y para que siga así, comencé a frotarme aún más sobre él a propósito.

—¡Déjame en paz boludo! —Gritó Ema mientras me empujaba, haciendo que caiga al suelo.

Al caer, quedé boca arriba, mi remera se había levantado y mis boxer se habían levantado más de lo normal debido a la frotación, mi verga se marcaba notablemente y me tapé con las manos. Emanuel se quedó mirando y disimuladamente acomodó su verga para que no se notara su erección.

—¿Que tanto mirás ahí? —Le dije enojado.

—Nadie te está mirando idiota, aparte ¿Que voy a ver si no se te marca nada? —Dijo mientras se reía.

Yo me enojé aún más, pero también tenía un poco de vergüenza al escuchar sus palabras. —A, ¿Y vos? Qué tan grande la tenés? Sos un puto de mierda… Deja de andar viendo vergas ajenas…

—¿La querés ver vos que tanto preguntas eh? Más grande que la tuya es seguro. —Ema se comenzó a tocar sobre la ropa, su verga se paró al instante, se notaba gorda y más grande que la mia. Yo aún seguía en el piso, mi verga pedía salir de mi ropa a gritos, me levanté y salí corriendo hacia mi habitación, dónde me encerré en el baño.

Allí, me quité la ropa y comencé a pajearme para quitar mis deseos, pero lo único que quería era probar la verga de mi hermano… Cerré los ojos y nuevamente recordé e imaginé a mi hermano teniendo sexo oral con mi papá, eso hizo que me corra a chorros, ensuciando todo el piso de mi leche. Gemí despacio y abrí los ojos: mi mano, mis bolas y el piso lleno de semen. Agarré papel higiénico y comencé a limpiar todo, a todo esto aún seguía desnudo. De repente, la puerta se abrió de par en par, quedé paralizado, era mi hermano…

—¿Que mierda estás haciendo? —Dijo sorprendido.

—¿Que mierda te pasa? ¡Cerrá la puerta, me estoy por bañar!

—¿Bañar? Pero si nunca lo haces jaja, deja de hacerte que escuché que te estabas pajeando… ¿Así que ahora te pajeas por mi?

—¡Basta! No estaba haciendo eso, salí de mi pieza, ahora.

—Si, si como digas, entonces, ¿Por qué hay papeles lleno de semen ahí tirados? O que es, ¿Crema? Boludito.

Me puse rojo de la vergüenza, no sabía que hacer ni que decir. Me habían descubierto pajeandome, estaba desnudo frente a mi hermano y estaba rojo, la peor mañana de mi vida.

—¡Déjame de joder, ya sé lo que estabas haciendo con papá anoche en la camioneta! —Le grité enojado.

—¿A si? No te creo. —Respondió.

—¿No me crees? Escuché tus gemidos y tus ahogos, te comiste la verga entera de papá… Ah, y, ¿Que es a lo que me voy a unir pronto? Escuché algo de eso también…

Emanuel estaba rojo, se quedó en shock.

—Sos una putita traga verga, boludo. —Dije riéndo a carcajadas.

Ema se enojó, su expresión cambió. —¡Vení para acá pelotudo! —Corrió hacia mi y me agarró de los pelos, me llevó a la cama y me tiró sobre ella. —Deja de hacerte, que bien que cuando me viste la verga parada te viniste a pajear al baño, y encima ensuciaste todo… No te hagas, porque yo sé que querés comerte la verga de papá y la mía al mismo tiempo, sé que lo deseas…

Él, mientras decía todo eso, estaba encima mío, yo estaba boca abajo, y como estaba desnudo, sentía perfectamente su verga apoyada en mis nalgas.

No dije ni una palabra; él tenía toda la razón. Quería comerme su verga y la de papá.

—Ya te vas a enterar a lo que te vas a unir prontito, primero date vuelta que esta verga no se va a satisfacer sola hermanito… —Me dijo mientras se paraba frente a mí y se bajaba los pantalones.

Me di la vuelta, y lo que vi me fascinó: Una verga morochita, gorda y de unos 17cm. Era peluda, con unos huevos medianos pero que se veían hermosos… La verdad de mí hermano era demasiado diferente a la mía, mí verga era flaca, tenía huevos pequeños, no tenía vello y media alrededor de 13cm… Y al ver si verga, vi el paraíso.

La agarré con temor, la miraba detenidamente y se me hacía agua la boca. Comencé a masturbarlo lentamente, pasando mí mano por todo su grosor… Estuve pajeandolo por unos segundos, hasta que me ordenó que me agachara. Lo hice, y ver su verga aún más de cerca me prendió más.

—Mirame… —Me dijo. —No quiero que la chupes todavía, quiero esperar a ese gran momento que pronto vivirás. Pero chúpame los huevos y seguí pajeandome.

Cómo todo un sumiso obediente lo hice, comencé a meterme sus huevos en mí boca y a lamerlos mientras masturbaba toda su verga, estuve así por varios minutos, sin decir ni una palabra. —Me voy a correr, ponerte frente a mí que quiero hacerlo en tu carita…

Cerré los ojos y esperé. Se corrió en mí cara, 8 chorros calientes de semen salieron de él hacia mi frente, mí nariz y mis labios, y obviamente yo lo disfruté como nunca. Ema soltó varios gemidos y acarició mí cara llena de leche.

—Lo necesitaba, hermanito. —Me dijo mientras se subía los pantalones e iba hacia al baño. Yo quedé agachado ahí, con todo su semen en la cara, saboreando todo.

Me levanté y fui a mí habitación, busqué ropa y me bañé, obvio sin antes hacerme una paja para soltar todo el semen que traía acumulado.

Salí del baño y me acosté en mí cama a ver mí celular. Hasta que mí hermano entró a mí habitación y me dijo: Le diré a papá que ya estás listo, el próximo domingo vienes con nosotros.

Asentí con la cabeza, me sentí tan emocionado de saber qué era lo que se hacía los domingos, quería que la semana pasara rápido para saberlo de una vez por todas, pero mientras tanto solo debía esperar.

ESPERO LES HAYA GUSTADO ESTE CAPÍTULO, ME ENCANTARÍA QUE COMENTEN Y VOTEN ASÍ SÉ SI LES ESTÁ GUSTANDO ESTA HISTORIA! PRÓXIMO CAPÍTULO PRONTO.