Mi peculiar familia temp 1 cap 4 (PARTE 2)
Historia de una familia incestuosa entre hombres .
MI PECULIAR FAMILIA CAP 4 (PARTE 2)
ESPERO QUE LES ESTÉ GUSTANDO ESTA HISTORIA. ME ALEGRA MUCHO QUE LA LEAN… EMPECEMOS.
Papá y Emanuel habían salido a recorrer el camping, Leo y yo nos quedamos en la cabaña para conocerla aún más, su interior y su exterior. Por fuera había unas sillas de madera mesedoras, y a su lado un jacuzzi cuadrado mediano para los días de frío. El camping estaba dividido en secciones, de la más barata a la más cara. Papá, cómo tenía dinero, compró la más cara, que solamente habían 4 cabañas, ya que era como un mini «vecindario» cerrado. Nos sentamos en las sillas, estábamos con nuestros celulares hasta que una camioneta igual que la nuestra, solo que de un color rojo oscuro estacionó frente a nuestra cabaña. De allí, salió un hombre de unos 35 años, era rubio de ojos celestes, no era musculoso, sino que era delgado. Y luego, de la parte de atrás salió un chico, rubio y de ojos celestes al igual que su padre, llevaba una remera musculosa, que hacia que se le notaran los brazos marcados, tenía unos 16 años, era muy lindo, me quedé hipnotizado con solo verle su rostro, y más abajo, con unos shorts deportivos que hacían que sus nalgas bien redondas y gordas se le marcaran demasiado, se ve que hacía glúteos… Eso me prendió, mi verga se erectó, y como estábamos en público me tuve que tapar disimuladamente con una almohada.
Me levanté y fui hacia la habitación dónde me senté aún con la verga parada. Leo se levantó detrás de mi y fue hacia donde estaba yo.
—¿Qué pasa Tomás? ¿Estás bien? —Preguntó Leo confundido.
—Si, si estoy bien, solo que ver al chico, hizo que mi verga se ponga durísima… —Dije mientras me tocaba por encima del pantalón.
—Ah, si… La verdad es que si era muy lindo, pero… ¿Te prende más que esto? —Luego de decir eso, Leo me empuja hacia atrás y me quita de un tirón la ropa, me agarra la verga y me comienza a chupar los huevos, lamer el largo de mi pene y por último a hacerme círculos en la punta. Mierda, por fin tenia a Leo a mis pies, con mi verga en su boca…
Se metió la verga entera a su garganta, con la lengua abrazaba toda mi verga, pre-semen salía de la punta, haciendo que caiga por su mentón. No llegué a follarle la boca que me corrí, no fue tan fuerte pero si hizo que chorree hasta el piso. Me levanté y lo besé aún con mi semen en su boca, le metí la lengua y nos besamos por un buen rato.
Por otro lado, el chico de en frente, que era muy extrovertido y social, tocó la puerta de nuestra cabaña. Toc toc toc, se escuchó. Rápidamente nos vestimos y nos limpiamos, y yo salí corriendo hacia la puerta, y la abrí. Era él, ese chico rubio de ojos celestes, estaba frente a mi, sin remera… Si estaba bien marcado, y se le notaba un bulto en su entrepierna, aunque esté dormida, se le notaba grande…
—Hola, chicos. ¿Quieren ir a caminar hasta el lago artificial? Leo se acercó hacia mi y se puso a mi lado, yo estaba un poco nervioso, no decía nada. El chico esperaba una respuesta con una cálida sonrisa. —Perdón, no me presenté, soy Elías… ¿Quieren ir o no?
—Ehh, bueno, dale. ¿Vamos Leo? —Dije con un tono nervioso mirando a Leo.
Leo asintió. Busco nuestras cosas y salimos juntos a Elías hacía el lago.
Elias estaba adelantando, yo estaba detrás suyo, admirando todo su cuerpo, y sus nalgas, que con cada paso que daba, se les marcaban notoriamente en ese pantalón cortito que tenia. Habíamos llegado al lago, nos quitamos la remera y nos tiramos al agua, y ahí nos quedamos por unas horas.
De nuevo en la cabaña, papá y Ema habían llegado con comida, hamburguesas y papas fritas. Entraron y se dieron cuenta de que no había nadie allí, Ema pensó que estaríamos recorriendo el lugar así que no se preocuparon, pero guardaron la comida para cuando nosotros llegáramos.
—Parece que hay vecinos. —Dijo Ema mirando por la ventana.
—Parece que si, después iré a conocer… —Dijo papá acercándose a Ema por detrás, apoyándole la verga en sus nalgas.
—Ah papá, aquí no eh… Vayamos a la habitación, o cerremos todo…
Papá estaba caliente, dió vuelta a Ema y lo agachó a la fuerza. Ema le bajó los pantalones y comenzó a chuparle la verga entera, profundo y sin respirar, como si ya estuviera entrenado para esto. Mientras, papá actuaba normal, porque estaba frente a la ventana de la cocina. El vecino salió de la cabaña y saludó. Papá saludó como si nada, disimulando que su hijo le estaba comiendo la verga entera. Papá tomó el control, comenzó a mover las caderas haciendo que Ema se golpee la cabeza contra la mesada, pero no le importaba, era mas importante comerle toda la verga a su papito…
Y así estuvieron unos minutos, hasta que Leo, Elías y yo estábamos fuera de la cabaña, aún mojados ya que nos habíamos olvidado las toallas. Elias nos saludó y entró a su cabaña, mientras que nosotros nos dirigíamos hacia la nuestra. Papá se percató e hizo que Ema se levantara rápido, él se vistió nuevamente aunque su verga chorreaba semen, y disimularon como si estuvieran cocinando. Entramos a la cabaña y saludamos, nos sentamos en la mesa y papá trajo la comida, todos se sentaron y comimos, teníamos mucha hambre. Ema comió rápido y fue a bañarse, mientras que nosotros nos quedamos junto a papá en la mesa.
—¿A dónde fueron chicos? ¿La pasaron bien? —Preguntó papá mientras mordía la hamburguesa.
—Fuimos al lago artificial que está a varios metros de acá, papá. La pasamos excelente, hasta hicimos un nuevo amigo, el de acá en frente. —Dije entusiasmado.
Papá sonrió. —Ajá, mira que bueno. Entonces iremos con Ema a ese lago, suena divertido. ¿Quieren ir de nuevo con nosotros?
Leo y yo nos miramos al mismo tiempo. —No, no gracias papá, seguramente vayamos a otro lugar, el camping es muy grande. —Le dije con una sonrisa.
—Está bien. Si les sobra algo de tiempo vengan con nosotros… —Dijo papá levantándose de la mesa, sin darse cuenta de que sus pantalones están un poco mojados con… Semen.
Me quedé confundido al ver a papá mojado en la entrepierna, pero no le di importancia.
Papá y Ema se cambiaron y se fueron al lago, mientras que nosotros nos quedamos a dormir la siesta. Media hora después me desperté cansado, en boxers porque habían tocado la puerta varias veces, me puse unas medias y fui a abrir la puerta. Al abrirla, Elías estaba parado ahí con su linda sonrisa, me miró de arriba abajo, ya que estaba semi desnudo y yo no me había dado cuenta. —¿Qué pasó? —Dije mirándolo, confundido.
—Veo que dormís cómodo eh… —Dijo soltando una carcajada.
Mire hacia abajo y Vi que no tenía ropa, me puse rojísimo. —¡Ay! Perdón, perdón en serio. Es que estoy dormido, la puta madre… ¡Perdón!
Elias me miró sonriendo, un poco confundido. —¿Perdón por qué? —Rió suavemente. —No pasa nada, cámbiate, llamá a tu amigo, vamos a pasear un rato, ¿Querés?
Corri hacia mi habitación y me cambié, levanté a Leo y también se cambió para luego salir junto a Elías.
—¿A dónde vamos? —Preguntó Leo a Elías.
—Estuve recorriendo un poco más el lugar, y casi al final del camping hay un lugar donde no entra cualquiera… Ya verán.
Caminamos un rato largo hasta llegar al lugar, había una gran reja y se alcanzaba a ver un lago muy lindo con arena y agua cristalina. Pero había un cartel en esa reja. «Prohibido el ingreso a menores de 18 años» y más abajo otro cartel. «Lugar cerrado, no pasar».
Me preocupé un poco, Elías notó mi preocupación y se acercó a mi. —No pasa nada, no es nada malo ni estamos haciendo nada malo, solo, vengan…
Entramos al lugar saltando la reja y a unos metros del lago había otro cartel. «Lago nudista». Mis ojos se abrieron como platos, estaba sorprendido… ¿Por qué Elías nos traería a un lugar así? Me pareció demasiado extraño.
—Vamos, chicos. ¡El agua está espectacular! —Dijo Elías mientras se quitaba la remera y el pantalón, dejándolo sólo sus calzoncillos.
Quedé en shock, estaba rojo, estaba caliente, él me calentaba demasiado, ver ese cuerpo, ese abdomen, esos brazos y esas nalgas… Ese bulto, me prendía demasiado… Mi verga se erectó y no podía ocultarlo.
Leo me agarró de la mano y me llevó hacia el lago, dónde allí él se quitó toda la ropa, sin ningún tipo de vergüenza, y se tiró al agua.
Yo aun estaba sorprendido, parado viendo hacia el lago, hasta que Elías se paró frente a mi. —¡Vamos, entremos al agua! —Me dijo mientras se daba vuelta y se bajaba el boxer que tenía, mis ojos se clavaron en ese culito bien redondo, sin vello y blanquito, era, era perfecto… Elias gritó y se tiró al agua junto a Leo y comenzaron a jugar entre los dos, sin vergüenza… Yo me quité toda la ropa, pero me dejé el boxer, y me tiré al agua junto a ellos.
Pasamos horas jugando ahí, hasta casi el atardecer. Salimos del lago hacia la arena para tomar el poco sol de atardecer que quedaba, Leo y Elías se acostaron desnudos boca arriba. Salí último del lago y los ví, ví el pene de Elías, estaba flácido, de unos 12cm, no tenía vellos y también era blanquito… Y bueno, ya había visto el pene de leo. Lentamente me acosté junto a ellos y cerré los ojos, nos quedamos así varios minutos hasta que se hizo de noche. Nos levantamos, con secamos y nos cambiamos, y como si nada de esto hubiera pasado, volvimos a las cabañas.
Leo llegó primero ya que necesitaba ir al baño, mientras que Elias y yo caminábamos lento juntos. —¿Por qué no te quitaste toda la ropa allá en el lago? —Preguntó Elías con curiosidad.
—No lo sé, no estoy acostumbrado a esto… Eh, ¿Puedo decirte algo? —Le dije tímidamente.
—Lo que quieras. —Respondió con una cálida sonrisa.
—Sos… Sos muy lindo, tenés muy buen cuerpo, la verdad…
Elias se sonrojó y miró hacia abajo. —Eh, gracias… Nadie me había dicho eso. —Dijo con una risa nerviosa.
Los siguientes metros caminando fueron en silencio, llegamos a nuestras cabañas, nos saludamos, pero antes de entrar Elías dijo: —Lindo día, la pasé bien con ustedes, con vos…
—Lo mismo digo, Elías. Nos vemos mañana. —Le dije entrando a mi cabaña. Ya estando dentro, me bañé y me acosté, papá y Ema volvieron con comida y nos sentamos a comer todos juntos en la mesa, limpiamos todo y nos acostamos.
Por la madrugada, unos ruidos despertaron a Leo, confundido, salió de la habitación sin hacer ruido y se dirigió hacia donde se escuchaban esos extraños sonidos, era la habitación del padre de Tomás, estaba la luz prendida y la puerta entreabierta… Leo se acercó en silencio y observó, Ema estaba siendo follado en 4 por su padre, gemidos y el sonido de la cama se escuchaban allí dentro, Ema se masturbaba mientras su padre le daba fuertes embestidas en su culo apretado. Leo estaba en shock, pero tenía la verga parada, volvió hacia la habitación y me levantó desesperado.
—¿Que pasa, Leo? —Le dije aún dormido.
—Tu papá y tu hermano estan… Están cogiendo entre ellos…
Me levanté de la cama, no estaba sorprendido pero quería ir a ver. Salí de la habitación y siz efectivamente, estaban cogiendo. Volví a nuestra habitación y le dije a Leo que ya sabía de esto, que hace varios días Ema le había chupado la verga a papá, que esto lo hacen hace mucho, pero que no me molestaba.
—No te niego que me gustó ver a tu hermano siendo dominado… —Dijo Leo riendo.
—Lo sé, me gusta que sea así de sumiso con papá, pero bueno, actuemos como si nada hubiera pasado, volvamos a dormir.
Nuevamente nos acostamos, cerré los ojos para dormir nuevamente, ya que quería que sea mañana de una vez, quería volver a ver a Elías, volver a jugar con él y con Leo, quería estar con él todo el rato, así que estaba tan emocionado para que sea mañana, así que me dormí…
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