Mi peculiar familia temp 1 cap 7
Historia de una familia incestuosa entre hombres .
Cuatro meses. Han pasado tres malditos meses y varios días desde que fuimos al campamento, y nada. No hubo ese domingo que tanto esperé, y ya no hubo ningún encuentro caliente con Leo, (que por cierto sigue enojado conmigo y no me habla). Mi hermano Emanuel se iba a mudar debido a una pelea que tuvo con mi papá (ya casi tiene todo listo, pero todavía no se fue) y mi papá ha estado de viaje de negocios y ocupado con su trabajo, sin tiempo de nada.
Mayormente estaba solo en casa, mis primos no querían juntarse y ponían raras excusas, y la escuela ha sido un infierno para mí. No tengo amigos, mi único amigo era Leo, pero no creo que quiera volver a hablarme después de lo que pasó con Elías.
Y, respecto a él… Hoy se cumple un mes que no hablamos. Nos comunicábamos por Whatsapp desde mi celular o la computadora, hablábamos de todo, nuestros gustos, nuestra escuela, cómo era nuestras vidas en nuestras casas, y una que otra fotopito y chats calientes por las madrugadas… Pero todo eso nos aburrió, no queríamos vernos en foto, queríamos vernos en persona, pero era casi imposible, él vivía a varios kilómetros de dónde yo vivía, y su papá no me conoce, ni mi papá a él, así que sería imposible vernos físicamente.
Estoa últimos meses la pasé solo y aburrido en mi habitación, pidiendo deliverys a todas horas y por supuesto matandome a pajas recordando ese momento… Ese momento donde estuve frente a ese culito gordo de Elías… No entiendo como se puede tener un culo tan rico… Se me para la verga con solo imaginarmelo en cuatro. Realmente necesito introducirme en él de nuevo…
La noche anterior al sábado me encontraba solo en mi habitación (como siempre) sentado en mi computadora, viendo videos de YouTube o alguna película, pero mi mente estaba en Leo, realmente necesitaba volver a hablarlo, él era el único amigo, un muy buen amigo…
Entré a WhatsApp y puse su chat, un último mensaje escrito por mi hace unos veinte días se posaba en la pantalla:
«Hola, Leo, ¿Todo bien?»
Me había clavado el visto. Pero yo no me iba a rendir, tenía que rogarle, seguir enviándole mensajes. En algún momento me tendría que responder ¿No?
Por alguna razón mi verga se comenzó a erectar de la nada, y mi mente empezó a recordar los momentos en los que le chupaba la verga… Sí que quería hacerlo de nuevo. Rápidamente comencé a textear:
«Te extraño, no a vos, si no a tu… (Emoji) Ya sabes a lo que me refiero.
Envié el mensaje, cerré WhatsApp y apagué la computadora. Mi verga seguía en erección, y comencé a tocarme sobre la ropa.
—La puta madre… Voy a estallar. —Me dije a mí mismo mientras me paraba de la silla y me acomodaba la verga con tal de que se me marcara en el pantalón, y rápidamente me dirigí hacia la habitación de Ema. /Toc toc\
—¿Que pasa, Tomás? —preguntó él desde dentro.
—¿Puedo pasar? Tengo que decirte algo urgente…
—Estoy ocupado, en otro momento, ¿Si? —respondió.
Yo comencé a tocar y tocar la puerta. —Porfaa, Emaa, es urgente…
De tanto insistir, me dejó entrar.
—¿Y? ¿Cuál es la urgencia? —dijo mientras se acomodaba en su silla.
—Necesito que me la chupes. —dije poniéndome una mano sobre mi verga aún erecta.
—¿Que? ¿Ahora? No… No, Tomás sabes que yo no hago esas cosas, aparte estoy estudiando… En otro momento lo hacemos.
Me acerqué lentamente hacia él mientras bajaba mis pantalones. —Dale… Una chupada rápida, voy a tener que correrme en vos si no…
Ema bajó la mirada hacia mi Boxer y vió mi verga moviéndose en ellos, respiró hondo y se agachó lentamente frente a mi. —¿Va a ser tu primera vez haciendo esto? —pregunté.
—Si, y que bueno que seas vos, hermanito.
Justo cuando me dijo eso, me bajó el boxer y mi verga salió disparada de ellos, comenzó a lamer mis huevos y y chupar como paleta todo el largo, mientras que con su mano tocaba mi abdomen. Estuvo minutos así hasta que comenzó a hacerme circulitos en la punta.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, mientras que el pre-semen comenzaba a salir lentamente de la punta de mi pene. Al cabo de unos segundos, Ema ya tenía metida la mitad de mi verga en la boca y comenzó a succionar y succionar con lujuria. Mis gemidos se hacían cada vez más fuertes, yo lo agarré de la cabeza y comencé a clavarsela aún más profundo en su garganta hasta que tres grandes chorros de leche inundaron su boca.
Ema se levantó mientras se tragaba toda mi carga. —¿Y? Ya está, ahora déjame estudiar. —dijo con intenciones de echarme de su habitación.
Salí con una sonrisa en el rostro mientras mi verga se achicaba e iba chorreando el semen sobrante de ella. ¡Que espectacular! Hace mucho no lo hacía… Por fin estaba satisfecho, y cuando me bañé, directamente me acosté a dormir.
Al otro día me levanté temprano y con pocas ganas de vivir. Fue un día aburrido ya que no hice casi nada, y como no tengo vida social, me puse a buscar amigos en la computadora.
Entré a una aplicación donde se registra Miles de chicos de mi edad y comencé a bajar en busca de un indicado. Pasé más de media hora bajando hasta que me llamó la atención un perfil que se me hizo bastante conocido.
«Elías López».
Era efectivamente el Elías que conocí en el campamento. Tenía una foto selfie suya con una expresión tan atractiva que me prendía. Obviamente lo comencé a seguir y le mandé un mensaje. «Hey, ¿que andas haciendo por acá?
Para mí soepresa, me respondió cinco minutos después. «Mirá, ¿Vos qué andas haciendo acá?» (Emoji)
Sonreí a la pantalla y escribí. «¿Qué te parece si hacemos una videollamada?
Y rápidamente la pantalla se volvió negra, y apareció el ícono de la para que pudiera aceptar la llamada, y atendí.
Él estaba sin remera y tenía un shorts demasiado apretado, tenía una habitación muy moderna y la cámara de su computadora permitía ver todo su cuerpo y su habitación. Yo estaba vestido con un pantalón corto holgado, lo mismo que mi remera. —¡Holaaa! Hace mucho no te veo eh… Seguís igual de lindo. —le dije riendo.
Él se acomodó en su silla, también riéndo. —Vos igual, la verdad es que quiero verte… No sé por qué dejamos de hablar.
—Yo también… Quiero tocarte todo… —respondí.
Elías sonrió y se quedó en silencio, para luego señalarme su entrepierna con las manos, indicando que su verga estaba bien parada. Se acercó al micrófono y susurro: —¿Querés verla en primer plano?
Sonreí de oreja a oreja y asentí.
Él se levantó y se acercó a la camara, se bajó el short y el boxer y su verga blanquita salió disparada, la tenía bien dura y con vellos, unos lindos vellos rubios.
—Ah… La puta madre, como la extraño. —dije riendo y viéndola fijamente.
Él se acercó al micrófono de nuevo. —¿Querés que me pajee pensando en vos?
Mis ojos brillaron y le dije que si, y entusiasmado me acerqué aún más a la computadora mientras metía mi mano en mi entrepierna y comenzaba a tocarme.
El también se acercó y comenzó a masturbarse rápidamente, sus gemidos y suspiros se oian desde el micrófono y me hacía calentar aún más. Y así estuvimos un rato hasta que ambos nos corrimos fuertemente.
—Ah, Elías… Quiero verte de nuevo…
—Yo también —respondió— El viernes que viene… Después de la escuela vení a mi casa, te mando mi dirección por Whatsapp. Mi papá se va unos días así que estoy re solo. —rió.
Yo sonreí y le di el ok. Luego corté. Lo que restó del día me la pasé acostado pensando en él, ya quería volver a verlo. Por la madrugada dormí plácidamente toda la noche, y al otro día por la tarde, un sonido de bocina fuera de mi casa hizo que Ema y yo salieramos a ver quién era.
—Chicos, vamos… —dijo papá desde dentro de la camioneta.
Ambos nos miramos y sonreímos, subimos a la camioneta y nos dirigimos hacia la otra casa de papá. Él estaba en boxer mientras manejaba, y no me resistí a verle el gran bulto que se le marcaba.
—Quitense los pantalones también, chicos, no quiero ser el único así.
Mi verga se levantó, pero hicimos caso, Ema y yo nos quitamos el pantalón y nos sentamos nuevamente en nuestros lugares.
—¿Ya casi llegamos? —pregunté mientras miraba por la ventana.
Papá me miró con una expresión de picardía y respondió: —¿Tan emocionado estás? Vení pásate para acá adelante.
Lo miré confundido y con una expresión de sorpresa.
Papá se dió cuenta de mi cara y soltó una pequeña carcajada. —No tengas miedo, acá a esta hora no pasa nada ni nadie. Solo nosotros, y ahora nos meteremos a un camino de tierra que lleva directo a la casa, así que no te preocupes. Dale veni.
Le sonreí y rápidamente me pasé adelante, y como estaba Ema, de me senté encima suyo.
Disimuladamente, Ema de accomodó con tal de que su verga quede tocando el centro de mi pequeño y apretado culo sobre la ropa. Obviamente yo lo sentí y le seguí el juego. Comencé a moverme con tal de que su verga se erecte al igual que la mía, que por cierto, se notaba.
Papá nos miraba de reojo y rápidamente se dió cuenta a lo que queríamos llegar. Con un movimiento rápido puso el piloto automático de la camioneta Tesla y estiró su brazo derecho hacia mi hombro, comenzando a tocarlo.
Yo seguía moviendo mis caderas hasta sentir la verga de mi hermano completamente dura. A todo esto, mi papá bajó su mano hacia mi espalda y allí metió su mano en mi boxer, logrando tocar mis suaves nalgas.
Cuando el ambiente se calentó más delo normal, una voz robótica interrumpió el lujurioso acto.
«Ya hemos llegado a destino, por favor, apague la camioneta».
La camioneta frenó rápidamente en un estacionamiento frente a una gran mansión maximalista con vistas a un azul y hermoso lago natural que contrastaba con pequeños cerros verdes llenos de flores y vegetación. La mansión era de un gris oscuro y blanco, con una gran puerta marrón y muchas ventanas polarizadas por fuera y por dentro, como si fuera la casa del mismísimo presidente.
Quedé sorprendido viendo todo el paisaje y la casa. Papá salió de la camioneta junto con Ema, dejabdome dentro, solo. Miles de pensamientos calientes inundaron mi cabeza, y sabía que por fin este iba a ser el momento, ese momento que tanto esperé.




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