Mi pimera experiencia gay y la primiera desvirgacion
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Lukas-adorable.
La última vez que me cogió mi hermano fue un día miércoles, un día antes de que todos sus compañeros se enterasen de lo que había entre los dos.
Íbamos camino a casa en el bus, sentados al fondo, en los últimos asientos. Estando a unos cinco minutos de llegar al paradero, mientras mi hermano miraba por la ventana el paisaje, yo saque un cuaderno y escribí una nota que decía hay que coger cuando lleguemos a la casa; al terminar de escribirla se la mostré a mi hermano, le dije.
Yo: Andrés mira
El al leer la nota asintió con la cabeza.
Mi hermano volvió su vista a la ventana y yo seguí viendo hacia otra dirección distrayéndome con el pasar de los autos y mirando las casas, no había pasado ni un minuto desde que la había enseñado la nota a mi hermano cuando en eso siento que él me mueve con su codo y yo al voltear a ver que quería me señala con su vista en dirección hacia su pene, al bajar mi vista veo el enorme bulto que se le había formado, nos miramos el uno al otro y solo sonreímos y seguimos cada uno viendo para otro lado.
Mi hermano ya estaba preparado para la acción y yo al ver ese enorme bulto formado por su erecto pene deseaba estar en casa con él para que me lo metiese de una vez.
Al bajar del bus aceleramos el paso, estábamos a menos de dos minutos de casa y para llegar rápido le dije.
Yo: te hago una carrera
Luego de decírselo comencé a correr.
Mi hermano corrió tras de mi
En el camino la vecina que vivía cerca de casa nos dijo
Vecina: porque corren tan contentos, ya salieron de vacaciones?
Mi hermano y yo le respondimos primeramente con un buenas tardes vecina, luego mi hermano le dijo.
Mi hermano: no vecina solo queremos llegar rápido
Vecina: ah ya
Seguimos avanzando a prisa y en menos de un minuto ya estábamos en la entrada de la casa.
Al entrar nos fuimos de frente a su cuarto, tiramos las mochilas a un lado y nos comenzamos a sacar el uniforme de colegio como si nos fuésemos a poner la ropa de diario, pero ese no era el fin así es que no había que sacarse solo el uniforme sino también las trusas y así lo hicimos, quedamos completamente desnudos. Mi pequeño pene estaba erecto y el de mi hermano lo estaba aún más, ya no perdimos más tiempo, me subí a la cama y me puse en la pose misionera, al estar en esa pose con mis piernas flexionadas, mi recorrido ano se abrió de manera espontánea e involuntaria, mi hermano no perdió más tiempo y me comenzó a penetrar, mientras él se metía en mi atreves de mi ano yo lo veía con placer y el a mí, nos miramos el uno al otro, nuestras miradas lo decían todo, cada uno disfrutaba lo que estaba pasando en ese momento. Cuando finalmente logro meter todo su pene en mi atreves de mi ano, hasta alojarlo por completo en mi recto, comenzó un placentero mete y saca. Y como ya les había contado anteriormente, mientras me cogía nos besábamos, yo lo tomaba de su espalda y lo pegaba más a mí.
Luego de estar un buen rato cogiéndome en dicha pose, saco su pene de mi culo y me pidió que me voltee, al hacerlo nuevamente continuo cogiéndome, cuando por fin se vino dentro de mí me lo dejo bien clavado y me lo empujaba como si pudiese entrar aún más de su pene en mí. Sin dejar de empujar su pene comenzó a usarlo como un gancho, como si me quisiese levantar con él, se inclinó un poco para adelante y su pene hizo la función de palanca en mi ano, me causo cierto dolorcillo que me hizo gemir.
Yo: ahhhhhhhhhh
Luego de sacarme ese gemido dejo de hacerlo y se quedó recostado un rato sobre mí con todo el peso de su cuerpo y su pene aun metido en mí, yo estaba más que complacido en ese momento.
Finalmente luego de sacar su pene de mi culo, cogí mi uniforme y mi trusa para ir a mi cuarto, al verme hacer eso mi hermano pregunto.
Mi hermano: ya te vas a cambiar?
Al oír esa pregunta supe que quería seguir cogiendo así es que dispuesto a seguir siendo cogido por mi hermano un rato más le dije.
Yo: no, nomás voy a guardar mi uniforme, ahorita vengo
Mi hermano: ya, ve
Mi hermano por ser un adolescente se recuperaba de inmediato luego de eyacular y por ello luego de descansar unos cinco minutos estaba listo para seguir cogiendo un par de veces más.
Bueno, me fui a mi cuarto y luego de ordenar mi uniforme de colegio y dejar mi trusa blanca sobre mi cama volví al cuarto con mi hermano, al entrar él se levantó de su cama y me dijo que esperase un momento ya que iba a guardar su uniforme, así lo hizo y cuando termino de ordenar y guardar su uniforme se paró al filo de la cama y me pido que me ponga ahí.
Así lo hice, me puse en cuatro al filo de la cama, en cuatro, posición en la cual las nalgas se separan dejando el ano al descubierto, expuesto y vulnerable ante cualquier intento de entrar en la persona deseada atreves de él. Al estar así mi hermano acaricio unos breves segundos mis nalgas y luego procedió a penetrarme para luego continuar con el mete y saca. Luego de estar recibiendo pene en esa posición se sentó al filo de la cama y yo en su pene, no habían pasado ni un minuto de estar así cuando mi amigo me llama, mi hermano sin sacar su pene de mi me hace poner de pie y así caminamos unidos hasta la sala para verlo por la ventana, ahí al verlo mi hermano pregunto.
Mi hermano: vas a salir?
Yo: no, sigue cogiéndome
Prefería mil veces que mi hermano me siguiese sometiendo con su pene antes que vestirme y salir a ver que quería mi amigo, el que me inicio en esto del sexo entre hombres.
Me apoye en el sofá y ahí mi hermano continuo cogiéndome, mi amigo miraba hacia mi ventana y volvía a llamarme con insistencia, él ni se imaginaba lo que ocurría detrás de esa ventana que tenía al frente suyo la cual solo reflejaba la calle.
Luego de estar allí en el sofá siendo cogido y viendo por momentos a mi amigo ahí afuera de pie esperando a que saliese, me canse de verlo, así es que le dije a mi hermano para ir hacia el comedor, mi hermano no puso objeción y nos fuimos hacia allá y caminamos nuevamente pegados, el no saco su pene de mi culo para nada. Caminar así, estando empalado por el pene de mi hermano me generaba tanto placer que provocaba que mi pene estuviese erecto.
Al llegar al comedor me apoye en la mesa y ahí quebré mi cintura levantado más el culo para que mi hermano siga cogiéndome con comodidad, mi hermano me tenía cogido de las caderas firmemente y no paraba con el mete y saca, mi amigo llamo un par de veces más y luego dejo de hacerlo, mientras tanto yo ahí estaba con mis ojos cerrados recibiendo una buena cogida por parte de mi hermano quien no paro hasta llenarme nuevamente el culo de leche, al hacerlo volvió a usar su pene como una palanca y me saco un par de gemidos.
Yo: ahhhhh!, ahhhhhh!
Luego solo reino el silencio mientras nos quedamos ahí bien quietos y pegados.
Esa fue la segunda cogida de la tarde luego de haber llegado del colegio.
La última cogida se dio a eso de las seis de la tarde luego de terminar de ver dragon ball, ni bien termino mi hermano apago la tv y saco su pene erecto a relucir, ni bien lo hizo dijo.
Mi hermano: ahora si vamos a coger.
Al oírlo no perdí tiempo, el solo se bajó el pantalón hasta los tobillos y se sentó con su pene súper erecto, yo en cambio quería disfrutar bien del acto sexual así es que de inmediato me saque toda la ropa quedando completamente desnudo, ni bien quede sin nada que cubriese mi cuerpo me fui hacia él y me senté en su pene y se lo comencé a cabalgar. Estaba sentado de cara a él y mientras lo cabalgaba se oía el sonido de mis nalgas al golpear contra su pelvis una y otra vez: plapf, plapf, plapf, plapf.
Disfrutaba tanto llevar el control de la penetración, me movía con tal destreza y rapidez de arriba abajo que por momentos hacia que su pene saliese de mí, ni bien pasaba eso de inmediato se lo cogía y me lo volvía a introducir para seguir cabalgando. Empecé de cara a él y luego de espaldas a él.
Luego de llevar yo el control, mi hermano decidió que era el momento en el que él debía ser quien lo lleve. Me hizo poner de pie sin sacarme su pene y me hizo acomodar sobre el sillón dejándome en cuatro patas, ahí comenzó con el mete y saca, todo su pene me entraba sin problema, por momentos metía y sacaba y en otros se quedaba quieto meneando sus caderas mientras tenía todo su pene metido en mi con lo cual me producía aun placer. Para ese entonces yo ya estaba con los ojos cerrados disfrutando sentir el vaivén de su pene una y otra vez, teniendo esas sensaciones de sometimiento tan placenteras que provocaba en mi cuerpo tener su pene alojado en mi estrecho recto.
Luego de estar con el vaivén de su pene me lo saco todo por un momento y luego nuevamente me lo metió dejándolo ir todito de golpe hasta el fondo llegándome así hasta al tope. Cuando lo hizo lo único que yo hice fue exclamar suavemente.
Yo: ah, ay! ummmmm!
Mi hermano luego de oír las palabras que saco de mi boca al penetrarme de esa forma, dijo con una voz suave que denotaba placer.
Mi hermano: ay Ángel
Al oírlo voltee a verlo y nos miramos unos segundos en silencio, nuestros rostros lo decían todo, el disfrutaba cogerme yo que me coja. En su rostro podía notar que estaba disfrutando la cogida que me daba y que no podía más con tanto placer.
Sus ojos parecían cansados.
Luego de mirarlo volví mi cabeza al frente apoyándola en el respaldar del sillón y nuevamente cerré mis ojos y no pensé en nada, solo me dedique a sentir y gozar del vaivén de su pene en mi pequeño culo hasta que finalmente me lo comenzó a llenar de leche.
Cuando lo hizo dejándome su pene bien clavado, quería que se quedase así un buen rato y que no me lo sacase, pero obviamente luego de eyacular el orgasmo llega a su fin y el deseo sexual se va.
Finalmente su pene abandonó mi culo dejándomelo abierto y resumiendo semen el cual escurría por mi perineo y llegaba hasta mis genitales.
Esa fue la última cogida y llenada de culo del día y también la última cogida y llenada de culo que me dio, ya saben ustedes porque.
fin
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