Mi primer acercamiento al sexo con el hijo de mi prima
Historia Real sobre la primera vez que tuve algo sexual .
Esta historia es real, solo voy a cambiar ciertos nombres por privacidad. Después de leer varios relatos aquí, me dieron ganas de publicar los míos, todos mis relatos serán reales de cosas que me pasaron, pero voy a iniciar con la primera vez que me acerque a lo más parecido al sexo.
Para entonces ahora estoy en mis veintes, pero está historia paso cuando apenas era un niño como de ocho años, tal vez más, tal vez menos, no estoy seguro de las edades o las fechas, pues fue hace mucho tiempo, pero en general todo lo demás lo recuerdo.
Mis papás se separaron cuando yo era chico, y mi papá se fue a vivir con su hermana a otra ciudad después de que se fue de la casa, sin embargo el seguía viniendo para verme y me llevaba a veces con él en las vacaciones.
En la casa de mi tía, por alguna razón también durante las vacaciones, venía su hija, mi prima, que era mucho mayor que yo, ella ya era una adulta, tenía un novio o esposo, nunca supe que era de ella, pero tenían un hijo.
Él era menor que yo, como unos cinco años aproximadamente, era blanquito, incluso rubio, (yo soy medio moreno por mi madre, pero la familia de mi papá siempre ha sido muy blanca) tenía unos bellos ojitos y se llamaba (nombre ficticio para cubrir su identidad) Ernesto.
Ernesto era como mi sombra siempre que iba de visita, no sé si él me veía como su mejor amigo o su héroe, pero siempre se me pegaba cómo chicle, saltaba de felicidad cada vez que me veía entrar a la puerta de la casa con mi maleta, pues sabía que tendría con quién jugar durante el tiempo que estaba yo ahí.
La cosa por la que ustedes vinieron paso en una de esas veces que fui de visita.
Ernesto tenia varios juguetes en la casa (incluso recuerdo un fuerte berrinche que me hizo porque combine dos plastilinas de colores diferentes que él tenía) pero un día saco un juego de esos de médico. Ya saben, esos que traen un estetoscopio, una jeringa de plástico etc.
Ese último objeto es el protagonista de esta historia.
Ernesto me dijo que jugáramos al doctor, yo accedí, nos fuimos a uno de los cuartos dónde ambos dormíamos, y cerramos la puerta. Ernesto me pidió que me acostara y me bajara los pantalones para «ponerme la inyección» en ese momento no se me hacía nada raro, así que por darle el gusto lo deje hacerlo. La cosa se puso caliente cuando después de «inyectarme» me dio un beso en la nalga «para quitarme el dolor»
Debo admitir que se me hizo raro, pues nunca un doctor en la vida real me había dado un beso después de inyectarme, pero me gustó tanto que no dije nada.
Entonces Ernesto me dijo que era su turno y se acostó en la cama, yo hice lo mismo de «inyectarlo» y entonces me dijo:
—Pero dale el besito.
Entonces acerque mis labios a esas redonditas nalgas blanquitas y le plante un beso. Cómo unos niños pequeños puede que haya sido algo inocente, pero algo se encendió automáticamente e inconcientemente en mi, y entonces decidimos seguir jugando a lo mismo.
Yo me ponía en la cama, me inyectaba y me daba un beso, sentir esos labios rositas húmedos en mi nalgita me hacía sentir algo que nunca antes había sentido.
Mi mente morbosa inconcientemente me hizo cambiar un poco el juego, entonces, le dije que lo iba a inyectar en el medio, el abrió sus nalguitas y pude ver su hoyito , le puse la jeringa de plástico y después le di un beso en su anito.
Incluso lo volteé, y pude ver su penecito le di una «inyección» con la excusa de poder besarselo.
Ahora de más grande me doy cuenta que no supe aprovechar, pues aunque la calentura me llegó, no tenía el conocimiento sobre el sexo que ahora tengo, si lo hubiera tenido o pudiera regresar a ese momento, ahora sé que le hubiera lamido ese hoyito hasta llenarlo de saliva y tener su sabor en mi boca, y también meterme su pene a la boca y chuparselo.
Algo raro es que ambos sabíamos muy bien que no era algo que debíamos hacer, pues siempre que alguien subía como mi tía o la mamá de Ernesto, y tocaban la puerta, rápido nos subíamos los pantalones y decíamos que solo estábamos jugando.
Ahora que lo pienso es posible que alguien le enseñará ese juego a Ernesto y después él quisiera hacerlo conmigo, lo cual significaría que alguien mayor ya lo estaba iniciando… O tal vez no, no puedo saberlo.
Al final está historia es un poco triste, pues un día que llegue con mis maletas, Ernesto y su familia ya no estaban y jamás volvieron. Mentiría si digo que no he pensado en buscarlo, y fallado en encontrarlo, me gustaría volver a verlo y descubrir que fue de su vida, y si estaría dispuesto a qué volviéramos a jugar juntos, pero ahora más interesante.
Sé que no es la gran cosa, pero como dije, es mi primera experiencia casi sexual, gire subiendo la intensidad conforme escriba más relatos.
Como sigue?
me encanto tu relato, por lo inocente y el despertar del sexo, a mi me paso algo similar entre los 11 y 12 con un amigo de 10
Nunca escribiste sobre eso ?
hola Toreando, si escribi pero no un relato sino en los foros conte mi experiencia de chico
Excelente relato, menudo calentón,.asi da gusto masturbarse
Gran relato. Como sigue??
Me encanta esta historia, es un lujo masturbarse con historias como esta. Ojala continues con la historia y no la canceles.
Gran relato, como sigue?
Es algo muy real son esas inocencias y primeras calenturas muchísimas gracias
Trajiste momentos a mí mente 🤜🤛
Muy linda historia. Ojalá puedas encontrarlo y revivan esos momentos ahora con más conocimiento, jejeje.