Mi primer cruising, la mamada del bisexual

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me presento, mi nombre es "Alex", tengo 21 años, 1.85, delgado, cuerpo normal, soy bisexual, vivo en Medellín y lo que cuento es 100% real, aunque los nombres falsos.

Hace unos días vi en el facebook una publicación de un man que buscaba quien se la majara mamar, me metí al perfil y tenía unas fotos en que mostraba un cuerpo muy marcado de gym, así que decidí hablar con él, a ver si se daba algo.
Le envié una foto mía, hablamos y decidimos quedar ese mismo día por la noche, en una estación de metroplús.
Llegué a la hora acordada y allí estaba él ("Mario"), medía alrededor de 1.70, tal vez menos, con una camisilla negra que dejaba ver unos brazos musculosos.
Nos saludamos, fuimos a un lugar oscuro de una zona verde, detrás de una escultura.

Yo estaba muy nervioso, con adrenalina al 100 ante la posibilidad de ser descubiertos, empecé a tocarme la verga y desabrocharme el pantalón, buscando que se me pusiera dura.
luego el aparta mi mano y me la toca por encima de los boxer, al poco tiempo se agacha y deja salir mi verga para empezar a saborearla, con lo cual no tardé mucho en tener mis 17 cm al 100.
Empezó tocando apenas la cabeza, provocativamente, como tanteando, luego sentía cómo su lengua recorría la cabeza, para luego succionarlo y meterlo entero en su boca.
Era el éxtasis sentir el calor de su boca en mi verga.

Cuando volteé a mirarlo, vi que había sacado su verga (que antes me había dicho medía 19 cm) y se estaba masturbando, era bastante grande y gruesa, imaginaba el delicioso sabor que habría de tener, pero esa noche yo sería quien dominara.
Pasaba mis manos por su espalda y sus brazos, sintiendo la fuerza de sus músculos y disfrutando de cómo subía y bajaba por toda mi verga usando su lengua y aprisionándola de una forma exquisita con su boca, la sacaba y se daba golpes con ella en la cara, bajaba a mis testículos y apretaba mis nalgas.
Al cabo de unos minutos agarré más confianza y lo cogía fuerte de la cabeza para follármelo, sacaba mi verga de su boca y lo golpeaba con ella, me sentía dominante y eso me excitaba aún más.
Se la mandaba hasta el fondo de la garganta y ambos disfrutábamos de cada centímetro que entraba.

Después de varios minutos (en realidad no sé cuánto llevábamos allí) él se vino con 4 grandes chorros sobre el tronco en el que estaba sentado, y siguió chupando hasta que unos 10 min después finalmente me corrí dentro de su boca, tragándose hasta la última gota, pasando su lengua para dejarla completamente limpia.
"chimba de verga" fue todo lo que me dijo, después partimos caminos y cada uno a seguir su noche.

Espero que les haya gustado, es la primera vez que me animo a escribir y espero volverlo a hacer