Mi Primer Novio o algo asi
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Dragonew.
Bienvenido a mis recuerdos por llamarlos de alguna manera me llamo Alberto tengo treinta años me gustaría relatarles como fue mi experiencia hace ya algún tiempo atrás.
Seria cuando yo tenia apenas quince años, se puede decir que era como todos los chavales con sus juegos y sus amistades como siempre, mi padre era un hombre de constitución fuerte, de carácter fuerte aunque algo tímido con las mujeres, no era muy mayor aun rondaría sobre los cuarenta y cinco, los llevaba muy bien, de melena oscuro y lisa, sus ojos eran de color azul profundo a veces cuando le miraba era como si me perdiera en ellos, era muy amable y comprensivo nunca me llego a levantar la mano prefería enseñarme las cosas con un ejemplo a tener que usar la violencia era mecánico y basta la modestia muy bueno en su trabajo; mi madre sin embargo tenia un carácter mucho mas decidido, de pelo castaño claro y unos ojos de color verde muy lindos, tenia una figura esplendida, mi madre sin embargo se dedicaba a las labores domesticas se podría decir que era mas o menos una familia tradicional por decirlo así: siempre hablaban entre ellos, e intentaban buscar una solución para cualquier cosa, pero no creo que se esperaran lo que me llego a pasar; entre ellos no se llevarían mas de diez años.
Como cada mañana mi padre venia despertarme cuando el se iba a trabajar, como siempre eran las siete y media.
— Venga despierta ya ha amanecido…– gritaba mi padre para que me despertara, parecía que él siempre se despertaba de buen humor aquello era increíble que yo recuerde nunca lo había visto por la mañana sin energía nunca llegue a creérmelo.
— Pero papa déjame cinco minutos mas… — le decía yo desde mi cama tapándome la cara con la almohada, pensando que, ¿Por qué no se quedaría algún día dormido?, pero bueno eso solo ocurría los domingos que era yo siempre el que me despertaba antes claro esta.
Mi padre se acercaba a mi y me desarropaba, de un tirón abría las persianas de golpe y la luz inundaba mi cuarto; en ese preciso día mi padre al girar la cabeza y mirarme se dio cuenta de que tenia una erección.
— Vaya parece que estas soñando muy a gusto por lo que parece… — dijo mi padre con un cierto tono de burla.
Yo no sabia a que se refería la verdad, así que me mire la entre pierna y me puede ver que si estaba con una erección, la verdad en ese momento lo único que pude hacer fue poner la almohada delante de mi y taparme lo que mejor pude.
— Ja, ja, ja, ja…No te preocupes eso es normal a tu edad no tienes por que avergonzarte yo también las tenia y la verdad, por lo que he podido ver has salido a tu viejo padre…– riéndose aun mas, yo notaba aquella risa en vez de algo positivo como si me avergonzara mas y mas, pero bueno pensé que así era mi padre para estas cosas.
— Bueno ¿puedes salir de mi habitación? que tengo que vestirme – le pregunte, pero en vez de una pregunta era mas bien una orden.
— No me digas ¿Qué tienes vergüenza?, pero si los dos somos hombres no hay de que avergonzarse, pero bueno todo chico llega a esa edad, muy bien te dejare vestirte pero no tardes, ya sabes lo que se cabrea tu madre cuando no estas puntual en la mesa…– añadió mi padre con un tono, comprensivo, por que supongo que el también paso por lo mismo.
Cuando salio mi padre de la habitación y habiendo cerrado la puerta me estire todo lo que pude dejando que el sol que entraba por mi ventana me bañase todo lo que pudiera, mi cuarto no se podía decir que fuera muy distinto de cualquier otro chico, mi cama estaba pegada a la pared y detrás de mi estaba la ventana, a través de ella se podía ver una playa preciosa y una arboleda que llegaba hasta ella, no solia tardar mas de veinte minutos en llegar; había un armario y una mesita con un ordenador no solía usar mucho la verdad a excepcion de chatear con alguno de mis amigos o para algunos juegos online que me gustasen y por su puesto tenia varios pósters de varios grupos musicales, mi habitación contaba con baño propio por lo menos así no tenia que salir al pasillo era un alivio la verdad, así que lo primero que decidí fue darme una buena ducha, me quite el pijama, era de un color azul liso muy pobre la verdad pero bueno era con el que mas me sentía cómodo, al quitármelo tuve bastante frío aun estábamos en invierno, le di al grifo del agua caliente y espere a que por lo menos estuviera templada, cuando la note a la temperatura ideal, me duche.
El agua recorría mi piel suavemente deslizándose por cada rincón, la notaba como si estuviera saboreándome cada centímetro, mientras me enjabonaba me mire el pene y me quede observándolo por un rato y la verdad mi padre tenia razón con respecto a eso había salido a el, cuantas veces le había visto salir de la ducha cuando era pequeño.
Me encontraba genial cuando me duchaba, era una sensación única. Al terminar me seque con una toalla y la enrolle en la cintura salí a mi cuarto, me fui al ropero y escogí la ropa intentando que combinase lo mejor posible.
Me puse unos pantalones vaqueros, algo ajustados una camiseta de las que aquella época se llevaban y unas zapatillas deportivas, una vez lo hube hecho me dedique a ordenar los libros no me solía llevar mucho porque la mayoría los tenia en la taquilla del instituto, una vez hecho esto, metí un chándal para las pruebas deportivas que era esa misma tarde.
Cuando acabe me dirigí a la cocina para desayunar mi madre como siempre puso cereales, tostadas con mermelada y alguna fruta para mí, ya que mi padre no desayunaba mucho apenas una tostada y el café de costumbre; una vez lo hubo hecho se levanto de la mesa.
— ¿A que hora vas a volver hoy? – le pregunto mi madre como de siempre, que aun sabiéndola se la preguntaba.
— Sobre la misma hora no creo que hoy haya mucho trabajo – respondió mi padre con el mismo humor de todas las mañanas aunque la verdad a veces se iba con los amigos a beber algo, cosa que a mi madre no le llegaba a agradar mucho.
— Muy bien date prisa que anochece pronto y tu no te entretengas en cualquier sitio en cuanto termines te vuelves a casa a hacer los deberes, y a estudiar; que según tu profesora vas mal en algebra…– dijo mi madre controlándolo todo, le gustaba tenerlo todo en orden y bajo control.
— Pero mama…– replique yo ante el control que tenia.
— De peros nada ya te puedes ir espabilando hasta que saques mejores notas – añadió mi madre, cortándome toda rabieta posible.
— Vamos hijo será mejor que salgamos ya si no llegaremos tarde, yo tengo que hacer algunas cosas antes de abrir…te llevare una parte del camino en el coche… — dijo mi padre para salir de allí lo antes posible, la verdad no soportaba lo que hacia mi madre pero la amaba y eso tampoco podía evitarlo.
Cuando salimos al entrepiso vimos como mi amigo, estaba esperando el ascensor era un chico de color de unos dieciocho años y mas alto que yo, de complexión fuerte y atlética, de unos ojos de color marrón oscuro y un cabello rizado corto y negro, su ropa era la mas típica, llevaba una camisa lisa de color azul pálido y de botones oscuros por fuera del pantalón que eran unos vaqueros algo desgastados, y unas zapatillas de deporte de marca nuevas.
— Buenos días…– dijo educadamente Maluk cuando nos vio esperando el ascensor.
— Buenos días Maluk – respondió mi padre educadamente, mi padre nunca fue racista pero a el le miraba como con una mirada de odio que no llegue a adivinar nunca el por que.
— Papa si eso me voy con Maluk al instituto no te preocupes…– le dije a mi padre, intentando que el no me llevara odiaba cuando iba con el siempre me hablaba de chicas o de futbol no es que odiara eso, pero todos los días era lo mismo y ya cansaba.
— Muy bien pero no os desviéis, ni vayáis a ningún recreativo…– inquirió mi padre como queriendo controlarnos, aunque una vez nos pillo haciendo novillos en uno de los recreativos de la zona y ya no se fiaba.
En cuanto salimos del portal mi padre se fue en una dirección y nosotros en otra el camino para el instituto era como de media hora, había varios bares por la zona, y unos recreativos, el cielo estaba despejado completamente y el sol lucia a esta hora no solía haber mucha gente en la calle, solo los bares estaban abiertos para quien iban a trabajar, el olor a café se notaba en la calle, el ambiente era muy fluido y aun no estaba muy contaminada la zona por el humo del trafico.
De camino al instituto había un sex-shop, aun no era hora para que estuviera abierto, pero el escaparate estaba iluminado de color rojo muy brillante, se podía ver varios juguetes sexuales y ropa interior sexy, Maluk se detuvo un momento y empezó a mirarlo, su vista pasaba por delante de los artículos como si a una persona obesa le pusieran un buffet.
— ¿Pero que haces?… vamos que nos puede ver alguien…y por esta zona me conocen…– dije yo metiéndole prisa, no me gustaría después que le dijeran a mi padre que había estado mirando esas cosas.
— No te preocupes, no pasa nada…a esta hora no hay casi nadie dime ¿que te parecen los juguetes? – me dijo Maluk ansiosamente, como si los tuviera en sus manos, su mente parecía que ya no estaba en este momento.
— Están bien supongo…no sabría que decirte…– respondí yo dudando, ante su pregunta, la verdad que no sabia que contestar.
— Mira ese, el de color púrpura, es magnifico! – exclamo mi amigo señalándolo con los ojos abiertos como platos.
Empecé a buscarlo por el escaparate y el único que coincidía con ese color era un consolador en forma de pene de un tamaño considerable la verdad, pensé que lo mismo se había equivocado, o sus gustos eran otros, aunque la verdad nunca le había visto con chicas, siempre era algo solitario.
— ¿Una cosa eso no es un consolador para chicas? – le pregunte, intentando buscar una explicación, aunque ya me hacia una idea.
— Es raro que no te hayas dado cuenta aun…me gustan los chicos, además eres al primero que se lo cuento, por favor mantenme el secreto, hace ya varios años que nos conocemos y eres el único en que puedo confiar… — me suplico Maluk mirándome a los ojos, parecía que en esa confesión había puesto toda su vida.
— Tranquilo no pienso contárselo a nadie no te preocupes…– le tranquilice intentando que se calmara un poco, aunque no podía evitarlo la noticia había cambio un poco la relación que existía entre los dos, aunque no lo pareciera.
— Se nos hace tarde… es mejor que nos demos prisa – dijo Maluk apresurándonos, casi se nos va la hora, mirando aquello.
El día en el instituto fue de lo mas rutinario no hubo nada que se saliera de lo normal, idas y venidas de profesores, mas y mas exámenes, había sido agotador, pero lo que me resulto extraño fue que en todo el día no llegue ver a Maluk, aunque tampoco le preste mucha importancia, a la tarde llego la hora de gimnasia y tocaba cambiarse, el vestuario estaba en la planta de abajo, cuando llegue, pude ver solo a la mitad de la clase cambiándose, aquel lugar era enorme lleno de taquillas y con una habitación mas al fondo que estaban las duchas, casi siempre estábamos desnudos, no se por que en ese instante me vino a la mente el juguete sexual de la mañana, y mi vista empezó a pasearse entre todos aquellos cuerpos desnudos cambiándose de ropa, sentí calor inundándome lentamente, no era algo molesto si no mas bien agradable, aunque no lo sabia por que ami me gustaban las chicas, intente controlarme todo lo que pude y decidí cambiarme y mirar al suelo, cuando termine de hacerlo; salí a la pista de carreras y para mi sorpresa allí estaba Maluk calentando era el primero del instituto ostentaba el record, de momento nadie se lo había quitado, le salude moviendo la mano y decidimos dar unas cuantas vueltas a la pista, las pruebas las habían dejado para otro día al parecer, por lo visto nos distrajimos bastante, al fijarnos ya no quedaba nadie y tuvimos que apresurarnos.
Entramos corriendo en el vestuario, al llegar pudimos ver que ya no quedaba casi nadie y los que estaban, ya se habían cambiado y estaban por salir.
Nos desnudamos yo volví a mirar al suelo no quería de momento que se me pasara nada por la mente seria lo mejor o eso pensé.
Nos metimos en las duchas y dejamos caer el agua fresca sobre nuestros cuerpos sudorosos, empecé a enjabonarme y a lavarme la cabeza como de costumbre, mi vista inconscientemente se paseo poco a poco por su atlético cuerpo, por donde resbalaba el agua casi de manera provocativa, mi mirada fue bajando lentamente hacia abajo sin poder evitarlo, aunque en parte no quería tampoco pero no me explicaba por que, cuando llegue al sexo no pude expresar lo que vi en comparación a lo mío, era una minucia, intente hacerme una idea de cuanto le media y la verdad era increíble le llegaba casi hasta la rodilla, y era enorme de gorda.
— Wooow…increíble…– dije inconscientemente ante mi sorpresa.
Desgraciadamente mi amigo me escucho y no pudo solo que soltar una risita algo picarona.
Empezó a acercarse ami, y de golpe sin ningún motivo me abrazo, su abrazo era muy fuerte pero a la vez amable, sentí por mi cuerpo el calor de su piel aun con el agua fría me sentía, atraído por el pero era incomprensible nunca me habían atraído los hombres, teniéndome así empezó a girar hasta estar en mi espalda y pude sentir como poco a poco iba poniéndosele dura, notaba su calor y palpitación en mi trasero, era increíble, al momento me mordió suavemente el lóbulo de la oreja y empezó a lamerlo, pasado un momento soltó un suave soplido en ella, yo no sabia que hacer, estaba como petrificado, no podía creerlo, quería moverme pero era como si algo me lo impidiese, con sorpresa pude ver como ami se me endurecía poco a poco.
En ese momento escuchamos una voz proveniente del pasillo.
— ¿Hay alguien?… – dijo la voz.
Al momento Maluk me soltó y se metió bajo el agua helada para bajarla y refrescarse.
— Si estamos nosotros…enseguida salimos…– dije yo entrecortadamente intentado disimular mi voz.
Una vez hubimos acabado nos vestimos en silencio, yo no podía mas que darle vueltas a lo que había ocurrido, de vez en cuando miraba a Maluk de reojo y el me soltaba una risita picarona, el acabo de vestirse antes que yo, se acerco a mi.
— Mañana no hay clase nos vemos en mi casa…te esperare no habrá nadie…– dijo Maluk, como si de una cita se tratara.
Al salir intente acelerar el paso para llegar a casa lo antes posible, Maluk se tomo su tiempo y pude verle como entraba en el sex shop, lo mas seguro para ver aquello que tanto le fascino. Al entrar en casa pude ver que la cena estaba puesta como siempre y mi padre estaba viendo la tele en el salón esperando a que yo llegara para empezar a cenar.
— Vaya al fin has llegado, ya iba siendo hora… ¿Se puede saber que te ha pasado?… ya me empezabas a tener preocupada…– dijo mi madre regañándome.
— Deja al muchacho en paz…se habrá quedado hablando con sus amigos y se le habrá ido el santo al cielo…– dijo mi padre intentando disculparme para que no terminara aquello en un interrogatorio.
— Estaba en la pista de carreras y se me fue el santo al cielo entrenando…lo siento…– dije yo bajando la cabeza.
— Por esta vez que pase…pero la próxima vez avisa o algo para no tenerme preocupada, anda apaga la tele y vamos a cenar…– dijo mi madre poniendo los últimos platos sobre la mesa.
La cena fue de lo mas tranquila, hablando sobre lo que habíamos hecho en el día, mi madre no paraba de quejarse que los precios de todo estaban por las nubes, mi padre de que trabajaba demasiado y de que habían abierto otra tienda cerca de la suya que le hacia la competencia; cuando hube terminado mi padre volvió a la tele yo me ofrecí a lavar los platos y así mi madre pudo sentarse al lado de el, acurrucados como siempre, cuando termine me dirigí a mi habitación para empezar con los deberes, me senté en mi escritorio, y saque los libros de texto, estuve estudiando media hora pero no podía concentrarme no me sacaba de la cabeza, lo que había pasado en el vestuario, era imposible que me gustaran los hombres, aun no me lo creía, pero viendo que no podía concentrarme decidí acostarme y dormir.
A la mañana siguiente fue lo mismo de siempre, pero esta vez había algo distinto, tenia que ir a la casa de mi amigo me había citado allí, la verdad que me encontraba algo nervioso y no estaba seguro por que era, siempre había ido a su casa y nunca había pasado nada.
— Mama esta mañana iré a la casa de Maluk a pasar el rato…– dije mientras desayunaba pegándole un mordisco a una de las tostadas, aunque esperaba que mi padre me lo prohibiera de alguna forma.
— Vale pero recuerda que si te quedas a comer o algo me avises…– dijo mi madre intentado preveer la comida.
Mi padre bajo el periódico y me miro de manera seria sin mediar palabra y volvió a su lectura.
En cuanto hube terminado me despedí de mi madre y le dije adiós a mi padre, Salí de mi casa y me dispuse ir a la suya; llame a su puerta y el apareció vestido como siempre.
La casa estaba adornada con cierto aire africano y tenia un olor algo pegajoso a incienso aunque no me molestaba.
— Vaya te estaba esperando… pasa… espero que no te moleste el olor a incienso…dijo Maluk educadamente.
— Que va para nada no te preocupes…– dije yo sonrojándome un poco aunque no sabia por que.
Casi de improviso Maluk cerró la puerta de golpe y me cogio de la mano y me arrastro a su habitación, estaba como ansioso por algo.
Cuando entramos en su habitación cerro la puerta pude ver que estaba decorada con pósters de jugadores de baloncesto la cama era bastante amplia, y tenia las cortinas corridas, había varios libros amontonados sobre el escritorio, y un armario estaba en la pared de enfrente.
Maluk se dirigió a este y lo abrió empezó a rebuscar por abajo, no sabia exactamente lo que andaba buscando, al fin paro y me mostró un portaligas de color negro y de cuero junto con unas medias de color rojo intenso.
— Toma póntelo…– me dijo Maluk su voz parecía como una orden.
— Estas loco…eso es de chica no pienso ponérmelo…– le replique de manera enfadada no podía creer lo que me estaba pidiendo era imposible.
— Por favor hazlo por mi…es que quiero probar una cosa…nunca te he pedido nada y me gustaría que lo hicieses, además no hay nadie, ni nadie te va a ver, mis padres no vienen hasta la tarde, tenemos toda la mañana libre y no pienso contárselo a nadie te lo prometo…– dijo Maluk casi suplicándomelo.
No se como paso pero al final termino convenciéndome, Maluk se sentó en la cama y vio como me iba desnudando como si de un strep-tease se tratase, tenia los ojos abiertos completamente y no se perdía ninguno de mis movimientos.
En cuanto estuve desnudo, me puse lo que me había dado Maluk y no se como paso pero tuve una erección de manera casi instantánea no podía creer que aquello me excitara de esa manera.
— Vaya, parece que te gusta…no me lo esperaba…– dijo Maluk recreándose en la visión que le ofrecía.
Maluk empezó a desnudarse aunque la verdad tardo poquísimo, era como si ya tuviera práctica en hacerlo, cuando hubo terminado se lanzo casi de manera salvaje sobre mí como si de un tigre atrapara a su presa, se me quedo mirando unos instantes a los ojos, los suyos brillaban, como si hubiera estado esperando todo este tiempo este momento.
— ¿Pero que haces…?…– dije pero sin llegar a terminar la pregunta.
Sus labios besaron los míos de manera apasionada fue un beso salvaje, su lengua entro en mi boca moviéndose de manera increíble con la mía, fue sorprendente, parecía tener la boca llena, mis ojos estaban abiertos a mas no poder no podía creerme, quería resistirme pero no podía, aparte de que era mas fuerte que el, no quería hacerlo deseaba sentir sus labios sobre los míos moviéndose, sintiendo su calido calor, cuando hubo acabado, me dejo casi jadeando, y con los ojos entreabiertos lentamente empezó a descender por mi cuerpo con su lengua, haciendo un camino de saliva hasta llegar a mis pezones en lo que aplico su boca y empezó a succionar y a lamer, parecía como si quisiera sacar leche de ellos, y con su otra mano empecé a notar como me masajeaba el otro y de vez en cuando me lo pellizcaba, no podía menos que gemir ante aquellas cosas.
De improviso se levanto, amarrándome mi cabeza me la dirigió a su pene, completamente erecto y enorme; haciéndome que se la chupara, abrí mi boca cuanto pude y lo engullí, empecé a chuparla bajando y subiendo la cabeza, aunque el ritmo me lo ponía Maluk, era increíble casi ni me cabía la mitad de ella, subía y bajaba, llenándola de saliva, con mi lengua jugaba con ella intentando enroscarla.
— Chupa mas, zorra haz que me corra, así eres buenísimo coño…– dijo Maluk entre gemidos.
En un empujón que no me esperaba me hundió la cabeza aun mas si podía, mi saliva salio abundantemente como queriendo lubricar mi garganta para que fuera mas fácil, su pene me la lleno por entera, llegándome incluso a la garganta; yo casi no podía respirar pero puede notar como tenia leves convulsiones y al momento note el esperma caliente inundándome la garganta, mezclándose con la saliva tenia un sabor raro, mi boca seguí llenándose de aquel liquido espeso parecía que no paraba, así que no pude hacer otra cosa mas que tragarlo a duras penas, notaba como iba deslizándose, notaba como llegaba a mi estomago.
Cuando hubo pasado un momento pude escapar de aquella presa que me tenia cogido y respirar al fin; aunque no creía que tal monstruo de pene pudiera haber estado en mi garganta.
— Cof, cof, cof…estas loco casi me ahogo no me esperaba eso… — proteste mientras trataba de limpiarme la leche que aun tenia por los labios, aunque su sabor fuese raro sorprendentemente me gusto.
— Vaya parece que te ha gustado,… ¿es la primera vez que la chupas y te lo tragas?… – me pregunto, intentando averiguarlo.
— Claro que es la primera vez, crees que voy por hay chupando…– respondí enfadado, parecía no creérselo después de todo.
Aunque estábamos hablando mis ojos se paseaban furtivamente por su pene que goteaba leche aun, y seguía estando completamente erecto y brillante por mi saliva, parecía atraerme con su brillo como una polilla al fuego.
— Sabes ahora viene lo mejor, vas a sentir algo indescriptible…– me dijo Maluk con una sonrisa entre maldad y picarona.
Aunque estaba un poco dudoso y no sabia lo que era empecé a imaginármelo instintivamente retrocedí un poco, una cosa era una experiencia así y otra, lo que estaba pensando, así que sabiendo lo que podía pasar me di la vuelta e intente irme a cuatro patas todo lo deprisa que pude, pero mis movimientos no resultaron ser suficientemente rápidos, sentí la gran fuerza de Maluk en mi cintura; sus manos se aferraron ami cintura y me atrajo hacia el, en un momento y sin pensarlo note como su pene entraba de un golpe en mi culo abriéndomelo por completo, sentí un gran dolor recorriéndome la espalda, aquello era enorme, y me lo había llenado por completo, fue sorprendente.
Un grito ahogado salio de mi boca, Maluk cogio mis dos manos tirando de mi cuerpo hacia atrás, y empezó a moverse yo creía que iba a morirme por el vaivén, pero poco a poco fue cambiando ese dolor por algo mas placentero, el calor me inundaba sentía como aquel monstruo de carne me invadía por completo y me taladraba de manera casi sobrenatural, podía decir que lo sentía golpear en mi estomago una y otra vez parecía no cansarse.
Cuando hubo pasado un tiempo sentí como el pene de Maluk empezó a engordarse un poco mas dentro de mi era una sensación increíble y en ese momento soltó una riada de esperma que me lleno por dentro casi por completo, era caliente y muy agradable, yo pensaba que por fin había acabado pero mas lejos de mis pensamientos, no fue así seguía arremetiendo era increíble no podía creérmelo, seguía empujando casi con la misma fuerza o mas si fuera posible yo, estaba ya casi destrozado por el placer y no sabia que hacer, de mis ojos empezaron a saltar lagrimas de una mezcla de dolor y placer y de nuevo volví a sentir esa riada de esperma inundándome por dentro, parecía querer llegar ami estomago; pensé que ya había acabado pero no fue así era sorprendente que tuviera tanta fuerza, en un vistazo me vi el estomago observe como este empezaba a engordar lentamente por la cantidad de esperma que me inundaba, empecé a sentir incluso hasta miedo, pero aquello ya era imparable, el placer recorría mi cuerpo, y el calor del esperma en mi interior incluso me llegaba a resultar muy placentero, y nuevamente se corrió dentro de mi notaba como por dentro estaba inundado de su semen y ya no podía aguantarlo mas, y precisamente es cuando la saco de dentro de mi; Maluk cayo hacia atrás en la cama, estaba rendido, completamente yo caí de cara, y mi trasero empezó a soltar chorros que se deslizaban por mis piernas todo el semen que había introducido en mi, era una sensación increíble, notaba como mi estomago iba bajando poco a poco, volví la cabeza y vi como mi compañero iba hacia el armario y empezaba a rebuscar entre sus cosas, de el saco el consolador púrpura que antes habíamos visto en el escaparate era enorme y brillante.
— ¿Tienes ganas de más?… – pregunto lujurioso mirándome a los ojos.
Yo solo le esboce una sonrisa, entre picarona y lujuriosa pasándome la lengua por los labios… Pero esa es otra historia…
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