Mi Primer Orgasmo

Una Noche, Definitivamente, Inolvidable….
Mi primer orgasmo fué definitivamente algo muy emocionante para mí, el simple hecho de recordarlo me hace sudar las manos y palpitar rápidamente mi corazón…

Serían las 10 de la noche y ya yo estaba en cama, supuestamente durmiendo, ya que al día siguiente tenía que ir a la escuela, debido a la distribución de mi casa, yo podía salir de mi habitación y, sin que nadie me viera, observar el TV de la sala, pues esa noche, al no poder dormir, decidí espiar qué era eso que mis padres veían y que nunca me dejaban ver con ellos…

En la televisión aparecía un hombre, el cual únicamente tapaba su pene y testículos con crema batida, luego lo sacudía a los lados mientras una mujer le observaba mordiéndose los labios, aún recuerdo como si fuera ayer lo que sentí en mi pecho al ver ese pene erecto moviéndose de lado a lado, brindando duro mientras cada vez quedaba más desnudo…

Mi cara se sentía caliente, principalmente mis orejas, mi corazón latía a mil y mi pene estaba más paradito que nunca, me brincaba como nunca, lo sentía más grueso que nunca y sentía una extraña «picazón» dentro de él…

Extasiado por lo que recién había visto, me dirigí a mi cama, con mi pene paradito, como roca, resaltando en mi pijama, ya que yo no usaba ropa interior para dormir…

Encendi mi lámpara de mesa, me bajé la pijama hasta los pies y observé mi pene, me encantó verlo tan duro, verlo dar brinquitos me pareció aún más excitante que el simple hecho de verlo paradito, traté de dormir pero, aunque ya había tenido mío erecciones antes, esta vez era diferente…

Por más que intentaba, aquellas imágenes del hombre de la TV, haciendo bailar su pene erecto, no salían de mi mente, y mi penecito no dejaba de brincar, de sentirse más inflafito que nunca, de picar por dentro…

Instintivamente empecé a jugar con el, moverlo, tratar de bajarlo, pero cuando lo hacía este solo volvía a su posición con un fuerte brinco que me ponía cada vez más caliente, repetí ese juego un par de veces hasta que empecé a jugar con mi peyejito (prepucio)…

Halaba mi peyejito hacia arriba, y lo soltaba, ahí estaba yo, un niño de 7 años, con su pene más paradito que nunca, pensando en un hombre desnudo, no dejaba de pensarlo y jugar con mi peyejito, hasta el sol de hoy no dejo de pensar en lo sensual que debí haberme visto, y es que yo hacía fútbol y karate, recuerdo tener piernas definidas, nalgas de ejercicio, abdomen plano… me imaginan jadeando en la cama, jugando con mi penecito mientras pensaba en un hombre?…

En fin, hale tanto mi prepucio que comencé a sentir que me hundía en esa sensación, no podía parar, no quería parar, entonces ocurrió…

Un intenso halón en mi ano, bajo mis testículos (periné) y muchos brincos de mi penecito parado, me hicieron sentir, hasta ese momento, la sensación más fuerte y surrealista de mi vida, recuerdo que me asusté mucho, creí que me había roto algo, por lo que subí mis pantalones y pedí a Dios estar sano, en ese mismo momento decidí nunca volverlo a hacer, pero a la noche siguiente volví a pensar en aquel hermoso muchacho y jugar con mi pene, hasta alcanzar el orgasmo…

Noche a noche, esperaba irme a la cama, para volver a reencontrarme con mi amante, entre las sábanas de mi cama y las cortinas de mi mente, con ese hombre aprendí a fantasear, de a pocos, ese era yo a los 7 años, loco de pasión y deseo por un hombre que vi una vez en la TV y que, por lo menos me hizo brincar mi penecito, con tremendas venidas, unas 1000 veces… Sin exagerar…

Este es mi proyecto relato aquí, y vaya que tengo muuuuchos más por contar, tanto con niños y niñas …

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